lunes, 30 de enero de 2017

DeathMask de Cáncer lucha del lado del bien (Historia Alternativa, peliculas Saint Seiya)


1). "Los Caballeros del Zodíaco y la reencarnación de Eris, diosa de la guerra".


La Diosa Eris se posesiona del cuerpo de Erii, una maestra que trabaja en la fundación de Miho. Posteriormente, la Diosa maligna secuestra a Saori y le envía un mensaje a los santos de bronce para que vengan a su templo a rescatarla, con el objetivo de que estos sean eliminados por los Ghost Saint, sus protectores. Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun no dudan en ir a rescatar a Saori.

En su recorrido, Seiya se encuentra con Maya, y tras una pelea un tanto pareja, el santo de Atenea consigue la victoria con su meteoro pegaso; sin embargo, Seiya fue herido por una flecha venenosa de su enemigo, la cual le hará perder sus sentidos.


Hyoga se cruza con Christ y comienzan a pelear. Ambos guerreros se están acabando mutuamente con sus ataques, y en esos momentos Erii aparece y atraviesa con su cetro el cuerpo de Christ y hiere de gravedad a Hyoga.


Shiryu se encuentra con Jan, quien al igual que él posee un escudo muy resistente. Jan reta a Shiryu a que rompa su escudo, pero no logra conseguirlo, el caballero de Eris contraataca y rompe el escudo del dragón. Shiryu se quita su armadura para incendiar su cosmos y con el dragón naciente logra romper el escudo de su enemigo y derrotar a este, y al final el santo de bronce cae al piso agotado.


El siguiente enemigo es Orfeo, quien se encuentra con Shun y utiliza su requiem de cuerdas para destrozar el cuerpo del caballero de Andromeda. Cuando el santo de bronce está por ser asesinado, Ikki lo rescata y le aplica el puño fantasma al contrincante, sin ningún efecto, pero finalmente derrota al enemigo con el aleteo del fénix; sin embargo, queda lastimado por la melodía del requiem.


Seiya debilitado por el veneno de la flecha, llega donde Eris y allí es interceptado por Jagger, quien lo derrota con suma facilidad y comienza a torturarlo. Posteriormente, Ikki llega a respaldar a su colega, y ofrece una pelea en principio equilibrada con Jagger, pero finalmente este último lo derrota luego de un tiempo. En esos momentos, Mayura del Pavo Real llega al lugar de los hechos y salva a los dos santos de bronce, posteriomente confronta al último guerrero de Eris. Jagger y Mayura comienzan la batalla intercambiando golpes, luego el guerrero toma desapercibida a Mayura y la ataca con el Meteoro de Megatones, sin embargo este es esquivado y a penas logra herir a la plateada; después, Jagger repite su técnica, pero esta vez es sencillamente detenida por Mayura, quien respinde con un Aletazo Supremo con el cual derrota a su enemigo. El siguiente objetivo de la santa de plata es derrotar a Eris, para ello ataca con sus Aleteos del Pavo Real, pero no logra tocarla.


En esos momentos, la armadura de Sagitario llega y viste a Seiya. El caballero apunta una flecha hacia Eris y la dispara junto al cosmos de Mayura, logrando destruir la Manzana Dorada y, por consiguiente, derrotar a la Diosa Eris. Por último, el templo se derrumba y todos alcanzan a escapar afortunadamente.

Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Seiya: 1100; flecha dorada: 50.000
Shiryu: 1000
Hyoga: 1050
Shun: 920
Ikki: 1200
Mayura: 14.800
Maya: 900
Christ: 1020
Jan: 1000
Orfeo: 1150
Jagger: 10.000
Eris: 40.000

2). "Los Caballeros del Zodíaco y la gran batalla de los dioses".


Hyoga va a Asgard a hablar con el Gran Maestro de ese país, y al llegar se da cuenta que está sucediendo una catastrofe. Hyoga ayuda a unos aldeanos que fueron atacados por unos sujetos desconocidos.

Pasan los días y Hyoga no aparece, por lo cual sus amigos de bronce y Saori se preocupan y se dirigen a Asgard para encontrarlo. Atenea habla con el representante de Odín en la Tierra, Dolbar, pero este afirma no tener noticias sobre el caballero de Cisne; tiempo después, la Diosa descubre los planes del patriarca de Asgard para destruir el Santuario y conquistar la Tierra, por lo cual esta es encerrada en una prisión dimensional.

Los caballeros de bronce perciben que el cosmos de Atenea desapareció, y ven que está colgada en la Estatua de Odín. Los santos van a rescatarla, pero son interceptados por los 4 dioses guerreros (uno de ellos Hyoga), quienes son derrotados.


Seiya enfrenta a Dolbar, pero este último lo doblega fácilmente. Sus compañeros Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki llegan a ayudarlo pero son derrotados y heridos de gravedad; cuando todo se ve perdido, Mayura llega para enfrentar al enemigo. Mayura mantiene una buena batalla contra Dolbar, pero esta se está conteniendo debido a que si asesina a su rival Atenea no podrá ser liberada; sin embargo, Frey se sacrifica para liberar a Atenea, lo cual le da la oportunidad a Mayura de acabar con el ambicioso patriarca con su ventisca de pavo real.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Seiya: 1700
Shiryu: 1600
Hyoga: 1630
Shun: 1500
Ikki: 1800
Mayura: 15.500
Dioses guerreros: Entre 1600 y 1700
Dolbar: 13.000

3). "Los Caballeros del Zodiaco: la leyenda de los santos escarlatas".


Febo Abel, Dios del Sol y hermano de Atenea, visita la Tierra. Allí es bien recibido por Saori, quien le pregunta a su hermano el motivo de su visita, a lo que él responde que tiene la intención de borrar a la humanidad por su pésimo comportamiento. A pesar de eso, la relación entre ambos parece no afectarse.



Poco después, los caballeros de bronce visitan la casa de Saori y se encuentran a Abel, sus sirvientes y los caballeros de oro que murieron y volvieron a la vida gracias al Dios del Sol. Allí tanto los caballeros dorados como Atenea le dejaron claro a los santos de bronce que ya no serían para nada útiles; esto último frustró y desanimo a los guerreros.

Luego, en una reunión entre Abel y Atenea, esta intenta asesinar a su hermano pues no piensa dejar que destruya la humanidad; por tal comportamiento, Abel decide enviar el alma de su hermana a los Campos Eliseos. Los santos de bronce se percatan que el cosmos de Atenea desapareció, por lo cual se dirigen al Templo del Sol para verificar que pasó.


Shiryu en su camino se encuentra con Shura y este lo ataca. El antiguo caballero de oro tiene intenciones de aniquilar a su rival, por lo cual Shiryu a pesar del aprecio que tenía hacia Shura, decide atacarlo con todo su poder, y después de unos momentos de enfrentamiento el caballero de Dragón derrota a su enemigo con su técnica especial. Posteriormente, Shiryu es atacado por uno de los guerreros de Abel, dejándolo herido de gravedad.

Hyoga por su parte se encuentra con su maestro Kamus, quien ahora es su rival. Igual que a Shiryu, Hyoga no cree que Kamus haya traicionado a Atenea, y además no es capaz de atacarlo por el cariño que le tiene. Finalmente, Hyoga no tiene opción y utiliza la Aurora Boreal contra Kamus, derrotándolo como en su anterior batalla. Igualmente, luego de su victoria el santo de bronce es atacado por sorpresa y derrotado por los guerreros de Abel.


Shun se cruza con Afrodita y Aioros, quienes comienzan a atacar al caballero y están ganando la batalla. Cuando Shun se ve acorralado, Afrodita decide lanzarle sus rosas venenosas, pero Ikki de Fénix aparece e interviene. El hermano de Shun se enfrenta a Aioros, y consigue vencerlo con el Aleteo del Fénix; por otro lado, Shun se recupera, eleva su cosmos al máximo y derrota a Afrodita con la Tormenta Nebular, como en la batalla de las 12 casas. Después, Atlas aparece y ataca de sorpresa a los dos santos de bronce.


Por último, Seiya se encuentra con Saga y ambos empiezan a pelear. Saga se ve superior a su rival y está complicando al mismo con su Explosión de Galaxias, pero finalmente Seiya logra el punto máximo del séptimo sentido y lo derrota con el meteoro pegaso. Saga momentos antes de fallecer, deja en claro que ellos nunca traicionaron a Atenea. Posteriormente llega Jao a confrontar a Pegaso, pero al mismo tiempo llega Mayura y le dice que ella detendrá y derrotará al enemigo.


Mayura empieza a pelear contra Jao mientras Seiya avanza hacia donde está Abel. La santa de plata ataca con golpes, los cuales son inefectivos ante el guerrero de la corona, luego Mayura lanza un golpe concentrando todo su cosmos, pero este es repelido por la barrera del manto sagrado de Jao. Jao contraataca con golpes de fuego, hiriendo un poco a su rival, y luego le proporciona su técnica Garra Brillante del Infierno, que incinera parte de su armadura de plata y le produce un considerable daño en su cuerpo. Jao piensa que ha derrotado a la santa de plata, pero esta se levanta y ataca con sus Aletazos de Pavo Real, que golpean bastante a Jao pero no lo eliminan gracias a la protección de su armadura. Posteriormente, Jao ataca nuevamente con golpes de fuegos y lanza su técnica especial por segunda vez, pero en esta ocasión Mayura la detiene; finalmente, Mayura consigue la victoria con esfuerzo al sujetar con fuerza el brazo de Jao y realizar su ataque Aleteo Supremo del Pavo Real, que destroza la armadura bendecida por Abel y el cuerpo del guerrero.


Por otro lado, DeathMask se encuentra con Berenike con quien inicia a pelear. El santo de oro ataca sistemáticamente con golpes de cosmos pero no logra perforar la armadura de su enemigo, y este contraataca con sus cabellos, haciendo que DeathMask reciba una fuerte descarga de fuego sobre su cuerpo. DeathMask sigue atacando pero no consigue nada; sin embargo, el caballero de Cáncer se da cuenta que él posee mayor velocidad, lo cual puede usar a su favor para esquivar los cabellos y lanzar un ataque poderoso a nivel destructivo. Es ahí donde DeathMask realiza las Llamas Demoniacas, que quema los cabellos y finalmente logra derrotar a su rival.


El último guerrero que queda en pie es Atlas, el más poderoso de los tres. Luego de la derrota de Berenike, Atlas aparece para confrontar al santo de oro. Atlas comienza a atacar a su rival, pero este esquiva todos sus golpes, luego el dorado responde igualmente, equilibrando la pelea. Posteriormente, DeathMask ataca con el Castigo Infernal, pero Atlas desintegra esa técnica por medio de la protección brindada por Abel para su armadura; luego, el guerrero contraataca con la Corona de Fuego, con la que causa un enorme daño a su contrincante. Cuando DeathMask se ve notablemente superado, al poco tiempo, Mayura llega a respaldar al santo de Cáncer, y la batalla se equilibra un poco. Mayura y DeathMask atacan a la vez, complicando un poco a Atlas, pero su ataques, debido al desgaste por sus peleas anteriores, no son lo sufientemente poderosos como para vencer a su rival; además, este último posee una mayor velocidad, lo que le proporciona una ventaja en el combate. Viendo esta última situación, ambos caballeros de Atenea planean una estrategia que consiste en que Mayura inmovilice a Atlas, DeathMask lo ataque con sus Pinzas del Cangrejo, y finalmente la Santa de plata lo remate con su Ventisca del Pavo Real; al ejecutarla, los resultados son los mejores y Atlas es derrotado, pero DeathMask y Mayura caen al piso agotados debido a que usaron casi todo su cosmos.


Los 5 caballeros de bronce llegan heridos y sin armadura por los ataques de los guerreros de Abel, por lo cual no tienen suficiente poder para acabar con el Dios del Sol y salvar a Atenea. Afortunadamente, 5 armaduras doradas llegan y visten a los caballeros; Sagitario a Seiya, Libra a Shiryu, Acuario a Hyoga, Virgo a Shun y Leo a Ikki. Seiya lanza una flecha con el poder concentrado de todos los caballeros, y esta logra perforar el cuerpo de Abel, derrotando así al temible Dios.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Saga: 14.000
Shura: 13.000
Kamus: 13.000
Aioros: 12.500
Afrodita: 11.500
Atlas: 18.000
Jao: 17.000
Berenike: 17.000
Seiya: 14.000; Sagitario: 17.000
Shiryu: 13.200; Libra: 16.500
Hyoga: 13.300; Acuario: 16.600
Shun: 12.800; Virgo: 16.000
Ikki: 14.500; Leo: 17.600
DeathMask: 17.500
Mayura: 17.500
Abel: 500.000
Flecha dorada con energía de todos: 600.000

4). "Los Caballeros del Zodíaco contra Lucifer"


Los cuatro Ángeles Caidos al servicio de Lucifer entran a las 12 casas y organizan una ofensiva que logra herir gravemente a los caballeros de oro que seguían con vida (Mu, Aldebarán, DeathMask, Aioria, Shaka y Milo). Posteriormente, Lucifer hace su aparición y decapita a la estatua de Atenea.

Seiya, Hyoga, Shun y Saori llegan al santuario a observar lo que había pasado, y se sorprenden bastante. Luego, Lucifer hace su aparición y dice que Eris, Abel y Poseidón les vendieron sus almas para vengarse de Atenea y la Tierra, y le comunica a Saori que si quería salvar a la humanidad debía entregarle toda su sangre; los protectores de Atenea atacan al enemigo, pero son derrotados y gravemente heridos por cuenta de los Ángeles Caidos. Posteriormente, la Tierra padece maremotos, erupciones volcánicas y un eclipse.


Mayura se entera de lo que pasó en el Santuario, y se dirige al Pandemonium para vengar lo que le hicieron a los santos de oro, en especial a DeathMask. Debido a que Seiya, Hyoga y Shun se encuentran aún en un estado delicado de salud a razón de su enfrentamiento contra los secuaces de Lucifer, la santa de plata no puede contar con estos tres personajes; sin embargo, Shiryu no fue herido por lo que él la acompaña. Por otro lado, Atenea se dirige a entregarle su vida al enemigo para evitar la devastación del planeta.


Mayura y Shiryu llegan y son enfrentados por Belcebu y Astaroth. La santa de plata se enfrenta a los dos rivales a la vez para que Shiryu continúe su camino para salvar a su Diosa. Mayura tiene dificultades al pelear contra 2 Ángeles Caidos, por lo cual esta se ve superada en el principio de la pelea; sin embargo, luego esta ataca con el Aleteo del Pavo Real y elimina a Astaroth. La santa de plata queda con menos energías, y esto es utilizado por Belcebu para derrotarla con su técnica especial.


En su camino, Shiryu se encuentra con Eligor y Moa, e inicia a pelear contra ambos. Shiryu está siendo humillado por los ataques de los otros dos Ángeles Caídos, pero a pesar de esto, el caballero de Dragón vence a Eligor cuando este bajó la guardia. Sin embargo, el santo queda sin energías, por lo cual se ve superado por Moa; en el momento cuando el enemigo está por asesinar a Shiryu, Ikki llega a su rescate.


Ikki pelea contra Moa usando como primer recurso el Golpe Fantasma, que aparenta no tener ningún efecto sobre el Ángel. Luego, la pelea se le dificulta al caballero de Fénix por la ilusión creada por Moa; sin embargo, Ikki logra superarla y ataca a su enemigo con las Alas Ardientes de Fénix, derrotándolo al instante. Posteriormente, Belcebu llega y derrota de un golpe sorpresa a ambos caballeros.


Mayura se recupera un poco de la técnica que recibió por parte de Belcebu, y sigue su trayecto hasta encontrar a Atenea. Una vez encuentra a su Diosa, nuevamente es confrontada por Belcebu, quien la está doblegando sin mucha dificultad. Cuando la pelea parecía ganada por el Ángel Caido, la armadura de Cáncer aparece y viste a Mayura, quien recupera e incrementa su cosmos. Con su nuevo poder, Mayura enfrenta a Belcebu, y lo vence después de un tiempo con la Ventisca del Pavo Real.


Mayura de Cáncer se dispone a enfrentar a Lucifer, pero desafortunadamente este toma a Atenea para que no le pueda hacer daño; además, debido al eclipse que estaba en curso, los rayos del Sol ya no llegan a la Tierra, por lo cual Mayura no puede realizar un ataque efectivo en medio de tanta oscuridad. Por suerte, las demás armaduras de oro aparecen y forman por un momento una luz que reemplaza al Sol y debilita a Lucifer, lo cual es aprovechado por Mayura para poner a salvo a Saori y derrotar a Lucifer con su Aleteo Supremo.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Mayura de Pavo Real: 20.500
Mayura de Cáncer: 33.000
Shiryu: 16.500
Ikki: 18.000
Astaroth: 19.000
Eligor: 16.000
Moa: 17.500
Belcebu: 22.500
Lucifer: 90.000; debilitado por la luz de las armaduras: 30.000

5). "Los Caballeros del Zodiaco Obertura del Cielo"


Después de la batalla contra Hades, Seiya queda atrapado en un sueño profundo a causa de la herida que el Dios del Inframundo le hizo con su espada; ahora Saori se hace cargo de Seiya.

De un momento para otro, 3 Ángeles de Artemisa llegan a la casa de Seiya con intenciones de matarlo debido a su rebeldía ante los Dioses, pero Atenea lo impide. Posteriormente, la Diosa Artemisa aparece y dice que es la voluntad de los Dioses acabar con los caballeros que pelearon contra estos, pero Atenea no piensa permitirlo, por lo que hace un trato con su hermana que consiste en que ella le entregará el control de la Tierra y el Santuario a cambio de que no le cause daño a ninguno de sus guerreros; Artemisa accede y se lleva el Báculo de Atenea.


Los Dioses castigan a los santos de Oro sellando sus almas en el Santuario por la eternidad. Por otro lado, Seiya logra recapacitar y momentos después se encuenta con Marin, quien le cuenta todo lo que ha pasado y le pide que regrese al Santuario. Una vez Seiya llega al Santuario, se encuentra a Shaina, quien aparenta servir a Artemisa, y esta lo vence fácilmente debido a que el santo de bronce no puede usar su cosmos. Mientras tanto, Atenea utiliza su sangre para salvar a la humanidad, aunque este acto le cueste la vida.

Posteriormente, Shun se dirige al Santuario pero es detenido por Teseo, quien se ve muy superior al caballero de Atenea y lo derrota con unos cuantos ataques. Cuando el santo se ve en problemas, Ikki llega y se une a la batalla; sin embargo, Teseo sigue siendo superior y continua atacando a los guerreros. Finalmente, Ikki y Shun utilizan todo su cosmos para realizar un ataque en conjunto, con el que logran derrotar al Ángel; los santos de bronce quedan sin energías.


Los siguientes en regresar al Santuario son Hyoga y Shiryu, quienes se cruzan con Odiseo y comienza una nueva batalla. El Ángel humilla a los santos de bronce durante la batalla, pero estos en su último intento elevan su cosmos hasta el infinito y realizan un ataque en conjunto, mientras que Odiseo lanza su técnica. Los caballeros al servicio de Atenea quedan tendidos en el suelo y heridos de gravedas, lo cual indica que Odiseo ha ganado; sin embargo, poco después Odiseo se destruye por los ataques que recibió anteriormente.


Ícaro, el último Ángel de Artemisa, aparece para confrontar a Seiya, y este último debido a que aún no puede liberar su cosmos, es derrotado con suma facilidad. Afortunadamente, Mayura llega al rescate y enfrenta a Ícaro; ambos guerreros dan una batalla digna debido a que sus poderes están practicamente igualados. Ícaro y Mayura se están acabando entre sí, pero este primero tiene una leve ventaja sobre su rival; finalmente, ambos lanzan sus mejores técnicas, quedando destrozados.


Seiya se dirige a detener a Atenea, pero esta le pide a su hermana Artemisa su antiguo báculo para acabar con la vida del caballero de Pegaso. Atenea atraviesa a Seiya con su báculo, pero no con el fin de matarlo sino de quitarle la maldición de la espada de Hades que le impide al santo de bronce liberar su poder. Artemisa se da cuenta de eso y lanza una flecha a su hermana por el acto de traición, pero Mayura con sus últimas energías se interpone y la recibe, quedando al borde de la muerte.


Finalmente, Apolo aparece con intenciones de destruir a la humanidad y a Atenea. Seiya lo confronta con todo su poder, pero no es capaz ni siquiera de tocarlo. En un último intento por al menos herir al poderoso Dios, Seiya lanza su meteoro pegaso portando su Kamei, y logra rasguñar la mejilla de Apolo. Posteriormente, este perdona a los caballeros, pero les borra la memoria y les quita su poder, por lo cual en adelante los valientes caballeros que protegieron a Atenea en diversos ocasiones llevarían una vida como cualquier humano. Además, Mayura no muere a causa de la flecha de Artemisa, pues Atenea la salvó.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Seiya: 31.000; Kamei: 310.000
Shiryu: 30.500
Hyoga: 30.700
Shun: 29.500
Ikki: 32.000
Mayura: 36.000
Teseo: 33.000
Odiseo: 32.000
Ícaro: 36.000
Artemisa: 900.000
Apolo: 1.800.000


Fin del post! Muchas gracias por leer la historia, espero que os haya gustado, si es así compartelo o divulgalo. ¡Hasta la próxima!

NOTA: Próximamente continuaré la trama para la historia de Saint Seiya Omega. Además, realizare una historia propia que continúe la saga de Hades.

domingo, 29 de enero de 2017

DeathMask de Cáncer lucha del lado del bien (Historia alternativa de Saint Seiya).


El Torneo Galáctico, la lucha contra los caballeros negros al servicio de Ikki del Fénix y la lucha contra los santos de plata sucede como en la historia original.

En la lucha contra los caballeros de plata, cuando aparecen Dante de Cerbero y Capella de Auriga, estos complican un poco a Seiya, Hyoga y Shun, pero afortunadamente Ikki llega y derrota a Capella con su golpe fantasma. Dante se encuentra en aprietos y en esos momentos es asesinado por Mayura del Pavo Real, quien al ver la debilidad de su colega decide acabarlo para que no estorbe en su pelea contra los caballeros de bronce.


La santa de plata comienza a pelear contra los 4 caballeros de bronce a la vez y los derrota con mucha facilidad, pues su poder está a otro nivel en comparación con los demás guerreros de plata que han aparecido, e inclusive ella afirma que está al nivel de un santo de oro.

Seiya es el primero en atacar con sus Meteoros de Pegaso, pero esta técnica es evadida por la santa de plata sin ninguna dificultad, y luego esta responde con un potente golpe  que destruye la armadura de Seiya. Hyoga y shun inmediatamente atacan con sus técnicas Polvo de Diamante y Cadena Nebular respectivamente, sin ningún resultado, pues la plateada detiene los ataques con sus manos sin mucha dificultad, y posteriormente los bronceados resultan heridos de gravedad por los poderosos golpes propinados por Mayura. Finalmente, Ikki se dispone  a pelear, y le aplica el Golpe Fantasma de Fénix a la rival, el cual aparentemente habría surtido efecto, pues causa una ilusión en donde la santa de plata ataca brutalmente a Ikki pero no lo consigue herir, y sus golpes son devueltos junto a las Alas Ardientes de Fénix; aparentemente, la santa de plata fue derrotada, pero para sorpresa de Ikki está había detenido con las manos su técnica de Alas del Fénix, que había lanzado mientras la Ilusión fantasma surtía efecto sobre los nervios del cuerpo de la guerrera, lo cual indica que Mayura no se vio inmutada por esta ilusión. Posteriormente, la mujer contraataca ferozmente, destrozando la armadura de ikki y dejándolo fuera de combate con una potente patada.


Mayura está por asesinar a los santos, pero en ese momento un extraño personaje aparece y manda a volar a la enemiga; este resulta ser DeathMask, santo de oro de Cáncer.


Mayura se impresiona por el ataque de quien se supone era su aliado, pero él le dice que no está a favor de un patriarca que no cumple con la voluntad de Atenea y solo genera desmanes. El santo de oro y la plateada se conocían del Santuario, y al parecer mantenían un contacto cercano, pues el santo de cáncer afirma haber intervenido sólo para cambiar la postura de la santa de pavo real, quien según palabras del guerrero se caracterizaba por un fuerte sentido de auténtica justicia del bien, y está actuando en contradicción con sus ideales. Sin embargo, Mayura ignora todas esas palabras y ataca brutalmente al santo de oro, pero este esquiva los ataques sin mayor dificultad y le responde con una serie de golpes que la afectan un poco. Posteriormente, antes de que Mayura se recuperara, recibe otro golpe que no alcanza a contrarrestar del todo y por tal motivo le destruye la máscara; como consecuencia la santa se enfurece y realiza uno de sus ataques especiales, "Alas destellantes de plumas reales", que consiste en propinar ataques a la velocidad de la luz con una fuerza sobre natural; DeathMask al recibir este ataque queda un poco herido, pero no pasó a mayores pues gran parte del impacto lo recibió su armadura, que quedó dañada. El caballero de Cáncer se impresiona por el poder de su contrincante, pero este afirma con vehemencia que será el ganador de la batalla. DeathMask ataca con golpes de cosmos a su enemiga, hiriéndola un poco, pero esta logra contrarrestarlos y ataca con todo su poder a su enemigo con su tecnica más poderosa, la "Ventisca del pavo real", y lo remata con una patada que le rompe los huesos de su brazo izquierdo. Deathmask está debilitado y la armadura de Cáncer ha recibido un daño considerable, por lo que el santo de oro debe quemar su cosmos al máximo para realizar el ataque "Pinzas doradas del cangrejo", que consiste en generar dos poderosos rayos de cosmos que representan las dos pinzas de un cangrejo, los cuales poseen un poder destructivo inimaginable y causan un daño inconcebible en el cuerpo de quien los recibe. Con esta técnica, el dorado deja fuera de combate a Mayura.


Mayura se encuentra bastante herida en el piso, y cuando el santo de Cáncer está por darle el golpe final, los dos inician una conversación. Mayura confiesa que sabe que el patriarca es malo, pero lo obedece porque él le prometió que le daría una armadura dorada si derrota a los caballeros de bronce y asesina a Saori; en esos momentos, Saori se presenta, lo cual le genera a la guerrera del Pavo Real un profundo sentimiento de arrepentimiento y cambio. Finalmente, DeathMask lleva a Mayura para curarla y los caballeros de bronce le agradecen por todo.

Aclaración: Para poder representar los poderes de los personajes de Saint Seiya, utilizaré el método con el cual crearon los poderes de pelea en Dragon Ball Z.
* Este método pretende medir las capacidades y los alcances de poder, además de diferenciar las habilidades entre personajes. Tampoco se pretende determinar quien ganaría en una batalla.

Seiya: 3050
Hyoga: 3000
Shun: 3100
Ikki: 3450
Mayura: 15.500
DeathMask: 16.000

DeathMask cura a Mayura, y esta bonita acción produce que ella se encariñe y enamore del santo de Cáncer. Luego, DeathMask va donde el patriarca a derrotarlo, y allí es interceptado por Milo de Escorpio, con quien sostiene un enfrentamiento corto debido a que este santo dorado está a favor de los intereses del patriarca y está dispuesto a castigar a su colega por traición. Milo y DeathMask intercambian golpes de cosmos, viendose equilibrados en cuanto a poder al principio, sin embargo DeathMask toma la ventaja eventualmente y manda a Milo a volar con uno de sus ataques. En vista de la situación, el patriarca se ve en la obligación de hacer uso de una técnica para controlar la mente del caballero de Cáncer, el satan imperial, y ahora lo hace servil de sus fechorías. El patriarca le impone a DeathMask que debe servirlo por siempre y debe asesinar a todo caballero o persona que se revele contra él.


Por otro lado, el resto de la historia hasta el inicio de los enfrentamientos con los santos de oro para salvar la vida de Saori sucede tal cual como en la versión original. Los santos de bronce llegan a la casa de Aries, la primera casa de los templos zodiacales, donde se encuentran con Mu de Jamir, un aliado potencial quien repara sus armaduras y los instruye en el alcance del septimo sentido, que es necesario para llegar al nivel de los santos dorados y rivalizar con estos.


Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun entran a la casa de Tauro, donde se enfrentan a Aldebarán. Seiya se ofrece de voluntario para enfrentar a Tauro para que los demás avancen, pero el doraro manda a volar a los bronceados impidiendoles el paso por su templo. Seiya no tiene otra opción que combatir para derrotar a su adversario, pero no es capaz ni siquiera de encajarle un golpe debido a su enorme velocidad. Aldebarán lanza su técnica Gran Cuerno, hiriendo bastante al caballero de Pegaso, pero posteriormente este logra dominar por un momento el séptimo sentido, consiguiendo esquivar los ataques veloces del dorado y posteriormente logra cortar el cuerno del casco de la armadura de tauro, con lo cual consigue el paso hacia la siguiente casa. Poco despues, los demás guerreros de bronce logran golpear al guardián de Tauro para poder seguir con su reccorrido.


Los caballeros de bronce ingresan a la Casa de Geminis, y allí se encuentran atrapados en el laberinto del Patriarca impostor, Saga. Seiya y Shiryu logran atravesar la casa sin mayor dificultad debido a que Shiryu, al estar ciego, se percató de la salida; sin embargo, los otros 2 santos de bronce quedan a la deriva del poder de géminis. La ilusión de géminis ataca con la técnica Otra Dimensión, con la cual Hyoga se transporta a la casa de Libra; Shun por su parte, lucha contra la ilusión creada por Saga.


Por otro lado, Mayura se incorpora nuevamente al Santuario, luego de que se retirará de ese lugar de manera momentánea para evitar la persecusión por parte del Patriarca, debido a su fallo en la misión encomendada y su conexión reciente con DeathMask, considerado como traidor por el sumo sacerdote. Sin embargo, a penas llega es interceptada por 3 caballeros de plata, guardianes de las costelaciones de Copa, Escudo y Cruz del Sur, quienes tienen la misión de castigar a la santa de plata por su traición. Mayura trata de hacer recapacitar a sus colegas de plata, diciéndoles las verdaderas intenciones del Patriarca y recalcándoles que no tienen posibilidades de vencerla; no obstante, los caballeros hacen caso omiso a las palabras de la guerrera y se disponen a atacarla. Mayura esquiva todas las técnicas de sus colegas moviéndose a gran velocidad, y contraataca con poderosos golpes que dejan fuera de combate a los plateados. Durante el combate, el santo de la Copa le comunica a Mayura que el otro traidor, haciendo referencia a DeathMask, ha cambiado de bando y ahora sirve al Patriarca, y tiene como misión eliminar a los caballeros de bronce que irrumpieron en las doce casas. Tras oir esas palabras, Mayura queda conmocionada y angustiada, por lo cual decide dirigirse cuanto antes al templo de Cáncer; por tal motivo, no piensa perder más tiempo acabando de una vez por todas con la pelea. Los santos de plata hacen uso de las técnicas "Tornillo triturador de Huesos, Relámpago de la Cruz del Sur y Lanzas de Hielo del Loto Blanco" mientras que Mayura emplea las Alas destellantes de plumas reales, derrotando a todos sus enemigos a la vez. Antes de sucumbir, el santo de Copa le advierte a su colega que no conseguirá derrotar al patriarca, por muy fuerte que sea.


Mientras tanto, Shiryu y Seiya llegan a la casa de Cáncer custodiada por DeathMask, pero este a pesar de que era aliado, los detuvo y empezó a pelear. DeathMask es lógicamente superior y le está dando una paliza a los santos de bronce, a pesar de que estos utilizan sus mejores tecnicas. Seiya y Shiryu atacan en conjunto para acorralar al dorado, pero ni siquiera son capaces de percibirlo, por lo cual reciben una gran cantidad de golpes a la velocidad de la luz sin darse cuenta. Bastante dañados por los ataques, los santos atacan con el Cometa Pegaso y el Dragón Ascendente al mismo tiempo, pero sus ataques son detenidos a penas con un dedo por el enemigo; posteriormente, reciben otra tanda de podersos golpes. Sin embargo, para suerte de ellos Mayura llega y les dice que avancen a la siguiente casa y que ella se encargará del santo de oro.


Mayura y DeathMask mantienen una pelea pareja, y en algunos tramos el caballero de Cáncer muestra un poco de superioridad. Mayura comienza un combate físico, el cual es mantenido por el dorado con igualdad. La santa de pavo está conmocionada por la actitud rara de su querido caballero dorado, por lo cual no puede concentrarse totalmente en la pelea y resulta herida por unos cuantos ataques de su rival. Paralelamente, en la casa de Geminis, Shun despierta el séptimo sentido por un momento y así logra romper la ilusión del laberinto y a la vez desequilibrar el control mental de Saga sobre DeathMask por un momento. El caballero de cáncer aprovecha para decirle a Mayura que está bajo un control mental y la única manera para que se libre de este es asesinando a alguien, por lo cual le pide a la santa de plata que lo mate para que así no suceda una peor tragedia. Mayura continúa luchando, pero no tiene intenciones de lastimarlo, por lo que no se emplea a fondo y como consecuencia sale bastante lastimada en el combate a causa de la tecnica del dorado "Castigo Infernal", que consiste en emplear una serie de espiritus para atrapar al rival y debilitarlo a la vez, para luego lanzar unos ataques de cosmos que provocan una poderosa explosión al colisionar con el cuerpo del enemigo. Mayura no piensa matar al hombre que ama, por lo cual decide sacrificarse para el bien del caballero de la constelación de cáncer; sin embargo, por suerte a ella se le ocurrió la idea de noquear al santo de oro con un potente ataque y aplicarle una técnica de paralización mientras derrotan al patriarca para romper el control mental. Siguiendo este plan, Mayura reune una cantidad considerable de cosmos para lanzar su técnica "Aletazo Sagrado", la cual consiste en concentrar una enorme cantidad de cosmos para lanzarlo hacia un punto en especifico, contrarrestando las "Pinzas doradas del cangrejo" e impactando fuertemente en el dorado, quien efectivamente quedó inconsciente; posteriormente, la plateada aplica una técnica de paralización sobre su rival. De esta manera, Mayura se une en la lucha contra los santos de oro y el patriarca.


La siguiente casa es la de Leo, custodiada por Aioria, quien se alío a Saori y los caballeros de bronce; sin embargo, este también cayó bajo el control mental de Saga. Seiya y Shiryu comienzan a pelear contra Aioria, pero son fácilmente superados; en esos momentos llegan Mayura y Shun, y la santa de plata les cuenta sobre la técnica de control mental de Saga a sus colegas y les dice a estos que avancen, pues ella va a confrontar al guardián de Leo. Mayura y Aioria comienzan a pelear, y este último se ve relativamente superior a su contrincante debido a que ella estaba debilitada por su anterior combate. Como es característico en Mayura, esta incia un ataque basado en fuerza fisica para confrontar en primera medida a su oponente, pero a pesar de los esfuerzos de la santa Aioria no se ve en problemas y responde adecuadamente al ataque de su rival. Posteriormente, haciendo uso del Relámoago de Voltaje, Leo manda a volar y hiere a la santa de pavo. Sin embargo, ella se levanta y ataca con las "Alas destellantes de plumas reales", golpeando un poco a Aioria, pues este alcanzo a evadir parte de esta técnica moviendose a la velocidad de la luz. Posteriomente, Mayura es herida por el "Plasma Relampago", recibiendo un gran daño en su armadura y cuerpo, además su cosmos disminuyó bastante, pero ella sabe que no tiene que asesinar al caballero sino noquearlo y paralizarlo. Debido a los efectos del Satán imperial, Aioria se pone bastante agresivo, por lo cual ataca nuevamente con el Plasma Relámpago, pero esta vez la plateada habilmente contrarresta este ataque con sus Alas destellantes de plumas reales. Una vez teniendo este plan que empleó con DeathMask, Mayura libera su cosmos al máximo y deja inconsciente a Aioria con su Ventisca de pavo real, y luego le aplica la técnica de paralización. Mientras tanto, en la casa de Libra, Hyoga es congelado por su maestro Camus en un ataúd de hielo practicamente indestructible.


Los caballeros al servicio de Atenea llegan a la casa de Virgo, donde deben enfrentar a Shaka, uno de los caballeros más poderosos. Shaka sin mucho esfuerzo, derrota a los 3 caballeros de bronce con una serie de golpes potentes dejándolos inconscientes por un momento. Paralelamente, Mayura ingresa al templo de Virgo, confrontando a Shaka para ganar su paso por este templo. Shaka casi inmediatamente ataca a la plateada, pero esta esquiva los golpes a larga distancia de Shaka y responde con un golpe cargado de cosmos que es repelido por la barrera defensiva creada por Shaka. Posteriormente, Mayura emplea su Aletazo Sagrado, destruyendo la defensa del santo de virgo e hiriendo un poco a este en la cara. Posteriormente, Mayura decide seguir atacando pero no puede hacer nada debido a que Shaka empleó el Seis Samsara, pero el efecto de la técnica es detenida por la intervención de Ikki de Fénix, quien se ofrece para enfrentar al dorado mientras los demas avanzan.


Esta batalla sucede como en la historia original. Shaka e Ikki demuestran todas sus habilidades y técnicas de combate, mostrando variedad de efectos y situaciones. Shaka se nota muy superior en el transcurso del combate, doblegando al Fénix y hasta llega al punto de humillarlo en algunos tramos. Sin embargo, a pesar de la desventaja, luego de despertar el séptimo sentido Ikki decide sacrificarse para derrotar a Shaka, pero en vez de morir al final tanto Shaka e Ikki se transportan a otra dimensión desconocida, donde para regresar deben acudir a la ayuda de Mu de Aries. 


Los caballeros llegan a la casa de Libra y se encuentran el ataúd donde se encuentra congelado Hyoga. Por más de que los caballeros lanzaran ataques poderosos al ataúd, este no se rompe. Pero finalmente la armadura de Libra aparece, y con ayuda de las poderosas armas de esta, logran romper el ataúd y salvar a Hyoga; además, Shun le otorga parte de su cosmos a Hyoga para que se recuperara.

Los caballeros siguen su trayecto y llegan a la casa de Escorpión, donde deben derrotar a Milo para seguir. En esta ocasión, Mayura decide pelear y los demás avanzan hacia la próxima casa. Mayura redujo su poder significativamente debido al desgaste en sus tres peleas anteriores que mantuvo con los santos de oro de Cáncer, Leo y Virgo, por tal razón Milo es superior a ella. En primera instancia, Mayura inicia una rafaga de ataques basados en cosmos, esquivados por el dorado con relativa facilidad; posteriormente el santo de Escorpio paraliza el cuerpo de su enemiga por medio de su técnica "Restricción", y aprovecha para darle unos cuantos golpes. Posteriormente, Milo la libera y le da la oportunidad de escapar, pero ella se niega y ataca nuevamente, sin ningún resultado y está vez el santo de oro ataca a su enemiga con la Aguja Escarlata, y logra propinarle 14 poco a poco. La última aguja, Antares, es la más letal, pero antes que Mayura recibiera este ataque, ella logra golpear repetidas veces a Milo, y le aplica las Alas destellantes de plumas reales, dejándolo fuera de combate. Milo reconoce la lucha de los caballeros de Atenea, por lo cual le permite a la santa de plata avanzar y le detiene la hemorragea causada por sus ataques.


En la casa de Sagitario, los caballeros atraviesan por unas pruebas instauradas por su antiguo guardián Aioros, y finalmente logran superarlas, por lo que avanzan en su trayecto.

Shura, el santo de oro de Capricornio, es el siguiente rival de los caballeros, Shiryu decide enfrentarlo y la batalla acontece como en la historia original. Shiryu al ser herido gravemente por Excalibur, se ve sin posibilidades de vencer a menos que haga uso de un último recurso suicida, el "Último Dragón" para destruirse junto con el dorado, sin embargo al verse al borde de la muerte, Shura observa el espíritu de lucha de Shiryu y su error al revelarse contra Atenea, por lo cual decide salvar al Dragón dándole su armadura dorada, exponiendo su cuerpo al calor de la atmósfera, con lo cual muere pulverizado.


Llegan a la casa de Acuario, custodiada por Camus, quien se enfrenta en un combate a muerte con Hyoga, e igualmente esta pelea sucede como en la realidad. Los demás santos avanzan. Hyoga alcanza el séptimo sentido y consigue dominar momentáneamente el cero absoluto, y utilizando una Ejecución Aurora vence a su maestro, y posteriomente él queda herido de muerte.


Los caballeros al servicio de Atenea, Seiya, Shun y Mayura llegan a la última casa, custodiada por Afrodita de Piscis, quien se enfrenta a Shun. La batalla sucede como en la historia original. Afrodita destruye la armadura de Andromeda junto con las cadenas con las Rosas Pirañas; sin embargo, Shun aún puede hacer uso de su técnica basada en cosmos, la Tormenta Nebular.  De este modo, el santo de bronce utiliza está técnica al hacer uso del séptimo sentido, aniquilando al dorado. Pero al mismo tiempo Shun es herido por una Rosa Sangrienta,  por lo que le destina la muerte al igual que su rival.


Seiya y Mayura están por atravesar el camino hacia la cámara del patriarca, el cual estaba invadido por rosas rojas. Mayura identifica que son las rosas venenosas de Afrodita, por lo cual utiliza una rafaga de viento para destruirlas. Luego, ambos siguen el camino que conduce a donde el patriarca. Al llegar, son enfrentados por Saga posesionado por su parte maligna, quién les da una paliza a sus enemigos. Seiya sigue al cuarto donde se encuentra el escudo de Atenea, el cual podía salvar a Saori de morir a causa de la flecha; mientras que Mayura enfrenta a Saga para distraerlo. En primera instancia, Mayura logra golpear en repetidas veces a Saga, pero este igualmente responde violentamente a los ataques de la plateada con poderosas ráfagas de cosmos, lastimando y desgastando bastante a esta; luego le lanza su Aletazo Sagrado, el cual es detenido por el dorado debido al poco poder de este a causa del desgaste de la santa de plata; posteriormente, Saga empieza a atacar y doblegar a Mayura. Finalmente, Saga utiliza la Otra Dimensión para deshacerse de su enemiga, pero antes es interrumpido por Ikki de Fénix.


Finalmente, Saori se salva y comienza a subir el camino de las doce casas y a curar a DeathMask, Aioria, Shiryu, Hyoga y Shun. Paralelamente, Saga está masacrando a Seiya y Mayura, pero Ikki, quien habia regresado con Shaka de una dimensión extraña, hace su aparición para salvarlos pero es igualmente derrotado. Ikki comienza atacando con el Ave Fénix, pero al ver que esta técnica no afecta mucho al santo de géminis, decide emplear entonces el golpe fantasma, al mismo tiempo que el dorado emplea el satan imperial; ambos caballeros resultan afectados de una u otra manera por el choque de técnicas. Posteriormente, Saga derrota al Fénix con la Explosión de Galaxias,quedando herido de gravedad.


Cuando el dorado está por darle el golpe final a Ikki, Mayura se levanta y vuelve a confrontar al enemigo con sus últimas fuerzas. Mayura ataca desesperadamente, pero sus esfuerzos som en vano y finalmente recibe la Explosión de Galaxias, quedando al borde de la muerte con este poderoso ataque. Mayura se encuentra totalmente indefensa en el suelo, y cuando esta mujer caballero está a punto de morir a manos de Saga, Saori llega acompañada de los demás santos de bronce y oro. DeathMask ataca a Saga y sitúa a Mayura en un lugar seguro fuera del área de combate, y posteriormente desafia a Saga a un combate definitivo. El santo de Cáncer y Géminis inician un ataque basado en golpes de cosmos, hiriéndose mutuamente. Posteriormente, Saga toma la ventaja propinando una serie de rayos ken a la velocidad de la luz, que mandan a volar al contrincante, pero DeathMask no se ve afectado y se levamta inmediatamente, atacandi igualmente con rayos ken, y con esto el dorado está superando y doblegando al patriarca impostor; luego, Saga contraataca pero no es capaz de derrotar al dorado de Cáncer. Así se mantieje el combate por un tiempo, pero Luego de este enfrentamiento basado en golpes, DeathMask lanza sus Pinzas doradas del Cangrejo y Saga la Explosión de Galaxias; el primer ataque resulta más poderoso, por lo cual disuelve la técnica de Saga y luego golpea a este último, hiriéndolo de gravedad. Saga momentos antes de morir, recupera su faceta buena y se arrepiente por todo el daño que causó y pide perdón a Saori y sus compañeros.

Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Mu de Aries: 15.500
Aldebarán de Tauro: 14.000
Saga de Geminis: 16.000
DeathMask de Cáncer: 16.500
Aioria de Leo: 15.000
Shaka de Virgo: 16.300
Milo de Escorpión: 14.500
Shura de Capricornio: 14.000
Kamus de Acuario: 14.000
Afrodita de Piscis: 13.500
Plateado de la Copa: 4.300
Plateado del Escudo: 3.200
Plateado de la Cruz del Sur: 3.100
Seiya: 4100; séptimo sentido: 13.500
Shiryu: 4000; séptimo sentido: 13.000
Hyoga: 4050; séptimo sentido: 13.200
Shun: 4150; séptimo sentido: 13.800
Ikki: 4400; séptimo sentido: 15.000
Mayura: 16.200

Luego de la batalla en las doce casas, los 6 caballeros dorados que seguían vivos utilizan su sangre para restaurar y mejorar las armaduras de los santos que pelearon por Atenea (Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun, Ikki y Mayura).

En Asgard, la gobernante de dicho país, Hilda de Polaris, es controlada por un ente desconocido y se convierte en una persona fria y mala debido a una sortija que la domina. Hyoga averigua lo que estaba pasando gracias a Fler, hermana de Hilda, y ella afirma que los glaciares se están derritiendo y como consecuencia se inundará ese territorio; Saori dice que Hilda está siendo controlada por la sortija Nibelungo y le ordena a los santos de bronce que vayan a destruirla mientras ella detiene el derretimiento del hielo con su cosmos divino.


Cuando llegan a Asgard, se enteran de que la única manera para destruir el Nibelungo es utilizando la Espada de Balmung, que solo se obtiene reuniendo los 7 sáfiros de las armaduras de los dioses guerreros, y para ello deben derrotarlos.

El primer enemigo que se encuentran es a Thor de Phecda Gamma, quien derrota a Shiryu, Hyoga, Shun y Seiya con facilidad. Sin embargo, Seiya logra despertar el séptimo sentido por un momento y con esto derrota su contrincante y obtiene el sáfiro.


El siguiente guerrero al que se encuentran es a Phenril de Alioth Épsilon, quien se enfrenta a Shiryu. El guerrero de Asgard hiere de gravedad a Shiryu, pero este finalmente eleva su cosmo al máximo para vencer a su contrincante, logrando su objetivo; sin embargo, el caballero queda sin energía.


Hagen de Merag Beta es el siguiente Dios guerrero, quien celoso por la reciente conexión entre Hyoga y su amada Fler, decide atacar al santo de bronce. Finalmente, Hyoga consigue derrotar a su contrincante empleando su máxima técnica de hielo, la Ejecución Aurora.


En el siguiente enfrentamiento, Shun se mide contra Mime de Benetnasch Eta, quien lo supera ampliamente. Cuando el santo de bronce está por ser asesinado, su hermano Ikki lo rescata y se enfrenta a Mime, y tras una ardua pelea Ikki consigue derrotarlo con su puño fantasma.


Posteriormente, Seiya se encuentra con Alberich de Megrez Delta, quien lo encierra en una especie de ataúd de diamantes. Al momento, Mayura llega a rescatar a Seiya y a acabar con el enemigo, pero este le dice que si lo asesina Seiya no volverá a la normalidad, lo cual es falso; gracias a la inteligencia de Alberich, este inventó eso para que Mayura no lo pudiera atacar con todo su poder y así la victoria se le facilite. Efectivamente, Mayura no es capaz de atacar con todo su potencial, por lo cual está siendo superada por Alberich; sin embargo, al parecer la santa de plata se entera del engaño de su enemigo, y se arriesga a aniquilarlo. Mayura vence a su enemigo con las Alas Destellantes de Plumas Reales, y consigue salvar a Seiya del ataúd de amatista.


El penúltimo rival es Cid de Mizar Zeta, quien es derrotado por Shun tras liberar el séptimo sentido, como en la historia original. En esos momentos, el hermano del dios guerrero But de Alcor Zeta aparece y es confrontado por Ikki, y al final este primero se va con el cuerpo de su hermano tras su derrota con el Fénix, para morir congelados.


Finalmente, los guerreros van a enfrentar a Sidfried Doble Alfa, el Dios Guerrero más poderoso. Sidfried derrota sin dificultad a Seiya, pero tiene un poco de problemas contra Mayura, sin embargo no se ve superado. Mayura comienza atacando con una rafaga de puños, con los cuales complica un poco a Sidfried, posteriormente la santa de plata ataca con las Alas Destellantes de Plumas Reales, hiriendo considerablemente a su enemigo; sin embargo, Sidfried no es derrotado gracias a su invulnerabilidad. Luego, Sidfried contraataca con la Ventisca del Dragón, con la cual deja fuera de combate a la plateada.


Sidfried se dispone a rematar a Mayura, pero en esos momentos, DeathMask aparece para salvar a su colega y confronta a Siedfried. El santo de oro se ve superior a su enemigo en cuanto a poder, sin embargo sus ataques como "Castigo Infernal", por más de que hieren a Sidfried, no son capaces de derrotarlo debido a la resistencia del cuerpo del Dios Guerrero. Viendo la situación, DeathMask decide utilizar su técnica "Llamas Demoniacas" para destruir el alma de Sidfried y así derrotarlo, y finalmente consigue su objetivo.


Gracias a que reunieron los 7 sáfiros, la armadura de Odín aparece y viste a Seiya, y finalmente consigue romper la sortija Nibelungo.

Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Thor de Phecda Gamma: 13.000
Phenril de Alioth Épsilon: 12.500
Hagen de Merag Beta: 12.800
Mime de Benetnasch Eta: 14.100
Alberich de Megrez Delta: 14.700
Cid de Mizar Zeta: 13.000
But de Alcor Zeta: 14.000
Sidfried Doble Alfa: 17.100
Seiya: 5.500; séptimo sentido: 15.500
Shiryu: 5.200; séptimo sentido: 15.200
Hyoga: 5.300; séptimo sentido: 15.300
Shun: 6.000; séptimo sentido: 16.000
Ikki: 6.500; séptimo sentido: 16.500
Mayura: 18.500
DeathMask: 18.500

Posterior a la destrucción del anillo Nibelungo, Hilda de Polaris recupera la cordura y revela que fue manipulada por el poder del Emperador de los Mares, Poseidón. Atenea preveé una nueva guerra santa contra este Dios, por lo cual se prepara ante cualquier eventual amenaza.


La Diosa designa una misión a Shaka de Virgo, la cual consiste en ubicar la Fortaleza Submarina, y también le ordena a DeathMask que se haga cargo de la protección de los bronceados y Mayura mientras estos se recuperan de sus heridas en el hospital. Unos cuantos días después de este suceso, DeathMask se encuentra al cuidado de los guerreros, y es atacado por nuevos enemigos, que tienen la misión de eliminar a los santos que están en coma. Se trata de Tetis de Sirena y Sorrento de Sirene, marinos al servicio de Poseidón.  Sorrento de Sirene, un general marino a servicio de Poseidón, le informa al caballero de Atenea que su Dios ha despertado y tiene intenciones de conquistar el Mundo y aniquilar a la humanidad. Tetis observa a Mayura y decide atacarla sin vacilar, pero es detenida antes por el dorado de Cáncer, quien la manda a volar de un golpe. Sorrento interviene tocando su melodía, aturdiendo así al santo; pero apesar de que su poder se ve reducido por la técnica del general, DeathMask le manda unos cuantos golpes, pero estos son detenidos fácilmente por el enemigo, quien le responde con un potente ataque. Posteriormente, Sorrento se dirige hacia el indefenso santo dorado para rematarlo, pero en ese momento es inmovilizado por el poderoso cosmos de Atenea; sin embargo, el marino alcanza a herir a DeathMask atravezando su torso con su mano, pero solo le logra hacer una herida superficial. Posteriormente, los enemigos se retiran del lugar por el cosmos que presenciaron anteriomente.


Paralelamente, en la fiesta de cumpleaños de Julián Solo, una tropa de soldados rasos del ejército marino aparece para raptar a Saori pero Aioria lo impide derrotando a todos los enemigos. Luego, hace su aparicion el general marino Bian de Hipocampo, quien le comunica a Atenea las intenciones del  emperador Poseidón y le pide que la acompañe, pues su Dios la necesita. Sin embargo, como era de esperarse el santo de Leo se enfrenta al enemigo con una serie de rayos ken a la velocidad de la luz, pero estos son detenidos por la barrera creada por Bian, y luego este último manda a volar al dorado con los Vientos Huracanados. Bian se acerca a Saori, pero es golpeado brutalmente por el santo de oro, dejando de esta manera a su enemigo en el piso un poco malherido. Posteriormente, Bian se retira no sin antes recalcarle a Atenea que fuera voluntariamente a donde el Dios de los Mares.


Atenea espera a Shaka, quien se encuentra en la busqueda del Templo Submarino, para que le diga la ubicación de este lugar con el fin de ir a confrontar a Poseidón. Efectivamente, Shaka se encuentra en su misión en el Artico, y allí se encuentra a dos generales marinos, se trata de  Isaak de Kraken y Kaza de Leunmades, quienes se disponen a confrontar al dorado de Virgo. Shaka se pone en posición de combate, pero antes de que efectuara cualquier acción ofensiva, Kaza se transforma en la figura de la Diosa Atenea para manipular los sentimientos del dorado, lo cual consigue a la perfección ya que Shaka no se atreve a atacar. Posteriormente, aprovechando lo desconcertado que se encontraba el rival, los marinos aprovechan para atacar con sus técnicas Aurora Boreal y Salamandra Satánica, hiriendo así al dorado. Sin embargo, no lo asesinan y, por el contrario, le indican la ubicación exacta de la fortaleza marina gobernada por Poseidón, esto para retar a los dorados a que vinieran a enfrentarlos.


Mientras tanto, en el Santuario los 3 caballeros dorados que están custodiando momentáneamente las doce casas sienten 3 poderosos cosmos acercándose, y se preparan ante cualquier novedad; se trata de los generales Kanon de Dragón Marino, Krishna de Krisaor y Eo de Escila. Primero, son soldados rasos los que se infiltran en el Santuario, pero son acabados facilmente por Shaina de Ofiuco y Marin de Águila. Posteriormente, 3 generales marinos más irrumpen y derrotan en cuestión de segundos a las santas de plata pero no las asesinan. Las dos guerreras atacan con sus máximas técnicas, la Garra del trueno y Destello del Águila, pero estas no afectan para nada a los enemigos, quienes responden con unos cuantos ataques de cosmos que dejan inconsciente a ambas amazonas.


Los generales llegan al primer templo Zodiacal, donde son confrontados por Mu de Aries. El dorado es atacado rapidamente por Dragon Marino, pero primero activa su Muro de Cristal impidiendo este ataque. Luego, el marino emplea su máxima técnica, la Explosión de Galaxias, para destruir la defensa del dorado y mandarlo a volar. Posteriormente, Mu responde con la Revolución de Polvo Estelar, pero Kanon emplea el Triángulo dorado para transportar esta técnica a una dimensión desconocida, y de esta manera, neutralizarla. Kanon se acerca agilmente hacia el dorado, y lo golpea en repetidas ocasiones, dejandolo así fuera de combate, con lo cual pueden avanzar hacia el siguiente templo.


En la casa de Tauro, Aldebarán espera a los enemigos para confrontarlos. Cuando estos se encuentran frente al guardián dorado, rapidamente Eo de Escila utiliza una de sus múltiples técnicas basadas en las bestias de Escila y evita que Aldebarán haga uso de su Gran Cuerno o cualquier otro ataque, y a la vez lo derrotan dejándolo un poco herido. Los generales siguen avanzando por los doce templos, por lo que no liquidan a Tauro.


Mientras tanto, en la casa de Escorpio, Milo siente la presencia de los generales marinos acercándose y los cosmos de sus colegas dorados debilitados, por lo que se desplaza a confrontar a los enemigos antes de que lleguen a su templo. Mientras los generales cruzan las escaleras que comunican a la casa de Cáncer, son atacados sorpresivamente por unas picaduras poderosas que corresponden a las Agujas Escarlata lanzadas por el santo dorado. Bastante furioso, Krishna emplea su lanza dorada para lanzar ataques hacia el santo, el cual los esquiva con cierta dificultad; posteriormente, el marino golpea fuertemente al rival dejándolo herido y luego le clava su lanza en una pierna. Luego, los marines le avisan a Milo que no los asesinaran pues ellos quieren que mantengan un último combate a muerte en el templo submarino de Poseidón. Después de dar estas declaraciones, los marinos se marchan del Santuario.


Los santos de oro se encuentran muy preocuoados por esta situación y además están muy molestos por las derrotas que han sufrido, por lo que tienen total disposición para enfrentar a Poseidón y su ejército con el fin de acabar con sus ambiciones. Por su parte, Saori es interceptada por Sorrento, y esta le pide que la lleve a donde se encuentra Poseidón. Tras mantener una charla, Poseidón le revela a Atenea que ha creado unas lluvias incesantes que terminarán con la humanidad en unos días; ante esto, Atenea le pide al Dios que detenga ese desastre y a cambio le otorgará su vida. Poseidón acepta y, de este modo, encierra a Saori en el soporte principal y hace que toda la lluvia caiga sobre ella. Posteriormente, Tetis le avisa al Anciano Maestro la situación de Atenea, por lo que él en función de su nuevo cargo como patriarca envía a los santos de oro a enfrentar a Poseidón. De este modo, Mu, Aldebarán, DeathMask, Aioria, Shaka y Milo se dirigen al Templo Submarino para enfrentar a los 7 generales marinos y destruir los 7 pilares, con el fin de salvar a Atenea.


Mu de Aries llega al pilar del Pacifico Norte, donde se encuentra a Bian del Caballo de Mar. Ambos guerreros comienzan a pelear, demostrando que están parejos, en primera instancia. Bian inicia una serie de golpes, esquivados sin mayor problema por el dorado, luego el general emplea su técnica Aliento Divino para mandar a Mu a volar e impactarlo contra una de las columnas de su templo. Casi inmediatamente, al ver que Mu no se vio afectado por la anterior técnica, esta vez Bian utiliza los Vientos Huracanados, impulsando violentamente al dorado hacia la superficie. Cuando el general cree haber vencido, Mu se reincorpora a la batalla, y es atacado nuevamente por los Vientos Huracanados, pero esta vez utiliza el Muro de Cristal como protección y le devuelve la técnica a Bian, afectándolo un poco. Posteriormente, Mu emplea su Revolución de Polvo Estelar, pero es repelida en una parte por el general con ayuda de su barrera, pero aún así resulta herido considerablemente por esta. Finalmente, luego de un tiempo Mu utiliza la Extinción Estelar y logra derrotar al contrincante. El santo de oro lanza un ataque al pilar, pero este no recibe ningún daño; Bian momentos antes de morir, le dice a Mu que es imposible destruir los pilares. 


En esos momentos; Mayura, quien ya se había recuperado de sus anteriores combates, llega junto a Kiki al santuario de Poseidón enviados por el Viejo Maestro con la armadura de libra. A penas Mayura y Kiki llegan, son interceptados por Tetis de Sirena. Kiki avanza con la armadura de oro para destruir los pilares mientras que Mayura y Tetis se enfrentan, y al final la santa de plata vence con facilidad. Tetis realiza su técnica Trampa Mortal de Coral, con la cual atrapa a Mayura pero esta se libera sin complicaciones. Luego, la Sirena ataca a la plateada pero esta esquiva sus golpes y contraataca con un potente ataque que acaba con la rival. Por otro lado, Kiki llega donde Mu y con ayuda de las armas de Libra destruyen el primer pilar. Al momento, Sorrento ataca de sorpresa a Mu y lo deja inconsiente.


Milo de Escorpión llega al pilar del Pacifico Sur, custodiado por Eo de Escila. El general marino complica al santo de oro con sus múltiples técnicas de las bestias de Escila, pues le está infringiendo gran daño de diferentes maneras. Sin embargo, estos poderes no pueden acabar con el santo de oro, por lo que el general debe emplearlos por segunda ocasión, pero en este caso ya no surten efecto alguno en Milo; por el contrario, el dorado emplea su Aguja Escarlata para destruir las bestias de Escila y a la vez propinarle las 14 agujas poco a poco. Milo emplea este metodo y consigue asestar 14 de sus ataques y destruir las partes de la armadura de Escila, por lo que a Eo no le queda otra opción que atacar con su técnica definitiva, el Gran Tornado; con este ataque Milo queda bastante malherido, pero aún así se levanta con intención de acabar definitivamente con la pelea. Eo lanza nuevamente su Gran Tornado, pero en esta ocasión Milo se mueve con agilidad esquivando el ataque y proporciona Antares a su enemigo, y de esta manera sentencia el resultado de la pelea. Luego, Kiki llega y destruyen el pilar con ayuda de las armas de Libra. Después de esta escena, Milo es atacado por Sorrento al igual que Mu, quedando inconsciente.


Shaka de Virgo llega al pilar del Océano Índico, donde debe enfrentarse a Krishna de Crisaor. A penas el santo de oro llega es atacado por la legendaria lanza dorada de Crysaor, sin embargo alcanza a esquivarla. Posteriormente, Crisaor utiliza su lanza para lanzar múltiples ataques, pero Shaka los evade moviéndose a la velocidad de la luz, sin embargo resulta levemente herido en algunas partes de su cuerpo. Krishna lanza su arma sagrada con bastante fuerza hacia el dorado, pero este crea un campo de energía para protegerse; sin embargo, este es destruido y la lanza se clava en el abdomen de Shaka, causándole una herida profunda pero no mortal, gracias a la protección de su armadura dorada. El dorado de Virgo sabe que debe destruir la lanza para poder atacar directamentenal general, por lo que concentra su cosmos en realizar el ataque Bendición de las Tinieblas dirigido hacia la lanza dorada, la cual al final resulta destruida por el impacto de la técnica. No teniendo más opción, Krishna se coloca en posición para realizar su técnica Maharoshini, pero Shaka es bastante precavido en esta ocasión y realiza su técnica Tesoro del Cielo, evitando que el general contraataque. Shaka procede a quitarle paulatinamente los sentidos al general marino con la técnica Tesoro del Cielo, y finalmente lo remata con la Invocación de Espiritus. Tiempo después, Kiki llega y destruyen el pilar. Shaka se encuentra bastante herido y agotado por su combate, por lo que no puede avanzar y queda tendido en el suelo por un momento.


Aldebarán de Tauro llega a donde Kaza de Leunmades, guardián del pilar del Océano Antártico. Comienza la pelea y Kaza utiliza su ilusión para manipular los sentimientos del santo de oro. El marino se transforma en una niña que el dorado había conocido en Rodorio, pueblo aledaño al Santuario, y quien le había regalado una flor; adoptando la apariencia de esa persona, Kaza era invulnerable debido a que Aldebarán no se atrevería a atacarlo, no solo por tener la figura sino por la manipulación de su mente por parte de las habilidades del marino. De este modo, Kaza aprovecha para proporcionarle una paliza al dorado de tauro, y dejarlo malherido con su técnica Salamandra Satánica. Aldebarán se encuentra en verdaderos problemas, y está a punto de ser derrotado, pero gracias a la ayuda del cosmos de Atenea que rompe la ilusión provocada por Kaza por un momento, el dorado empieza a golpear a su enemigo con fuertes golpes de cosmos, y finalmente lo ataca con el Gran Cuerno. Con sus últimas fuerzas, el general ataca a traición al dorado causándole una fuerte herida en su cuerpo, pero Tauro responde estampando al general contra el suelo con una enorme fuerza, derrotándolo finalmente. Posteriormente, destruyen el pilar con las armas de libra. Al igual que Shaka, Aldebarán queda herido y agotado, por lo que decide recuperarse descansando un poco.


Aioria de Leo llega al Océano Ártico, y allí se encuentra con Isaac de Kraken. Aioria no duda en atacar rapidamente al general, hiriéndolo un poco, pero este se defiende contraatacando con ataques de hielo. El santo de oro está teniendo dificultades debido a la Aurora Boreal, técnica del general del Kraken, la cual está siendo utilizada para congelar algunas partes del cuerpo del guerrero al servicio de Atenea. Cuando Aioria está siendo congelado, libera su cosmos y lo enciende para destruir el hielo y contraataca con el Relámpago de Voltaje, hiriendo bastante a su enemigo y destruyendo parte de sus escamas; cuando aparentemente el general ha sido derrotado, este ataca de sorpresa nuevamene con la Aurora Boreal, impactando fuertemente al dorado. Posteriormente, el santo se levanta y emplea agilmente el Plasma Relámpago, el cual es recibido totalmente por el general, quien no alcanza a evadirlo o contrarrestarlo, causando así su inminente derrota. Luego destruyen el pilar con ayuda de la armadura de Libra.


Mayura llega al pilar del Océano Atlántico Sur, y allí encuentra los cuerpos de Mu y Milo apilados. De inmediato, Sorrento de Sirene aparece y afirma que él los derroto con solo un ataque. Mayura furiosa, ataca al general marino con una rafaga de rayos ken, pero este los bloquea creando una defensa con el movimiento de su flauta, luego paraliza el cuerpo de su adversaria por medio de la melodía emitida por su flauta, denominada Sinfonía Final; viéndo la capacidad de la melodía producida por Sorrento, Mayura decide dañar sus timpanos para no oirla, pero de nada sirvió puesto que el alcance de la Sinfonía Final llega directamente al cerebro. Mayura, a pesar de que está siendo debilitada drásticamente por la técnica del general, continúa lanzando ataques, pero estos no le afectan y son respondidos por Sorrento con poderosas corrientes eléctricas que hieren bastante a la plateada. Sorrento confiado por doblegar a la santa de plata, se acerca a esta y en esos momentos se escucha la canción de Atenea que libera por un momento el control de la Sinfonia mortal sobre Mayura, y es ahí donde ella aprovecha para destruir la flauta; Mayura se recupera y ataca con todo su poder, empleando la Ventisca de Pavo Real, venciendo a su enemigo y destruyendo casí por completo sus escamas, aunque no lo asesina. Sorrento al verse superado y derrotado, le confiesa a Mayura que el verdadero enemigo no es Poseidón sino el guerrero de Dragón Marino, quien ha estado cospirando todo este tiempo. Posteriormente, Kiki llega y con la armadura de Libra destruyen el sexto pilar; además, Sorrento y Mayura se alían para frenar los planes de Dragón Marino.


DeathMask llega al último pilar, el del Océano Atlántico Norte, y allí debe enfrentar a Kanon de Dragón Marino, el hermano de Saga de Geminis. DeathMask se sorprende por el parecido de su enemigo a Saga, pero este aclara que es el hermano del antiguo caballero de Géminis. Posteriormente, DeathMask lanza su técnica Castigo Infernal pero Kanon ataca con su Triángulo Dorado para absorber la técnica y de paso deshacerse del dorado de Cáncer al mandarlo a una dimensión lejana. Luego, el marino analiza todas las batallas hasta el momento acontecidas y decide dirigirse a acabar a los demás caballeros, pero antes es detenido por DeathMask, quien regresó de la dimensión gracias a su capacidad de moverse a través de las paredes dimensionales y poseer habilidades de psicoquinesis. El santo de oro se acerca rápidamente hacia Kanon para conectarle unos cuantos golpes que lo aturden, pero luego el general le responde igualmente con golpes de cosmos y con su técnica especial, la Explosión Galáctica, afectando bastante al dorado. A pesar del gran impacto de la técnica, el dorado se levanta y esta vez detiene la segunda Explosión Galáctica con las manos, sin sufrir un daño mayor. Posteriormente, comienza una batalla fisica y a medida que esta transcurre, DeathMask se ve superior. Cuando Kanon se ve en aprietos, Mayura llega en compañía de Sorrento y desenmascaran al general marino, quien admite que al estar encerrado en la prisión de Cabo Sunión a causa de su traición a la Diosa Atenea encontró la armadura de Poseidón y despertó al Dios de los Mares, iniciando así esa guerra santa; el objetivo de Kanon era que, mientras Poseidón y Atenea se aniquilaban mutuamente, él aprovecharía para conquistar el mundo. DeathMask furioso por la actitud de Kanon, vence a este tras unos cuantos golpes y su técnica "Pinzas doradas del Cangrejo", pero decide no asesinarlo pues no valía la pena siquiera pelear contra alguien así; Mayura y Sorrento comparten el pensamiento de DeathMask, y posteriormente destruyen el último pilar. Kanon queda en el suelo humillado, frustrado y arrepentido.


Por último, para salvar a Saori deben destruir el pilar principal custodiado por Poseidón, para eso deben derrotar primero al Dios. DeathMask y Mayura llegan a la cámara principal del Templo Submarino, donde reside el Dios de los Mares. Ambos santos atacan en conjunto a Poseidón con sus técnicas Pinzas doradas del Cangrejo y Aletazo Sagrado respectivamente, pero sus ataques son devueltos, impactando e hiriendo a los guerreros; los santos siguen intentando pero el resultado es el mismo. Posteriormente, Poseidón envía un poderoso ataque a Mayura, que destruye completamente su armadura de pavo real y la deja gravemente herida; esto enfurece bastante al santo dorado, que ataca desesperadamente al Dios, pero sus esfuerzos son en vano. Poseidón envía un poderoso ataque a DeathMask, pero este es bloqueado por la armadura de Libra, la cual luego viste a Mayura por la voluntad del Anciano Maestro, y gracias a esto su energía cósmica se recupera y además se potencia.


Poco a poco los demás caballeros de oro llegan a enfrentar a Poseidón, y finalmente cuando todos están reunidos, realizan sus mejores técnicas: Pinzas Doradas del Cangrejo, Ventisca de Pavo Real, Bendición de las Tinieblas, Plasma Relámpago, Aguja Escarlata, Gran Cuerno y Revolución de Polvo Estelar, y las lanzan como un solo ataque combinado, y este logra herir un poco al Dios de los Mares. Los caballeros aprovechan la oportunidad y utilizan las armas de Libra, pero estas al contrario de destruir el pilar, son destruidas al impactar contra este.



El Dios Poseidón vuelve a recuperar la consciencia tras recibir el anterior ataque, y ataca violentamente a los dorados. DeathMask tiene la idea de lanzar nuevamente un ataque constituido por las técnicas de los caballeros dorados, pero no tienen tiempo para efectuarlo pues ahora deben confrontar a Poseidón; sin embargo, Mayura que ahora porta la armadura dorada de Libra decide enfrentar al Dios para ganar tiempo. Poseidón lanza un ataque con su tridente, pero es detenido por el Aletazo Sagrado de Mayura; posteriormente, la santa sujeta fuertemente al enemigo para ganar tiempo, y al mismo tiempo este ataca violentamente el cuerpo de la guerrera, causándole un enorme daño. Gracias al esfuerzo de Mayura, los caballeros vuelven a lanzar un ataque en conjunto liderado por DeathMask que logra romper el pilar, y por consiguiente, se libera la anfora de Atenea.


Finalmente, Saori es rescatada por DeathMask del Soporte Principal y queda completamente sin energías, a la vez que Mayura cae desmayada por los ataques de Poseidón. La destrucción del soporte principal y el rescate de la Diosa enfurecen a Poseidón, quien en primera medida dirige un ataque a la indefensa Mayura, pero este es recibido completamente por Kanon, quien ha recapacitado y decide redimirse ayudando a los santos; el ataque deja al marino herido de gravedad. Posteriormente, Atenea recupera la consciencia y confronta al Dios enemigo, primero recibe unos cuantos ataques por parte de este pero posteriormente la Diosa los detiene. Finalmente, Atenea sella el alma de Poseidón en la anfora que igualmente se encontraba al interior del Soporte Principal. El templo submarino empieza a derrumbarse, por lo que los santos y guerreros del Dios de los Mares que sobrevivieron se disponen a retirarse del lugar.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Mu: 17.500
Aldebarán: 16.000
DeathMask: 19.000
Aioria: 17.000
Shaka: 18.300
Milo: 16.900
Mayura de Pavo: 19.000
Mayura de Libra: 23.000
Shaina: 5.500
Marin: 5.300
Bian de Caballo de Mar: 16.700
Eo de Escila: 16.000
Krishna de Crisaor: 18.000
Kaza de Leunmades: 15.000
Isaac de Kraken: 16.500
Sorrento de Sirene: 19.500
Kanon de Dragón Marino: 19.000
Tetis de Sirena: 6.000
Soldados marinos rasos: 2.000 a 3.000
Poseidón: 1.000.000

Luego de la batalla contra Poseidón, aparece el enemigo más temido por Atenea, el rey del infremundo Hades. De manera extraña, los santos de plata y oro que murieron, resucitan y tienen como objetivo llevarle la cabeza de Atenea a Hades. En esos momentos, Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun y Mayura llegan al santuario a derrotar a los enemigos.

En la casa de Aries, llega un sujeto extraño quien resulta ser Shion de Aries, el maestro de Mu, acompañado por los 5 caballeros dorados que han muerto (Saga, Shura, Camus, Aioros y Afrodita). Aioros y Afrodita se disponen rapidamente a enfrentar al guardián de Aries, el dorado de Piscis ataca con sus Rosas Diabólicas Reales pero Mu habilmente utiliza su Muro de Cristal para devolver dicha técnica; posteriormente, Aioros utiliza su Trueno Atómico, pero Mu alcanza a esquivarlo haciendo uso de su teletransportación, y luego contraataca con un golpe de energía que manda a volar al enemigo. Cuando Mu baja la guardia, Saga aprovecha para atacarlo con un poderoso rayo ken, hiriendo un poco al dorado; cuando Mu tiene problemas al enfrentar a los 5 enemigos, en esos momentos hace su aparición Mayura, quien le da un golpe sorpresivo a Saga, y luego se prepara para ayudar al santo de Aries en su lucha.


Los dos caballeros de Atenea se disponen a pelear contra los enemigos, pero Shion pelea contra ellos y le ordena a los demás santos de oro traidores que se dirigan a la siguiente casa; sin embargo, en esos momentos Dokho de Libra aparece para confrontar al que alguna vez fue su amigo, y les dice a Mu y Mayura que sigan a los demás enemigos. Dohko en su estado de anciano no es capaz de rivalizar con su antiguo compañero, por lo que resulta afectado tras recibir los ataques de este, pero luego vuelve a su estado natural, recuperando con ello sus fuerzas. Dohko ataca con los Cien Dragones y Shión con la Revolución Estelar, provocando un enorme choque de energía que destruye por completo el tenplo de Aries.


En la casa de Tauro, Aldebarán se encuentra con los primeros 3 espectros que se infiltraron en el santuario, se trata de Niobe de Deep y 2 espectros rasos. Aldebarán no pierde tiempo y ataca a los 2 espectros de bajo nivel, acabando así con estos; en esos momentos, Niobe aprovecha y ataca con su Fragancia Profunda, atrapando así a Aldebarán, pero la velocidad y la astucia del dorado fueron mayores y este alcanzó a lanzar su Gran cuerno, aniquilando de esta manera al espectro; más sin embargo, el dorado quedó un poco aturdido a causa de la fragancia.


Al instante, los dorados traidores llegan a su templo. Los 5 dorados atacan para distraer al santo de tauro con el fin de distraerlo y así poder pasar, pero este les impide el paso y los corre hacia atrás con una poderosa onda de energía. Afrodita lanza sus rosas diabólicas para debilitar los sentidos de Aldebarán, y de esta manera Saga, Camus y Shura avanzan, mientras que el caballero de piscis se queda a enfrentar al dorado de tauro junto a Aioros. Aprovechando el estado de debilidad del dorado a  causa de los ataques hasta el momento recibidos, Aioros ataca con su Trueno Atómico y Afrodita lo remata con Rosas Piraña, acabando así con la vida del dorado, no sin antes recibir el ataque del Gran Cuerno, que destruye parte de la sapuri de los traidores.


En la misma casa, otro espectro llamado Myu de Papilón aparece y se enfrenta a Mu y Mayura, pero este primero dice que lo va a enfrentar y le pide a su colega que siga a los 5 caballeros. Myu está complicando un poco al dorado por medio de sus poderes de telequinesis, pero luego de un tiempo Mu consigue atrapar al espectro y sus hadas en la red de cristal para posteriormente desintegrarlos con la Extinción Estelar. Posteriormente, Mu sigue su camino.


En la casa de Geminis, los desertores son interceptados por Mayura. La santa de plata es atacada por la Excalibur de Shura, la cual es esquivada con facilidad, luego ella se dirige a atacar al santo de capricornio, pero este la sorprende con multiples ataques de su espada sagrada que casi alcanzan a la plateada. Posteriormente, Camus se une a la pelea lanzando el Polvo de Diamantes, pero este es contrarrestado por un golpe de cosmos de Mayura, y en el choque de poder ambos salen a volar. Shura se dirige a atacar nuevamente, pero en esta ocasión Mayura contrarresta la espada Excalibur golpeando el brazo del dorado y luego consigue propinarle unos poderosos golpes; posteriormente  se dirige al santo de Acuario, y este ataca rapidamente con la Ejecución Aurora, pero la plateada evade la técnica y luego genera unos rayos ken que desestabilizan a Camus y finaliza propinando una potente patada a este dorado, mandándolo a volar con una fuerza considerable; despues de esta escena, Saga se dispone a pelear y lanza algunos ataques que golpean a Mayura, y cuando ambos estaban a punto de librar una batalla, el geminiano es detenido por Afrodita y Aioros, quienes deciden enfrentan a la santa de plata para que los demás puedan avanzar.


Los 2 antiguos dorados  se disponen a atacar. Primero Aioros se dirige a gran velocidad hacia Mayura para darle un golpe de energía, siendo este detenido y devuelto por la plateada; luego Afrodita ataca con sus Rosas Piraña, que son destruidas por las Alas Destellantes de Plumas Reales, y además hieren al enemigo; luego, Aioros ataca con su Trueno Atómico, golpeando y mandando a volar a Mayura, pero posteriormente esta se levanta sin recibir mayor daño alguno. Mayura contraataca con golpes de cosmos, y de esta manera se ve superior a los dos sujetos y los está doblegando. La plateada comienza realizando ataques fisicos y luego emplea rayos ken, complicando bastante a sus enemigos; como respuesta, Afrodita lanza sus Rosas Demoniacas Reales para debilitar a Mayura pero esta no es alcanzada por las venenosas rosas, luego Aioros realiza un ataque con una de sus flechas con la cual casi alcanza a su rival, y posteriormente la plateada hace uso de sus Alas Destellantes de Plumas Reales, debilitando de manera considerable a sus enemigos y dañando sus sapuris. Finalmente, como último recurso los traidores usan todo el poder que les queda y lanzan sus técnicas respectivas, el Trueno Atómico y la Rosa Sangrienta, mientras que la plateada utiliza la Ventisca de Pavo Real, con la que contrarresta estos ataques y consigue derrotar a sus enemigos. Antes de sucumbir, los antiguos doradoa le encomiendan el cuidado de Atenea a Mayura, lo cual deja pensando a esta última.


Saga, Camus y Shura llegan a la casa de Cáncer, donde deben enfrentarse a DeathMask para avanzar. El caballero de Cáncer los estaba esperando, y apenas se encuentran utiliza las Ondas Infernales contra sus antiguos compañeros y empieza una batalla contra los mismos en la Colina de Yomotsu. Shura utiliza su espada Excalibur, pero DeathMask la esquiva con facilidad, luego Camus llega de sorpresa y consigue congelar las piernas del santo de oro con el Polvo de Diamante, y Saga finaliza el ataque grupal con su Explosión de galaxias, pero el impacto de esta es detenida, por lo cual solo logra mandar a volar y dejar herido al caballero de cáncer. DeathMask se prepara para responder a los ataques, primero se dirige hacia Shura, quien no alcanza a defenderse y recibe una rafaga de golpes, luego mantiene un combate cuerpo a cuerpo con Camus, y al final Saga se une a la pelea proporcionando un poderoso rayo ken, que es esquivado con dificultad por el dorado de Cáncer. Posteriormente, DeathMask doblega a los 3 traidores haciendo uso de su técnica Pinzas del Cángrejo, con la que consigue debilitarlos y dañar sus sapuri. Cuando se ven en problemas, repentinamente regresan de Yomotsu, y aparece un nuevo rival en la entrada al Inframundo que reta al santo de Cáncer para que los demás sigan avanzando hacia donde está Atenea.


Esa persona resultó siendo el espectro de Mefistofeles, quien obtuvo un enorme poder gracias a la protección de Hades. El actual santo de Cáncer ataca con todo su poder empleando rayos ken, pero no es capaz de rivalizar con el espectro, quien esquiva todos estos golpes, y comienza a contraatacar, venciendo así poco a poco al santo. DeathMask emplea el Castigo Infernal, pero para sorpresa de este el enemigo lo detiene con una sola mano; posteriormente, Mefistofeles empieza a controlar a su contrincante y con sus ataques de cosmos, que emiten una fuerte descarga eléctrica y poseen un alto nivel destructivo, lo está hiriendo de gravedad e incluso está causando daños en su resistente armadura. A pesar de la notable diferencia de poderes, el dorado persiste en su intento por derrotar al espectro, por lo cual usa nuevamente su técnica Castigo Infernal, la cual golpea de lleno al enemigo pero no le causa ningún daño; luego, Mefistofeles emplea su técnica Relámpago de Tempestad Eterna, que consiste en generar un poderoso ken eléctrico que destruye todo lo que toca, y de esta manera deja fuera de combate al santo de Cáncer. Posteriormente, Mefistofeles arrastra a DeathMask hacia el agujero de la colina de Yomotsu para dejarlo caer allí; mientras es arrastrado; el dorado se motiva para no rendirse pensando en las peleas que paralelamente están afrontando sus colegas dorados y en el amor que siente hacia Mayura. De esta manera, el santo de Cáncer no se rinde y elevando su cosmos al máximo, contraataca a Mefistofeles con poderosos rayos ken, consiguiendo herirlo bastante; el espectro se sorprende por el potencial de los ataques que ahora emite su rival, por lo cual lo ataca violentamente pero no logra hacerle nada. Finalmente, DeathMask consigue atacar a su contrincante con las Pinzas Doradas del Cangrejo, y a la vez el espectro lanza su Relámpago de Tempestad Eterna, generándose un fuerte impacto que infringe daño a ambos individuos, pero el ataque del dorado supera la técnica rival y con este consigue aparentemente derrotar al enemigo, pero este se levanta como si nada, pues su cuerpo es indestructible. Viéndo la situación, DeathMask eleva su cosmos al máximo y ataca con las Llamas Demoniacas, destruyendo así el alma de su enemigo. Como consecuencia de la batalla, DeathMask obtuvo el octavo sentido.


Paralelamente, Mu y Mayura llegan a la casa de Cáncer, y como no ven a DeathMask ni sienten su cosmos suponen que los tres dorados lo asesinaron; esto produce un fuerte sentimiento de ira en los caballeros de Atenea, quienes están decididos a cobrar venganza, en especial Mayura que tenía un sentimiento de amor hacia el dorado. En esos momentos, un grupo de 10 espectros rasos liderados por Ciclope los abordan, y Mayura decide enfrentarlos para que Mu avance y pare el recorrido de los dorados traidores. Los espectros se dirigen a atacar a la guerrera, pero antes de que pudieran hacer algo Mayura acaba con facilidad a los enemigos con las Alas Destellantes de Plumas Reales. Luego de este hecho, DeathMask termina su pelea en Yomotsu y regresa a su casa zodiacal, pero queda tendido en el piso debido al agotamiento de energía.


En la casa de Leo, Saga Camus y Shura son recibidos por Aioria de Leo, quien se dispone a pelear contra sus antiguos compañeros, pero antes el espectro Raimi de Gusano sorprende al dorado y lo atrapa con sus ataduras de gusano, inmovilizando así su cuerpo; de esta manera, los dorados traidores pasan sin mayor problema la quinta casa. Luego de un momento, el dorado se libera de las ataduras y ataca a su enemigo con el Relámpago voltaje, pero este alcanza a esquivarlo ocultándose en el subsuelo; posteriormente, el espectro ataca de sorpresa pero en esta ocasión Aioria acaba con su enemigo con el Plasma Relámpago. Luego se encuentra con Mu y Mayura, y mas adelante con los santos de bronce; posteriormente se dirigen a la siguiente casa para detener el avance de los rivales.


Los tres santos de oro llegan a la casa de Virgo, donde deben enfrentar a Shaka. Esta batalla sucede como en la historia original; Shaka los guía hasta la Sala Gemela, donde empieza el ataque contra los enemigos al mismo tiempo, viéndose de esta manera en problemas, luego utiliza su técnica Tesoro del Cielo, debilitando conisderablemente a sus enemigos debido a que alcanzó a quitarles 4 de sus sentidos, y al final los tres guerreros utilizan la técnica prohibida llamada Exclamación de Atenea, con la que asesinan a Shaka; con esto, Shaka libera el octavo sentido para poder infiltrarse en el Inframundo.


Posterior a esto, los 3 caballeros traidores se enfrentan a Mu Aioria y Milo. Debido al desgaste y las heridas de los 3 santos de oro invasores, estos se ven superados. Aioria comienza a atacarlos con rayos ken a la velocidad de la luz, y antes de que los rematara con el Plasma Relámpago, Shura lanza su Excalibur, con la que casí alcanza al dorado de leo; luego Milo llega al templo de virgo y comienza a atacar con su Aguja Escarlata a los tres al mismo tiempo, pero rapidamente Camus neutraliza los ataques de su ex-compañero  lanzando la Ejecución Aurora, mandando a volar con esta al dorado de escorpio. Después de estos ataques, Saga lanza su Explosión de Galaxias, hiriendo a los 3 dorados. Luego de esos momentos, Mayura interviene y ataca brutalmente a sus enemigos en respuesta por la supuesta muerte de DeathMask; cuando la santa de plata está por liquidarlos con su Ventisca del Pavo Real, Atenea le pide que los deje con vida.


Luego de esto, Saori pide que le lleven a los tres traidores frente a ella, luego le entrega una daga dorada a Saga y le pide que la mate, y finalmente Saori se suicida, logrando a la vez el octavo sentido. Posteriormente, Shion aparece y revela el verdadero motivo de la traición, el cual consistía en despertar la armadura divina de Atenea, con la cual se puede derrotar a Hades; además, el santo de oro repara las armaduras de los santos de bronce y la de plata cubriéndolas con la sangre de la Diosa. Shion les ordena a los caballeros de Atenea que vayan al inframundo y le entreguen la armadura a Atenea.


Saga, Camus y Shura van donde Pandora, y les dice que tienen el cuerpo de Atenea pero que se lo quieren entregar directamente a Hades, para aprovechar y asesinarlo; Shura amenaza a Pandora con la Excalibur, pero en ese momento Radamanthys de Wivern aparece para confrontarlos y salvar a la comandante del ejército de Hades. Los santos son inmunes al poder de la barrera del Castillo de Hades, por lo que sus fuerzas no se ven reducidas por esta; sin embargo, se encuentran desgastados y con un cosmos bastante debilitado en razon de su pelea en el Santuario. Shura ataca con su Excalibur al espectro, pero este esquiva el ataque y luego lo golpea con bastante fuerza, mandándolo así a volar. Camus intenta congelar al juez, pero este se libera del hielo que envuelve su cuerpo y posteriormente lo noquea con unos rayos ken emitidos por su casco. Luego, Saga utiliza la Otra Dimensión para deshacerse del espectro, pero este emplea sus alas para escapar de esta técnica y luego lanza unos cuantos ataques al antiguo dorado, dejándolo malherido. Posteriormente, los tres santos resucitados se reincorporan a la pelea y lanzan sus respectivas técnicas, Excalibur y Ejecución Aurora en primera instancia, las cuales son evadidas por el imponente espectro, y finalmente aprovechando que Radamanthys estaba concentradon en evitar el impacto de los dos ataques, Saga lanza su Explosión de Galacias, impactando fuertemente en el juez, quien es golpeado con todo el poder de esta. Sin embago, este ataque, en conjunto no fue suficiente, pues el juez se levanta sin recibir más que unas cuantas heridas y grietas en su surplice. Posteriormente, el juez se prepara para lanzar su técnica Gran Caución, pero antes los 3 rivales caen al piso debido a que pierden sus poderes en razon de que las 12 horas de vida que tenían se estaban culminando. Radamanthys está por liquidarlos, pero decide dejarlos vivir hasta que desaperecieran cuando se cumpliera el tiempo de vida que les otorgó Hades, pues siente varios cosmos que se acercan al Castillo, por lo cual debe ir a confrontarlos.


Por otro lado, Mu, Milo y Aioria van al castillo donde son confrontados por Radamanthys de Wivern, uno de los tres jueces del Infierno, quien los vence con facilidad debido a que el poder de los santos de oro se redujo debido a la barrera de Hades. Aioria inicia el ataque de los dorados con su Plasma Relámpago, el cual es recibido directamente por el juez sin causarle ningún daño; Milo prosigue el ataque lanzando sus Agujas Escarlata, igualmente sin causarle ningún daño al enemigo; y finalmente Mu termina con su Extinción Estelar, la cual es neutralizada. Posteriormente, el espectro inicia una serie de ataques, con los cuales hiere de gravedad y humilla a los tres dorados; cuando los guerreros están por ser asesinados, los caballeros de bronce y Mayura llegan al Castillo de Hades. Los santos de Atenea se preparan a pelear pero los santos de oro no los dejan,  pues ellos quieren acabar con el juez, por lo que les pide a los demás que se dirigan donde Saga Camus y Shura; sin embargo, al final los dorados de Aries, Leo y Escorpio son derrotados y lanzados a Cocytos.


Mientras avanzan por el castillo, un grupo de 9 espectros rasos aparecen y son inmediatamente eliminados por los bronceados. Posterior a la derrota de los dorados, y aprovechando que la barrera de fuerza no les afecta gracias a la sangre de Atenea en sus armaduras, Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun confrontan a Rhadamanthys, pero a pesar de tener todo su poder son superados como pasó sus colegas dorados. Seiya ataca con los Meteoros de Pegaso, pero estos son esquivados sin dificultad y luego es atacado por un golpe potente del juez, luego Shiryu es atacado por un rayo ken y Hyoga y Shun reciben una serie de golpes por parte de su enemigo. Posteriormente, Mayura va a intervenir en la batalla, pero rapidamente el juez ataca con su Gran Causión, hiriendo a los bronceados y a la plateada; sin embargo, Mayura alcanzó a contrarrestar un poco el impacto de la onda de choque generada por la técnica del espectro creando una barrera defensiva de cosmos, por lo que no causó daños serios en los santos de bronce.


Los santos de bronce quedan inconscientes tras recibir la técnica del juez, pero Mayura se levanta y se dispone a confrontar al enemigo. Mayura inicia un ataque basado en golpes de cosmos, sorprendiendo así al juez y dejándole claro que a ella no le afecta el poder de Hades que cubre el castillo, debido a que dichos golpes complicaron bastante al poderoso espectro. Radamanthys furioso, lanza sus propios golpes, equilibrando de esta forma la batalla. En el intercambio de ataques, ambos resultan heridos y nadie demuestra superioridad sobre su rival, por lo que el enfrentamiento se torna bastante parejo. El juez consigue moverse de manera más habil haciendo uso de las alas de su surplice, por lo que evita los rayos ken emitidos por la plateada y posteriormente la ataca con la Gran Caución concentrada en un solo golpe, consiguiendo herir y dejar resentida fisicamente a la santa. Mayura intenta utilizar la Ventisca del Pavo Real, generando previamente una fuerte corriente de aire para atrapar e inmovilizar al espectro, pero este se libera de la presión generada y luego se dirige a su enemiga para darle un potente golpe en el estómago, mandándola a volar violentamente. Mayura está decidida a vengar a sus colegas dorados, por lo que después de recuperarse del ataque previo del juez, ataca con su Aletazo Sagrado, pero este es contrarrestado al instante con la Gran Caución. Ambas técnicas genera un poderoso choque de poderes que empuja a ambos hacia el agujero que comunica con el Inframundo, en ese momento Mayura eleva su cosmos al máximo provocando la explosión del choque de energía, lo cual provoca que el juez y la santa de plata salgan disparados en dirección al Inframundo. Durante la pelea, Mayura obtiene el octavo sentido.


En el santuario, Dohko, Kanon con armadura de Geminis y DeathMask luego de recuperarse, se disponen a acompañar a los demás al Inframundo. Los 3 caballeros de oro llegan al castillo de Hades, encontrándose a los bronceados que apenas se acababan de recuperar de los ataques del espectro. Los santos de bronce le comunican a los dorados que Mayura cayó al agujero del Inframundo junto con Radamanthys, por lo cual Dohko se preocupa pues teme que la plateada no haya alcanzado a despertar el octavo sentido, y por consiguiente haya muerto al intentar entrar al territorio de Hades; las palabras del santo de Libra angustian a DeathMask, quien ama a la plateada del Pavo Real. Posteriormente, todos los combatientes de Atenea elevan su cosmos al máximo, despiertan el Octavo Sentido y se dirigen al Inframundo.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Mu de Aries: 19.500; -90% de poder: 1.950
Aldebarán de Tauro: 17.500
DeathMask de Cáncer: 21.000; octavo sentido: 23.500
Shaka de Virgo: 20.500
Airoria de Leo: 18.500; -90% de poder: 1.850
Milo de Escorpión: 18.400; -90% de poder: 1.840
Kanon de Géminis: 20.000
Dohko de Libra: 20.400
Shion de Aries: 20.400
Mefistofeles: 23.500
Saga de Géminis: 19.000
Kamus de Acuario: 17.500
Shura de Capricornio: 17.500
Aioros de Sagitario: 18.700
Afrodita de Piscis: 17.000
Niobe de Deep: 15.000
Myu de Papilón: 17.500
Raimi de Gusano: 16.000
Giganto de Ciclope: 13.000
Demás espectros de Hades: De 7.000 a 9.000
Mayura: 21.000
Seiya: 12.000; séptimo sentido: 17.000
Shiryu: 11.500; séptimo sentido: 16.500
Hyoga: 11.600; séptimo sentido: 16.600
Shun: 12.500; séptimo sentido: 17.500
Radamanthys de Wivern: 21.500

Seiya y Shun llegan a la entrada del Inframundo, donde antes deben cruzar el rio Aqueronte. En el camino, los santos se encuentran al espectro Caronte de Aqueronte, quien los trasporta hasta el Palacio de Justicia gracias al parecido de Shun con el Rey Hades, lo cual generó incertidumbre en el espectro; posteriormente, cuando llegan a tierra Seiya se dispone a enfrentar al espectro utilizando el golpe de meteoro, pero este es detenido con el giro del remo, pero luego Seiya emplea los Meteoros de Pegaso, atravezando la defensa del remo y derrotando a Caronte con el poder de esta técnica.


Luego, los dos caballeros de bronce se encuentran a Lune de Barlog, quien se encuentra ocupando temporalmente el lugar del juez Minos en la Primera Prisión. Lune complica bastante a los caballeros de bronce debido a su técnica Resurrección, y aparentemente derrota a ambos guerreros por medio del Latigo de Fuego, pero al final el espectro no infrige ningún daño en los bronceados debido a que estaba siendo controlado por una ilusión generada por Kanon de Geminis, quien posteriormente acaba a este enemigo con la Explosión de Galaxias. Kanon procede a combatir a Radamanthys a las afueras de la Primera Prisión. El juez, en primera medida, consigue lastimar al dorado haciendo uso de la Gran Caución, pero luego se ve doblegado con la paralización efectuada por el santo sobre el cuerpo del espectro. Al final, este último abandona la pelea después de un tiempo por el llamado de Pandora; ademas, una decena de espectros rasos atacan al santo de Géminis pero este los elimina a todos fácilmente con su Explosión de Galaxias.


Al mismo tiempo, Mayura se encuentra inconsciente en la entrada al Inframundo tras caer con Radamanthys por el abismo del Castillo de Hades que comunica con el reino de los muertos. Los dos jueces del infierno faltantes, Aiacos de Garuda y Minos de Grifo, salen al encuentro de la santa tras percibir el enorme cosmos que emite; al darse cuenta de que es una simple santa de plata, se sorprenden por el hecho de que le pertenezca un cosmos de un nivel incluso superior al de un santo de oro. Por tal motivo, Aiacos decide rematarla mientras se encuentra indefensa en el suelo, pues la consideran un problema si llega a sobrevivir, pero antes afortunadamente la plateada recupera el conocimiento y consigue esquivar el ataque letal del juez, y posteriormente contraataca con un ken que hace retroceder al espectro de élite. Aiacos se dispone a confrontar a Mayura, esta ataca sin dudar al espectro con multiples rayos ken, lo cuales son esquivados con relativa facilidad puesto que este enemigo se tilda como el espectro más rápido; posteriormente, Aiacos lanza sus propios rayos ken complicando así a Mayura quien solo se alcanza a defender cubriéndose con sus brazos, pero esto no es suficiente por lo que resulta herida. Antes de que Mayura se recuperara, el espectro le lanza un golpe con su máxima velocidad, pero este es evitado por la santa, hecho que sorprende al enemigo debido a que significaba que su velocidad podía ser igualada por su rival; entonces Mayura afirma que puede moverse incluso más rapido que la luz. Desde este momento, ambos individuos inician una batalla basada en golpes para demostrar el alcance de sus respectivas fuerzas y velocidades. En un momento, el imponente juez aprovecha un descuido de Mayura para aplicar su técnica Ilusión Galáctica, produciendo un fuerte impacto que daña a la santa; al encontrarse temporalmente fuera de combate, el espectro se dirige para asestarle el golpe fatal, pero se sorprende al ver que Mayura se reincorpora sin mucha dificultad. Aiacos le dirige un poderoso puño a Mayura, pero esta lo detiene y eventualmente lo destruye con su fuerza. Mientras el espectro se reciente un poco por el daño generado en su puño, la plateada aprovecha para aplicarle su técnica de Paralización al mismo tiempo que a su colega Minos de Grifo, produciendo que Garuda quede inmovilizado puesto que sus nervios fueron dañados, pero en Minos no surte un efecto inmediato. Minos, al ver que el juez de Garuda está teniendo muchos problemas al enfrentar a Mayura, decide interferir utilizando su Marioneta Cósmica en la santa, y empieza a torturarla sádicamente, pero luego su cuerpo queda inmovilizado debido al efecto retardado de la Paralización, lo que le permite a Mayura liberarse de los hilos de la Marioneta Cósmica rompiendo estos con su cosmos. Ambos espectros están totalmente a la deriva de Mayura, por lo que esta se encuentra decidida a efectuar su Ventisca de Pavo Real para acabar con los dos enemigos al mismo tiempo, pero como pasó con Radamanthys, un grupo de espectros aparecen repentinamente para avisarle a los dos jueces que se dirigan a Giudecca por ordenes de Pandora. Este hecho salva la vida de los dos jueces, quienes le avisan a la plateada que tendrán una revancha, puesto que ella les ha ganado. Posteriormente, el grupo de 8 espectros intentan derrotar a Mayura, pero como era de esperarse, esta los acaba con unos cuantos ataques de cosmos.


Shaka y Atenea aparecen en el Inframundo tras morir para liberar el octavo sentido. Ya en el territorio del Dios Hades, el santo de oro y la Diosa se encuentran al espectro Atavaka de Atavaka, caracterizado por su divinidad, siendo la contraparte de Shaka en el ejército de espectros. El espectro emplea almas para mandar ataques al dorado, el cual responde activando su campo defensivo para repelerlos; sin embargo, los espíritus traspasan esta defensa y se dirigen especialmente hacia Atenea para acabarla, pero el dorado se interpone y recibe completamente el ataque del espectro, quedando malherido. Sin embargo, Shaka se reincorpora a la pelea y emplea el Tesoro del Cielo para evitar cualquier acción ofensiva por parte de Atavaka, sin embargo este repele su técnica por medio del Vacío del Tesoro del Cielo Maldito, técnica con la cual quita alguno de los sentidos del santo de Virgo. Posteriormente, Shaka anula esa técnica debido a que es muy similar a la suya, por lo cual no tendría efectividad absoluta sobre él. Finalmente, Shaka emplea a Bendición de las Tinieblas, que infringe un daño considerable al espectro y termina decidiendo su derrota.


Mientras tanto, Seiya y Shun avanzan hacia la segunda prisión, donde se encuentran como enemigos a Pharaon de Esfinge y Orfeo de Lira, antiguo caballero de plata al servicio de Atenea, quien traicionó a su Diosa para pedirle a Hades la resurrección de su amada Euridice, pero se queda permanentemente en la tierra de los muertos para acompañar a su amada. El santo de la Lira pide enfrentar a Seiya y Shun; Orfeo les cuenta a los santos de bronce que vino al inframundo a pedirle a Hades que reviviera a su amada Eurídice, pero esta se convirtió en piedra debido a que vio una luz que produjo Pandora a propósito, pero de esto se entera después por parte de Pharaon. En venganza, Orfeo cambia de bando y se enfrenta al espectro en una lucha de instrumentos musicales; en este duelo, la cuerda principal de la Lira de Orfeo se rompe, por lo que este no puede tocar su requiem. Posteriormente, Pharaon emplea la Maldición de la Balanza, con la cual está sacando el corazón del caballero de plata, pero este último logra liberarse por medio de una ilusión. Finalmente, el santo toca el Nocturno de Cuerdas sujetando la cuerda rota con los dientes, y de esta manera consigue derrotar al espectro.


Luego, el santo de plata guia a los santos de bronce hacia Giudecca, donde aparentemente se encontraba Hades, para asesinar a este último; cuando llegan a dicho lugar, los 3 jueces del infierno aparecen y Orfeo toca su musica para dormirlos junto a Pandora. La técnica no funciona efectivamente con Radamanthys, por lo que este derrota a Orfeo atacándolo de gravedad varías veces; además, Seiya recibe la Gran Caución siendo derrotado de esta manera. Posteriormente, el juez envía los cuerpos de los santos al hielo de Cocitos; además, Pandora se percata de que Shun es el cuerpo que eligió Hades para reencarnar, por lo que ahora lo pone a su cuidado.



Por otro lado, Kanon se encuentra con Shiryu y Hyoga y avanzan hacia la tercera prisión, donde se encuentran a los espectros Rock de Golem e Iván de Troll, quienes son derrotados por Shiryu y Hyoga respectivamente haciendo uso del Dragón Naciente y el Polvo de Diamante. En la cuarta prisión, aparece un espectro élite llamado Phlegyas de Lycaon, quien bloquea las técnicas de los dos santos de bronce y luego los derrota y deja inconscientes empleando el Aullido Infernal. Sin embargo, el espectro no puede hacer nada ante Kanon, quien no se inmuta por su técnica y posteriormente lo derrora con la Explosión de Galaxias. El caballero de Geminis avanza solo, mientras que los dos santos de bronce lo siguen luego de que se recuperan.



Paralelamente, Mayura hace su propio recorrido en el Inframundo, encontrándose a 3 espectros de élite, quienes se disponen a eliminarla; estos son Valentine de Harpía, Syphide de Basilisco y Queen de Alrune. El espectro de Harpía ataca con poderosos rayos ken emitidos desde sus garras, pero estos son esquivados sin mayor esfuerzo por la santa y esta contraataca con un potente golpe que destruye parte de la surplice del espectro. Posteriormente, Valentine utiliza su técnica Avaricia de la Vida, pero Mayura se mueve rapidamente, evitando así la impacto de la técnica, y luego golpea a su enemigo violentamente con una contundente tanda de rayos ken, dejándolo bastante herido y fuera de combate, además de destrozar casí por completo su surplice. Posteriormente, Basilisco y Alrune intentan golpear a la santa de plata, pero esta esquiva todos los ataques sin dificultad, y luego contraataca con golpes de cosmos, humillando así a los espectros. Luego de este ataque fallido, los 2 espectros realizan sus técnicas especiales, el Aletazo de Aniquilación y la Guillotina de Flores Sangrientas, mientras que Mayura ataca con las Alas Destellantes de Plumas Reales, superando las mencionadas técnicas y derrotando con estas a sus enemigos. La santa de plata continua con su recorrido, y cuando está desapercibida, Valentine de Harpía, quien aún no había muerto, se dispone a atacarla de sorpresa con sus últimas energías, pero antes de que eso sucediera, el espectro es atacado y eliminado por DeathMask. Como Mayura creía que el santo de oro había sido asesinado en el Santuario, se sorprende y alegra por su aparición. Después del encuentro emotivo, los 2 siguen su recorrido, no sin antes encontrarse con una tropa de 20 espectros rasos que se encuentran desconcertados por la derrota de los tres poderosos espectros; los enemigos atacan pero son destruidos al instante por Mayura, sin ninguna dificultad.


Mayura y DeathMask continuan su propio recorrido en el Inframundo y en el camino se encuentran a otros 3 de los espectros más poderosos de todo el ejército de Hades; se trata de Kagaho del Bennyu, Verónica de Druj Nasu y Partita de Buho, seguidos de una docena de espectros subdordinados. En esta ocasión, DeathMask decide enfrentar a todos a la vez. El dorado con una rafaga cargada de cosmos aniquila a los espectros de bajo nivel. Luego, Kagaho ataca rapidamente al dorado con golpes de fuego, los cuales son repelidos sin dificultad, y finaliza con su técnica Explosión de la Corona, la cual es desintegrada por el Castigo Infernal de DeathMask, que además elimina al espectro. Al instante, el santo de oro es atrapado por Partita, quien lo sujeta por la espalda y de manera rara pasa su lengua por el cuello del guerrero a la vez que está debilitándolo con su habilidad de dañar el alma; esto genera una actitud celosa por parte de Mayura, quien la golpea fuertemente para apartarla y le dirige unas fuertes palabras, que hacen reir al dorado por el comportamiento de su amada. Posteriormente, DeathMask se prepara a atacar a la espectro, pero esta es más habil y golpea en repetidas ocasiones al dorado, sin causarle algún daño serio. El santo repele a la rival con golpes de cosmos, hiriéndo así a la espectro; luego el caballero la derrota con su Castigo Infernal. Finalmente, Veronica ataca con su Fortaleza del Entierro, produciendo que Mayura y DeathMask se vean envueltos por materia podrida que causaría una posterior desintegración de sus cuerpos. Veronica aprovecha para herir al dorado con sus moscas al estar inmovilizado; sin embargo, DeathMask confiado, elimina toda esa materia con ayuda de sus llamas azules, al igual que las moscas, y utiliza estas para lanzar su ataque Llamas Demoniacas y derrotar al último espectro.


Volviendo al recorrido de Kanon, este llega a la quinta prisión y derrota a Stand de Escarabajo con suma facilidad, y al momento Shiryu y Hyoga lo alcanzan. En esos instantes, uno de los jueces del infierno, Radamanthys de Wyvern, aparece ante los caballeros y Kanon les dice a los santos de bronce que avancen, pues él se encargará del enemigo. Radamanthys ataca al santo de oro con su Gran Caución, pero este último esquiva el ataque con facilidad para el asombro del espectro, a lo que el santo le responde que ya vió su técnica por lo que no funcionaría en una segunda ocasión. Luego, el santo le devuelve una Explosión de Galaxias que manda al juez al suelo y lo deja malherido; cuando el espectro está a punto de ser derrotado, los otros 2 jueces del Inframundo llegan a su rescate y confrontan al dorado. Aiacos es el primero en atacar a Kanon con la Ilusión Galáctica, hiriéndolo bastante. Luego, Minos es quien hace su aparición empleando la Marioneta Cósmica para humillar y doblegar al dorado. Cuando el caballero de Geminis está por ser asesinado a manos de Minos, DeathMask llega y rompe los hilos de la Marioneta Cósmica, mientras que Mayura aparece y le da un poderoso golpe a Aiacos, que los manda a volar y rompe completamente su casco, a la vez que le produce una herida en la frente.


Mientras tanto, Ikki de Fénix llega al Inframundo, y cuando Hades en el cuerpo de Shun presiente su cosmos, lo teletransporta hasta Giudecca.

DeathMask reta a los jueces, y luego se dispone a enfrentar a Aiacos de Garuda, quien respondió a su desafio. El juez le lanza un golpe al dorado, el cual es esquivado sin mayor dificultad, y luego este contraataca con un golpe, el cual igualmente es contrarrestado; luego, el juez logra encajarle un potente ataque a DeathMask, que lo manda volar, y lo remata aplicándole su técnica Ilusión Galáctica, con la cual aparenta derrotar a su rival, pero el santo de Cáncer se levanta y ataca de sorpresa a Aiacos con su Castigo Infernal, hiriéndolo un poco. Aiacos responde nuevamente con su Ilusión Galáctica, pero el impacto de esta técnica es detenido fácilmente por su rival, debido a que no surtiría efecto por segunda vez. Luego, DeathMask empieza a efectuar una rafaga de puños, que complican un poco a Aiacos, pero al final son repelidos y este contraataca con su técnica Aleteo de Garuda, la cual produce que el santo de oro impacte fuertemente contra el piso; sin embargo, la técnica del juez no derrota a DeathMask. Finalmente, el caballero de cáncer decide finalizar con la pelea lanzando las Llamas Demoniacas, que terminan haciendo pedazos la sapuri de Aiacos y derrorando a este último. Los demás jueces se sorprenden por el enorme poder de DeathMask.


Mientras tanto en Giudecca, cuando Ikki llega allí ve a Shun con un aspecto diferente y Pandora le cuenta que ahora es el señor Hades. Pandora intenta matar a Fénix con su lanza, pero sus esfuerzos no tienen ningún éxito. Ikki intenta matar a Hades, pero Pandora le advierte que si ataca solo conseguirá dañar el cuerpo de Shun, por lo que el santo de bronce no es capaz de lanzar ningún ataque a su hermano. En esos momentos, Hades se posesiona totalmente del cuerpo de Shun y ataca con su cosmos a Ikki, dejándolo inconsciente y bastante herido; Posteriormente, Pandora le pide a un grupo de espectros que lleven el cuerpo del caballero a Cocitos. Cuando estos espectros llega a Cocitos, se encuentran a Seiya y descubren que tiene la armadura de Atenea, por lo que lo ayudan a salir del hielo y lo atacan para quitarle el objeto, pero el caballero de Pegaso los vence al final con mucha dificultad. Seiya ahora se dirige a Giudecca.


Volviendo a Giudecca, Shaka aparece con intenciones de asesinar a Hades. Sin embargo, en esos momentos Atenea aparece y le pide a Shaka que no ataque, pues solo conseguirá dañar el cuerpo de Shun. Atenea avanza hacia Hades y le propone que si detiene el eclipse, le daría a cambio su vida; Hades acepta y ataca a Atenea con la lanza de Pandora, pero la Diosa la alcanza a esquivar y solo es herida levemente, y con su sangre libera el alma de Hades del cuerpo de Shun. Después, Hades rapta a Atenea y se la lleva a los Campos Eliseos.

Volviendo a la quinta prisión, Minos de Grifo, el juez y espectro más poderoso, confronta al santo de Cáncer. DeathMask inicia la batalla atacando con un potente golpe de cosmos, el cual es detenido por el aura que protege el cuerpo de Minos; posteriormente, el dorado utiliza el Castigo Inernal, pero igualmente es detenido sin mayor dificultad. Luego, Minos responde con un poderoso ataque de cosmos, el cual golpea y deja herido a DeathMask, y después aplica su técnica Marioneta Cósmica contra su rival, con la cual está doblegando a este. Minos empieza a quebrar algunos huesos del cuerpo de DeathMask, lo cual desespera a Kanon quien piensa intervenir pero antes es detenido por Mayura, quien confía en las habilidades de su dorado. Cuando el juez está decidido a asesinar a su rival, el santo dorado empieza a quemar los hilos de la Marioneta Cósmica con su cosmos, el cual genera luego una explosión que hiere al juez. Posteriormente, DeathMask utiliza las Llamas Demoniacas, pero estás son repelidas por Minos antes de que tocaran su cuerpo; luego, Minos contraataca con golpes de cosmos, complicando un poco al santo de oro. La batalla parece que no va a tener un final pronto, pero luego de un momento tanto la armadura de Géminis y Cáncer comienzan a resonar por el llamado de los caballeros dorados para destruir el Muro de los lamentos; por tal motivo, DeathMask acaba con la pelea con su técnica Pinzas Doradas del Cangrejo, venciéndo aparentemente con esta a Minos.


Inmediatamente, DeathMask y Kanon se dirigen hacia Giudecca, pero son detenidos por el último juez, Radamanthys, quien a pesar de encontrarse perplejo por la derrota de sus colegas, no duda en enfrentarse a los 2 dorados. Sin embargo, en esos momentos Mayura confronta al último juez para que los santos de oro sigan su recorrido, y además concluir su anterior combate y vengar a los 3 dorados vencidos por el juez en el castillo de Hades. Radamanthys y la santa de plata inician la batalla, la primera acción es del espectro, quien ataca con su Gran Caución, pero esta técnica es detenida con suma facilidad por la santa de plata debido a que ella ya la había visto en su anterior batalla contra el juez; luego, la santa responde con un Aletazo Sagrado, que hiere bastante al enemigo y destruye gran parte de su sapuri. Radamanthys se sorprende por el enorme poder de su rival, pero no se intimida, por lo cual vuelve a lanzar su Gran Caución con todo su poder; finalmente, Mayura le dice al espectro que es insignificante y lo elimina con las Alas Destellantes de Plumas Reales. Igualmente, después se dirige a Giudecca.


Seiya, Hyoga, Shiryu, Hyoga y Mayura se encuentran en Giudecca momentos antes del sacrificio de los 12 santos de oro para destruir el Muro de los Lamentos. Luego de una despedida emotiva entre los caballeros, los santos ya mencionados salen de Giudecca para evitar que la explosión los afecte. En ese momento, Minos debilitado por la batalla contra DeathMask llega y confronta a los caballeros. Luego, Mayura decide enfrentar al juez para terminar de una vez con su vida. La batalla inicia y Minos, a pesar de estar bastante herido, logra propinarle una serie de ataque de cosmos a Mayura, luego de esquivar algunos golpes dirigidos por la plateada, y con estos la manda a volar, impactando en la puerta de Giudecca. Posteriormente, Minos utiliza su Marioneta Cósmica, pero Mayura se mueve habilmente para esquivar los hilos y luego los destruye con las Alas Destellantes de Plumas Reales, y también alcanza con esta técnica al espectro, hiriéndolo más. Minos, aprovechando su enorme fuerza física, ataca con un poderoso puñetazo a la santa de plata, pero esta lo detiene con una mano y responde con una patada que destruye parte de la sapuri del juez. Al verse superado en su totalidad, Minos decide utilizar todo su cosmos restante para ejecutar su técnica Onda Gigante de Plumas con el fin de acabar a todos los santos presentes, pero Mayura utiliza su Ventisca de Pavo Real para repeler este ataque, lo cual logra y además consigue eliminar definitivamente a Minos.


Finalmente, el Muro de los Lamentos es destruído, todos lamentan el sacrificio de los santos dorados y los 5 caballeros al servicio de Atenea proceden a cruzar la dimensión que conecta con los Campos Eliseos. Sin embargo, antes son abordados por 3 espectros de élite y un grupo de espectros rasos. Ikki y Mayura se quedan a enfrentar a los enemigos, mientras que los demás santos cruzan el camino de los dioses sin desintegrarse debido a que sus armaduras están bañadas con la sangre de la Diosa.

Fénix con un simple movimiento elimina a 4 espectros rasos, mientras que Mayura se encarga de los otros 4 faltantes de ese tipo. Posteriormente, Gordón de Minotauro y Tokusa de Haruman se enfrentan a Fénix. Los 2 espectros comienzan atacando, pero no consiguen dañar al caballero de bronce, quien esquiva los golpes con facilidad y responde con un ataque de cosmos que los manda a volar y los deja un poco heridos. Ikki les da chance a sus enemigos de escapar, pues afirma que nunca lograran derrotarlo y no tiene tiempo para perder inútilmente, ofendiendo con esto a los 2 espectros, quienes no dudan en usar sus técnicas; paralelamente, Ikki utiliza sus Alas de Fénix, derrotando a los rivales.


Inmediatamente después de la derrota de los 2 espectros, Violate ataca de sorpresa a Ikki, hiriéndolo un poco. Mayura interviene y decide enfrentar al enemigo, el cual la golpea fuertemente, enviándola a volar afuera de Giudecca. Paralelamente, Ikki va a cruzar el camino de los dioses, pero es detenido por Pandora, quien le avisa que si cruza su cuerpo será tragado por la presión de la superdimensión; para que pueda cruzar, Pandora le dá su pulsera al caballero de bronce, y le pide que derrote a los Dioses Gemelos: Thanatos e Hypnos. Volviendo a la batalla, Violate inicia una rafaga de puños contra Mayura, que son detenidos por esta, posteriormente la espectro utiliza su técnica "Sutura de Sombras", atrapando a la santa de plata en una sombra enorme que inmoviliza su cuerpo, y luego aprovecha para golpearla brutalmente. Violate procede a darle el golpe final a Mayura, pero antes que eso sucediera la santa de plata eleva su cosmos, devolviendo la sombra a la espectro, quien es herida por su propio ataque. Posteriormente, la espectro utiliza su técnica "Brutal Real", creando un enorme cráter que sepultaría el cuerpo de Mayura, pero afortunadamente esta se mueve hábilmente evitando la ténica, y utiliza su Aletazo Sagrado, acabando así con su enemiga.



Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Caronte de Aqueronte: 13.000
Lune de Barlog: 16.500
Espectros rasos: 2.000 a 5.000
Pharaon de Esfinge: 17.000
Rock de Golem: 14.000
Iván de Troll: 14.000
Phlegyas de Lycaon: 17.500
Stand de Escarabajo: 14.000
Syphide del Basilisco: 18.500
Valentine de Harpía: 19.500
Queen de Alrune: 17.500
Kagaho del Bennyu: 19.500
Verónica de Druj Nasu: 19.000
Partita de Buho: 18.500
Fedor de Mandragora: 17.000
Byaku de Nicromante: 16.500
Edwar de Silfie: 14.000
Atavaka de Atavaka: 20.000
Gordón de Minotauro: 16.000
Tokusa de Haruman: 15.500
Violate de Behemonth: 20.500
Radamanthys de Wyvern: 21.500
Aiacos de Garuda: 22.000
Minos de Grifo: 23.000
Orfeo de Lira: 18.000
Seiya: 14.500; séptimo sentido: 19.500
Shiryu: 14.000; séptimo sentido: 19.000
Hyoga: 14.100; séptimo sentido: 19.100
Shun: 15.000; séptimo sentido: 20.000
Ikki: 21.000
DeathMask: 23.500
Kanon: 22.000
Mayura: 23.500
Shaka: 22.500
Dohko: 21.800
Mu: 22.000
Aioria: 21.500
Milo: 21.400

Tras la derrota de Violate, la derrota de los 108 espectros de oficializa. Mayura, porteriormente, cruza la superdimensión, para ir a los Campos Eliseos y enfrentar a los últimos enemigos: Thanatos, Hypnos y Hades, con el objetivo de salvar a Atenea y a la Tierra.


Seiya es el primero en llegar a los Eliseos, y allí es enfrentado por Thanatos, quien lo vence fácilmente. Seiya emplea la Cometa de Pegaso, causándole unos cuantos rasguños al Dios. En venganza, Thanatos quiere cobrarle a Seiya la osadía de levantarle los puños a un Dios e intenta asesinar a su hermana Seika, pero esta afortunadamente es protegida por los santos de Atenea que son sus amigos en el Santuario. Luego de un momento, Shun llega a auxiliar a Seiya y ataca con su Cadena Nebular, pero su ataque resulta inútil y al momento es derrotado por un ataque del Dios. Luego, cuando Pegaso y Andromeda van a ser asesinados, Shiryu y Hyoga aparecen y atacan con el Dragón Naciente y el Polvo de Diamante respectivamente, pero su destino es el mismo, y son vencidos con suma facilidad. Ikki y Mayura llegan de últimas, y lanzan sus mejores ataques conteniendo todo su poder, el Ave Fénix y la Ventisca del Pavo Real, con las cuales logran destruir el casco de Thanatos y producirle una pequeña herida; en respuesta, el Dios les lanza la Terrible Providencia, destruyendo por completo sus armaduras y dejando en estado de agonía a los caballeros.



Cuando los santos de Atenea estaban por ser derrotados, 6 armaduras doradas enviadas por Poseidón llegan a los Eliseos y visten a los caballeros; Seiya recibe la de Sagitario, Shiryu la de Libra, Hyoga la de Acuario, Shun la de Virgo, Ikki la de Leo y Mayura la de Cáncer. Los 6 santos atacan a la vez con sus mejores técnicas (Meteoros de Pegaso, los Cien Dragones, Ejecución Aurora, Tormenta Nebular, Ave Fénix y Ventisca de Pavo Real), con lo cual logran herir un poco a Thanatos, pero aún cuando sus poderes se incrementaron, no son capaces ni siquiera de rivalizar con el Dios, y este último luego utiliza la Terrible Providencia, destruyendo las 6 cloth de oro completamente y a la vez. Los santos a servicio de Atenea pierden todas las esperanzas de vencer.




Thanatos le arrebata la armadura de Atenea a Seiya, y se dispone a darles el golpe de gracia a los caballeros cuando estos se encuentran al borde de la muerte. En esos momentos, Seiya eleva su cosmos al máximo, con lo cual consigue la armadura divina de Pegaso gracias a que su cloth fue bañada con la sangre de su Diosa. Seiya recupera e incrementa su poder, por lo cual le arrebata la Armadura de Atenea a Thanatos; posteriormente, se dispone a combatirlo. Seiya ataca con una rafaga de puños, que son detenidos por el Dios de la Muerte sin mayor dificultad, luego este último lo manda a volar con un ataque y le lanza la Terrible Providencia, la cual hiere un poco a Pegaso pero es repelida finalmente. Seiya contraataca con su técnica Meteoros de Pegaso, que manda a volar a Thanatos, con lo cual le queda el camino libre al santo de bronce para avanzar hacia donde Atenea.


Thanatos se dispone a seguir a Seiya, pero Mayura con sus pocas fuerzas lo detiene y lo ataca con el Aletazo Sagrado, sin resultado alguno, puesto que el ataque no le hizo daño alguno al Dios; luego, Mayura es brutalmente atacada. Posteriormente, Mayura se vuelve a levantar, con la sorpresa de que consigue su armadura divina debido a que elevó su cosmos hasta el máximo punto. Thanatos ataca a Mayura, pero esta esquiva fácilmente los ataques de su rival por medio de la enorme velocidad que consiguió gracias a las alas de su nueva armadura, luego la santa de plata contraataca con golpes de cosmos, superando de esa forma a su rival y generando un daño considerable en su cuerpo y armadura. Thanatos al verse inferior, ataca desesperadamente con la Terrible Providencia, pero esta tecnica es detenida fácilmente por Mayura debido a que ya la había visto varias veces, y por tal motivo no volvería a funcionar; finalmente, la santa de plata no pierde tiempo y ataca al enemigo con sus Alas Destellantes de Plumas Reales, derrotando de esta manera al temible Dios.


Luego de derrotar a Thanatos, Mayura sigue inmediatamente a Seiya, pero es detenida por el último hermano gemelo, Hypnos. Mayura ataca al Dios con las Alas Destellantes de Plumas Reales, hiriéndo un poco a este último, más sin embargo la potencia del ataque fue contenido en gran medida. Posteriormente, Hypnos utiliza su Somnolencia Eterna para dormir a Mayura, consiguiéndolo con éxito, y luego se dirige a asesinarla, pero en ese momento es detenido por Shun, Hyoga y Shiryu, quienes consiguieron la armadura divina. Los 3 santos de bronce atacan a Hypnos, provocando el rompimiento del efecto de la Somnolencia Eterna sobre Mayura; luego, Hypnos contraataca, doblegando a sus enemigos. Cuando los bronceados se ven en problemas, Mayura despierta y se enfrenta nuevamente al Dios, para que Shun, Hyoga, Shiryu e Ikki sigan y apoyen a Seiya. Hypnos vuelve a utilizar su técnica especial, pero esta ya no surte efecto alguno sobre la plateada, luego esta última decide terminar con el Dios con su Ventisca del Pavo Real.


Seiya llega donde se encuentra Atenea encerrada en la vasija del sueño de Hypnos, y la intenta rescatar destruyendo el recipiente por medio de los Meteoros de Pegaso, pero su esfuerzo es inútil pues su ataque es devuelto. Más tarde, llegan los demás bronceados y se unen para atacar la vasija, pero igualmente sus ataques son regresados impactando contra ellos mismos. Ikki, accidentalmente toca la sangre de Atenea, y con esto despierta la armadura divina del Fénix. Al ver que sus acciones no tienen resultado, los santos deciden dirigirse al mausoleo donde descansa el cuerpo original de Hades para destruirlo y así acabar con esta guerra santa, pero antes de que esto sucediera el alma del Dios despierta su cuerpo auténtico y ataca a los caballeros. A pesar del enorme poder que ahora poseen debido a las armaduras divinas, no logran vencer al Dios del Inframundo, aún atacando los 5 a la vez. Los bronceados atacan con poderosos ken pero estos son repelidos por Hades haciendo uso de su espada y con la misma lanza ataques que hieren a los atenienses. En un esfuerzo en conjunto, los santos lanzan las técnicas Meteoros de Pegaso, Dragón Naciente, Polvo de Diamante, Cadena Nebular y Alas del Fénix, logrando herir levemente el cuerpo de Hades, consiguiendo así una hazaña; como respuesta, el Dios los ataca violentamente, dejándolos bastante malheridos y agotados.


Cuando Hades se dispone a acabar con los caballeros, Mayura interrumpe y no duda en atacar al enemigo con su Ventisca de Pavo Real, empleando en este ataque todas sus fuerzas. Esta técnica es detenida aparentemente con facilidad por medio de la espada sagrada del Dios, pero aún así este sale un poco herido debido al enorme impacto del ataque de la plateada. Bastante furioso por ser herido en dos ocasiones, el Dios descarga su ira atacando brutalmente a Mayura, infringiéndole así un daño importante. Sin embargo, la santa no se rinde e intenta acercarse al Dios para atacarlo, pero esta es repelida por los rayos ken emitidos por Hades a travéz de su espada, y finaliza realizando con esta arma unas heridas en su hombro y pierna derecha.


Hades se dispone a atravesar el cuerpo de Mayura con su espada para acabarla, pero finalmente Saori se recupera y acude en su ayuda; en ese momento, Seiya le pasa la pequeña estatua y Atenea se viste con su Armadura para confrontar a Hades. Además, la Diosa protege a sus caballeros encerrándolos en unas esferas de energía para mantenerlos distantes de la pelea. El Dios se dirige rápidamente hacia la Diosa con el objetivo de atacarla con su espada, pero esta reacciona y se protege con el escudo de su vestimenta sagrada, posteriormente intenta realizar un ataque con el Báculo de Nike, pero antes es atacada violentamente por su enemigo, que la manda a volar con la enorme fuerza con la cual realizó su ataque. Hades se dispone a asesinar a Atenea con su espada, pero Seiya lo evita atacando con su Meteoro Pegaso, que manda a volar al Dios; además, Hades le alcanzó a clavar su espada a Pegaso en el pecho, dejándolo en estado de agonía. Mayura aprovecha que Hades está sin defensa y lo ataca, hiriéndolo aún más. Como último recurso, todos lanzas sus mejores ataques junto al poder del báculo de Atenea, que logra atravesar a Hades y como consecuencia, este sucumbe. Los Campos Eliseos comienzan a destruirse, sin embargo los caballeros y su Diosa logran escapar de allí.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Seiya: 19.500
Seiya Sagitario: 30.000
Seiya armadura divina: 300.000

Shiryu: 19.000
Shiryu Libra: 29.500
Shiryu armadura divina: 295.000

Hyoga: 19.100
Hyoga Acuario: 29.600
Hyoga armadura divina: 296.000

Shun: 20.000 
Shun Virgo: 31.000
Shun armadura divina: 310.000

Ikki: 21.000
Ikki Leo: 32.000
Ikki armadura divina: 320.000

Mayura: 23.500
Mayura Cáncer: 36.000
Mayura Armadura divina: 360.000

Thanatos: 310.000
Hypnos: 330.000
Hades: 1.200.000
Atenea: 1.100.000

Luego de la guerra santa contra el emperador Hades, los 6 valerosos santos y la Diosa Atenea regresan con vida a la Tierra; sin embargo, a causa de la herida producida en el corazón por la espada de Hades, Seiya de Pegaso quedó en un estado de coma que produciría en poco tiempo su muerte. Con el fin de salvarlo, Atenea planea acudir a su hermana Artemisa para crear una abertura en el espacio-tiempo con el fin de poder ir al pasado, especificamente a la época de la anterior guerra santa contra el Dios del Inframundo, para destruir su espada sagrada y de esta manera curar la maldición generada por el ataque letal que sufrió el santo de bronce. Atenea solo dispone de 3 días para salvar a Seiya, por lo cual se dirige vistiendo su armadura sagrada y en compañia de Shun de Andromeda hacia el Templo de la Luna ubicado en el Olimpo.


Paralelamente, en la época de la anterior guerra santa contra Hades, la misma está a punto de iniciar por lo que el patriarca decide ascender al rango de caballeros dorados a los santos de bronce Shion y Dohko, convirtiéndose así en los guardianes de Aries y Libra respectivamente. Dohko ha escuchado rumores de que la reencarnación de Hades es un niño que frecuenta un hermoso campo de flores llamado Elysion, por lo que dedice dirigirse a ese lugar para asesinarlo y así evitar la guerra santa en aras de preservar las vidas de los caballeros al servicio del Santuario; para tal misión, el recién consagrado santo de Libra es acompañado por su compañero de armas, Shion. Los dos jovenes dorados efectivamente se encuentran a la reencarnación del temible Dios, un niño llamado Alone, y proceden a asesinarlo pero no pueden lograr su objetivo puesto que el aura cosmica que rodea a este personaje los repele violentamente. Posteriormente, llega un santo de bronce, Tenma de Pegaso, a proteger a su amigo Alone y consiguen escapar en su caballo.


Más adelante, Alone se encuentra con Pandora quien lo motiva a empuñar la espada de Hades, y luego de hacerlo la reencarnación se completa y Alone es completamente posesionado por el espíritu del Dios; paralelamente, los cimientos del castillo de Hades y la barrera de poder se levantan en el lugar de los hechos. Shion, Dohko y Tenma se topan con uno de los tres jueces del Inframundo, Vermeer de Grifo, quien los derrota con suma facilidad debido a que sus poderes se ven reducidos a una décima parte de su totalidad debido a la barrera del castillo. Shion y Dohko atacan con rayos ken, pero el espectro los detiene con suma facilidad. Posteriormente, efectua su técnica Marioneta Cósmica sobre los 3 caballeros, y empieza a torturarlos con esta. Cuando está a punto de asesinarlos, es interrumpido por otro juez, el espectro Suikyo de Garuda, antiguo caballero de plata de la constelación de la Copa, compañero de entrenamiento de Shion y Dohko y maestro de Tenma, quien le comunica a su colega Vermeer que Pandora necesita su presencia inmediatamente. Los santos se sorprenden por la traición de Suikyo. Luego, los dos jueces se retiran y un esqueleto queda encargado para rematar a los santos, pero antes es asesinado por el caballo de Tenma.


Volviendo al presente, Atenea y Shun llegan al Templo de la Luna, pero no saben que camino tomar para dirigirse hacia Artemisa, sin embargo en ese momento aparece Hécate y les dice que les indicará el camino correcto a seguir solo si Atenea le entrega su cabello, a lo que la deidad acepta; luego se dan cuenta que solo hay un camino, por lo que habían caido en una ilusión. Más adelante, se encuentran con unidades de la Guardía Real de Satelites, ejército personal de Artemisa, quienes disparan flechas a los presuntos invasores, las cuales son repelidas por la Defensa Giratoria de la cadena de Shun, luego el santo de bronce las derrota con la Onda Relámpago. Finalmente, Atenea llega al recinto de su hermana mayor Artemisa, la cual se encuentra muy molesta por su actitud de rebeldía hacia los dioses y su amor hacia los inútiles humanos. Atenea le pide el favor a su hermana y justifica sus actos, pero Artemisa no la escucha y la ataca con su baculo, a lo que Atenea responde igualmente con el baculo de Nike y el escudo de la justicia de su armadura. Tras un intercambio de ataques, Atenea queda desgastada y acorralada por Artemisa, mientras que Calipso, sirvienta de Artemisa, retiene a Shun inmovilizando su cuerpo. Posteriormente, tras la insistencia de Atenea, Artemisa le dice que ella no es capaz de hacer viajes en el tiempo, y que la única entidad capaz de realizar este hecho es Chronos.


Atenea y Shun van a buscar a Chronos, pero antes son interceptados por un grupo de Satélites de la Unidad de Comando, lideradas por Lascoumoune, quienes fueron enviadas por órdenes de Calipso a asesinar a Atenea para evitar que su diosa Artemisa sufriera por culpa de esta. Shun se queda a enfrentar a las satélites, mientras que Atenea avanza en su recorrido. Las enemigas atacan con sus flechas pero Shun las evade fácilmente con su Defensa Giratoria, y luego las derrota con sus cadenas. Posteriormente, Lascoumoune ataca con su Crimson Viper, ataque que traspasa la defensa de las cadenas del santo de Andromeda, y posteriormente lo golpea en su casco, dejándolo inconsciente.


Cuando Lascoumoune se dispone a darle el golpe final al santo mientras está indefenso, Ikki de Fénix hace su aparición y reta a la enemiga. La satélite ataca con su Crimson Viper, pero Ikki la detiene con una mano, posteriormente vuelve a lanzar otra flecha de este tipo y en esta ocasión es repelida por Ikki al devolver la flecha que detuvo con antelación. Posteriormente, Ikki usa sus Alas del Fénix y derrota a su enemiga, dejándola bastante malherida, más no la asesina. Finalmente, Atenea y Shun encuentran el lago de Chronos, y luego de convencer a este, consiguen ir al pasado en la época de la anterior guerra santa.


En el pasado, Shijima de Virgo presiente la llegada de Atenea desde un lugar bastante lejano del espacio-tiempo, y le avisa a los demás colegas dorados. Atenea aterriza en el Santuario, con la sorpresa de que es una bebe; esto se debe a que Chronos alteró sus telomeros. La bebe Atenea queda al cuidado del patriarca, quien resulta siendo un traidor, y por ende pretende tomar la vida de la diosa con una daga dorada, pero antes es detenido por el santo de virgo, quien se quedó en la camara del sumo pontifice puesto que no confiaba completamente en este. En estos momentos, el santo de oro Cardinale de Piscis aparece y se revela como otro traidor, por lo que ataca a Shijima con su Rosa Sangrienta, hiriéndolo de gravedad debido a que no se pudo defender por que tenía a Atenea en sus manos; sin embargo, el dorado de virgo consigue escapar del lugar de los hechos junto con la diosa, pero queda atrapado en el Laberinto de los Dioses. Mientras tanto, Pandora también presiente la llegada de Atenea del futuro a esa época, por lo que envía al Santuario una tropa de espectros liderada por Suikyo de Garuda para que tomen su cabeza.


Paralelamente, el santo de bronce que acompañaba a Atenea, Shun de Andromeda, aterriza en el Coliseo de enfrentamientos, y allí confronta a algunos soldados que lo atacan. Posteriormente, Tenma aparece y le hace frente, y Shun se sorprende por el parecido que tiene el guerrero con Seiya; luego, Shun le explica toda la situación al santo de bronce y logra convencerlo, por lo que ambos se dirigen a las Doce Casas para llegar con Atenea. En el primer templo, se encuentran con Shion de Aries, quien en un principio no los deja pasar, pero cuando siente el cosmos de los espectros acercándose a su casa, permite que los dos bronceados pasen y les encomienda que le comuniquen toda la situación a los demás dorados. Finalmente, la tropa de Suikyo llega, y unos espectros rasos atacan a Shion, pero este los elimina fácilmente empleando algunos rayos ken. Posteriormente, Suikyo destruye el Muro de Cristal con relativa facilidad puesto que conocía esa técnica, y esto permite a los demás espectros cruzar hacia Tauro mientras el juez enfrentra al dorado. La batalla entre ambos individuos inicia, Suikyo y Shion intercambian poderosos golpes de cosmos, demostrando en un primer momento igualdad en cuanto a poder, más sin embargo el espectro toma ventaja y ataca violentamente a su ex-compañero por medio de rayos ken. Shion ataca con la Revolución de Polvo Estelar, pero el espectro simplemente repele esta técnica empleando una serie de ken a la velocidad de la luz, y luego contraataca con poderosos ataques que dejan fuera de combate al dorado.


Cuando el dorado está por ser asesinado por Suikyo, Ikki de Fénix, quien también cruzó por la abertura que abrió Chronos que permitió que Atenea y Shun llegarán al pasado, aparece y se dispone a confrontar al espectro. Ikki emplea rayos ken con todo su poder, pero estos son contrarrestados por Suikyo utilizando su velocidad. Posteriormente, Suikyo ataca con un potente ataque, destrozando parte de la armadura del santo de bronce, y luego este último aplica su Ilusión Diabólica en el rival antes de caer al suelo por el daño recibido anteriormente. Suikyo queda conmocionado tras recibir el Puño Fantasma y empieza a alucinar sobre su pasado; mientras tanto, Ikki se recupera y cruza Aries debido a que su objetivo es Atenea, por lo que no tiene tiempo para seguir peleando con el espectro. Más tarde, Suikyo en poco tiempo se recupera de la ilusión, pues no alcanzó a recibirla completamente debido a que logró esquivar gran parte de su efecto. Shion intenta detener al espectro, pero este lo deja fuera de combate con un potente ataque, que deja malherido al joven caballero dorado.  


Shun y Tenma llegan a la casa de Tauro, donde se encuentran a su guardián, el caballero dorado Ox de Tauro. Los bronceados intentan explicarle la situación al dorado, pero este no confía en sus palabras, por lo que les pide retirarse de su casa sino correrán las consecuencias. Como era de esperarse, los bronceados persisten en su intento de cruzar por la casa de Tauro, por lo que reciben ataques por parte de Ox, que los manda a volar con gran fuerza. Shun se dispone a confrontar a Ox, por lo que prepara su Defensa Giratoria para repeler los ataques del dorado. Ox lanza su Gran Cuerno, pero con poder reducido, para probar la valentía de los santos, y con este ataque logra herir a Tenma pero no consigue hacerle daño alguno a Shun por su ferrea defensa. Posteriormente, Shun emplea la Onda Relámpago y consigue derribar el casco de Ox, lo cual es suficiente para que el dorado les abra paso por su templo debido a que reconoce su valor de caballero. Shun y Tenma se dirigen hacia Geminis, y momentos más adelante llega Ikki a la casa resguardada por Ox, un poco retrasado debido a que en el camino se encontró a los espectros rasos y tuvo que eliminarlos, y ahora se dispone a enfrentar al dorado. Ox lanza algunos ataques de cosmos, que son detenidos por Ikki con algo de dificultad. Posteriormente, aunque quiere evitar un confrontamiento innecesario, Ikki se prepara para atacar, pero antes es detenido por Ox y además le permite el paso por su casa, esto debido a que se aproxima el juez Suikyo de Garuda.


Paralelamente en el presente, Mayura de Pavo Real, quien se encontraba llevando algunas flores a la tumba simbólica de DeathMask en la casa de Cáncer, por fin se desocupa y se dirige al Templo de la Luna para cruzar hacia la anterior Guerra Santa, con el fin de apoyar a Atenea. La plateada finalmente llega al Santuario de pasado, y se dirige a las doce casas, encontrándose en el primer templo a Shion. El dorado le impide el paso a la santa, pero esta le pide que la deje pasar, pues viene a respaldar a Atenea y los demás santos que vinieron del futuro; a pesar de eso, Shion no se confía debido a que el enemigo ya ha incusionado en las doce casas. Sin más opción, Mayura se dispone a confrontar al dorado, e igualmente Shion está decidido a eliminar a toda persona que se atreva a pasar por su templo. Shion crea el Muro de Cristal para evitar los rayos ken empleados por Mayura en primera instancia, pero luego la plateada emplea el Aletazo Sagrado, destruyéndo por completo esta defensa. El dorado se sorprende por la facilidad con la que su rival destruyó su impenetrable Muro de Cristal, a lo que Mayura responde que fue gracias a que conocía de su técnica gracias a su discipulo del futuro, Mu de Aries. Sin embargo, Shion sigue siendo escéptico frente al discurso de Mayura, por lo que la ataca con la Revolución de Polvo Estelar y la plateada responde con las Alas Destellantes de Plumas Reales, produciendo un enorme choque de poderes; tras un momento, el poder de la técnica de Mayura supera el ataque de su rival y luego golpea en este, quedando un poco resentido. Finalmente, Shion comprende el valor y el coraje de Mayura, por lo que le permite pasar sin más inconvenientes.


Volviendo a la segunda casa, Suikyo llega a donde Ox de Tauro, y lo reta a atacarlo antes de que lo deje avanzar, y le avisa que si no lo hace su vida correría peligro de muerte. Ox bastante confiado, hace caso omiso al reto del espectro y lo ataca con una embestida, mandándolo a volar. Inmediatamente, Suikyo se levanta sin recibir daño alguno y avanza hasta quedar al frente del dorado, luego este último intenta propinarle un golpe pero el espectro lo detiene con una mano. Finalmente, Suikyo acorrala a Ox y lo ataca con las Lanzas de Hielo del Loto Blanco, llevándolo así a la muerte.


Una vez el dorado fue derrotado, Suikyo se dispone a avanzar hacia la siguiente casa, pero antes es detenido por la plateada de Pavo del futuro, Mayura, quien se prepara a confrontar al antiguo caballero de Copa y ahora espectro. Mayura le reprocha a Suikyo la muerte innecesaria que le provocó al santo de Tauro y le pregunta los motivos que lo impulsan a ser tan violento, a pesar de que no percibe un corazón malo en él; como se esperaba, Suikyo le responde a la plateada que solo viene por la cabeza de Atenea. Sin más, Mayura se dispone a pelear, por lo que Suikyo lanza una serie de golpes que son detenidos y contrarrestados por la plateada. En un pequeño descuido, Suikyo logra encajarle un poderoso ken a Mayura que la manda a volar, y luego el espectro se dirige rapidamente a aniquilarla, pero la plateada responde habilmente con un poderoso ataque que impacta en el pecho de Suikyo, rompiendo completamente su sapuris en esa parte y produciendo un daño importante. Posteriormente, Suikyo emplea las Lanzas de Hielo del Loto Blanco para acabar con Mayura de una vez por todas, pero para su sopresa esta técnica es detenida por la plateada sin siquiera tener que moverse un centimentro; ante esta sorpresa, Mayura le responde a su enemigo que su técnica le pertenece a un caballero de plata del futuro, por lo que la conocía y, por consiguiente, pudo contrarrestarla. Mayura golpea brutalmente a Suikyo con potentes rayos ken, infringiendo en el espectro gran daño. Para responder adecuadamente ante la poderosa santa, Suikyo emplea su técnica especial, la Tormenta Giratoria de Cien Colmillos de Lanza de Hielo, que obliga a Mayura a hacer uso de la Ventisca de Pavo Real para contrarrestar este poderoso ataque; en el impacto entre técnicas, ambos salen heridos por la violenta fuerza cosmica que se desprende. Posteriormente, Mayura emplea las Alas Destellantes de Plumas Reales, destrozando parte de la sapuri del espectro y dejando a este fuera de combate. El juez está agotado físicamente y bastante lastimado, por lo que ya no puede hacerle frente a Mayura; sin embargo, la guerrera le perdona la vida debido a que, como había aseverado antes, no siente maldad en su cosmos y además debe ir con Atenea en el menor tiempo posible. Finalmente, Mayura se marcha hacia Geminis, mientras que Suikyo reconoce que es una auténtica santa y descansa un poco para recuperarse.


Shun y Tenma llegan a la Casa de Geminis, la cual comprende 2 entradas debido a la ilusión que protege dicho templo. Los santos deciden dividirse para cruzar cada uno por una entrada; Shun consigue salir con éxito de la casa debido a que sabía acerca del laberinto de los gemelos, pero Tenma al no tener conocimiento al respecto ataca imprudentemente a la armadura de Geminis vacía, por lo cual es enviado a otra dimensión, pero es rescatado por la cadena de Andromeda. Finalmente, ambos consiguen pasar el templo y se dirigen a la casa de Cáncer.

Más tarde, Ikki llega al tercer templo zodiacal y se encuentra al guardián de este, el caballero dorado Cain de Geminis. Cain le advierte al bronceado que se retire, a lo que este hace caso omiso y decide avanzar un paso hacía el dorado, siendo atacado violentamente por este. Al recibir el ataque, Ikki comprende que Cain es probablemente el santo dorado más poderoso, y será imposible vencerlo a menos que emplee todo su poder y disponga su vida en el intento. Ikki ataca con rayos ken, pero el dorado simplemente los detiene o esquiva; posteriormente, Cain responde de la misma manera infringiendo así un daño severo en el santo de bronce. Sin más alternativa, Ikki utiliza las Alas Ardientes de Fénix, técnica con la cual manda a volar a Cain pero no consigue hacerle un daño serio, lo cual sorprende aún más al santo de bronce. Posteriormente, Cain emplea su máxima técnica, la Explosión de Galaxias, para acabar con su enemigo, pero sorprendentemente este la contrarresta en cierta medida, más sin embargo cae derrotado debido a que este potente ataque produjo un considerable daño interno en su cuerpo. Al ver el gran valor de Ikki, Cain decide perdonarle la vida quitando todo el daño producido por la Explosión de Galaxias. Cuando el bronceado está por retirarse, inexplicablemente Cain desaparece y a la vez aparece un nuevo caballero de la constelación de Geminis; se trata de Abel de Geminis, el hermano gemelo de Cain. Al parecer, los gemelos están cubiertos por una maldición que les prohibe estar ambos al mismo tiempo en un plano dimensional concreto, por lo que siempre residen en diferentes lugares del espacio-tiempo. Contrario a su hermano Cain, Abel es un caballero malvado y perverso, por lo que no duda en atacar violentamente a Ikki para eliminarlo. Ikki intenta defenderse, pero sus intentos sin inútiles puesto que Abel tiene el mismo poder de su hermano, por lo que no puede hacerle frente.


Tras recibir una golpiza, Ikki queda completamente indefenso y servido para el golpe final por parte de su enemigo, pero antes de que fuese asesinado, Mayura llega a la casa de Geminis e interrumpe la escena golpeando con un ataque de cosmos a Abel, produciendo su desaparición a otro plano y sucesivamente la reaparición de Cain. Mayura intenta pasar hacia la cuarta casa y le explica sus motivos al dorado, pero este no se fía de su palabra y decide confrontarla para probar su valor, al igual que hizo con Ikki. Cain emplea rayos ken, pero Mayura los detiene sin muchos problemas, y luego la plateada hace lo mismo para equilibrar la batalla. Cain sigue atacando sin cesar y consigue impactar a la santa de plata, produciendo un daño en su armadura; sin embargo, el dorado no salió ileso y parte de la hombrera derecha de su armadura estalla, dejándolo resentido en esa parte del cuerpo. Al ver el alcance de Mayura, Cain decide emplearse a fondo para atacar con su Explosión de Galaxias, mientras que la plateada pretende utilizar el Aletazo Sagrado para respoder ante la iniciativa del dorado; tras el lanzamiento de ambas técnicas, se produce una gran colisión de poderes y una poderosa onda expansiva que arrasa con parte del Templo de los Gemelos, dejándo a los presentes un poco heridos. Posterior al choque de técnicas, Cain resultó con graves daños en su resistente armadura dorada, mientras que Mayura tiene igualmente lesiones, pero en menor medida. Luego de la batalla, Cain reconoce a Mayura como una verdadera caballero, por lo que le permite el paso junto a Ikki, pero antes es detenido por Abel, quien ahora aparece con intenciones de eliminar a ambos santos provenientes del futuro.    


Mayura no está dispuesta a perder más tiempo, por lo que ataca inmediatamente a Abel para iniciar su batalla definitiva, pero el dorado detiene sus ataques con más facilidad de la que se imaginaba; esto puede deberse al reciente combate mantenido por la plateada y el desgaste derivado de este. Abel aprovecha esto para propinarle una serie de potentes golpes a su enemiga, doblegando así a esta misma hasta tumbarla por el daño infringido en su cuerpo. Mayura no se rinde y se levanta para realizar un ataque concentrando una gran cantidad de cosmos, pero este es detenido por Abel con sus manos. Posteriormente, el dorado decide deshacerse de la santa empleando la Otra Dimensión, atrapando así a la plateada que no logra hacer nada para defenderse y cae ante el efecto de la técnica, siendo absorbida por la dimensión paralela; pese a esto, aunque no se da cuenta en ese momento, Mayura recibe la ayuda psicocinética del espíritu de DeathMask, el cual reside como un ente en la armadura de Pavo Real para proteger a la plateada, y gracias a esto Mayura se libera de la técnica. Al ver que la Otra Dimensión no tuvo efecto en la plateada, Abel se sorprende y se dirige rapidamente hacia esta para darle el golpe de gracia mientras está en el suelo, pero no lo consigue y es embestido por el poder de su rival. Mayura se levanta y ataca al dorado con las Alas Destellantes de Plumas Reales, y a pesar de que este intenta esquivarlas empleando la velocidad de la luz, no consigue evadir completamente esta técnica, por lo que recibe daños por parte de esta técnica, aunque no muy importantes. En vista de la situación, ambas partes no tienen más opción que emplear todo su poder en la realización de sus mejores técnicas, la Explosión de Galaxias y la Ventisca de Pavo Real respectivamente; al hacer esto, se produce un fuerte impacto que mantiene ambas técnicas en choque hasta que el ataque de la santa, al poseer un nivel cósmico más elevado, supera al de su rival y posteriormente impacta en este, produciendo su muerte inmediata, la destrucción casí total de la armadura de Géminis y de gran proporción del templo. Luego de este suceso, Cain se libra de la maldición y hace su aparición, agradeciendo a la plateada por acabar con la mente y las ambiciones malignas de su hermano gemelo. El dorado cura los puntos vitales de la plateada, y después de esto la guerrera se dirige hacia el templo de Cáncer en compañia de Ikki, quien ya está recompuesto luego de su feroz enfrentamiento contra los gemelos.  


Tras recuperarse de su batalla contra Mayura, Suikyo reanuda su recorrido y llega al tercer templo, encontrándose en este a su guardián Cain de Géminis. El dorado quiere evitar un combate innecesario con Suikyo puesto que no siente maldad en su cosmos, por lo que le pide a este retirarse para no tener que aniquilarlo, pero el espectro no acata la advertencia del santo, por lo que se dispone a confrontarlo. Suikyo intenta atacar, pero ni siquiera es capaz de acercarse al dorado, siendo repelido por potentes ataques por parte de este que lo mandan fácilmente al suelo. El espectro sigue intentando a pesar de sus pocas opciones de vencer, y hace uso de las Lanzas de Hielo del Loto Blanco, pero esta técnica es completamente detenida por una onda de cosmos producida por Cain. El dorado de Geminis continúa atacando, aunque no de manera letal, al juez del Inframundo, y mientras tanto le pregunta a este sus verdaderas intenciones que tiene para luchar, recibiendo como respuesta que viene por la vida de la diosa Atenea. Cain no cree en su palabra, puesto que percibe que Suikyo está caminando por un camino de espinas, por lo que tiene motivos más profundos para revelarse en contra del Santuario y unirse al enemigo. Al ver que el espectro es totalmente inofensivo ahora que tiene tan poca energía, le permite pasar por su templo pero le advierte que pase solo si quiere recibir la muerte, a lo que Suikyo acepta y se marcha hacia el siguiente templo.


Paralelamente, Mayura e Ikki están por cruzar el templo de Géminis, pero antes de hacerlo algo raro le sucede a Mayura, quien ahora se torna violenta y descontrolada, por lo que ataca a Ikki sin compasión alguna; al parecer, Abel antes de caer derrotado por la técnica suprema de Mayura, aplicó el Satán Imperial sobre esta para que matara a todos sus compañeros de combate. Ikki se torna insólito al ser atacado sin razón alguna por la plateada y no sabe como responder ante tal situación. El santo de bronce está recibiendo daños importantes a causa de los golpes propinados por su compañera, por lo que no tiene más opción que reponder, sin embargo su esfuerzo es inútil ya que la diferencia entre los poderes de ambos es notable. Afortunadamente, Ikki identifica la marca que empieza a aparecer en los ojos de Mayura, y deduce que ha sido afectada por el Satán Imperial, por lo que emplea el Puño Fantasma de Fénix para neutralizar dicha técnica, y de esa manera salvar a Mayura del control de esta ilusión. Finalmente, Mayura recupera la cordura gracias a Ikki, y posteriormente ambos siguen su recorrido hasta poco después de que Suikyo avanzara hacia el templo de Cáncer.  


Shun  y Tenma llegan a la casa de Cáncer, donde son recibidos por Deathtoll de Cáncer. En esos momentos, el dorado se encuentra construyendo unos ataúdes, y al presenciar a los dos bronceados les pregunta en que ataúdes quieren ser encerrados. Los dos santos se ofenden por la pregunta de Deathtoll y lo atacan,  pero rapidamente son golpeados por los ken del dorado. Shun utiliza la Onda Relámpago de su cadena, pero esta es detenida por el dorado con una mano, luego Tenma emplea los Meteoros de Pegaso pero no consigue alcanzar al oponente; posteriormente, Deathtoll los continúa golpeando con rayos ken a la velocidad de la luz. Tras recibir una serie de ataques por parte del dorado, ambos bronceados se encuentran agotados en el suelo, por lo que están a punto de ser asesinados pero son salvados por la llegada del espectro Suikyo de Garuda, el cual ataca al dorado alcanzando de esta manera asestarle unos cuantos golpes.


Suikyo comienza un combate basado en golpes físicos, poniendo en aprietos al dorado, pero momentos despues este consigue mitigarlos. El espectro no duda en emplear las Lanzas de Hielo del Loto Blanco, alcanzando a herir con esta técnica al dorado,  lo cual enfurece bastante a este. Suikyo no quiere perder más tiempo, por lo que vuele a emplear las Lanzas de Hielo del Loto Blanco con más poder que antes, pero en esta ocasión el ataque es detenido con simplicidad por Deathtoll debido a que no surtiría efecto por segunda ocasión. Deathtoll empieza a emplear rayos ken para atacar a sus 3 oponentes al mismo tiempo, y posteriormente utiliza su técnica Cancer All Beauty Ken, hiriendo bastante a sus mencionados rivales, los cuales quedan fuera de combate tras recibir este ataque. Posteriormente, Deathtoll toma del cuello a Suikyo y se dispone a rematarlo, pero no es capaz puesto a que comprende el sufrimiento por el que está pasando este sujeto y su noble espíritu a pesar de pertenecer al bando de Hades; esto hace que el dorado le perdone la vida y lo deje pasar por su templo. Más tarde, Shun y Tenma recuperan la conciencia y pasan sin más dificultades puesto que Deathtoll ya es indiferente con respecto a ellos.  


Mayura e Ikki llegan al cuarto templo perteneciente al signo de Cáncer. Deathtoll percibe sus respectivos cosmos, y se siente inquietado por el correspondiente a la santa de plata. Finalmente, cuando el dorado se topa con ambos personajes, se queda observado a Mayura para identificar quien es. Tras esto, nuevamente Deathtoll le dice a los santos que escojan el ataúd que prefieren para ser encerrados. Mayura considera que solo uno debe quedarse para confrontar al dorado, y se ofrece para dicho objetivo por lo cual le pide a Ikki que avance hacia Leo; Ikki hace caso y lanza unos cuanto golpes a Deathtoll para distraerlo y así poder escapar, lo cual consigue con facilidad debido a la indiferencia por parte del guardián de Cáncer. Deathtoll le pregunta a la santa quien es, a lo que está le responde presentándose y le dice los motivos por los que intenta cruzar las doce casas; por su parte, el dorado le dice a Mayura que siente un cosmos propio de un santo de Cáncer en ella, por lo que deduce que será su sucesora. Sin embargo, como parte de un plan para probar su determinación, Deathtoll no piensa dejarla avanzar por su templo y se dispone a confrontarla sin mas rodeos; por tal motivo, Mayura también se prepara para pelear. Mayura ataca con golpes de cosmos en respuesta a la serie de ataques efectuados por Deathtoll, manteniéndose así una batalla pareja. Posteriormente, el dorado emplea el Cancer All Beauty Ken, siendo este respondido por las Alas Destellantes de Plumas Reales, produciendo la neutralidad de ambas técnicas; en este instante, Mayura lanza de manera ágil unos cuantos golpes que impactan en Deathtoll. Este ataque recibido ofende al dorado, por lo que engaña a su oponente para encerrarla en el ataúd Omertá, y de esta manera le queda fácil para enviarla a Yomotsu Hirasaka por medio de las Ondas Infernales. Más adelante, un grupo de espectros aparecen e Yomotsu para dirigirse al Santuario, y se encuentran con Omertá, e imprudentemente lo abren y liberan a la santa de plata, quien los acaba fácilmente a todos; al mismo tiempo, Deathtoll siente la presencia de los espectros, por lo que decide ir a ese lugar. Al entrar a Yomotsu, se encuentra con Mayura quien está bastante molesta por el hecho de que la haya encerrado; sin embargo, Deathtoll le pide disculpas y le afirma entre risas que la iba a liberar más tarde. En esos instantes, más espectros salen de la Colina de Yomotsu, y son confrontados y eventualmente derrotados por Deathtoll.  


Poco después, el último grupo de espectros que intenta pasar al Santuario desde Yomotsu hace su aparición, pero en esta ocasión está liderado por uno de los tres magnates del reino de los muertos, Vermeer de Grifo. Al identificar la categoría de su rival y dimensionar su poder, Deathtoll de manera cobarde se pasa al bando de los espectros para salvar su vida y se ofrece a conducirlos hasta el territorio de Atenea. Al ver dicha acción, Mayura se enfurece y decepciona del dorado de Cáncer, y afirma que no es merecedor de ser protector de esa constelación que solo es digna para un guerrero valiente y leal, haciendo referencia implicita a su amado DeathMask. Deathtoll ignora la actitud y las palabras de la santa, y sigue firme en su intención de traicionar al bando de los santos. Mayura se dispone a confrontar a todos sus enemigos, y en primera instancia ataca y aniquila al conjunto de 15 espectros empleando las Alas Destellantes de Plumas Reales. Posteriormente, la plateada dirige su mirada hacia el juez y lanza otra vez esta técnica, pero el poderoso espectro se protege creando una defensa por medio de las alas de su surplice, deteniendo así el impacto de dicho ataque. Al ver la ineficiencia del ataque realizado, la plateada se inclina por acercarse al espectro para efectuar un golpe directo con el fin de destrozar su defensa, pero en el intento es golpeada por la Onda Gigante de Plumas que manda a volar a la santa. Antes de que se recuperara, Mayura cae bajo el efecto de la Marioneta Cósmica, por lo que el espectro empieza a torturarla destrozando algunos de sus huesos. Ante tal escenario cruel, Deathtoll le pide a Vermeer que le permita acabar con Mayura, a lo que este acepta por lo que el dorado emplea su Shabadabada para mandar a la santa a otra dimensión, pero lo que realmente hace es enviarla a la casa de Cáncer; al parecer, Deathtoll solo esta fingiendo ser un traidor para evitar un confrontamiento con Vermeer, por lo que nunca quiso acabar con la plateada sino ayudarla a escapar de una muerte segura.  


Mayura desaparece ante el Shabadabada de Deathtoll, pero Vermeer desconfía sobre si en verdad el dorado acabó con la plateada, o por el contrario la ayudó; esto hace que el espectro no tenga confianza absoluta en el supuesto traidor. Deathtoll planea atrapar a Vermeer en Omertá, por lo que le pregunta algunas cosas para que este responda, y así caiga en la trampa planeada; sin embargo, el juez no emite ninguna palabra y finalmente se entera de las verdaderas intenciones del dorado, por lo que decide asesinarlo por tratar de engañarlo. Sin más opción, Deathtoll se dispone a confrontar a Vermeer y emplea su Cancer All Beauty Ken, pero esta técnica es repelida por la defensa imprenetable y efectiva de Vermeer con sus alas de Grifo, y posteriormente el dorado es atrapado por algunos hilos de la Marioneta Cósmica que quedaron intactos tras la pelea contra Mayura, y haciendo uso de esta técnica empieza a doblegar y masacrar al dorado, destrozando cada parte de su cuerpo.


Mientras tanto, Mayura recupera el conocimiento y se da cuenta que regresó a la casa de Cáncer, por lo que cae en cuenta que Deathtoll no es ningún traidor y, por el contrario, quiso salvarla del juez. En esos momentos, el espíritu de DeathMask se desprende de la armadura de Pavo Real y aparece como un ente físico ante Mayura por un momento, lo cual deja perpleja a esta última; Mayura aprovecha para expresarle una vez más sus sentimientos y lo mucho que lo extraña,  y el dorado fallecido hace lo propio. DeathMask le dice a Mayura que no se puede rendir y que tiene la obligación de volver a la pelea para acabar con el enemigo, por lo que la ayuda a regresar a Yomotsu aplicando sobre esta las Ondas Infernales; posteriormente, su espíritu desaparece. Volviendo a la pelea, Vermeer está a punto de asesinar a Deathtoll, pero este es salvado justo a tiempo por Mayura. El espectro intenta atrapar nuevamente a la plateada con la Marioneta Cósmica, pero esta destruye completamente los hilos con una serie de rayos ken, y posteriormente aplica su técnica de Paralización sobre su enemigo, pero con poder potenciado hasta el máximo, por lo que dicho ataque destruye todo el sistema nervioso de Vermeer, lo cual le quita la movilidad de su cuerpo de forma permanente. Con esta acción, el espectro ya ha sido derrotado, pero como un gesto de compasión Mayura decide desintegrar al espectro haciendo uso del Aletazo Sagrado. Posteriormente, ambos santos regresan a la Tierra.


Shun y Tenma se dirigen al templo de Leo, custodiado por el caballero dorado Kaiser de Leo junto a su mascota Goldie. Los santos de bronce llegan y le piden al guardián dorado que los dejen pasar para encontrarse con Atenea, pero como era de esperarse este no los deja avanzar y decide confrontarlos en vista de su insistencia. Tenma ataca con sus Meteoros de Pegaso, pero esta técnica es totalmente inútil ante la velocidad de la luz de Kaiser, y luego el caballero de Pegaso es derribado con un simple ken del dorado. Posteriormente, Shun intenta atacar con su Onda Relámpago, pero esta es repelida por golpes rapidos de Kaiser evitando así que la cadena se le acerque. Kaiser se dispone a atacar con una serie de golpes a distancia, por lo que Shun se protege con su Defensa Giratoria, pero esta es inútil ante la precisión de los ataques del dorado, los cuales atraviesan por las averturas que dejan las cadenas y luego golpean fuertemente al bronceado. Los dos santos de bronce se encuentran totalmente indefensos, por lo que Kaiser le permite a su león Goldie que devore a los intrusos, pero cuando el animal va a atacar a Shun se encariña con este al sentir su cosmos acogedor; esto sorprende a Kaiser, quien decide personalmente acabar con el guerrero lanzando un poderoso golpe de cosmos, pero este es recibido por Goldie debido a que interfiere en el camino. Kaiser le pide a Goldie que se aparte pero este no hace caso, por lo que decide atacarlo a él tambien pero antes su puño es detenido por las cadenas de Shun, y posteriormente este ataca con su Onda Relámpago, consiguiendo en esta ocasión impactar y derribar al dorado.


En ese momento, Suikyo de Garuda tambien llega al templo de Leo y se dispone a cruzarlo, pero en ese instante es violentamente atacado por Goldie y posteriormente golpeado por los brutales golpes de Kaiser. El espectro se levanta tras la enorme embestida e intenta atacar, pero ya esta demasiado desgastado y no tiene oportunidad alguna ante el dorado, por lo que cae otra ve ante los rayos ken del santo. Suikyo se encuentra a la deriva de Kaiser, por lo que este último se dirige a liquidarlo rapidamente, pero antes Shun vuelve a incorporarse a la batalla y lanza sus cadenas, pero en esta ocasión la velocidad de estas supera a los golpes a la velocidad de la luz de Kaiser, por lo que el bronceado consigue envolver con estas al imponente y orgulloso santo de Leo. Esta demostración finalmente hace que Kaiser reconozca el valor de Shun y recapacite para abrirle paso por su casa. Además, mientras esto ocurría Suikyo aprovechó para escapar agilmente y ahora se dirige hacia el templo de Virgo, mientras que Shun y Tenma lo siguen poco después.  


Posteriormente, Ikki llega al quinto templo custodiado por Kaiser e igualmente le pide permiso para cruzar por este con el fin de evitar una batalla innecesaria, pero el dorado se niega afirmando que no permitirá que nadie indigno avance siquiera un centimetro hacía su casa; sin más opción, Ikki debe pelear para ganar su pase por el templo de Leo. Ikki intenta avanzar hacia el dorado, pero al hacerlo recibe una fuerte tanda de rayos ken que lo mandan a volar. Ikki se levanta y vuelve a intentar llegar hasta el sitio donde se encuentra Kaiser, pero en esta ocasión es embestido por Goldie; sin embargo, el bronceado eleva su cosmos hostigando así al poderoso animal, quien no se atreve a dañar a su contricante pues ha quedado inmovil. Esta hazaña lograda por Ikki sorprende a Kaiser, pero aún no es suficiente como para permitirle pasar, por lo que ahora él mismo se dispone a luchar. Ikki lanza algunas rafagas de cosmos, pero estas son detenidas por Kaiser con algo de facilidad y luego responde con un potente ataque que golpea de lleno al santo de bronce, produciendole un daño en su armadura. Posteriormente, Kaiser emplea el Plasma Relámpago, pero Ikki consigue esquivar la mayoría de los destellos de luz producidos por esta técnica, por lo que solo recibe un daño mínimo; esto sorprende aún más al dorado, pero Ikki le explica que pudo lograrlo gracias a que conocía esa técnica por el santo de Leo del futuro. Como último obstaculo, el dorado le promete a Ikki dejarlo pasar solo si consigue contrarrestar su otra técnica, el Relámpago de Voltaje, y llegar hasta él; el bronceado acepta y se prepara para la última prueba. El dorado lanza su técnica, y esta es contrarrestada por las Alas Ardientes del Fénix, la cual provoca que el guerrero de Leo tenga que cubrirse para detenerla; mientras tanto, Ikki aprovecha para avanzar pero Kaiser lanza rapidamente una serie de golpes a la velocidad de la luz, los cuales son esquivados por el Fénix; posterior a esto, Ikki consigue ubicarse detrás de Kaiser, cumpliendo así con lo pactado. Finalmente, el dorado reconoce el enorme valor y potencial que posee e Ikki y también admite que posee todas las características para ser santo de Leo, por lo cual lo reconoce como su sucesor.


Suikyo de Garuda llega a la casa de Virgo, el sexto templo zodiacal. El guardián de este recinto, Shijima de Virgo, se encuentra atrapado en el Laberinto de los Dioses de la cámara del patriarca, por lo que el lugar está vacío; sin embargo, la defensa impenetrable está activada, por lo que no va a ser tan sencillo cruzar este templo. Suikyo se adentra al lugar y es afectado por el silencio absoluto que existe, lo cual está dañando bastante su espíritu; posteriormente, el espectro se encuentra con la defensa suprema, las Cuatro Puertas de Buda. En esos momentos, el espíritu de Shijima se presenta temporalmente y le comunica al ex caballero que debe tomar la mejor decisión o sino moriría irremediablemente; tras esta advertencia, Suikyo analiza los mundos que se encuentran detrás de cada puerta y finalmente decide abrir la Puerta de la Muerte, recibiendo un poderoso impacto que lo deja moribundo. Esta decisión sorprende bastante a Shijima, quien reconoce que Suikyo en verdad tiene un gran valor y determinación al afrontar adversidades sin importar que le llevasen a la muerte, y por tal motivo le perdona la vida y lo lleva hasta el jardín de la Sala Gemela, donde se encuentra la armadura de Copa la cual utiliza para curar sus heridas;  posteriormente, el espectro escribe con su sangre un mensaje en unos petalos y los manda hacia Shijima: Suikyo comunica que la resurrección del decimo tercer santo de oro, Ofiuco, está por darse. Posteriormente, Suikyo avanza hacia Libra.


Más tarde, Shun y Tenma son quienes se adentran al templo de la Virgen, y se activa la defensa para impedir su paso. Primero se presenta el silencio profundo que aturde el espíritu de ambos guerreros, luego estos se ven atrapados por las Cuatro Puertas de Buda que provocaría su inminente derrota, pero en esos momentos la poderosa defensa se dispersa, sorprendiendo bastante al dorado; en esos momentos, el espíritu del santo de Virgo del futuro, Shaka, se presenta como la persona que lo hizo e intenta pedirle a su antecesor que no ataque a Shun, puesto que va a ser el sucesor de dicha constelación en el futuro. Shijima no cree en las palabras de Shaka, por lo que decide presentarse en forma de ente espiritual para probar a Shun; por tal motivo, Shaka ayuda a Shun a transformarse en ente astral para que afronte a Shijima y así demuestre su poder de caballero. Una vez inicia la pelea, Shun intenta atacar con sus cadenas, pero estas son totalmente inofensivas ante el poder divino del dorado, quien las repele sin ni siquiera tener que moverse. Posteriormente, Shijima emplea el Tesoro del Cielo para neutralizar toda acción ofensiva del santo de bronce, y comienza a quitarle sus sentidos. El bronceado ya no puede emplear sus cadenas, pero aún tiene un último recurso, su técnica secreta; de este modo, Shun activa su Tormenta Nebular, inmovilizando al santo de oro lo que le permite romper el efecto del Tesoro del Cielo. Shun le avisa a Shijima que lo ha atrapado con su vapor nebuloso y no podrá liberarse jamás de este, y le pide que se rinda para no tener que lastimarlo, pero el dorado hace caso omiso a las amenazas de su rival y se prepara para realizar la Bendición de las Tinieblas pero antes es derrotado por la Tormenta Nebular, que produce la disolución de su estado como ente astral y el rompimiento de la defensa del templo. Shijima regresa en sí al Laberinto de los Dioses, quedando bastante agotado por la batalla con su sucesor.


Mientras se están produciendo multiples batallas en las doce casas, una amenaza pretende eliminar el Santuario, se trata de la resurrección del caballero dorado de Ofiuco, advertida por Suikyo. El santo de Ofiuco Asclepio, en la época del mito, era el más fuerte y misericordioso en todas las órdenes de Atenea, se dedicaba a curar a todos los guerreros y habitantes, por lo que era reconocido como un Dios. Desafortunadamente, se volvió arrogante tras comprender los maravillosos dones que disponía, por lo que en verdad quiso convertirse en un Dios, y por tal motivo fue castigado por los Dioses siendo erradicado y borrado de la memoria histórica. Sin embargo, Asclepio aparentemente reencarnó en un santo de plata llamado Odysseus, el cual también poseía los dones para curar a las personas, por lo que se dedicó a curar a los santos tras afrontar diversos combates; esto produjo que lograra un gran reconocimiento y veneración al interior del Santuario. Pero Odysseus murió hace un tiempo, pero ahora está a punto de resucitar, y este hecho traería un gran desastre a todo el Santuario e incluso la Tierra. En estos momentos, este terrible presagio se materializa en fuertes temblores que se empiezan a presentar, desordenes en los cuerpos celestes y la aparición de serpientes venenosas al servicio de Ofiuco, que tienen la misión de convencer a los santos dorados para unirse al bando del próximamente resucitado Odysseus.


En esos momentos, Cardinale encuentra a Shijima y Atenea y se prepara a rematarlos empleando las Rosas Piraña, pero Shijima interfiere y recibe toda esta técnica para salvar a Atenea, quedando en un estado deplorable. Posteriormente, Cardinale avanza hacia Atenea para asesinarla, pero la Diosa, quien ya ha crecido hasta ser una niña, inmoviliza al dorado con su cosmos y luego detiene y regresa las Rosas Piraña que este le lanzó. Luego, Atenea cura a Shijima y haciendo uso del hilo de ariadne que traía el santo de Piscis, ambos logran escapar del Laberinto de los Dioses y ahora se disponen a bajar por las doce casas.

Mayura se dirige hacia el templo de Leo acompañada de Deathtoll, quien va para pedirle a Kaiser que deje pasar a la plateada sin inconveniente alguno, puesto que sabe que es bastante terco y le va a poner problemas. Ambos guerreros llegan al mencionado templo, y Deathtoll explica toda la situación a Kaiser y le pide que deje pasar a Mayura, pero el dorado guardián le dice que será imposible que la deje pasar simplemente no sin antes demostrar su casta de guerrera; Mayura no tiene inconvenientes y se alista para afrontar una pelea con Kaiser. El dorado inicia el ataque empleando rayos ken, pero estos no alcanzan a Mayura debido a que esta se mueve más rapido que la luz. Kaiser continúa efectuando sus golpes pero no es capaz de rivalizar con la plateada, quien se acerca al dorado y le propina un poderoso ataque de cosmos. El dorado se recompone rapidamente y luego utiliza su Plasma Relámpago, mientras que la plateada emplea las Alas Destellantes de Plumas Reales, produciendo así un fuerte choque entre técnicas. Luego del impacto producido por ambos ataques, el dorado observa a su oponente y se dirige hacia esta para aplicarle el Relámpago de Voltaje, pero esta lo detiene con una mano pues ya conocía dicha técnica de su combate con Aioria tiempo antes; posteriormente, la plateada contraataca con el Aletazo Supremo, dejando así al dorado fuera de combate. Mayura no pretende seguir peleando, ni mucho menos lastimar innecesariamente al dorado, por lo que le pide a este que la deje pasar; sin más inconvenientes, el dorado admite su derrota y permite el acceso a la valiente santa.


Paralelamente, Pandora siente los efectos de la pronta resurrección de Ofiuco, y presiente que este suceso va a traer una desgracia para las ambiciones del Dios Hades, por lo que prepara un ataque definitivo al Santuario empleando a todo el ejército restante de espectros. Romulo de Wyvern, el último juez del Inframundo, es enviado como comandante de los espectros; además, estos personajes obtienen unos poderes inmensos debido a la protección especial proporcionada por Hades, esto con el fin de facilitar su victoria. Los espectros cruzan Yomotsu y se comunican con la casa de Cáncer debido a la abertura dejada por las Ondas Infernales; tras su llegada, Deathtoll, Kaiser y Mayura presienten el cosmos de sus enemigos, por lo que se quedan en la casa de Leo para confrontarlos. Romulo de Wyvern llega con 20 espectros de bajo rango, que se dirigen hacia los santos para acabarlos, pero estos últimos reaccionan a tiempo y atacan con simples rayos ken en vista de que sus enemigos son de categoria inferior, pero con dichos ataques no consiguen eliminar de inmediato a estos enemigos; por este motivo, los santos se sorprenden por la resistencia de los espectros, a lo que el juez responde que ahora son más poderosos gracias a la protección divina de su Dios. Para acabar de una vez con los espectros, los santos utilizan sus técnicas respectivas y así finalmente consiguen liquidarlos. Por último, los 3 guerreros se disponen a combatir en conjunto a Wyvern puesto que ahora se encuentran en desventaja por la potenciación del poder de los espectros. Deathtoll utiliza las Ondas Infernales para crear un ataque ofensivo que atrapa al espectro, y posteriormente Mayura y Kaiser emplean sus respectivas técnicas, el Aletazo Sagrado y el Relámpago de Voltaje; para responder a este plan de ataque, el juez primero se libera de las ataduras producidas por el dorado de Cáncer empleando su fuerza, y luego detiene las dos técnicas de los santos con sus manos, sin un esfuerzo grande. Mientras los santos se encuentran perplejos por el actual poder de Romulo, este inicia su contraataque basado en golpes; el espectro se dirige hacia Deathtoll y le propina un puñetazo que lo eleva hacia el cielo, luego ataca a Kaiser con 3 rayos ken que impactan fuertemente en este y finalmente emplea sus alas para volar hacia Mayura y encajarle una patada que destroza parte de su armadura. Los santos no se dan por vencido, por lo que planean un nuevo ataque en conjunto, en el cual ahora emplean sus mejores técnicas; Kaiser incia atacando con el Plasma Relámpago, la cual es esquivada por Romulo empleando una gran velocidad, y luego se dirige hacia el dorado para acabarlo pero antes es inmovilizado por la Ventisca de Pavo Real de Mayura, la cual está por impactar en el espectro pero antes este se libera de la presión ejercida por la poderosa ventisca y luego contrarresta la máxima técnica de la santa empleando su Rugido Deslizante, consiguiendo a la vez herir bastante a Kaiser y Mayura; finalmente, cuando el espectro pierde de vista a Deathtoll, este emplea su Shabadabada para mandar al juez a una dimension extraña, pero este se libera a tiempo de ser absorbido volando con las alas de su surplice y posteriormente lo impacta con la Gran Precaución, causando serios daños en el dorado. Cuando aparentemente los santos de Atenea han sido derrotados y les espera la muerte a causa de Romulo de Wyvern, Deathtoll se reincorpora a la batalla y sujeta fuertemente al poderoso espectro; al parecer, Deathtoll se ha percatado de que la fuente de poder del enemigo se encuentra ubicada en el pecho de su surplice, por lo que si la destruyen podrían derrotarlo. Deathtoll le pide a Kaiser y Mayura que ataquen al espectro, pero estos dudan en un primer momento debido a que si lo hacen terminarían matando al dorado de Cáncer; ante esto, Deathtoll dice que igualmente va a morir ya que el espectro le ha causado daños letales con la Gran Precaución, y ademas afirma que este es el único medio para eliminar al rival. Tras reconsiderarlo, los santos deciden atacar con el Aletazo Sagrado y el Relámpago de Voltaje respectivamente, destruyendo así la fuente de poder de Wyvern, a la vez que destruyen por completo su surplice y lo dejan seriamente dañado; al mismo tiempo, Deathtoll se ve afectado por el impacto de las dos técnicas, por lo cual fallece. Kaiser y Mayura lamentan profundamente el sacrificio del dorado y recogen su cuerpo para llevarlo hacia la casa de Cáncer, pero en ese instante Romulo de Wyvern se levanta moribundo y ataca con sus últimas energías haciendo uso de la Gran Precaución, pero esta técnica es detenida por Mayura con una mano y luego esta remata al espectro atravezando su pecho con un potente ken. Posteriormente, los santos dejan a Deathtoll en su templo y luego se dirigen hacia Atenea.


Por su parte, Ikki llega a la casa de Virgo y consigue cruzarla sin ningún problema en razón de que Shijima se encuentra bastante debilitado por sus combates contra Shun y Cardinale, por lo que no tiene el cosmos suficiente para mantener la defensa del Templo. 

Por otro lado, en el presente Hyoga y Shiryu se dirigen hacia el Olimpo para cruzar hacia el pasado, con el fin de ayudar a Atenea. Los dos santos cruzan y son enviados a lugares diferentes; Shiryu cae en la casa de Libra, mientras que Hyoga llega hasta el templo de Acuario. En Libra, Dohko se encuentra con Shiryu y le pregunta quien es, a lo que Shiryu eufórico le dice que es su discipulo del futuro; sin embargo, como se tenía previsto el dorado no cree en las dudosas palabras de Shiryu, por lo que le pide que se retire sino tendría la obligación de eliminarlo. Shiryu persiste en convencer a su joven maestro, y por tal razón es atacado por el Dragón Naciente del dorado, pero dicha técnica es detenida con suma facilidad por el bronceado; ante la sorpresa de Dohko, Shiryu le dice que maneja a la perfección esa técnica,  por lo que le es fácil contrarrestar su poder. Dohko le dice que tendrá que corroborar eso, por lo que vuelve a atacar con el Dragón Naciente, y Shiryu hace lo propio, produciéndose un fuerte choque de energía que manda a volar a ambos santos, y además en esos instantes el dragón de la espalda de Shiryu aparece y esto finalmente convence a Dohko de que realmente es su futuro discípulo. Dohko presiente la pronta llegada de Suikyo de Garuda, por lo que le ordena a Shiryu avanzar hacia Escorpio.


Por su parte, Shijima y Atenea salen de la cámara del patriarca y ahora se encuentran con el obstáculo del camino de rosas diabólicas reales. Shijima sabe que si pisan esas rosas o inhalan su olor morirán indudablemente por el veneno, pero Atenea cruza sin problemas por encima de las rosas, a la vez que las elimina mientras avanza. En el camino, una serpiente venenosa al servicio de Odysseus sale y muerde sorpresivamente a la Diosa,  desmayándola de inmediato; la misma serpiente le comunica a Shijima que solo conseguirá salvar su vida si la lleva ante el santo de Ofiuco para que la cure. Posteriormente, Shijima acaba con la serpiente, y luego sale un montón más de estas pero en ese momento Cardinale redimido por la demostración de poder de Atenea, ayuda a Shijima enfrentándose a las serpientes para que este avance junto a la Diosa; las serpientes muerden a Cardinale, dándole aparentemente la muerte.


Mientras tanto, Hyoga llega al onceavo templo donde se halla a Mystoria de Acuario. Hyoga intenta cruzar pero su cuerpo es congelado a la mitad, sin embargo logra librarse del hielo que cubre su cuerpo sin muchos inconvenientes. Hyoga intenta convencer al dorado para que le permita el paso y así pueda llegar hasta Atenea, pero este se niega y se dispone a atacarlo. Hyoga responde lanzando el Polvo de Diamante, pero esta técnica es anulada por el dorado con una mano; posteriormente su ataque es devuelto con gran fuerza, golpeando bastante al bronceado. El santo del Cisne no desiste y ahora lanza su Rayo de Aurora, pero igualmente esta no le hace ni el más mínimo daño al dorado, quien luego vuelve a responder. Finalmente, el dorado decide eliminar a su rival empleando la técnica suprema de Acuario, la Ejecución de Aurora, pero para su sorpresa el santo de bronce la contrarresta debido a que la conoce y también la maneja gracias a las enseñanzas de su maestro Camus. Mystoria se sorprende por dicho acto, pero aún no considera a Hyoga como digno de cruzar su templo, por lo que vuelve a atacar con su Ejecución Aurora, y en esta ocasión Hyoga responde realizando la misma técnica; en el choque de técnicas, Hyoga sale un poco herido mientras que Mystoria queda con su armadura congelada. Por fin, el dorado le permite avanzar a Hyoga, pero en ese instante Shijima llega al templo de Acuario junto a la niña Atenea, y le encomienda a Mystoria que la lleve hasta el templo del Portador de la Serpiente a la vez que cae desmayado. Hyoga se ofrece para llevar y cuidar a Atenea, lo cual acepta Mystoria quien se queda cuidando y curando a su colega.


Suikyo finalmente llega al templo de Libra para el encuentro con su ex-compañero Dohko. El santo dorado intenta hacer recapacitar a Suikyo, peor este sigue firme en su intención de asesinar a Atenea, e inicia un ataque con rayos ken que es respondido por su rival de la misma forma. Debido al enorme desgaste sufrido por el espectro por sus anteriores combates, este no es capaz de dar pelea ante el dorado, por lo que este último le propina algunos ataques que lo mandan al suelo. Suikyo no se rinde y ataca con las Lanzas de Hielo del Loto Blanco, pero dicha técnica es detenida por el dorado por su conocimiento sobre la misma. Dohko intenta persuadir a su amigo para que deje de pelear, pero este insiste y como último recurso el juez hace uso de la Tormenta Giratoria de Cien Colmillos de Lanzas de Hielo, y a la vez el dorado responde con los Cien Dragones Supremos de Rozan, causando así una fuerte explosión que afecta a ambos guerreros, en especial al espectro que cae derrotado y momentos después fallece. Dohko lamenta la muerte de su amigo y comprende los motivos que lo impulsaban a luchar, por lo que ahora pretende traicionar a Atenea y se dirige a asesinarla con sus propias manos.


En ese momento, Shun y Tenma llegan a Libra con la armadura de plata de Copa, la cual fue encontrada por los santos en la Sala Gemela, y se disponen a colocarla en el cuerpo sin vida de su portador Suikyo. Posteriormente, Dohko le revela a los dos bronceados que ha traicionado a Atenea y ahora va por su cabeza, por lo cual es detenido por estos quienes lo hacen entrar en razón, pero es inútil. Dohko ataca violentamente a los santos, que caen al suelo ante los potentes golpes del dorado. Tenma intenta atacar, pero es fácilmente derrotado por su limitado poder; mientras que Shun ataca con la Onda Relámpago, pero esta simplemente es tomada por el dorado con su mano y luego hala la cadena hacia él para impulsar a Shun y posteriormente propinarle el Dragón Naciente, dejando fuera de combate al bronceado. Dohko no pierde el tiempo y se dirige al siguiente templo mientras los santos están inconscientes en el piso, y luego cuando se recomponen reanudan su recorrido y se dirigen al octavo templo.


Shiryu llega a la casa de Escorpio y presiente un cosmos poderoso, por lo que supone que le pertenece al custodio de dicho templo; sin embargo, al entrar no encuentra a nadie aún cuando continúa sintiendo una presencia cercana. Tras un momento, el santo decide irse ante el hecho de que no apareció el santo de oro, pero a penas se dispone a hacerlo es atacado por un fuerte pinchazo que atraviesa su armadura y le infringe un dolor agudo; se trata de un ataque de la Aguja Escarlata. Dragón se sorprende al ser atacado por dicha técnica cuando aún no ha visto a su rival, pero en ese instante observa como la armadura de escorpio se arma sola formando una silueta, la cual empieza a hablar; es el caballero dorado Écarlate de Escorpio, el cual se encuentra en un estado de invisibilidad. Écarlate por fin muestra su forma natural y se dispone a confrontar al santo invasor; pero antes el santo de bronce le pregunta porque puede adoptar forma invisible, a lo que el dorado responde que es debido a a picadura del escorpión celestial y la transfusión de sangre por parte de Odysseus. Écarlate deja de hablar y ataca con 3 ataques de su Aguja Escarlata que impactan y dañan a Shiryu. El santo de bronce se levanta e intenta golpear a su rival con el Dragón Naciente, pero esta técnica es esquivada y luego el bronceado es inmovilizado por la Restricción y posteriormente atacado por 6 Agujas Escarlata.  A pesar del dolor inmenso, Shiryu se recompone y vuelve a atacar pero rapidamente es sorprendido por los 4 ataques restantes de la técnica de Écarlate, que además consiguen destrozar completamente su armadura de Dragón; además, la hemorragea empieza a notarse, debilitando así considerablemente al joven santo. Finalmente, el dorado emplea su última y más letal aguja Antares, mientras que Shiryu hace uso de un poderoso Dragón Naciente; Shiryu cae derrotado tras ser impactado por la aguja mortal, mientras que Ecarlate recibe el ataque del bronceado que destruye el aguijón del dorado, inutilizado así su ataque. Tras haber hecho este mérito, Écarlate cura la hemorragea de Shiryu, salvando así su vida, y después lo deja cruzar su templo, pero le advierte que se pasará al bando de Odysseus cuando este resucite.


Por otro lado, Hyoga llega al templo de Capricornio llevando el cuerpo malherido de la Diosa Atenea, y allí se encuentra a Izo de Capricornio quien los detiene en su camino hacia el templo del Portador de la Serpiente. Hyoga le explica la situación al dorado y le pide urgentemente el paso por su templo para salvar la vida de Atenea, pero como esperaba es imposible que se lo de hasta que no demuestre que es digno de proteger a la Diosa. Para probar al santo de bronce, Izo emplea ataques de su afilada espada Excalibur, los cuales son esquivados por el joven caballero con mucho incómodo puesto que lleva en sus manos el cuerpo de Saori; en el intento por esquivar dichos ataques, Hyoga sale herido con cortes en su pierna izquierda y brazos. Izo prosigue realizando otra tanda de ataques, pero esta vez son contrarrestados por el cosmos congelante de Hyoga, lo cual asombra bastante al dorado.  Posteriormente, llegan al Templo de Capricornio una serie de serpientes venenosas al servicio de Odysseus que viene bien a asesinar a Atenea, pero estas son confrontadas por Izo, quien le ordena a Hyoga que siga con su camino mientras él acaba con los enemigos; paralelamente, en la casa de Acuario Mystoria se encuentra curando los puntos vitales de Shijima para salvar su vida y en ese instante aparecen las serpientes, y el dorado empieza a aniquilarlas.


Hyoga continúa su camino y llega al templo de Sagitario, encontrándose al testimonio de Aioros inscrito en una columna de dicho recinto; esto indica como la distorsión en el espacio-tiempo está llegando a sus límites. Hyoga intenta cruzar pero es atacado por una fecha de oro lanzada por el santo de oro Gestalt de Sagitario, quien aparece ante la sorpresa de que es un Centauro; el dorado explica que eso es gracias a Odysseus, pues mezcló el cuerpo de su difunto caballo con el suyo para traer a la vida al animal. Hyoga le pide a Gestalt que lo deje pasar para poder salvar la vida de Atenea, pero su petición es negada ya que el dorado no cree en sus palabras. Gestalt lanza un montón de flechas, las cuales intentan ser esquivadas o detenidas por golpes congelados de Hyoga; sin embargo, un par de flechas se le escapan y lo hieren levemente. Gestalt procede a probar si realmente el bronceado lleva a la Diosa Atenea a su cuidado, por lo que ahora se dispone a emplear la Flecha de la Diosa, un arma divina entregada por Atenea al santo de Sagitario desde la era mitológica y con la cual se puede destruir a cualquier enemigo; entonces el dorado lanza su peligroso objeto, y Hyoga intenta detener el curso de la flecha empleando el Polvo de Diamantes pero no lo consigue. En ese instante, Atenea se levanta un momento y detiene la flecha con su cosmos divino, convenciendo de esta manera a Gestalt; además, le hace ver al dorado que su forma de centuario era ilusoria, por lo que siempre fue un humano. En esos momentos, los escombros del templo del Portador de la Serpiente se levantan y forman nuevamente este recinto, lo que significa que Odysseus por fin resucitó y ahora se dispone a efectuar sus planes.


Paralelamente a todos estos sucesos, tras la derrota del juez Romulo de Wyvern, un último grupo de espectros de élite se aproximan a las doce casas para realizar el ataque definitivo al Santuario; estos espectros representan una verdadera amenaza para los santos de oro, pues ahora disponen de poderes inconcebibles por la protección de Hades.

Primero, la unidad de ataque constituida por los espectros de Mefistofeles, Drju Nasu, Buho, Papilón y Deep llegan a la casa de Aries, donde son recibidos por el dorado Shion de Aries. El santo emplea el Muro de Cristal para evitar todo avance de los susodichos, pero su defensa es destrozada en un instante por los espíritus empleados por la espectro de Buho, los cuales produjeron una enorme explosión que superó la resistencia del muro. Posteriormente, Shion hace uso de la Extinción de Luz Estelar para acabar con sus enemigos, pero su ataque no alcanza a ningún espectro ya que estos se movieron bastante rapido para evitar que la luz destructora los absorbiera y devorara; posteriormente, Mefistofeles emplea un poderoso ken de electricidad que inmoviliza a Shion y lo deja a la deriva de un ataque final por parte de los enemigos para acabar con su vida; sin embargo, en ese momento Papilón y Deep se ofrecen para rematar al santo de oro mientras los demás avanzan por los doce templos. Shion se recompone y procede a atacar a los dos espectros, pero antes es atrapado por las hadas del Inframundo de Papilón, siendo de esta manera inmovilizado, y luego Deep utiliza su Fragancia Profunda para asesinar al dorado, pero este habilmente emplea su psicoquinesis para teletrasportarse, evadiendo así ambas técnicas; Shion se percata de que los ataques de Deep son altamente mortiferos, por lo que ahora tendrá un cuidado especial al enfrentarlo. Deep localiza al dorado y nuevamente lo ataca con su Fragancia Profunda, pero en esta ocasión el santo emplea su Muro de Cristal para detener esta técnica y luego propina un poderoso ken que manda al suelo al espectro por el gran impacto generado; posteriormente, Shion se dirige hacia el espectro y le aplica la Extinción de Luz Estelar, causando así su derrota. Inmediatamente, el santo es atacado por el Cortejo de Hadas de Papilón, ataque que produce que el enemigo sea enviado al Inframundo, y por ende, se produzca así su muerte; sin embargo, la consecusión de la técnica es interrumpida por un grupo de serpientes de Odysseus, las cuales muerden a Papilón produciendo que el espectro sea hechizado por el veneno de Samael, y por consiguiente sea manipulado para servir a los intereses del dorado de Ofiuco; las serpientes también intentan morder a Shion, pero este las extermina rapidamente con algunos ken, y luego aprovecha la conmoción del espectro para eliminarlo con la Revolución de Polvo Estelar. Luego de esto, el dorado persigue a los demás espectros para detener su avance.


Los otros 3 espectros de élite que irrumpieron en las doce casas finalmente llegan a la casa de Géminis, donde son atrapados por la ilusión del laberinto que impide su avance; sin embargo, al percatarse de su situación, Mefistofeles utiliza su ken eléctrico para atrapar al guardián de este templo que estaba camuflado, y de esta manera romper el efecto ilusorio. Tras esto, Caín de Géminis se presenta y se libera de la presión ejercida por el ken eléctrico elevando su cosmos para disiparlo. Inmediatamente, el espectro de Drju Nasu atrapa al dorado entre materia descompuesta tras realizar su técnica Fortaleza del Entierro, la cual empieza a cubrir todo el cuerpo del santo para causarle posteriormente una desintegración; sin embargo, Caín se libera de dicho ataque quemando su cosmos para evaporar dicha materia podrida, y posteriormente lanza un potente ken que destruye gran parte de la sapuri del espectro y lo deja bastante herido. La espectro de Buho se acerca de manera ágil al dorado y lo sujeta por la espalda para debillitar su cosmos y dañar su alma, y de esta manera infringe un daño importante en el santo, pero aun asi esto no es suficiente para doblegarlo por lo que se libera de su rival y luego le da un fuerte golpe que la manda a volar. Luego Caín dirige su mirada hacia Mefistofeles y efectúa una tanda de rayos ken para atacarlo, siendo estos contrarrestados por los potentes golpes del espectro causando así un choque de poderes que continúa arrasando con el templo; Cain consigue neutralizar los ataques de su oponente y luego le lanza su náxima técnica, la Explosión de Galaxias, a lo que el espectro responde con el Relámpago de Tempestad Eterna causando así un impacto tremendo en un primer momento, pero luego de un momento el ataque del dorado resulta más poderoso, por lo que eventualmente impacta en el espectro, dejandolo bastante lastimado. El dorado de Géminis le ofrece a sus enemigos la oportunidad de escapar, puesto que considera que nunca podrán derrotarlo, a lo que los espectros bastante sardónicos le dicen al santo que no presuma puesto que lo derrotarán, a la vez que algunas partes de su armadura dorada se destrozan repentinamente a causa de los ataques propinados con antelación por Mefistofeles. Caín se resiente un poco por el daño recibido, lo que aprovechan los espectros para iniciar ataques en conjunto que impactan y hieren al dorado, pero este logra reaccionar a tiempo para esquivarlos y apartar a sus enemigos. Nasu ataca al dorado con sus moscas del Inframundo con el fin de distraelo, pero este las desintegra sin dificultad alguna, luego Buho emplea su técnica especial denominada Espiritus Aniquiladores del Averno para atrapar y destrozar el alma del guerrero, afectando en primera medida a este pero después consigue liberarse a tiempo empleando la Otra Dimensión para mandar a la espectro a una dimensión lejana, a la vez que deshace el daño que le estaba produciendo su ataque; por último, Mefistofeles se recompone y ataca con el Relámpago de Tempestad Eterna, logrando golpear de lleno a Caín y dejarlo inconsciente tras esto. Nasu y Mefistofeles se dirigen confiados para acabar con la vida del dorado que se encuentra indefenso en el suelo, pero justo a tiempo este último se reincorpora a la batalla y ataca sorpresivamente a los dos espectros con su Explosión de Galaxias empleando todo su poder, lo cual no le da oportunidad a estos de reaccionar por lo que reciben todo el poder de la técnica, siendo derrotados definitivamente por el fuerte impacto. Caín queda bastante agotado y herido por la batalla, por lo que cae casi muerto al suelo, pero en ese momento llega Shion a su templo y procede a ayudarlo curando sus puntos vitales. Los dos santos de oro se disponen a cruzar por los demás templos para confrontar a los demas espectros que se encuentran cruzando por Yomotsu, pero antes son abordados por la espectro de Buho, quien volvió de la otra dimensión realizando un portal dimensional haciendo uso de sus espíritus acompañantes, y ahora ataca a ambos caballeros con los Espíritus Aniquiladores del Averno, atrapando así a Shion, pero con Caín no surte ningún efecto puesto que ya ha visto esta técnica en una ocasión, por lo que la contrarresta de forma sencilla; sin mas opción, la espectro ataca desesperadamente a Cain con rayos ken con la esperanza de vencerlo, pero el dorado simplemente los esquiva y luego se posiciona detrás de Buho para propinarle su Explosión de Galaxias, causando así su muerte. Tras esto, los dorados realizan el recorrido que tenían planeado.


Mientras tanto, en el Yomotsu Hirasaka, el último grupo de espectros constituido por Harpía, Behemonth, Bennyu, Basilisco, Alrune, Minotauro, Ciclope, Gusano, Lycaon y Esfinge se dispone a cruzar por la abertura dimensional dejada en la casa de Cáncer, para infiltrarse en las doce casas. Tras ir a la casa de Cáncer para dejar el cuerpo sin vida de Deathtoll, Mayura y Kaiser se dirigen hacia el templo del Portador de la Serpiente para confrontar a Odysseus que ya está por aparecer, pero antes son detenidos por la llegada del mencionado grupo de espectros; Mayura le pide a Kaiser que avance él sólo para proteger a Atenea mientras ella se encarga de eliminar a todos los enemigos. Los espectros se burlan de Mayura por haberse quedado sola para enfrentar a todos, a lo que ella contesta que es suficiente para acabar con todos los presentes; esto enoja bastante a los espectros, quienes se sienten retados por la plateada. Los espectros no consideran quedarse en su totalidad para enfrentar a la santa, por lo que Behemonth, Harpía y Bennyu  se ofrecen para quedarse a eliminar a su enemiga; sin embargo, Mayura no piensa dejar avanzar a nadie, por lo que ataca violentamente con rayos ken a los espectros que se disponen a salir de la casa de Cáncer, haciéndolos retroceder. La santa se pone en posición de combate, pero en ese instante es atrapada por el Ankh de Crucifixión de Bennyu, lo cual le permite a los demás espectros aparte de los que se ofrecieron para pelear seguir hacia la casa de Leo. Aunque la santa de plata emplea todas sus fuerzas para liberarse de la trampa del espectro, esta no consigue nada y es finalmente atacada por esferas de fuego que se introducen en diversas partes de su cuerpo, produciendole así graves quemaduras que la dejan bastante lastimada y debilitada. Mayura cae al piso vencida tras ser atacada por esta técnica, por lo que está servida para que los enemigos la rematen, tarea que se dispone a hacer el espectro de Harpía pero para suerte de la santa esta alcanza a reaccionar a tiempo y repele al enemigo con unos potentes golpes de cosmos; tras esto, Mayura se reincorpora a la batalla, pero parece no tener muchas oportunidades ante los poderosos espectros. En venganza por el ataque recibido, el espectro de Harpía se dispone a confrontar a su rival, utilizando para esto algunos rayos ken emitidos desde las garras de su surplice, los cuales empiezan a ser evitados por la santa al emplear su inmensa velocidad, pero la santa no sale totalmente librada pues en un descuido suyo es atacada por la Avaricia de la Vida, técnica que impacta con contundencia a la plateada, produciendole algunos daños en su armadura y heridas importantes en su cuerpo; sin embargo, poco tiempo después Mayura se levanta y continúa la batalla, esta vez sorprendiendo al espectro con unos rayos ken poderosos que lo obligan a efectuar nuevamente su técnica especial, pero en esta ocasión Mayura no se inmuta y contrarresta el alcance del ataque con  facilidad, respondiendo sucesivamente con el Aletazo Sagrado consiguiendo derrotar aparentemente a Harpía. Tras esta demostración de poder por parte Mayura, los dos espectros restantes acuerdan atacar a la vez para eliminar a la santa De este modo, Bennyu comienza lanzando su Explosión de la Corona, siendo este ataque respondido por el Aletazo Sagrado de la plateada; en este choque, las técnicas explotan su poder por lo que ambos contrincantes salen lastimados por un potente impacto de cosmos. Seguidamente, la espectro de Behemonth hace su aparición en la batalla y emplea el Brutal Real golpeando con ferocidad el suelo para causar un inmenso cráter que traga a Mayura; de este modo, la plateada es sepultada, por lo que los espectros consideran que ya ha sido derrotada, pero antes de que se retiraran del Templo aparece nuevamente la valiente guerrera, quien se encuentra gravemente lastimada. El espectro de Bennyu aprovecha el deplorable estado de la santa para atacarla con golpes de fuego bastante letales que empeoran las quemaduras producidas  anteriormente en el cuerpo de ella; sin embargo, la santa consigue sobrepasar esta adversidad y luego de librarse de la incesante tanda de golpes, ataca a sus dos enemigos con las Alas Destellantes de Plumas Reales, dejándolos fuera de combate tras recibir este poderoso ataque. Mayura considera que ha derrotado a todos sus enemigos, pero para su sorpresa los 3 se vuelven a incorporar a la pelea, aunque ya bastante lastimados, y se disponen a atacar al mismo tiempo a la plateada para provocar su aniquilación; pero para su infortunio, Mayura aprovecha que los espectros se encuentran juntos para utilizar la Ventisca de Pavo Real con todo su poder, y de esta forma consigue finalmente eliminar a sus temerosos rivales. Por el agotamiento en su difícil combate, Mayura a penas tiene energía suficiente para caminar, y además está agonizando por las graves heridas producto de los ataques recibidos, situación que no le beneficia para nada ante el hecho de que la espectro de Behemonth aún continúa con vida y se recupera para continuar la pelea. Mayura no tiene ninguna posibilidad de vencer, por lo que es sometida con la Sutura de Sombra, técnica mediante la cual la espectro atrapa e inmoviliza el cuerpo de la santa y luego procede a propinarle brutales golpes hasta hacerla sucumbir; de este modo, Behemonth está torturando a la indefensa plateada, a quien solo le espera la muerte, pero afortunadamente es salvada por la llegada de Cain y Shion que interrumpen la escena y posteriormente liberan a su colega de la Sutura de Sombra. Cain le propina un ken a Behemonth para apartarla, mientras acude hacia Mayura para curar sus puntos vitales; luego, el dorado de Géminis procede a rematar a Behemonth, pero antes es detenida por Mayura quien no quiere interrupciones y solo desea terminar su enfrentamiento. Behemonth utiliza todo su cosmos restante para el empleo de ataques fisicos; la espectro inicia lanzando un puñetazo, pero la plateada responde de la misma manera, causando en el choque el rompimiento del brazo de la villana; sin intención de rendirse, la guerrera al servicio de Hades emplea una patada potente para acabar con la santa, pero esta última la detiene y luego igualmente hace uso de una patada cargada de cosmos para matar a su oponente, consiguiendo así su objetivo, pues la espectro fallece momentos después de recibir el impacto de dicho ataque.


Los demás espectros de élite que aún se encuentran con vida llegan a la casa de Leo, cruzándose con Kaiser de Leo quien se dispone a confrontarlos para impedir su avance. Igual como pasó en la casa de Cáncer, los espectros no consideran que todos deban quedarse a combatir al dorado, por lo que en esta ocasión se ofrecen para dicha misión Basilisco, Alrune y Minotauro; pero como se preveía, Kaiser y Goldie no están dispuestos a dejar avanzar a ningún intruso, por lo que los repelen con una serie de ataques al momento que intentan cruzar el quinto templo. Para permitir el avance de los espectros, Alrune emplea su Guillotina de Flores Sangrientas, consiguiendo cortar un poco el cuello del dorado y el león, lo cual los distrae para que Basilisco los deje fuera de combate por un instante con una poderosa rafaga de cosmos. Al momento en que Kaiser y Goldie se reincorporan a la batalla, los demás espectros ya han cruzado su recinto en custodia, por lo que deciden acabar a sus tres oponentes rapidamente para ir por el resto; de este modo, Kaiser emplea el Plasma Relámpago golpeando contundentemente con este ken a los espectros que caen al suelo lastimados; sn embargo, posteriormente los enemigos se levantan sin muchas complicaciones, por lo que el dorado deduce que ahora poseen una fuerza y resistencia enormes. Goldie se dirige con agilidad hacia el espectro de Minotauro para devorarlo, pero este es más habil y consigue herir de gravedad al poderoso animal empleando los cortes de su filosa hacha; este hecho enfurece a Kaiser, quien lanza un puñetazo de cosmos a Minotauro, pero este último lo repele empleando nuevamente su hacha, consiguiendo además romper el brazo del santo. Mientras el dorado se resiente por la herida producida en su brazo, Basilisco aprovecha para atacarlo con otra rafaga de cosmos más potente que la empleada anteriormente, lastimando bastante al santo de Leo; paralelamente, Alrune lanza su Guillotina de Flores Sangrientas hacia Goldie, consiguiendo cortarle la cabeza. Tras presenciar este lamentable hecho, el dorado se enfurece como nunca antes  por lo que emplea descontrolado el Relámpago de Voltaje en Alrune, y logra destruir por completo su sapuris y causar su muerte. Posterior a esto, Kaiser inicia un ataque basado en rayos ken para hacer sufrir a los otros dos espectros, pero este es interrumpido por Basilisco quien hace uso de su técnica Aletazo de Aniquilación, propulsando con una fuerza inconcebible al dorado hacia el cuarto templo; en el camino hacia Leo, Mayura se percata de que algo se acerca con una aceleración enorme hacia ellos, y al darse cuenta de que es Kaiser se dirige a detener su cuerpo que habia sido empujado por el poder de la técnica especial de Basilisco. Mayura, Caín y Shion reanudan su recorrido y ahora llevan el cuerpo inconsciente de Kaiser; cuando llegan a la quinta casa, se topan con Basilisco y Minotauro. Mayura de dispone a pelear contra los espectros, pero en ese momento Kaiser se recupera y pide que le dejen vengar la muerte de su querida mascota; el ataque definitivo da inicio, por lo cual los espectros hacen uso de sus técnicas respectivas, el Aletazo de Aniquilación y el Hacha de Minotauro, mientras que Kaiser emplea un poderoso Plasma Relámpago que decide la victoria a su favor.


En la cámara del Patriarca, este último siente el cosmos de Cardinale y va a encontrarlo en cercanías al jardín de rosas diabólicas que precede a la casa de Piscis. Tras ir a dicho lugar, encuentra al santo dorado inconsciente en el piso, por lo que aprovecha para asestarle el golpe final que acabe con su vida; sin embargo, su ataque es en ese momento repelido por una Rosa Piraña que daña la mano del sumo sacerdote. Cardinale se recompone y le ordena a su rival que revele su verdadera identidad, petición que este acata presentándose como Balrog, uno de los espectros más poderosos en el ejército de Hades, quien por órdenes de Pandora se infiltró en el Santuario para colapsarlo desde su estructura interna; además, el espectro le pregunta al dorado como sigue con vida si fue atacado por las serpientes venenosas, a lo que este contesta que es inmune a cualquier tipo de veneno. Sin más que conversar, Balrog procede a eliminar al santo de oro empleando su poderoso látigo, pero este es repelido por las Rosas Piraña, pero el espectro asevera que dicha técnica es inútil ante su poder a la vez que emplea el Látigo de Fuego para destruir las rosas del dorado y al mismo tiempo atraparlo; el espectro se dispone a rebanar el cuerpo de Cardinale, pero antes de que esto sucediera inexplicablemente el látigo de Balrog se despedaza en pequeñas partes, lo cual fue obra de las Rosas Pirañas que rozaron el arma del espectro. Cardinale emplea la Rosa Sangrienta para acabar rapidamente a Balrog, pero este último detiene el curso de la letal rosa al efectúar su técnica Reencarnación para mandar al dorado a alguno de los diversos Infiernos con el fin de que sufra eternamente por sus pecados, pero antes de caer bajo el efecto de este poder el santo hace uso de las Rosas Daga, las cuales se clavan en todo el cuerpo del espectro causando la interrupción de su ataque; finalmente, el dorado emplea nuevamente su Rosa Sangrienta, la cual en esta ocasion se logra insertar en el corazón del espectro, sentenciando así su muerte. Posteriormente, Cardinale se dirige a apoyar a Atenea como acto de perdón por haberla traicionado al principio.


Finalmente, un cosmos impresionante, tan poderoso y majestuoso como el de un Dios, aparece en el templo del Portador de la Serpiente; se trata de Odysseus de Ofiuco, el decimotercer santo de oro que ha resucitado por la distorsión producida en el espacio-tiempo a causa de la llegada de Atenea y los santos del futuro a la época de la anterior guerra santa contra Hades. Todos los caballeros presentes en las doce casas sienten el enorme cosmos de Odysseus, quedando verdaderamente perplejos ante semejante poder que se desprende de este nuevo santo de oro; al mismo tiempo, los temblores que se estaban presentado en el Santuario se intensifican a tal punto que las casas zodiacales se van derrumbando progresivamente hasta reducirse a escombros. Este desastre natural obliga a los santos de oro y del futuro, y también a los últimos espectros infiltrados a escapar rápidamente de ese lugar para evitar ser sepultados, y para su suerte, estos personajes lo consiguen; sin embargo, en el camino los dorados Dohko de Libra, Écarlate de Escorpio, Gestalt de Sagitario, Izo de Capricornio, Mystoria de Acuario y Cardinale de Piscis son mordidos por las serpientes sirvientes de Ofiuco, lo que produce un control absoluto de su mente a favor de los intereses del caballero resucitado. Los dorados ahora al servicio de Odysseus se dirigen hacia sus colegas con el objetivo de aniquilarlos, iniciando así los planes malvados de Ofiuco para derrocar el santuario y acabar con Atenea.


Primero, el santo de oro Shion se cruza con su compañero Dohko, a quien va a acoger de la mejor manera, pero para su sopresa es violentamente atacado por rayos ken emitidos por el santo de Libra; Shion se sorprende por este acto y le pregunta a Dohko que le pasa, sin recibir respuesta alguna. Dohko continúa con su tanda de ataques, pero en esta ocasión Shion crea su Muro de Cristal para protegerse y a la vez devolver los golpes a su rival; para destruir la defensa de su compeñero, Dohko emplea los Cien Dragones Supremos de Rozan, logrando fragmentar y eventualmente deshacer el poderoso muro de energía. Tras esto, Dohko utiliza nuevamente su técnica principal para atacar al dorado de Aries,  pero este la contrarresta con la Extinción de Luz Estelar absorbiendo así todo su poder. Posteriormente, Shion intenta hacer entrar en razón a su amigo, pero este no cede y ahora utiliza el Dragón Naciente, impactando a su contrincante a la vez que lo propulsa por los aires. Shion se reincorpora a la pelea y sin mas opción ahora emplea la Revolución de Polvo Estelar, noqueado así a Dohko. El dorado de Aries se dirige hacia el santo de Libra para ver si se encuentra estable, dándose cuenta como este último recupera la cordura y vuele a ser el mismo de antes; al parecer, los dorados hechizados por Odysseus se libran de su control al sufrir una derrota física y moral.


Al mismo tiempo, Cain se encuentra con Gestalt, el cual ataca sin razón alguna a su colega, causando una confusión en este. Cain se dedica a esquivar todos los golpes del santo de Sagitario mientras se pregunta mentalmente a que se debe su comportamiento; Géminis pregunta a su rival que le ha pasado, pero este último ni siquiera lo escucha y se emplea a fondo para efectúar un potente ken que golpea a Cain. El santo dorado es atacado por una rafaga de flechas doradas que lo obligan a crear una dimensión paralela para enviar allí dichas armas; posteriormente, Géminis intenta aplicar su técnica Otra Dimensión para deshacerse de su atacante, pero su realización es detenida por un disparo de flecha que lo hiere en un brazo. Posteriormente, Gestalt ataca con el Trueno Atómico, consiguiendo herir un poco a Cain, y este contraataca con la Explosión de Galaxias, derrotando así a su enemigo. Gracias a esto, Gestalt recupera la conciencia y ahora ambos santos se dirigen a confrontar a Odysseus.


Por otro lado, Kaiser se encuentra con su colega Izo, quien no demora en atacarlo con su Excalibur a penas lo ve; el dorado de Leo esquiva los múltiples ataques de Excalibur e igualmente se pregunta el cambio comportamental de su colega. A pesar de ser un santo de oro su rival, Kaiser no está dispuesto a que lo sigan atacando, por lo cual emplea el Plasma Relámpago para acabar a su enemigo; sin embargo, aún cuando está técnica es efectiva el dorado de Capricornio solo sale herido puesto que Leo no quiere dañar a su compañero. Este acto le sale caro a Kaiser, quien recibe de lleno varios ataques de Excalibur, lo cual le provoca cortadas profundas en diferentes partes de su cuerpo. Al encontrarse en una situación crítica, Kaiser no tiene más opción que atacar con su máximo poder a Izo empleando el Relámpago de Voltaje, y de esta manera lo derrota. Capricornio recupera la cordura y le agradece a Leo por haberlo liberado del control de Ofiuco antes de sucumbir ante el daño recibido en su batalla; posteriormente, Kaiser sigue su camino en busqueda de Odysseus y es recibido por un grupo de serpientes que lo atacan y depositan veneno en su cuerpo, produciendo así su muerte.


Paralelmente, Hades y Pandora sienten la resurrección de Odysseus de Ofiuco que posee un cosmos equiparable al de un Dios y también como la mayoría de espectros han sido derrotados ; para contrarrestar la amenaza de Ofiuco y ganar la guerra contra Atenea, el Dios del Inframundo envía al campo de batalla a sus fichas clave, los dioses gemelos. Thanatos llega al Santuario y aborda a los santos Cain y Gestalt; el santo de Sagitario se queda a pelear contra el Dios, mientras que Caín sigue su camino. Gestalt inicia la batalla atacando con su Trueno Atómico, pero esta técnica ni siquiera requiere de la atención de Thanatos por su bajo poder; eventualmente, el Dios de la Muerte lanza una bola de energía al dorado que genera daños considerables en su armadura y le produce bastantes heridas. Gestalt se resiente bastante por el ataque recibido, pero hace un esfuerzo para levantarse y lanzar una rafaga de flechas doradas cargadas de su cosmos, pero estas son detenidas en su trayectoria por el cosmos de Thanatos. Como última opción, el santo de oro lanza la Flecha de la Diosa, con la cual debilita a su contrincante; como respuesta, Thanatos emplea su Terrible Providencia, pero esta técnica es detenida por un nuevo personaje que aparece: se trata de Odysseus. El santo de Ofiuco hace su aparición por primera vez, en este caso acudiendo en ayuda para el santo de Sagitario. Thanatos vuelve a emplear su ataque, pero simplemente Odysseus lo contrarresta con su técnica Colmillo de Anaconda, aniquilando así al Dios al implantarle un veneno en todo su cuerpo que lo condena a la muerte.


Posteriormente, en esta oportunidad Odysseus dirige su mirada a Gestalt para lanzarle un poderoso ken que lo manda a volar, dejándolo en un pésimo estado; cuando el dorado de Ofiuco se dispone a aniquilarlo, aparece Shijima de Virgo para interrumpir la escena. Shijima se dispone a atacar a Odyseeus, pero este último es hábil y consigue disparar primero un ken, pero este es detenido a tiempo por el dorado de Virgo, quien haciendo uso del Tesoro del Cielo detuvo todo movimiento de su rival; luego, Shijima se prepara para privar de los sentidos a su rival y quitarle sus energías, pero Ofiuco despreocupado obstruye la técnica del dorado elevando su cosmos, lo cual destruye su efecto de inmediato. Odysseus lanza otra vez su ken, pero en esta ocasión Shijima lo contrarresta con su campo de energía potenciado tras abrir su boca; esto libra al dorado de ser impactado por el ataque de su rival, pero aún así su defensa es destruida. Más adelante, Shijima responde con la Bendición de las Tinieblas, impactando directamente en Odysseus, pero este no sufre daños de ningún tipo; en respuesta, Ofiuco emplea una tanda de rayos ken que dejan fuera de combate a Virgo.


Shijima está en problemas ante el gigantezco poder de Odysseus y no tiene ninguna posibilidad de vencer, por lo que le destina ser aniquilado por este personaje. Odysseus trata de atacar nuevamente a Shijima pero es detenido por unas cuantas flechas doradas lanzadas por Gestalt. Para deshacerse de ambos caballeros, Ofiuco se pone en posición para efectuar su técnica Colmillo de Anaconda, pero antes es absorbido por un poder extraño; se trata de la Otra Dimensión de Cain de Géminis, quien se devolvió tras presentir a Thanatos y luego a Odysseus. Aparentemente, Ofiuco ha sido vencido por la técnica dimensional, pero más tarde vuelve a aparecer ante los dorados. En esta ocasión, Caín prueba con la Explosión de Galaxias, pero esta técnica es esquivada por Odysseus y respondida con un puñetazo del nuevo dorado, despedazando parte de la armadura de Géminis; luego, Gestalt emplea su Trueno Atómico pero este ataque es detenido con una mano por el enemigo y posteriormente derriba al sango de Sagitario con un haz de luz desprendido de su báculo; por último, Shijima intenta realizar la Bendición de las Tinieblas, pero antes es atacado por una onda de cosmos que lo manda a volar. Tras recuperarse, los 3 santos de oro realizan sus técnicas respectivas, la Invocación de Espíritus, Trueno Atómico y Explosión de Galaxias, para crear un ataque en conjunto que sea efectivo contra Odysseus, pero este pasa por los lados de su cuerpo, causándole a penas una pequeña herida en la frente; esto último ofende bastante al dorado de Ofiuco, quien genera de sus manos una serie de rayos ken que dejan en estado crítico a los dorados. En vista del balance de la batalla, los dorados tienen claro que no conseguirán la victoria a menos que sacrifiquen sus vidas en el intento; por tal motivo, los santos deciden hacer uso de una técnica definitiva, la Exclamación de Atenea, colocando en esta todo su cosmos. Por la gravedad de los daños corporales, los tres dorados indudablemente morirán tras efectuar el ataque final, pero ya están seguros en realizar esta acción. Sin más que discutir, el trio de guerreros lanza la Exclamación de Atenea, la cual intenta ser contrarrestada por Odysseus con su técnica Colmillo de Anaconda, hecho que consigue durante un momento al generarse un poderoso choque, pero luego la técnica prohibida se superpone y se dirige hacia Ofiuco. Odysseus recibe el poderoso ataque pero no es derrotado, más sin embargo queda bastante debilitado aunque su poder sigue siendo inalcanzable para un humano. Además, Cain, Gestalt y Shijima fallecen como se tenía previsto.


Por otra parte, en su recorrido por el santuario pseudodestruido, Ikki de Fénix se encuentra al caballero de oro Écarlate, a quien le comenta sobre la resurección de Odysseus y la protección que deben brindarle a Atenea. El dorado parece no oir las palabras del bronceado, lo cual molesta un poco a Ikki quien continúa su camino ignorando a este, pero cuando va a dar un paso es atacado por las picaduras de la Aguja Escarlata, lo cual le produce a Ikki un dolor inmenso. El santo de bronce no comprende el accionar de Écarlate, por lo que le pregunta a este sobre las intenciones que tiene, sin recibir respuesta alguna. Ikki no alcanza a recomponerse cuando nuevamente es atacado por más Agujas Escarlata, perdiendo paulativamente sus sentidos y cosmos. Ikki comprende que es inútil razonar con su enemigo, por lo que decide atacarlo con el Puño de la Ilusión Fantasma de Fénix, a la vez que Écarlate le propina los golpes restantes de la Aguja Escarlata; Fénix empieza a desangrarse y a quedar inmovil por los efectos de la técnica del dorado, mientras que este último tiene un desequilibrio por el choque del control de Odysseus con la poderosa ilusión. Deafortunadamente, la técnica mental de Ikki alborota la agresividad de Écarlate, por lo que este se dirige hacia su rival para doblegarlo por medio de golpes, y finaliza aplicando Aguja Escarlata Antares; a la vez, Ikki consigue a tiempo utilizar las Alas Ardientes de Fénix, técnica con la cual deja fuera de combate al dorado. Ikki cae agonizando tras recibir el ataque letal, pero es salvado por el santo de Escorpio quien cura su hemorragea; tras esto, Écarlate muere debido a los daños mentales y físicos recibidos.


Mientras tanto, Mayura de Pavo es interceptada por Mystoria de Acuario, quien a penas ve a la santa la ataca con su Torbellino de Hielo, propulsando su cuerpo por los aires a la vez que lo congela. El santo de oro cree que ha derrotado a su oponente, pero para su sorpresa la santa se libera del efecto congelante encendiendo su cosmos para destruir el hielo que envuelve su cuerpo; sucesivamente, la plateada le replica al santo porque la ha atacado, solo recibiendo la respuesta de que tiene órdenes por parte de Odysseus de aniquilarla. Tras interpretar esta respuesta, Mayura concluye que Mystoria está siendo manipulado, por lo que no tiene más opción que pelear para poder continuar. Mayura utiliza las Alas Destellantes de Plumas Reales, y estas son detenidas por un firme muro de hielo creado por el dorado, pero esto no es un problema para la plateada quien emplea un poderoso puñetazo con cosmos concentrado para romper esta protección. Mayura procede a atacar, pero antes es distraída por un ataque de Rosas Demoniacas Reales de Cardinale, que la obligan a emplear su velocidad para esquivarlas; el santo de Piscis aparece y se presenta como otro sirviente de Ofiuco. Mystoria emplea el Polvo de Diamantes mientras que Mayura hace uso de un golpe de cosmos para contrarrestarlo, y al mismo tiempo Cardinale emplea sus Rosas Piraña, obligando a Mayura a emplear su Aletazo Sagrado para detener el avance de estas; sin embargo, unas cuantas rosas se colan y atacan a Mayura, desgarrando algunas partes de su armadura, mientras que Cardinale recibe la técnica de Mayura, siendo herido bastante. La plateada se reincorpora al igual que Cardinale, quien lanza ahora sus Rosas Daga, y cuando Mayura se dispone a responder al ataque sus piernas son congeladas por el aire frio emitido por Mystoria, impidiendo su movilidad; la santa intenta destruir las rosas con rayos ken, pero estas evaden todos sus ataques y finalmente están a punto de clavarse en el cuerpo de la guerrera, pero antes esta desaparece: se trata nuevamente de la ayuda psicoquinética de DeathMask. Mayura reaparece y ahora prepara un ataque decisivo para determinar el resultado de la batalla, lo propio hace el duo de dorados; Mystoria y Cardinale emplean sus técnicas supremas, la Ejecución de Aurora y la Rosa Sangrienta, mientras que Mayura utiliza su Ventisca de Pavo Real, con la cual logra contrarrestar y luego superar la técnica del santo de Acuario. La poderosa Ventisca alcanza a los dos santos de oro, siendo estos tragados por la enorme presión, y de está manera son derrotados; sin embargo, la Rosa Sangrienta logra infiltrarse y luego se clava en el corazón de Mayura, lo que causaría irremediablemente su muerte. La santa de plata cae al suelo a esperar su fallecimiento, pero en ese momento la rosa blanca le es retirada por Cardinale, quien después de salvar su vida se excusa con ella por el enfrentamiento y por el hecho de no haber podido ayudar a Atenea, y momentos después cae muerto el dorado de Piscis.


Mientras tanto, los espectros restantes se encuentran con Shun, Shiryu e Hyoga y se disponen a eliminarlos. Primero, Shun es interceptado por Ciclope y Gusano. El espectro de Gusano ataca con las Ataduras de Gusano, técnica que intenta ser contrarrestada por el bronceado con su  Defensa Giratoria, pero esta es ineficaz por lo que el santo es atrapado, y posteriormente el espectro de Ciclope lanza un puñetazo a su rival, produciéndole gran daño. Shun intenta liberarse de las ataduras pero su esfuerzo es inútil y queda totalmente indefenso, hecho que aprovecha el dúo de oponentes para asesinarlo, pero afortunadamente el santo de bronce es astuto y emplea su vapor nebuloso para inmovilizar a sus rivales, y luego haciendo uso del mismo consigue destruir las poderosas ataduras de la surplice de Gusano. Shun en su actitud compasiva le pide a los espectros que se rindan, pero estos ignoran las advertencias del santo y lo intentan atacar, pero este los derrota fácilmente con la Tormenta Nebular.


Shiryu es abordado por el espectro de élite de Lycaon, quien para recibir santo lo ataca sin mayor rodeos con su Aullido Infernal, dejándolo temporalmente fuera de combate.  El espectro está confiado por la aparentemente sencilla victoria, pero para su sorpresa el bronceado se levanta sin mayor problema; en ese instante, el espectro hace uso de su técnica por segunda ocasión, pero esta vez el santo la detiene y lo contraataca con el Dragón Naciente, destruyendo la mayor parte de su sapuri. Shiryu se dispone a retirarse, pero es detenido por el espectro quien se reincorpora a la batalla, por lo cual el santo utiliza su Dragón Naciente nuevamente, pero en esta ocasión el poderoso ataque es detenido por Lycaon con una sola mano, y posteriormente el espectro golpea a su rival con un potente golpe, mandándolo a volar. Shiryu no piensa perder más tiempo, por lo que emplea los Cien Dragones Supremos de Rozan, derrotando así al espectro.


Por último, Hyoga se encuentra con el último espectro infiltrado en el Santuario, Esfinge, a quien debe enfrentar y derrotar para poder avanzar. Hyoga decide usar un Polvo de Diamante con toda su potencia, pero el poder de este ataque es interrumpido por la Maldición de la Balanza del espectro, técnica con la cual empieza a doblegar al santo de bronce. Hyoga se encuentra bastante aturdido al escuchar la música emitida por su enemigo desde su arpa, y al mismo tiempo su corazón intenta salir de su cuerpo para ser medido por la balanza. El santo de bronce parece estar perdido, pero gracias a su astucia consigue detener el efecto de la técnica de Esfinge al emitir un aire frío que consigue congelar las cuerdas de su arpa, a la vez que inutiliza este poderoso instrumento. Hyoga quiere terminar rápido con la batalla, por lo cual ataca a su rival con la Ejecución Aurora, y de esta manera logra eliminarlo. Posteriormente, los 3 santos de bronce se dirigen al encuentro definitivo con Odysseus junto a Atenea.


Por otro lado, Mayura termina su pelea con Mystoria y Cardinale y en ese momento es alcanzada por Ikki, con quien se dirige hacia Odysseus. Mientras tanto, el dorado de Ofiuco tras terminar su pelea contra el trío de dorados, ahora es interceptado por Hypnos, el último Dios consejero de Hades. Hypnos adopta una conducta bastante precavida para enfrentar a Odysseus, pues concibe perfectamente el poder que emana de este individuo; por tal motivo, ataca en primera medida con su técnica principal, la Somnolencia Eterna, pero antes es violentamente atacado por su rival. Odysseus inicia un incesante plan de ataque basado en golpes, pero el Dios no sale afectado y encuentra el espacio para efectúar nuevamente su poder, y en esta ocasión logra atrapar al dorado y eventualmente lo encierra en el mundo del sueño eterno, quedando indefenso por completo. Hypnos no se confía y decide acabar con la vida de Ofiuco, pues teme a que este vuelva en sí con su gran cosmos, pero para su infortunio en ese preciso momento es interrumpido por la llegada de Ikki y Mayura, y gracias a esto Odysseus recupera la conciencia. El santo de oro bastante furioso, utiliza su técnica Cobra Aniquiladora, produciendo una poderosa explosió que acaba casi de inmediato a Hypnos.


Tras ver esto, Mayura e Ikki asimilan los alcances de su rival, por lo que concluyen que deben pelear juntos con sus máximas habilidades para tener una chance de ganar. Ikki se acerca a su enemigo para propinarle un ataque de cosmos con el fin de distraerlo para que Mayura lo ataque desprevenido; Ikki es rápidamente atacado por el cosmos de Odysseus que lo repele, y luego este último es atacado por el Aletazo Sagrado, técnica que es detenida fácilmente por el poderoso dorado. Mayura se sorprende e intenta atacar ahora con las Alas Destellantes de Plumas Reales, pero antes es impactada por una fuerte onda de energía que hiere bastante a la plateada. Posteriormente, los dos santos protectores de Atenea se levantan y atacan a la vez con las Alas Ardientes de Fénix y la Ventisca de Pavo Real, y el santo de Ofiuco responde con la Cobra Aniquiladora, superando las mencionadas técnicas y dejando gravemente heridos a sus oponentes. Mayura e Ikki no tienen nada que hacer, por lo que les espera ser acabados por su rival, pero son salvados por la llegada de Shiryu, Shun e Hyoga junto a la moribunda Atenea. Los tres santos le piden a Odysseus que le retire el veneno del cuerpo de la Diosa para salvarla, pero este obviamente se niega; sin más opción, los bronceados se preparan para derrotarlo con el fin de obtener su baculo curador. Los mencionados santos atacan respectivamente con los Cien Dragones de Rozan, la Tormenta Nebular y la Ejecución Aurora, pero dichas técnicas simplemente se detienen y disipan antes de tocar a Ofiuco, y posteriormente este los ataca y vence fácilmente con su Cobra Aniquiladora.


Todos los santos se encuentran agonizando en el suelo tras recibir los mortiferos ataques de Odysseus, por lo que el panorama es totalmente desfavorable. Con sus últimas fuerzas, Atenea se pone en pie y direcciona su cosmos a manera de ataque hacia el dorado, pero este no se ve afectado para nada, pues la Diosa ya no tiene poder relevante; luego, Odysseus se dirige hacia Atenea y le lanza un ken de energía, pero este es recibido por Mayura, quien se movió rápidamente para recibir el impacto. Pese a la acción de Mayura, el ataque de Ofiuco generó una pequeña herida en el brazo de la Diosa, y esta última al ir a auxiliar a la plateada accidentalmente produce un contacto entre su sangre y la armadura de la guerrera, lo que da paso al despertar de la armadura divina de Pavo Real. La santa de plata recupera sus energías y su cosmos se eleva al nivel de un Dios, por lo que ahora tiene la capacidad de hacerle frente al poderoso Odysseus. El dorado avanza hacia la plateada para atacarla, pero antes es repelido violentamente  por las Alas Destellantes de Plumas Reales, produciéndole daño como nunca antes; Odysseus se sorprende por el calibre del ataque recibido, pero afirma con vehemencia que no será suficiente para detenerlo. El santo de Ofiuco emplea su Cobra Aniquiladora,  pero con este ataque sólo consigue hacer retroceder a Mayura, quien afirma que dicha técnica no surtirá efecto por segunda ocasión en ella; tras esto, la santa se dirige volando con las nuevas alas de su cloth divina hacia su contrincante y le empieza a asestar una tanda de potentes golpes que lo aturden bastante. Odysseus se encuentra un poco en aprietos ante los ataques de Mayura, por lo cual para defenderse hace uso de una nueva técnica, la Devastación Final, produciendo una bola de energía destructiva que deja bastante lastimada a la plateada, quien solo se ha salvado gracias a su resistente cloth. Sin intención de rendirse, Mayura se reincorpora con un poco de dificultad y en esta ocasión hace uso de la Ventisca de Pavo Real, con la cual atrapa al dorado con la enorme presión generada y luego lo hiere de gravedad tras impactarlo. Odysseus queda en un estado paupérrimo tras recibir la máxima técnica de la guerrera, pero inesperadamente el dorado cura todas sus heridas de un momento a otro empleando su báculo; esto denota que el santo de Ofiuco no puede ser derrotado por ataques que infrinjan daños físicos. Mayura ahora no sabe como derrotar a su enemigo, por lo que se desconecta de la batalla, y como consecuencia sale afectada por el Colmillo de Anaconda, siendo infectada por el veneno mortal; posteriormente, la santa de plata es doblegada y hasta masacrada por los ataques de su rival. Mayura cae al piso momentáneamente inconsciente, y ahora entra en un diálogo con el espíritu de DeathMask, quien le avisa a su amada que utilice el ataque espiritual de Cáncer, las Llamas Demoniacas, el cual le ha heredado; con esta técnica, Mayura podrá afectar directamente el alma de Odysseus para así sentenciar su derrota. Haciendo un último esfuerzo, Mayura emplea las Llamas Demoniacas, y como tenía calculado DeathMask, Odysseus fallece tras ser consumida su alma por el peligroso fuego fatuo. Tras esta pelea, Mayura se desmaya por los efectos del veneno mortal implantado en su cuerpo, por lo que le espera la muerte, al igual que a la Diosa  Atenea; sin embargo, Shiryu coge el báculo de la armadura de Ofiuco y lo pone en contacto con las dos personas mencionadas, salvando así sus vidas.


Tras la derrota de Odysseus, los santos se recuperan un poco de su desgaste y la Diosa Atenea por fin recupera su figura de adolescente, por lo que ahora porta su armadura y se dirige al Castillo de Hades para destruir la espada del emperador del reino de los muertos. Atenea y su ejército llegan al territorio del Dios, siendo la primera acción de la Diosa la de destruir la barrera de fuerza que está instaurada alrededor del castillo; más adelante, los intrusos son abordados por los últimos espectros rasos, los cuales son confrontados y derrotados por Shion y Dohko, los últimos santos de oro. Al interior del castillo, Atenea y sus santos se encuentran con Pandora, quien intenta atacar a la deidad empleando el poder de su lanza, pero Mayura rapidamente la repele y le lanza un ataque para dejarla inconsciente. Sin más opción, Hades en el cuerpo de Alone sale vestido con su sapuri y ataca rapidamente a los 6 santos acompañantes de la Diosa, dejándolos fuera de combate, para de este modo concentrarse en su batalla contra su contraparte divina. Hades lanza ataques con su espada sagrada, siendo estos detenidos en un primer momento por la Diosa usando el escudo de su cloth; más adelante, Hades ataca a Atenea con rayos ken emitidos desde su espada para mandarla a volar, y luego se acerca sigilosamente a la Diosa para acorralarla con su arma.


La Diosa está por ser asesinada por el Dios, pero el acto es interrumpido por una figura misteriosa con un cosmos notablemente superior al de las dos deidades presentes. Ante el hecho de no poder reconocer a este nuevo personaje, Hades interroga al mismo sobre su identidad, recibiendo solo burlas por ser débil e incompetente para dominar la Tierra. Esta respuesta enfurece bastante al Dios del Inframundo, quien no duda en atacar con rayos ken, pero estos simplemente atraviesan la silueta de este sujeto sin producirle el más mínimo daño; posteriormente, en respuesta este individuo misterioso lanza unos cuantos ataques directos hacia la sapuris de Hades, destruyendo esta en su totalidad. Hades se encuentra bastante conmocionado y ataca desesperadamente con su espada, pero esta rapidamente es destruída ante el poder del ente; luego de esto, Hades por fin se percata sobre la identidad de su rival, y cuando está por revelarla rápidamente es asesinado.


Tras la derrota humillante del poderoso Dios Olimpico, la entidad irreconocible le comunica a Atenea que no la piensa asesinar puesto que le será de mucha importancia para un futuro próximo, y después desaparece. Posteriormente, el castillo se derrumba ante la ausencia de su Dios, lo que obliga a Atenea y sus santos a abandonarlo. Sin más que hacer en la era del pasado, puesto que su objetivo inicial de deshacerse de la espada de Hades ha sido cumplido, los personajes del futuro regresan a su era y le encomiendan el rumbo del Santuario a los santos de oro sobrevivientes. Cuando llegan a su era, Atenea y los santos se enteran de que Seiya ha despertado de su estado vegetativo.



Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes,

Ikki: 24.000
Shun: 23.000
Shiryu: 22.000
Hyoga: 22.200
Mayura: 27.000
Mayura cloth divina: 270.000
Tenma: 3.300
Shion: 21.000
Ox: 22.500
Cain, Abel: 26.000
Deathtoll: 24.500
Kaiser: 24.000
Shijima: 25.200
Dohko: 21.000
Ecarlate: 24.500
Gestalt: 25.000
Izo: 23.500
Mystoria: 23.500
Cardinale: 24.500
Odysseus: 390.000; tras recibir EA: 290.000
Vermeer: 24.500
Suikyo: 25.000
Wyvern: 32.000
Barlog (Patriarca): 23.000
Harpía: 24.500
Bennyu: 25.000
Behemonth: 25.500
Basilisco: 22.000
Alrune: 21.500
Minotauro: 21.200
Mefistofeles: 25.000
Buho: 24.500
Nasu: 24.000
Deep: 19.000
Papilón: 21.000
Gusano: 20.000
Ciclope: 18.000
Lycaon: 21.000
Pharao: 21.000
Espectros rasos: 2.000- 3.000
Espectros rasos con protección: 10.000- 13.000
Thanatos: 80.000
Hypnos: 85.000
Hades Alone: 700.000
Atenea: 500.000
Ente desconocido: 2.000.0000
Satélites Guardia Real: 3.000- 4.000
Satélites Unidad de Comando: 10.000- 12.000
Lascoumoune: 20.000
Artemisa: 1.000.000

Han pasado 7 años desde la guerra contra Ofiuco, el Santuario ha sufrido un gran cambio en este prolongado tiempo. Los 5 santos de bronce protagonistas han obtenido el rango de santos de oro. Mayura ha tenido la oportunidad de convertirse en santo femenino de Cáncer, pero a título personal decidió seguir siendo guardián de la constelación del Pavo Real, pues por respeto a DeathMask prefiere no usurpar su armadura. Por otro lado, antes de morir DeathMask embarazó a Mayura, por lo que después de afrontar todas las guerras ella concibió a una niña que llamaría Augustine, y ahora se dedica a entrenarla para ser caballero, al igual que a otros talentosos aspirantes. La fila del ejército de los santos se esta reconstruyendo poco a poco: Shaina y Marin obtuvieron las armaduras doradas de Aries y Piscis respectivamente, se han formado 5 poderosos caballeros de plata con un poder equiparable al de un santo de oro, y Augustine se ha convertido en caballera de bronce, y gracias a las instrucciones de su madre ha obtenido grandes habilidades de combate.


La paz parece, sin lugar a dudas, envolver al Santuario y la Tierra, pero la misma está a punto de ser interrumpida por una nueva temible amenaza para la humanidad e incluso para los Dioses. En el Reino del Olimpo, este peligroso desastre es presentido e identificado por las deidades máximas del panteón griego, quienes se alistan para luchar incesantes con tal de acabar a los que fueron en tiempos mitológicos sus peores enemigos: Los Titanes. Los poderosos Titanes han revivido gracias a varias circunstancias. El hecho de que Hades haya muerto produjo que la prisión donde se encontraban encerrados eternamente estos dioses, el Tártaro, desapareciera junto al Inframundo lo que generó la liberación de sus almas; por otro lado, la distorsión en el espacio-tiempo producida por Atenea y sus santos 7 años atrás con el fin de dirigirse al pasado, fue un suceso aprovechado por Cronos con el fin de absorber el cosmos divino de la Diosa, para así posibilitar la resurrección propia y la de sus 11 hermanos Titanes. Al mismo tiempo, Atenea también se percata de la grave  situación, por lo cual instaura una poderosa barrera alrededor del Santuario para evitar la infección de cosmos maligno en este lugar; al mismo tiempo, pone alerta de aviso en sus tropas para una eventual nueva guerra santa.


Los Titanes, exceptuando por el momento a Cronos, finalmente deciden efectuar un ataque al Olimpo para derrocar a la actual casta de Dioses dominantes. Los mencionados enemigos llegan al Templo de la Luna, territorio de Artemisa, donde la Diosa los espera equipada con su Kamei. Artemisa no concibe la repentina reaparición de sus máximos enemigos, y con bastante determinación jura frenar sus maléficos planes. Los dioses preolimpicos avanzan hacia el siguiente recinto divino mientras uno de ellos, Mnemósine, distrae a Artemisa confundiendo su mente con ayuda de su habilidad de control mental y además se queda a enfrentar a la Diosa de la Luna. Momentos después, Artemisa se siente frustrada por no detener el avance enemigo y se desquita con Mnemósine tildándola de diosa indigna; posteriormente, la Diosa Olímpica utiliza su arco para realizar una lluvia de flechas doradas que refleja su técnica denominada Hecatombe de Sagita, con la cual pretende exterminar la existencia de la Titánide, pero esta última simplemente las evade y posteriormente neutraliza a su rival empleando un control mental imponente sobre esta. Artemisa queda completamente indefensa ante los pedidos de Mnemósine aunque intenta oponerse, por lo que la olímpica se encuentra a la deriva de la Diosa enemiga. Mnemósine se encuentra bastante segura de sus habilidades pero Artemisa le afirma a su enemiga que su derrota es inminente, lo cual es motivo de burlas por parte de la Titánide quien ahora utiliza las Tinieblas de Desesperación para asesinar de forma lenta y dolorosa a su oponente. La Diosa está destinada a una muerte horrible a causa del control mental que está sufriendo, pero como última acción de la batalla, Mnemósine transforma su armadura soma en una hacha, y con esta arma le quita la vida antes de tiempo a Artemisa, y posteriomente se adueña de su cuerpo. En todo el Olimpo se siente la derrota de la Diosa de la Luna.


En el Templo de Mercurio, los Titanes incursionan rápidamente hacia los aposentos de Hermes. Cuando se encuentran con el Dios, este les reprocha la inescrupulosa muerte que le produjeron a Artemisa y critica sus ambiciones afirmando que son inútiles e injustificadas. Los Titanes ignoran las palabras del olimpico y se disponen a avanzar puesto que no tienen tiempo para perder, por lo cual Hermes intenta detenerlos explotando su energía cósmica pero le es imposible realizar dicha acción, por lo que todos los enemigos esquivan la ofensiva y luego cruzan por su territorio a excepción de Jápeto, quien se queda a derrotarlo personalmente. Hermes no piensa tener compasión con su contrincante, por lo que enciende al máximo su cosmos y lo proyecta hacia el Titán en un ataque destructivo, pero su rival crea una dimensión para disiparlo y mediante la misma hace aparecer a un legendario Hecatonquito, quien ataca y hiere al olímpico. Posteriormente, Japeto genera una espada con su soma y efectua su ataque Espada del Caos, pero dicha técnica es inefectiva ante el olímpico quien la repele empleando su Kamei como objeto defensivo; seguidamente, Hermes extiende su aura cosmica envolviendo a Jápeto y luego la hace estallar para realizar su técnica Templanza Divina con el fin de destruirlo por completo, pero a penas consigue lastimar en menor medida al Titán. El Dios Olímpico se impresiona por la resistencia de su enemigo, a lo que este asevera que posee gran invulnerabilidad. Finalmente, el Titán utiliza por segunda ocasión su Espada de Caos, con la cual consigue derrotar a Hermes puesto que la empleó de manera más estratégica; sin embargo, antes de sucumbir el Dios envuelve con su cosmos divino a Jápeto y produce una explosión, pero el Titán consigue salir ileso sin ninguna complicación. Posteriormente, Jápeto se apodera del cuerpo de Hermes para ocupar su puesto de Dios Olímpico, hecho que es percibido por los demás custodios del territorio del Olimpo.


La Titánide Tetis es la siguiente enemiga dispuesta a luchar, en este caso contra Afrodita en el Templo de Venus. La olímpica ni siquiera entabla conversación con las deidades, sino por el contrario intenta detener y derrotar a todos los intrusos empleando el Encantamiento Celestial, una técnica que consiste en mirar fijamente a los ojos de la persona para producir un enamoramiento en esta, y a la vez una plácida manipulación por parte de la Diosa; con esta habilidad Afrodita no detiene a los Titanes, pero si consigue hechizarlos para que se ataquen entre sí. Afrodita le comunica a Tetis lo que hizo con sus hermanos, por lo cual la Titánide tiene la obligación de derrotar a su rival para salvar a sus aliados, quienes ahora se encuentran atacándose mutuamente a las afueras del recinto divino a causa de la habilidad de manipulación de la Diosa. Posteriormente, Afrodita intenta utilizar nuevamente su técnica, pero su enemiga es precavida y evita mirarla, luego hábilmente la olímpica se acerca a la Titánide para contactarla y así poder hechizarla, pero no consigue su objetivo. Sucesivamente, la olímpica es atacada por una serie de innumerables rayos ken que la mandan a volar y dañan seriamente su Kamei, quedando inconsciente de inmediato por el fuerte impacto, situación la cual es aprovechado por la Titánide para dirigir un ataque a la Diosa pero antes es atrapada por el Encantamiento Celestial, siendo completamente dominada por los deseos de su oponente; con el fin de acabar con la vida de la Titánide, Afrodita le ordena a esta que se quite la vida, mandato que acata y se dispone a hacer la Diosa enemiga, sin embargo lo que realmente realiza es un ataque directo a su cabeza, lo cual le permite liberarse por un instante del efecto de dominio producido por la técnica de la olímpica. Luego de que su enemiga se ha liberado de su poder, Afrodita procede a rematarla rápidamente pero antes es atacada por un poderoso golpe de  cosmos que lanza Tetis, con el cual consigue atravesar el cuerpo de la deidad del Olimpo, causando así su muerte; debido a esto, los otros Titanes se han librado del control y ahora avanzan hacia el siguiente Templo. A la vez, Tetis se adueña del cuerpo de la difunta deidad para gobernar su territorio.


Los malintencionados Dioses llegan al Templo del Sol custodiado por Apolo, el olímpico más poderoso después de los 3 olímpicos principales (Zeus, Poseidón y Hades); por tal motivo, aunque en esta ocasión uno de los enemigos más poderoso, el Titán Ceo,  se queda para afrontar la batalla, la Titánide Febe se camufla para respaldar a su colega por si sucede alguna novedad. El Titán despotrica de Apolo por dejar pasar a sus colegas Titanes sin oposición alguna, a lo que el olímpico afirma que los demás intrusos nunca conseguirán salir de su templo debido a que él ha creado un camino de llamas tan ardientes como el sol, lo cual impedirá su avance o de lo contrario serán consumidos por la inimaginable temperatura que emite dicho suelo. Ceo comprende la situación y lo único que le queda por hacer es derrotar a su enemigo, para li cual emplea en primera instancia la Iluminación de Ebano, pero esta técnica es detenida por las ardientes llamas generadas por el Dios del Sol, las cuales utiliza luego para atacar a su enemigo, pero a pesar de que este último es impactado directamente por dicho ataque no sufre ningún daño en razón de la enorme protección que le brinda su soma. Posteriormente, Ceo utiliza su Plasma de Ebano, consiguiendo golpear y herir bastante a Apolo con los potentes rayos ken emitidos por dicha técnica, los cuales incluso han agrietado su kamei, pero el Dios se reincorpora y luego utiliza sus Llamas Solares, desintegrando a su rival con la temperatura de millones de grados proveniente de esta técnica a pesar de la resistencia que presenta con la barrera defensiva que crea utilizando su cosmos.


Apolo se encuentra bastante resentido y desgastado por la batalla contra el Titán, lo cual es una situación poco favorable ante la aparición de la Titánide Febe, quien acertó al quedarse en ese templo. Febe felicita a Apolo por haber acabado con uno de los Titanes más poderosos sin morir en el intento, pero le asegura que no podrá combatir a dos casi de forma inmediata a pesar de su gran poder. Posteriormente, Febe emite poderosos rayos ken destructivos al efectúar su técnica Rafaga de Meteoritos Oscuros, los cuales están doblegando a Apolo al ser atacado sin cesar, pero pese a esa situación el Dios consigue esquivarlos y luego contraataca lanzando su fuego infalible contra su rival, causando graves heridas en la Titánide, sin embago esta última logra a tiempo derrotar al Dios intensificando al máximo su tanda de ataques letales. Posteriormente, el cuerpo de Apolo igualmente es poseido por la Titánide. Al mismo tiempo, los demás Dioses Olimpicos se sienten abatidos y angustiados por la caída de uno de los dioses más poderosos.


Mientras tanto, los Titanes consiguen cruzar el Templo del Sol tras la desaparición del obstáculo de fuego solar luego de la derrota de Apolo. Posteriormente, Crío distrae al Dios de la Guerra Ares, custodio del Templo de Marte, para permitir el avance de sus colegas. Ares es incapaz de detener a todos sus enemigos con ataques repelentes de su cosmos, lo cual le produjo completa impotencia por lo que ahora se empleará a fondo para acabar con su actual rival. Ares, al ser el Dios de la Guerra, es reconocido por ser el más cruel e indolente entre los olimpicos, por lo cual Crío ha querido desde el principio confrontarlo, pues igualmente él es considerado el Titán más despiadado; por esta razón, Crío en base a motivos de orgullo quiere ocupar el lugar de su contrincante para posicionarse como el nuevo Dios de la Guerra. Ares se burla del pensamiento infundado de su enemigo y afirma que terminará con su vida, pues no permitirá que nadie usurpe su privilegiado lugar, y luego de eso irá con los demás Titanes para acabarlos. Sin más que discutir, Crío utiliza su técnica Anillo de Luz de las Estrellas para generar una fuerte onda de cosmos que arrasa con todo, pero esta es anulada por el escudo de la Kamei del olímpico; tras esto, Ares responde con un hábil ataque de su lanza, causando cortadas en varías partes del cuerpo del Titán, lo cual deja a este expuesto a un desgaste interno que lo debilita rápidamente. Al ver la capacidad de Ares con sus armas, Crío utiliza el Filo de Oricalco para destruir dichos instrumentos, y de esta manera deja indefenso al Dios. El Titán cree poseer ahora ventaja en la batalla, pero Ares utiliza su habilidad especial, la Guerra Asoladora, atacando a su rival con potentes ráfagas de cosmos desde todas las direcciones infringiendo gran daño en este. Crío está siendo impactado sin cesar por los ataques de Ares, lo cual lo obliga a emplear nuevamente su Filo de Oricalco para destruir el efecto de dicha técnica. Finalmente, el Titán ataca a su oponente con el Corte Circular de Estrellas, provocando así su muerte. De la misma forma, el cuerpo y territorio de Ares pasan a manos de Crío, quien ahora se siente victorioso por lograr su cometido.


La derrota y fallecimiento de 5 Dioses Olimpicos impacta fuertemente a las deidades restantes, quienes se disponen a pelear para vencer incluso si deben sacrificar sus vidas en el proceso, pero no piensan permitir que los Titanes triunfen. Los villanos se adentran al Templo de Jupiter, especificamente al Recinto de los Pritaneos en primera instancia. En este lugar, los aguarda la Diosa Hestia, quien a pesar de su actitud pacífica ahora no piensa ser para nada flexible. Hestia intenta atacar a sus enemigos con un ken de fuego para dañar directamente el cuerpo y espíritu de estos, pero todos consiguen esquivarlo completamente a excepción de Temis, quien recibe parte del impacto quedando un poco debilitada; por este hecho, la Titánide se molesta y pide combatir sola a la olímpica para vengarse. Los demás enemigos se disponen a cruzar, pero Hestia envuelve todo el lugar con su fuego ardiente impidiendo así el paso de estos, y en ese instante Temis erradica dicho elemento natural con una onda expansiva de su cosmos a la vez que utiliza la Balanza del Juez para atrapar a la Diosa Olímpica, lo cual le da oportunidad a sus colegas de avanzar. Temis se caracteriza por impartir la justicia divina sobre todos los seres, aunque de Dioses se traten, y ahora piensa implementar un castigo a Hestia por herirla; para dicha iniciativa, la Titánide emplea la parte ofensiva de la Balanza del Juez, creando una balanza de cosmos para aplastar a su enemiga por sus pecados, pero esta técnica le es devuelta a su dueña por obra de la olímpica, hiriéndola bastante. Temis parece haber quedado bastante lastimada y ahora Hestia se dirige hacia ella para aplicarle su fuego en aras de eliminarla, pero la Titánide se reincorpora hábilmente a la pelea y ahora usa sus piernas para emplear la Espada del Juez, causando gran daño en el cuerpo y Kamei de Hestia, quien es impactada desprevenida. La Titánide y la Olímpica no piensan seguir perdiendo el tiempo y ahora se preparan para lanzar un ataque definitivo empleando respectivamente sus técnicas, la Balanza del Juez y la Estrella de Fuego, y a causa del choque destructivo generado ambas sucumben inmediatamente, sin dejar rastro alguno de existencia. Ahora la preocupación se desplaza también al bando de los Titanes, quienes no asimilan la derrota de 2 de sus integrantes.


La siguiente deidad en aparecer es Demeter, defensora de la Región de Lerna, al interior del Templo de Jupiter. La olímpica se prepara para atacar a los Titanes que han incursionado en sus dominios, pero antes es atrapada por el Torrente de Luz Destellante del Titán Océano, permitiendo el paso a sus compañeros. Demeter intenta liberarse forzando con su cuerpo la técnica del Titán, pero su esfuerzo es inútil; posteriormente, la Diosa arremete contra su enemigo por todo el caos que están causando los Titanes y promete venganza aunque le cueste su vida, pero el Titán le dice que no conseguirá detener sus ambiciones por más que se esfuerce. Seguidamente, la Diosa es impactada por el agua generada por Océano, la cual se impregna en su cuerpo y le empieza a causar daños internos en el mismo por voluntad de su enemigo; aprovechando este dominio, Océano hace estallar los flujos sanguíneos de Demeter, produciendo aparentemente su muerte. El Titán confía de su victoria, pero la Diosa se levanta malherida y crea una enorme roca que encierra a su rival, y luego la hace estallar violentamente para aniquilarlo, pero solo consigue dañarlo un poco. Océano ahora emplea su técnica Impacto de la Corriente, creando una serie de dagas con las moléculas de agua que capta en su alrededor y luego las dispara hacia Demeter, quien para defenderse levanta un mural de roca, pero este es inservible por lo que es destruído, y finalmente las dagas se clavan en todo el cuerpo de la Diosa. Demeter sabe que no saldrá con vida de esta batalla, por lo que ahora genera una enorme abertura en el suelo con su técnica Furia de la Madre Naturaleza para que ambos queden sepultados, y de esta manera consigue derrotar al Titán a la vez que sucumbe ante el sacrificio. Paralelamente, al sentir la extinción de cosmos de su colega, la última deidad presente momentáneamente en el Olimpo, la Diosa Hera, se dirige rapidamente a la cima del Monte Olimpo para despertar el alma en trance de su esposo Zeus, el emperador del Cielo.


La penúltima Diosa Olímpica y esposa de Zeus, Hera, aborda a sus enemigos en el Jardín de las Hespérides, también dentro del territorio de Jupiter. La Diosa Olímpica siente una gran decepción por las acciones de su madre Rea, quien ayudó a su bando en la era mitológica durante la Titanomaquia, por lo cual le pregunta si esas son sus verdaderas intenciones, a lo que la Titánide corrobora que ahora está entregada totalmente a su esposo Cronos, por lo que si es necesario confrontará y matará a todos los olimpicos aún cuando estos sean de su linaje, pues también quiere venganza por haber sido encerrada en el Tártaro junto a sus hermanos. Hera se encuentra inédita por las fuertes palabras de Rea y no tiene más opción que confrontarla, pero el suceso es interrumpido por Tea, quien tilda de ridícula a la Diosa por sus absurdos sentimientos. Posteriormente, Hera es retada y confrontada por Tea, mientras que sus otros 2 hermanos Titanes avanzan hacia el recinto de la máxima jerarquía en el Olimpo; haciendo caso a las precauciones de su esposo, la olimpica deja pasar a sus enemigos y se dispone a pelear a muerte con la Titánide. Hera entabla una conversación con Tea y le afirma que solo ellos tienen la facultad de someter a la humanidad, por lo que no permitirán que seres que fueron derrotados en el pasado ahora vengan a quitarles su posición; en respuesta a estas palabras, Tea simplemente se burla de la Diosa y se prepara para la batalla. La Titánide emplea su cosmos para lanzar ataques, pero estos no le llegan a la olímpica, quien simplemente se mueve para evitarlos; seguidamente, la Titánide usa uno de sus máximos recursos, la Elevación de la Noche, oscureciendo completamente el entorno para producir un enorme temor en su rival, pero esta no cae bajo este efecto y disuelve la técnica produciendo energía lumínica con su cosmos. Posteriormente, la Diosa ataca con ráfagas de energía y así doblega a su rival con su cosmos notablemente superior. Tea se encuentra en dificultades, y ahora Hera la ataca con su técnica Reafirmación del Dominio Divino para exterminarla, pero es salvada justo a tiempo por la llegada de la máxima figura de los Titanes, el Dios del tiempo Cronos, quien interfiere en el medio de la batalla deteniendo el ataque de la Olímpica.


El rey de los Titanes regaña fuertemente a su colega por mostrarse inferior y se dispone a acabar personalmente con la divinidad del Olimpo. Hera se sorprende como nunca antes por la aparición de su padre y antiguamente máximo enemigo, y aprovecha para comunicarle todo el odio que siente hacia él por el desastre que está causando y replicarle por su obrar maligno, recibiendo como respuesta por parte del Titán que todo lo que acontece es parte de un ajuste de cuentas por haberlo humillado. Luego, Cronos avanza lentamente hacia su hija y está última siente bastante temor por la presencia perturbadora del Titán, pero no se aflige y tampoco duda en ningún momento en continuar combatiendo, por lo que le dirige ataques cargados de cosmos a su enemigo pero estos son inefectivos a pesar de su enorme poder. Cronos se limita a recibir de lleno todos los ataques de la Olímpica y luego de un momento decide contraatacar con una violenta onda de cosmos que la manda a volar lejos produciéndole un considerable daño. Posteriormente, Hera se recupera y ataca con su Reafirmación de Dominio Divino, pero su rival no se inmuta y genera una guadaña con su soma, el legendario Megas Depranon, y anula esta técnica. Tras esta demostración, Hera está resignada a ser derrotada pero antes pretende al menos herir a su enemigo, por lo cual le dirige ráfagas de cosmos con todo su poder, pero su esfuerzo es en vano; luego de un momento, Cronos se cansa de recibir inútilmente ataques de Hera y procede a acabarla con su Lluvia de Caos, destruyendo completamente a la Diosa. Posteriormente, la deidad avanza para su encuentro con Zeus. Además, la muerte de la olímpica es percibida por el rey del Olimpo, lo cual deprime en gran proporción a este mismo.


Tras cruzar por todo el Olimpo, Hiperión y Rea logran llegar al Monte Olimpo, donde se encontrarán con el rey de dicho mundo, el todopoderoso Dios Zeus. El maximo olímpico se percata de la llegada de sus dos enemigos, por lo que se dirige a confrontarlos y derrotarlos para vengar el asesinato de los demás Dioses colegas. Al abordar a sus enemigos, Zeus se sorprende por el notable cambio de actitud de su madre Rea, quien ahora se ha unido a los intereses de Cronos a pesar de haber ayudado en su complot contra el Titán en el pasado; Rea no tiene intención de hablar con su hijo y solo se limita a mandarle una mirada cortante, mientras que Hiperión arremete contra el Olímpico afirmando que ha llegado el fin de su reinado y su existencia. Posteriormente, los dos Titanes dan apertura a la inevitable batalla atacando en conjunto respectivamente con el Vórtice del Sol y la Serpiente de Tierra para acorralar al Dios en primera instancia, pero este no se inmuta por sus poderes y simplemente los disuelve con la energía cósmica desprendida de su legendario Rayo, con el cual además propina una descarga eléctrica que deja bastante heridos a sus enemigos. Zeus abre un nuevo diálogo con sus rivales insistiendo en que su esfuerzo por tomar el Olimpo es inútil puesto que su derrota es inevitable ahora que él se encuentra custodiando el lugar, y posteriormente camina hacia las deidades para eliminarlas. Sorpresivamente, Hiperión se recupera y emplea el Vórtice de Ébano, produciendo un violento tornado que envuelve a Zeus para eventualmente destruir su cuerpo, y consigue con este ataque atraparlo, pero el poderoso Dios se libera de la técnica tras generar un haz de luz que absorbe el viento negro de dicho tornado; en ese momento, mientras Zeus está concentrado en su enfrentamiento con Hiperión, Rea ataca sorpresivamente con el Lagarto de Fuego, mandando a volar por primera vez al Dios. Los Titanes se preparan para efectúar una ofensiva definitiva mientras Zeus está aparentemente inconsciente, pero rapidamente son impactados por el Trueno Aniquilador del Cielo, dejándolos en un grave estado físico. Zeus reafirma su postura de victoria con bastante seguridad, y ahora ante la incapacidad parcial de sus enemigos el olímpico los provoca asegurando que los encerrará nuevamente como castigo, lo cual impulsa a los Titanes a atacar con sus habilidades ante la impotencia pero son repelidos por el Rayo de la deidad, siendo impactado y lastimados aún más.


Los Titanes van a ser derrotados indudablemente, pero para su suerte son salvados por la llegada de Cronos. Zeus se sorprende por el hecho de volver a ver a su peor enemigo histórico, lo cual le produce conmoción y nostalgia. El Titán no le dirige palabra alguna a su hijo, igualmente hace el Olímpico por un momento creando así suspenso, pero luego toma la iniciativa de hablar y le comunica a su temible enemigo que ganará esta guerra sin importar lo que suceda. Luego de un lapso de tiempo, Cronos responde a Zeus que su plan es absoluto y está dando fruto debido a que su ejército tiene completa ventaja, y sucesivamente decide atacar con el arma derivada de su soma, el Megas Drepanon, objeto con el cual causó la derrota de su padre Urano; en respuesta, Zeus emplea los ataques de su Trueno, pero estos no son suficientes y sale herido por la habilidad de su padre. Cronos continúa con la tanda de ataques pero en esta ocasión los mejora empleando su técnica Dinamis Megas Drepanon, con la cual extrae los brazos de su soma para realizar ataques con guadañas que posee en cada mano; de esta manera, el Titán acorrala al rey Zeus, quien intenta defenderse con un lanzamiento de relámpagos pero no es suficiente, y tras esto se dispone a asestarle el golpe letal con su guadaña, pero antes es repelido por el Dios del Cielo con un golpe directo de su legendario Trueno, consiguiendo lastimar bastante e incluso agrietar el resistente soma del Titán. Posteriormente, Cronos se recupera y es atacado de forma inmediata por Zeus con el Trueno Aniquilador del Cielo, pero el Titán logra desviar el rumbo de esta técnica efectuando el Control de los Fenómenos al  manipular el aire para dicho objetivo; Zeus persiste en prolongar los ataques con su Rayo para superar la técnica, sin resultado alguno, sin embargo el Olímpico se percata de que la debilidad de la técnica del Titán reside en su falta de efectividad para frenar ataques múltiples, por lo cual emplea el Descenso de Rayos Lumínicos, consiguiendo por fin sobrepasar la habilidad de su enemigo y además herirlo, aunque no significativamente. Zeus parece tener la ventaja por demostrar mayor jerarquía en el trascurso del combate, pero es atrapado por Hiperión y Rea en forma de espiritus, lo que le posibilita a Cronos marcar su destino. Al verse atrapado, Zeus reprocha al dúo de Titanes la ilegítima acción de inmovilizarlo y los tilda de cobardes, pero estos no se interesan por sus palabras. Finalmente, Cronos decide aplicar sobre su rival el Oráculo Perfecto para que sufra la maldición de Urano, la cual consiste en que la persona viva un infierno en vida, muera en el olvido y traicionado por sus allegados; para cumplir con dicha penitencia, el Titán cree preciso sellar el alma del Olímpico eternamente en los cimientos del Monte Olimpo como castigo por el sufrimiento que le hizo pasar a los 12 Titanes. Tal acción produce la derrota de la máxima deidad griega, lo cual es el último paso para que el Olimpo sea completamente dominado por los nuevos enemigos.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes;

Artemisa: 2.200.000
Hermes: 2.100.000
Afrodita: 2.000.000
Apolo: 3.000.000
Ares: 2.000.000
Hestia: 2.500.000
Demeter: 2.300.000
Hera: 2.600.000
Zeuz: 5.000.000
Mnemósine: 2.400.000
Jápeto: 2.100.000
Tetis: 2.100.000
Ceo: 2.800.000
Febe: 2.500.000
Crío: 2.000.000
Temis: 2.500.000
Oceáno: 2.300.000
Tea: 2.000.000
Hiperión: 3.000.000
Rea: 3.200.000
Cronos: 4.200.000

Mientras tanto, en la Tierra Atenea siente como paulatinamente se van extinguiendo los cosmos pertenecientes a los dioses olimpicos hasta que estos desaparecen por completo; por tal motivo, potencia al máximo la barrera protectora del Santuario. Dicha barrera permite que el cosmos de la Diosa y el de sus santos  no pueda ser percibido por el enemigo, con el fin de evitar una infiltración a dicho lugar, y además repele a cualquier persona que no posea cosmos de santo o afín. Paralelamente, ante la amenaza de guerra santa, Mayura se encuentra afuera del Santuario llevando a su hija Augustine a la casa de una amiga llamada Caroline, quien vive a las afueras del pueblo de Triberg en Alemania, donde está instaurado un lugar de entrenamiento para caballeros que fue dirigido por la santa años atrás, y debido a esto conoció a la mencionada chica y se hizo intima amiga de esta; el propósito de Mayura es mantener alejada a su hija de todo peligro mientras la situación se soluciona, pero esto le costaría caro.

-A la derecha Augustine y a la izquierda Caroline.

Los nuevos dioses dominantes, los Titanes, planean una invasión a la Tierra para rehacer su mundo ideal, pero primero deben encontrar a Atenea y obtener su cosmos divino para concluir la resurrección de Cronos. Como se había mencionado, la imprudencia de la Diosa de viajar al pasado produjo que Cronos aprovechará de su cosmos para liberar a los Titanes, pero ese proceso aún no ha finalizado y la instauración de la barrera lo estancó. Para volver a disponer de la Diosa, los Titanes, quienes se apoderaron de los ejércitos de los Dioses Olimpicos Fallecidos, envían a 3 Ángeles (guerreros del Olimpo) para solucionar la situación; la intención de estos nuevos guerreros es seguir cualquier cosmos poderoso que indique que puede tratarse de un santo, y en esta misión interceptan a Mayura.


Los ángeles se adentran a Triberg y empiezan a generar desmanes para llamar la atención de la guerrera, lo cual consiguen con éxito pues rápidamente la santa acude para defender a la población atacada por los enemigos. Mayura se encuentra con los 3 personajes y los manda a volar hacia una zona apartada efectuando una potente rafaga de energía, con el fin de evitar que los habitabtes del sector salieran afectados por la batalla, y posteriormente les pregunta quienes son, a lo que estos se presentan como Icaro, Odiseo y Teseo, ángeles al servicio de los Dioses. Mayura reta a los 3 enemigos a pelear con ella al mismo tiempo, pero estos sólo se burlan ante la imprudencia de la santa y luego Odiseo se ofrece a pelear afirmando que él será suficiente para asesinarla. La santa de Pavo se ofende ante la actitud egocéntrica del ángel, por lo cual se dirige furiosa hacia este para propinarle un golpe concentrando su cosmos, pero el guerrero emplea sus alas para esquivarlo sin dificultad alguna; Mayura continúa lanzando rayos ken hacia Odiseo sin parar, pero este los evade todos con su enorme velocidad sin recibir ningún daño, y posteriormente extiende su mano generando una serie de rayos ken que atacan a la plateada y la mandan al suelo. Mayura dimensiona el poder de su rival y ahora emplea las Alas Destellantes de Plumas Reales a máximo alcance, pero el ángel vuelve a evadir esta tanda de ataques y luego contraataca lanzando una poderosa onda de energía que destruye parte de la armadura plateada de su contrincante y la deja resentida por un tiempo; seguidamente, el ángel lanza una bola de energía que impacta en su rival y la deja fuera de combate por el daño producido en su cuerpo debido a su enorme nivel destructivo. La santa de plata no se rinde y se levanta para continuar la pelea empleando nuevamente las Alas Destellantes de Plumas Reales, pero Odiseo se manda hacia el ataque atraviesándolo fácilmente, y luego se prepara para atacar nuevamente pero Mayura realiza hábilmente un salto bastante alto y luego lanza su Aletazo Sagrado, mientras que el ángel también salta hacia ella para contrarrestar la técnica con un golpe de cosmos; luego del choque, la armadura de Mayura estalla en algunas partes y a la vez su cuerpo  resulta bastante herido en dichos sitios, mientras que Odiseo a penas sufrió  una herida en su hombro izquierdo y una pequeña grieta en la hombrera de su armadura glory. Odiseo pretende continuar atacando pero antes queda inmovilizado por el viento generado por Mayura, el cual utiliza para realizar la Ventisca de Pavo Real, pero para su sorpresa esta técnica es detenida en su trayecto por el ángel y luego es devuelta a la santa, quien queda en pésimo estado tras recibir esta poderosa técnica; sin embargo, Mayura no concibe como opción rendirse sin pelear hasta el final, y tras reincorparse realiza nuevamente su ataque supremo, pero nuevamente es devuelto. La arrasadora ventisca esta por impactar por segunda ocasión a la plateada, quien sin lugar a dudas morirá por esto, pero antes cae al piso inconsiente tras recibir un rayo de luz por la espalda; los ángeles se preguntan con incertidumbre que ha pasado, y en ese momento aparece otro ángel: DeathMask portando la glory de Aquiles. Odiseo le pregunta al nuevo personaje porque ha atacado a la santa, a lo que contesta afirmando que el objetivo encomendado es encontrar a Atenea, no asesinar a sus soldados; además, él les comunica a sus colegas que Mayura les será de mucha utilidad más adelante por si no pueden incursionar en el Santuario. Los 3 ángeles, pese a no estar de acuerdo totalmente con las palabras de DeathMask, finalmente aceptan retirarse. Posteriormente, el antiguo santo de oro cura los puntos vitales de su amada y luego la deja en la entrada del Santuario, y allí es hallada por Marin y Shaina, quienes le brindan auxilio.


Mayura es curada al interior del Santuario y luego de recuperarse informa a su Diosa todo lo sucedido. El hecho de que un solo ángel haya humillado a la santa más poderosa deja bastante angustiada a Atenea, quien no tiene más solución que aguardar dentro de la barrera mientras se idea un plan para atacar al enemigo; por su parte, Mayura le propone a la Diosa que le permita dirigirse al Olimpo sola para averiguar que esta pasando y a la vez enfrentar a los enemigos, mientras que ella y los demás santos se queden en el Santuario. Ante la propuesta de Mayura, Atenea no está completamente de acuerdo e insiste en que no vaya inútilmente pues será asesinada, y además ahora no tiene armadura puesto que esta ha sido destruida en su enfrentamiento con Odiseo; sin embargo, en ese momento la armadura de Cáncer llama a la santa y luego se ensambla en su cuerpo, aceptándola como la nueva santa de oro de dicha constelación. Atenea lo reconsidera y deja que Mayura haga posible su plan, por lo que esta ahora se dirige al territorio de los dioses.


Mayura cruza al Templo de la Luna, donde es abordada por un grupo de Satélites a las que vence en un instante. Al presentir el cosmos de la intrusa, Icaro, Odiseo y Teseo se dirigen a interceptarla. Los 3 ángeles encuentran a Mayura y la santa les pregunta el motivo por el que quieren la vida de Atenea, sin recibir respuesta; posteriormente, Odiseo se dispone a pelear para concluir con el combate anterior, pero la santa le advierte que necesitará el apoyo de sus otros dos compañeros para poder vencerla, pues ahora es más poderosa por portar una armadura dorada. Ante tales palabras, Odiseo furico se dirige volando con sus alas hacia su rival para golpearla, pero esta esquiva el ataque y luego le propina al ángel una potente patada que lo manda a volar; posteriotmente, Odiseo se levanta y dirige una bola de energía poderosa hacia la nueva santa de oro, quien la detiene con sus manos y luego responde con un golpe de cosmos, impactando nuevamente a su enemigo. Ante la nueva demostración de poder, Teseo e Icaro se integran a la batalla empleando sus poderes. Teseo emite un potente haz de luz el cual hace retroceder a Mayura, quien alcanza a cubrirse con sus antebrazos para contrarrestarlo, y sucesivamente Icaro emplea su electricidad para distraer a su rival, lo que aprovecha Teseo para mandarle otro de sus ataques que logra herir a la santa. Posteriormente, Mayura se recupera y responde a la ofensiva de sus enemigos dirigiéndose primero a Teseo, a quien le lanza las Llamas Demoniacas, pero el ángel ágilmente las detiene con su luz y luego ataca con su técnica Luz Celestial, produciendo un daño directo en el cuerpo de la guerrera, quien queda bastante aturdida; sin embargo, esto no es suficiente para Mayura, quien se recupera y luego ataca al ángel con las Alas Destellantes de Plumas Reales, dejándolo fuera de combate. Odiseo se reincorpora y se dirige junto a Icaro para enfrentar a la santa de oro. Icaro se eleva hacia el cielo y realiza su técnica Altitud Máxima, lanzando con esta rayos eléctricos que dañan seriamente a Mayura, pero esta persiste y logra propinarle un puñetazo al ángel en el abdomen, dejándolo bastante resentido; posteriormente, Odiseo entra en acción tratando de efectuar su técnica, pero antes es atacado por las Pinzas Doradas del Cangrejo emitidas por la santa, causando su derrota aparentemente. Luego de un tiempo, los ángeles se recomponen y se alistan para hacer un ataque final, el cual es iniciado por Teseo quien usa su Luz Celestial, pero este poder es inefectivo ante Mayura quien se dirige hacia el ángel, pero en ese momento aparece Odiseo e Icaro sorpresivamente para atacar y la santa de oro es mas hábil logrando asestarle un golpe a cada uno; posteriormente, Mayura dirige su mirada hacia Teseo y le lanza su Aletazo Supremo, el cual intenta ser detenido por el ángel pero no lo consigue, por lo que es derrotado luego de que esta técnica lo impacta. Tras acabar con Teseo, Mayura queda sin energías por lo cual Ícaro aprovecha para inmovilizar su cuerpo empleando su ken eléctrico y después Odiseo utiliza su técnica Impacto Legendario, dejando a la santa inconsciente y gravemente herida. Odiseo se dispone a matar a su rival, pero es detenido por Ícaro quien le recuerda que la santa es requerida por los dioses, por lo que debe continuar con vida por el momento.


Luego de perder en su feroz combate contra los ángeles, Mayura es encarcelada en la Prisión de la Luna, donde por órdenes de Artemisa (Mnemósine) empieza a ser torturada brutalmente. La Diosa le dice a la santa capturada que debe unirse a los ángeles para guiarlos en una toma al Santuario, petición que es completamente rechazada por lo cual la deidad no tiene más opción que ordenar a Icaro y Odiseo masacrar a la guerrera hasta convencerla. Mayura no cede y persiste en oponerse, por lo cual empieza a recibir los destructivos rayos de Icaro y los potentes golpes de Odiseo, y debido a esto su cuerpo está siendo lastimado de forma sangrienta. Mayura pasa dos días en la prisión de la Luna viviendo dicho castigo, y al tercero DeathMask intercede por ella para evitar que la sigan lastimando. El antiguo santo de Cáncer le pide a Artemisa (Mnemósine) que le permita ver a Mayura para tratar de persuadirla, pues es la mejor opción debido a que él conoce muy bien a la santa y sabe que ella preferiría morir antes que someterse a los deseos de sus enemigos; Artemisa (Mnemósine) acepta y le encomienda dicho deber al nuevo ángel Aquiles. DeathMask se presenta ante su amada, lo cual causa una enorme conmoción y júbilo en esta pero a la vez rabia y frustración ante el hecho de que el amor de su vida ha traicionado al bando de Atenea. DeathMask le explica a Mayura que debe unirse a él puesto que Atenea es enemiga de la humanidad y los Dioses, pero obviamente la santa lo rechaza con determinación; Aquiles le deja esa intriga a Mayura para que reconsidere pasarse a su bando, y se retira luego de dejarle algo de comida. Luego de 4 días, la Diosa ante la falta de resultados decide darle una última oportunidad a la santa o de lo contrario la asesinaría, y para esto se dirige junto a DeathMask, a quien le ordena que la sostenga para que ella le de el golpe final; el ángel Aquiles desesperado, le implora a Mayura que acate las ordenes de la Diosa, y finalmente la santa decide convertirse en ángel para invadir el Santuario. Debido a esta decisión, Mayura es liberada y recibe la glory de Atalanta, y ahora se dirige en compañía de DeathMask para acabar con Atenea, quien según su amado es la causante de la "pronta" resurrección de los Titanes que estaba por darse, por lo cual deben asesinarla cuanto antes para impedir este suceso negativo; al parecer, DeathMask está siendo engañado por los Titanes para tener disponible el cosmos de la Diosa de la Tierra nuevamente.


Mientras tanto, en el Santuario los santos de oro están bastante preocupados porque ha pasado una semana y su colega Mayura no aparece, por lo que deducen que ha sido eliminada; sin embargo, Atenea les dice que siente levemente el cosmos de la santa, por lo que no ha muerto. En el Santuario, se siente la llegada de dos cosmos bastante poderosos, por lo que todos los santos disponibles se dirigen a sus puestos de combate para repeler la amenaza. DeathMask de Aquiles y Mayura de Atalanta se adentran al Santuario sin tener dificultad con la barrera que lo protege puesto que sus cosmos son compatibles con el de un santo.


Ya al interior del Santuario, los dos ángeles son abordados por los caballeros de plata activos: Admes de Centauro, Haru de Can Mayor, Etho de Sagita, Rigel de Orión y Daidalo de Cefeo. Los 3 primeros santos son alumnos de Mayura, por lo que se impresionante bastante al ver a su maestra como una traidora. Aunque los plateados intentan detener el avance enemigo, estos no tienen nada que hacer y caen desmayados ante los ataques del dúo celestial.


El siguiente objetivo de los ángeles son las doce casas, donde son recibidos en el primer templo por Shaina de Aries y Marin de Piscis. Las santas de oro se sorprenden realmente al identificar a sus enemigos y no comprenden como los más valerosos caballeros en mucho tiempo ahora sirvan al bando contrario. Los ángeles no prestan atención a las palabras de sus ex-compañeras y solo afirman que vienen a acabar con Atenea, lo cual no deja más opción a las santas que combatir para detenerlos. Shaina y Marin atacan con la Garra del Trueno y Destello del Águila respectivamente, pero estas técnicas son anuladas fácilmente por Mayura, quien además responde con una onda de cosmos que manda a volar a las santas. Mayura intenta avanzar hacia sus dos rivales, pero es detenida en el trayecto por el Muro de Cristal de Shaina, pero este no es impedimento para ella y rápidamente lo destruye al conocer el punto débil de esta defensa. Shaina aún tiene como mantener la batalla y ataca con la Revolución Estelar, y además Marin se le une empleando las Rosas Piraña, pero estos ataques son contrarrestados por las Alas Destellantes de Plumas Reales de la guerrera angelical, y además está técnica consigue golpear a las santas. Las dos doradas vuelven a levantarse e intentan atacar nuevamente a Mayura, pero esta se burla del limitado poder de sus antiguas colegas y se acerca hábilmente hacia ellas para aplicar su Paralización, y posteriormente las deja fuera de combate proporcionando un ken a cada santa.


Los dos guerreros intrusos llegan hasta el Templo de Leo, donde son abordados por Ikki, el santo de oro guardián. Ikki de Leo no piensa tener la más mínima compasión con los enemigos, por lo cual los ataca de sorpresa con las Alas Ardientes de Fénix, pero DeathMask toma a Mayura de la mano y se teletrasporta junto a ella para evitar el impacto de dicha técnica. DeathMask se prepara para combatir y afirma que no tiene tiempo que perder en una pelea inútil, por lo que acabará rápidamente con el santo si se sigue oponiendo; como era de esperarse, Ikki sigue firme en su intención de detener a los ángeles, por lo que se dispone a pelear. Ikki emplea el Plasma Relámpago y alcanza con este a DeathMask, mandándolo a volar; posteriotmente, el ángel se levanta y se dirige al dorado para propinarle una tanda de golpes físicos, lograndolo herir bastante. Ikki no es vencido y ahora emplea su Puño Fantasma de Fénix consiguiendo paralizar a DeathMask, y sucesivamente se dispone a lanzar su Relámpago de Voltaje para rematarlo, pero antes interviene Mayura, quien le lanza un potente ken para detenerlo. Mayura piensa reemplazar a su colega en el combate, pues este se encuentra conmocionado tras recibir el ken ilusorio, pero el ángel se recupera en ese momento y se dispone a concluir la pelea; al parecer, DeathMask tuvo una ilusión donde renacía el sentimiento de desespero por no poder acompañar a Mayura luego de su sacrificio en el Muro de los Lamentos. El efecto de la técnica del santo de Leo no destruyó la mente de DeathMask,  sino que produjo bastante irá en él, por lo que ahora ataca con todo su poder al santo. DeathMask se dirige hacia Ikki y emplea rayos ken para atacarlo y herirlo de forma considerable, y en respuesta el dorado utiliza el Plasma Relámpago pero dicha técnica es esquivada con suma facilidad por el ángel, quien luego usa su Castigo Infernal para dejar fuera de combate al santo de Leo. Ikki cae al suelo derrotado, pero esto no es suficiente para DeathMask quien ahora se encuentra golpeando el cuerpo indefenso del santo para cobrar los malos recuerdos que despertó en él con su Puño fantasma, pero es detenido por Mayura puesto que no tienen tiempo que perder y su objetivo primordial es Atenea; por tal motivo, los ángeles se dirigen al siguiente templo aprovechando que Ikki ya no tiene como impedir su avance.


Los dos ángeles llegan al recinto de Shun de Virgo, quien con tono serio les ordena a los enemigos que se retiren del Santuario, pues no quiere lastimarlos; sin embargo, el dorado no es escuchado y ambos se disponen a pasar por su templo, pero antes son atrapados por el Tesoro del Cielo. Tras quedar encerrados en la máxima técnica de Virgo, los ángeles se encuentran totalmente indefensos, por lo que Shun los invita a recapacitar. DeathMask no escucha y eleva cosmos para liberarse de la técnica, pero antes es atacado junto a Mayura por el poder del dorado, y debido a esto uno de sus sentidos queda afectado. Parece que Shun ya no es tan sentimental como años atrás, por lo que ante la resistencia de sus rivales no tiene más opción que emplear la Invocación de Espiritus para aniquilarlos, pero DeathMask al manejar energía espiritual consigue realizar una explosión con la técnica del dorado y así destruye el Tesoro del Cielo; tras esto, DeathMask emplea sus Ondas Infernales para atrapar a Shun permitiendo el paso a Mayura por el sexto templo. El santo se encuentra sometido, pero elevando su cosmos está acabando con los espíritus que atan su cuerpo, y de esta manera consigue liberarse. Shun intenta contraatacar pero antes nuevamente es atrapado por las Ondas Infernales, pero en esta ocasión su energía cósmica es succionada hasta quedar completamente agotado, lo cual es permite al ángel Aquiles avanzar.


Mientras tanto, Mayura llega a la casa de Libra, encontrándose en este lugar al santo de oro Shiryu. El dorado mira fijamente los ojos de la guerrera y deduce que no tiene intenciones malignas, por lo cual le pregunta a esta que la motiva a querer tomar la vida de Atenea, recibiendo como respuesta que la Diosa debe ser asesinada por el bien de todos; a pesar de esta afirmación, Shiryu aún no cree que Mayura este revelando toda la verdad, y por tal motivo no la considera una enemiga, más sin embargo deberá confrontarla si no es sincera. Atalanta no piensa confesar el trasfondo de su incursión en el Santuario, por lo que se dispone a afrontar una batalla con el santo de Libra. Mayura avanza hacia el dorado pero es detenida por el lanzamiento del Escudo de Libra que la  obliga a esquivarlo, lo que la deja sin postura defensiva para que el santo emplee su Dragón Naciente, consiguiendo impactar a la guerrera angelical. Mayura se levanta y lanza un puñetazo, pero este es repelido por el dorado con los chacos de Libra lastimando así su puño, posteriormente el santo alista su tridente dorado y manda ataques hacia su rival, pero esta los esquiva y responde con el Aletazo Supremo, hiriendo bastante al caballero. Shiryu se reincorpora y emplea los Cien Dragones Supremos de Rozan cuando su contrincante estaba por cruzar hacia el siguiente templo, pero esta técnica es contrarrestada por las Alas Destellantes de Plumas Reales, que consiguen impactar y vencer al dorado.  Posteriormente, sin mas oposición del santo, el ángel de Atalanta sigue su camino junto a Aquiles.


Paralelamente, Shaina, Marin, Ikki, Shun y Shiryu se están recomponiendo y ahora avanzan por las doce casas para detener el trayecto de los dos ángeles. En la casa de Sagitario, el santo guardián Seiya espera al dúo enemigo para confrontarlo. Una vez llegan a este templo, Mayura empieza a culpar fuertemente a Seiya por toda la situación acontecida, haciendo referencia implicita a que Atenea cometió el error de viajar al pasado con el objetivo único de salvar su vida; el santo de Sagitario no comprende porque le recrimina de esa manera y solo se centra en evitar el avance de los intrusos. Mayura no piensa perder el tiempo en alguien tan insignificante e intenta avanzar, pero es atacada por los Meteoros de Pegaso, técnica completamente inefectiva ante la inigualable velocidad de la guerrera. DeathMask se añade a la conversación afirmando que el santo no tiene la más mínima posibilidad ante ellos, por lo cual le pide que desista y les permita avanzar, pero Seiya no se rinde y ataca en esta ocasión con el Trueno Atómico,  siendo esta técnica contrarrestada por una firme corriente de aire generada por Atalanta que posteriormente utiliza para propulsar al dorado hacia el techo de su recinto. Después de esto, Seiya se levanta y prepara un lanzamiento de flecha con su arco pero antes es atacado por algunos rayos ken de Mayura, mandando con estos a volar al dorado. Seiya vuelve a reincorporarse y usa en esta ocasión la Cometa de Pegaso, y Mayura sin actitud de seguir combatiendo inútilmente emplea las Pinzas Doradas del Cangrejo, dejando inconsciente al santo de Sagitario. Posteriormente, los ángeles avanzan y más adelante los demás santos de oro llegan al noveno templo y tras brindarle apoyo a Seiya se disponen a continuar su trayecto.


En la casa de Acuario, los traidores se encuentran con el último obstaculo antes de llegar con Atenea, el santo de oro Hyoga. Mayura y DeathMask entran al templo y de un momento a otro sus cuerpos empiezan a congelarse, pero esto no representa una amenaza para ellos por lo que se liberan del hielo que cubre su cuerpo elevando sus respectivos cosmos. Hyoga aparece y dice que dará su vida si es necesario con tal de destruirlos, a lo que Mayura confiada reta al dorado a que intente derrotarla y posteriormente avanza hacia este y lo impacta con rayos ken. El santo de Acuario se recupera del ataque y lanza su máxima técnica, la Ejecución Aurora, con la que consigue encerrar a Atalanta en un ataúd de hielo y aparentemente causa así su derrota, y ahora dirige su atención a Aquiles. Hyoga intenta atacar al ángel de la misma forma pero este último  hábilmente lo deja fuera de combate con un potente ataque de cosmos, y posteriormente destruye el ataúd con un poderoso golpe liberando así a su colega. Mayura se recupera y se dispone a terminar su combate contra el dorado, lo mismo hace este tras recuperar la consciencia; además, ella le pide a DeathMask que llegue con Atenea mientras tanto. El santo emplea su Ejecución Aurora pero en esta ocasión la guerrera detiene dicho ataque con el Aletazo Supremo, y posteriormente emplea una patada cargada de cosmos, dejando herido de gravedad al dorado. En ese instante, los demás santos de oro llegan al Templo de Acuario e interceptan a Mayura.


En primera instancia, los santos curan los puntos vitales de Hyoga salvando así su vida y luego Libra, Sagitario y Acuario se dirigen a detener el avance de DeathMask, pero Mayura los repele con sus ataques. Ante el enorme peligro que corre Atenea, Shun emplea su vapor nebuloso para inmovilizar a Mayura con el fin de que el mencionado trío dorado avance para proteger a la Diosa, mientas que el dorado de Virgo se queda junto a Leo, Aries y Piscis para confrontar a la guerrera de Atalanta. Mayura se intenta liberar del vapor pero no lo consigue y por su insistencia Shun no tiene más opción que atacarla con la Tormenta Nebular, pero la guerrera evade esta técnica empleando su habilidad de teletransportación. Ahora, Shaina y Marin se disponen a combatir, pero son rápidamente derrotadas por el ángel de Atalanta con unos cuantos golpes. Ikki se integra a la batalla y aplica su Puño Fantasma en la rival, provocando en esta una ilusión donde recordaba las torturas que sufrió en la Prisión de la Luna; mientras que Mayura se encuentra divagando por el ataque mental del dorado, Ikki y Shun aprovechan para lanzar sus respectivas técnicas, el Plasma Relámpago y la Bendición de las Tinieblas, consiguiendo impactar con todo el potencial de estas a su poderosa enemiga. Tras recibir completamente el poder de los ataques, Mayura queda tendida en el piso fuera de combate, pero luego de un momento se levanta sin recibir un daño considerable ante la sorpresa de los dorados; Atalanta explica que la armadura glory es mejor que una cloth de oro, por lo que le brinda una protección impenetrable a su cuerpo, y por esta razón no sucumbió ante el poder de las técnicas recibidas. Posteriormente, los dorados entienden que deben combinar sus habilidades para tener un chance de salir victoriosos. Los santos efectúan un ataque en conjunto iniciado por Ikki con las Alas Ardientes de Fénix, técnica que es detenida por Mayura con una sola mano al tener conocimiento sobre esta, y paralelamente Shun emplea su Tormenta Nebular, obligando a la guerrera a usar su Ventisca de Pavo Real, causando una violenta corriente de energía tras el choque producido que destruye casi completamente la casa de Acuario. Mayura comprende la enorme fuerza de voluntad de sus contrincantes, por lo cual se siente mal por pelear con estos pero al mismo tiempo debe vencerlos para apoyar a su colega, y por esto incrementa el poder cósmico de su ataque y de esta manera consigue superar la técnica de Virgo y derrotar al dúo dorado, más no los asesina por respeto a la valentía que demostraron.


Al mismo tiempo, en la casa de Piscis DeathMask es interceptado por Shiryu, Seiya y Hyoga, hecho que lo obliga a combatirlos. Imprudentemente, Seiya y Hyoga se dirigen a su enemigo para atacarlo y son alcanzados por las Ondas Infernales, técnica con la cual el ángel planea teletrasportar a los dorados a un lugar lejano para deshacerse de ellos, pero es interrumpido por el Dragón Naciente del santo de Libra, ataque que hace retroceder al enemigo. Shiryu le advierte a sus compañeros que tengan ciudado, pues su rival no es cualquier personaje, pero Seiya se rehúsa a escucharlo y vuelve al ataque con los Meteoros de Pegaso, pero el ángel no se inmuta con esta técnica y sucesivamente contraataca con un golpe de cosmos. Shiryu y Hyoga se centran en la realización de un ataque combinado con los Cien Dragones Supremos de Rozan y la Ejecución Aurora, y con esto consiguen congelar y destruir algunos lugares de la glory del guerrero Aquiles, quien responde con el Castigo Infernal dejando fuera de combate a los dos santos. Posteriormente, Seiya se reincorpora y toma de sorpresa a DeathMask por la espalda y aplica su técnica Destello Rodante de Pegaso, pero con esta técnica a penas logra afectarlo un poco; para concluir la pelea, DeathMask simplemente golpea un punto vital del cuerpo del santo de Sagitario, y de esta manera lo hace desmayar. En ese momento, Mayura alcanza a DeathMask y ambos siguen hacia la cámara del patriarca para encontrarse con Atenea, sin más obstáculos.


Atenea siente la llegada de los enemigos, por lo que se equipa con su armadura para un eventual confrontamiento. Una vez llegan los ángeles, estos se dirigen rápidamente con la intención de arrebatar la vida de la Diosa, pero son repelidos a causa del cosmos divino emitido por la deidad. Atenea les pregunta amablemente a los antiguos santos sobre los motivos que impulsan su accionar, pero no recibe respuesta y es nuevamente atacada, lo que la obliga nuevamente a repeler a sus rivales. Ante la insistencia de la Diosa por saber los sentimientos de los ángeles, Mayura con rabia confiesa la verdad y culpa a Atenea por su imprudencia; tras escuchar todo lo que sus acciones poco racionales han generado, Atenea pide perdón con bastante sinceridad a ambos guerreros  y les permite tomar su vida si eso significa la detención del renacer de los Titanes. Sin más que discutir, Mayura y DeathMask se disponen a acabar con Atenea, pero en ese momento son detenidos por la llegada de un cosmos poderoso y maligno: se trata de la Titánide Mnemósine en el cuerpo de Artemisa.


La deidad hace su aparición en la cámara del patriarca y destruye la barrera del Santuario; posteriormente, Mnemósine se presenta y relata la situación real que ha acontecido hasta el momento: el despertar de los 12 Titanes y la derrota de todos los Dioses Olimpicos. Tras asimilar las palabras de la Titánide, Mayura se siente furiosa por haber sido engañada y ataca desesperadamente a la enemiga, pero antes es impactada violentamente por una bola de energía emitida por la rival que destruye por completo la glory de Atalanta y deja herida de gravedad a la guerrera. DeathMask se dirige angustiado para auxiliar a su amada mientras que Atenea se prepara para combatir, pero antes Mnemósine se retira afirmando que ahora la existencia de la Diosa Olímpica no representa ninguna amenaza para ellos, y además le comunica que si desea enfrentar al nuevo imperio de Dioses deberá dirigirse al Olimpo, aunque le aclara que será inútil.


Aclaración: Los poderes de pelea son los siguientes;

Ikki leo: 29.000
Shun virgo: 28.000
Shiryu libra: 27.000
Seiya sagitario: 27.500
Hyoga Acuario: 27.000
Shaina de Aries: 18.000
Marin de Piscis: 17.000
Rigel de Orión: 13.500
Daidalo de Cefeo: 13.000
Admes de Centauro: 14.000
Haru de Can Mayor: 13.000
Etho de Sagita: 12.500
Mayura de Pavo Real: 32.000
Mayura de Cáncer: 36.000
Mayura de Atalanta: 38.000
DeathMask de Aquiles: 37.000
Icaro: 35.000
Teseo: 34.500
Odiseo: 36.000
Atenea: 1.000.000

Más tarde, los santos de oro se recuperan y llegan hasta la cámara de patriarca, encontrándose en dicho sitio a DeathMask curando los puntos vitales de Mayura y a la Diosa Atenea con un semblante de frustración total. Atenea les explica la situación a los dorados y afirma que tiene la intención de ir al Olimpo para combatir a los Titanes, y de esa manera poder vengar a los olimpicos fallecidos y corregir sus errores; dicha iniciativa es apoyada por todos los dorados y Mayura, pero DeathMask no piensa ayudar puesto que no se siente digno de ser un caballero a causa de la manipulación que sufrió por cuenta de los Titanes, sin embargo el ángel Aquiles es convencido por su amada. Atenea les advierte a sus subordinados que esta misión será la más peligrosa que puedan confrontar, por lo que seguramente todos morirían en el proceso; pese a esto, todos los guerreros aceptan combatir. Atenea se dirige hacia el Olimpo en compañía de DeathMask de Aquiles, Mayura portando la armadura de Cancer, Ikki de Leo, Shun de Virgo, Shiryu de Libra, Seiya de Sagitario y Hyoga de Acuario, cuyas armaduras han sido bañadas por la sangre de la Diosa; por otro lado, Shaina y Marin se quedan garantizando la seguridad del Santuario por si sucede un ataque por parte del enemigo.


El bando de la Diosa de la Tierra cruza al Templo de la Luna desde Star Hill, llegando al territorio perteneciente originalmente a Artemisa. Atenea prevé que los Titanes están posicionados en toda la extensión del Olimpo, por lo cual considera conveniente que los integrantes de su unidad de batalla se dividan para abarcar cada lugar del sagrado recinto. En razón a este veredicto, Mayura y DeathMask deciden quedarse a enfrentar a la Titánide ahora dueña de los aposentos de la Luna; mientras tanto, Atenea se encuentra con Hecate, quien le indica un pasadiso hacia el Templo de Mercurio y ahora se dirige a dicho sitio junto a los demás santos.


Mayura y DeathMask se adentran al Templo de la Luna, encontrándose en el camino a un batallón entero de guerreras satélites pertenecientes a la Guardia Real, quienes disparan flechas a los intrusos, pero su esfuerzo por detenerlos es inútil y son derrotadas por las Alas Destellantes de Plumas Reales de la santa de Cáncer. Inmediatamente, sale al combate las salélites de la Unidad de Combate, quienes habilidosamente lanzan flechas invisibles a sus rivales, pero estos las evaden haciendo uso de su teletransportación; posteriormente, Mayura y DeathMask mandan rayos ken a las guerreras, pero estas efectúan una sólida defensa con el lanzamiento de innumerables flechas y consiguen repeler dichos ataques, además de que hieren un poco en brazos y piernas a los santos con dichas armas. Las salélites pretenden realizar otro ataque pero antes son capturadas por las Ondas Infernales de DeathMask y ahora sus espíritus están siendo destruidos, pero son salvadas por su lider Lascoumoune, quien lanza sorpresivamente una flecha al ángel Aquiles la cual se incrusta en su hombro y lo desconcentra en la realización de su ataque.


Lascoumoune se presenta como la satélite más poderosa al servicio de Artemisa, y advierte al dúo enemigo que no se escaparán de la muerte ahora que se han encontrado con ella. Mayura se burla de la prepotencia de la satélite y se dispone a combatirla para demostrar quien es el que se encuentra en problemas. Sin más que hablar, Lascoumoune emplea su Crimson Viper mientras que Mayura utiliza el Aletazo Supremo para contrarrestar esta técnica y acabar a su oponente; la satélite alcanza a evitar la mayor parte del ataque enemigo, por lo que solo una parte de su armadura resulta destruida, mientras que la flecha en forma de serpiente logra clavarse en el pecho de la santa de oro, pero solo la hiere levemente puesto que alcanzó a detener su trayecto. La santa le reconoce a su rival el mérito de causarle daño, pero afirma que será la última vez que lo consiga puesto que ya sabe como detener su técnica. Mayura se acerca sigilosamente hacia Lascoumoune para atacarla con golpes físicos, y a la vez la satélite lanza nuevamente su Crimson Viper pero en esta ocasión su efecto es distinto puesto que ahora se manifiestan diversas serpientes que se dirigen hacia la santa; con el fin de evadir este nuevo ataque, Mayura se teletrasporta pero las flechas la siguen a donde quiera que vaya, complicándola bastante. Mayura no sabe como responder y está a punto de recibir completamente está técnica, pero DeathMask interviene destruyendo las flechas con rayos ken; por esta acción, la santa de Cáncer se molesta bastante con Aquiles por intervenir y ahora se dispone a finalizar la batalla. Lascoumoune emplea la versión mejorada de su Crimson Viper y Mayura usa las Alas Destellantes de Plumas Reales, a lo que la satélite afirma que ningún truco puede alcanzar a sus flechas, más sin embargo dichas armas estan siendo destruidas puesto que la técnica de la santa posee una velocidad infalible, por lo que nada puede escapar de su alcance; finalmente, este ataque impacta a Lascoumoune y causa su derrota. Antes de morir, la satélite reconoce a la santa como una auténtica e invensible guerrera.


Tras la derrota de Lascoumoune, las satelites de la Unidad de Comando se encuentran bastante asustadas, pero su espíritu de lucha aún no ha sido doblegado por lo que atacan a los dos guerreros atenienses, pero rapidamente son eliminadas por DeathMask. Posteriormente, a su encuentro sale Calisto, principal sirviente de Artemisa y comandante de las Satélites, y en nombre de su Diosa jura derrotar a los intrusos; por estas palabras, Mayura queda confundida y le insiste a Calisto que recapacite, puesto que su Diosa ha sido derrotada y ahora Mnemósine ocupa su lugar. Calisto no escucha e inmediatamente crea una onda de cosmos que manda a volar a ambos enemigos, quienes tras recibir el impacto comprenden que su rival es bastante poderosa, por lo cual deben unir fuerzas para combatir. Mayura utiliza su Aletazo Supremo y DeathMask complementa el ataque colectivo empleando el Castigo Infernal, pero estas técnicas son superadas por una rafaga de energía que resiene bastante a ambos guerreros. En su segundo intento, Mayura y DeathMask unen fuerzas para atacar con las Pinzas Doradas del Cangrejo, técnica que intenta ser detenida por Calisto con un ken emitido desde su báculo, pero su esfuerzo es inútil y dicho instrumento es destruido por la potencia del ataque de los atenienses; en respuesta, Calisto emite multiples rafagas de energía doblegando así a sus enemigos. Finalmente, el dúo efectua una nueva ofensiva en conjunto iniciada por Mayura con la Paralización, consiguiendo destruir los nervios de Calisto, y finalizada por DeathMask con las Pinzas Doradas del Cangrejo, acabando así con su contrincante. Antes de sucumbir, Calisto le encomienda a los guerreros la venganza por la muerte de su Diosa lo cual deja asombrados a estos por el cambio repentido de actitud por parte de esta personaje.


Mayura y DeathMask continuan su recorrido hacia el recinto principal en busca de Mnemósine y son interceptados por viejos enemigos de la santa, los ángeles Odiseo e Ícaro; como parte de su venganza por todo lo que estos personajes le han hecho sufrir, Mayura le pide a su colega que avance para poder mantener un confrontamiento a solas, lo cual acepta el ángel de Aquiles. Mayura le asegura a sus rivales que desde el principio no va a tener compasión con ellos y se dispone a realizar una feroz ofensiva, pero antes es interrumpida por un recuerdo de la tortura vivida en la Prisión de la Luna, lo cual la desconcentra en su batalla; al parecer, lo que está presenciando la santa de oro es un efecto posterior provocado por el Puño Fantasma de Fénix recibido con antelación. A causa de dicho recuerdo, Mayura se desconecta de su entorno, y esto es aprovechado por los ángeles para atacarla; Ícaro envuelve todo el cuerpo de la santa con rayos eléctricos para infringir daño en esta, mientras que Odiseo lanza numerosas bolas de energía que impactan en su rival. Mayura está siendo doblegada paulatinamente, pero por su bien logra reaccionar a tiempo para liberarse de dicho sufrimiento tras despejar su mente por completo; posteriormente, la santa de Cáncer propina una tanda de rayos ken a sus enemigos lastimando y desgastando bastante a estos. Tras comprender que la santa ha vuelto a su estado normal, los ángeles alistan una ofensiva definitiva para acabar con esta difícil rival; para dicho plan, Ícaro emplea su Altitud Máxima pero Mayura repele el poder eléctrico de dicha técnica generando una barrera defensiva con su cosmos, y sucesivamente Odiseo se propulsa con sus alas hacia la santa para aplicar su Impacto Legendario, pero la guerrera detiene dicho ataque con sus manos y apenas es empujada hacia atrás por este. Ahora Mayura inica su contraataque dirigiéndose hacia Ícaro, quien intenta detener el rumbo de su rival lanzando su ataque de electricidad, pero este no surte efecto en ella y luego ataca al ángel con el Castigo Infernal, dejándolo temporalmente fuera de combate; sucesivamente, la guerrera de Cáncer envía su Aletazo Supremo hacia Odiseo, pero este lo detiene y eventualmente lo devuelve, sin embargo la santa lo evade y luego sujeta con firmeza al ángel por detrás para impactarlo con la misma técnica, infringiendo bastante daño en él. Poco tiempo después, los ángeles se reincorporan a la pelea y efectúan una nueva técnica en conjunto llamada Relámpago Devastador, la cual golpea a la santa pero no le infrinde daño considerable. Como última acción, Mayura no vascila en atacar con su Ventisca de Pavo Real a máxima potencia, y con el fin de detener su acción Odiseo intenta regresarla a su dueña, pero en esta ocasión la potencia de la corriente de aire generada es incontrolable para el poder del ángel, por lo que finalmente los temibles enemigos son derrotados tras ser arrollados por esta efectiva técnica. A la vez que los ángeles caen vencidos, Mayura siente como el Relámpago Devastador recibido comienza a destruir su cuerpo desde el interior, por lo cual empieza a agonizar; paralelamente, DeathMask siente como el cosmos de Mayura de desvanece pero decide seguir adelante y confiar en las habilidades de su compañera. Mayura está resignada a morir pero al menos se siente satisfecha por haber acabado con sus enemigos, y en ese momento Odiseo se levanta con sus últimas fuerzas y se dirige hacia la santa de oro para curar todo el daño provocado por su técnica; tras recuperarse, Mayura le pregunta al ángel porque realizó dicha acción, recibiendo como respuesta la revelación de que los integrantes de los ejércitos pertenecientes a los Dioses Olimpicos fallecidos están siendo controlados por la voluntad de Cronos, por lo que él y sus compañeros nunca quisieron obrar de la forma en que lo hicieron. Antes de morir, Odiseo le pide perdón a Mayura por hacerla sufrir y le encomienda que libere al Olimpo de la tiranía impuesta por los Titanes.


Mientras tanto, DeathMask de Aquiles finalmente se encuentra con la Titánide  Mnemósine, a quien le reprocha por su osadía de manipular el cuerpo de Artemisa. La Titánide se molesta con el ángel por su impertinencia para con ella y lo tilda de estúpido por no aprovechar la oportunidad de servir a los nuevos Dioses del Olimpo; DeathMask responde diciendo que su ideario es de justicia y rectitud, por  lo cual acabará con todo mal que amenace la Tierra. En aras de no perder más tiempo, DeathMask ataca a la deidad con las Pinzas Doradas del Cangrejo, pero su técnica es anulada por ella empleando su hacha, la cual utiliza posteriormente para destruir el brazo izquierdo de la glory de Aquiles, hiriendo a la vez al ángel en esta parte del cuerpo. DeathMask se recupera y planea otro ataque, pero antes Mnemósine le aplica un ken de control mental para enloquecerlo, pero su intención es interrumpida por la  aparición de Mayura de Cáncer.


Mayura salva a DeathMask lanzando un ken a la deidad para distraerla, y luego se prepara para unir fuerzas con su colega con el fin de enfrentar a la rival. Mnemósine nuevamente invoca su soma para formar una hacha con el fin de destruir a los intrusos, pero los ataques que realiza con esta arma son esquivados por los dos guerreros, quienes sucesivamente contraatacan con un ataque unido de las Llamas Demoniacas, obligando a la Titánide a separarse del cuerpo de Artemisa para evitar que dicha técnica dañara su alma. Por primera vez, Mnemósine se presenta en su forma original y ahora efectúa una ofensiva con su técnica Penitencia del Tártaro para destruir la mente de sus contrincantes, y DeathMask se sitúa en frente de Mayura para recibir todo el poder de dicho ataque, salvando así a la santa; tras recibir esta técnica, el ángel cae al piso inconsiente y según palabras de la deidad moriría en poco tiempo. La santa de oro ataca desesperadamente a su enemiga con la Ventisca del Pavo Real, pero dicha técnica no funciona y posteriormente Mnemósine contraataca con una potente onda de cosmos, dejando a la santa fuera de combate.


Mayura se encuentra temporalmente fuera de sí, y mientras tanto se motiva al recordar a su hija Augustine y la necesidad de velar por su futuro, por lo que sin intención de rendirse se reincorpora a la batalla y eventualmente eleva su cosmos al máximo punto, consiguiendo así despertar la armadura divina de Cáncer. Mnemósine se sorprende por la trasformación que sufrió la santa, pero sigue confiada pues su poder es indudablemente inalcanzable por ser una diosa principal. La Titánide le dirige a Mayura un ataque con su hacha, pero la santa lo esquiva y responde con las Alas Destellantes de Plumas Reales, mandando a volar a la deidad. Mnemósine se levanta un poco lastimada y soberbia eleva su cosmos al límite para volver a atacar, pero Mayura nuevamente evade el ataque y lanza un potente golpe de cosmos al arma de su rival, consiguiendo agrietarla. Esta demostración sorprende verdaderamente a la Titánide, quien se pregunta cómo una simple santa de oro puede rivalizar con su poder cuando ella ha acabado con una Diosa Olímpica, a lo que la guerrera de Cáncer contesta que realmente el poder de la Diosa no está intacto; al parecer, en su batalla contra Artemisa la Titánide resultó herida por el ataque basado en el lanzamiento de flechas que efectuó la Diosa, por lo cual su poder se redujo significativamente, y además al entrar en el cuerpo de la Diosa de la Luna su alma quedó sellada, por lo cual nunca se recompuso del daño recibido. Luego de comprender su limitación, Mnemósine se encuentra bastante molesta y desesperada, por lo cual emplea su máxima técnica, las Tinieblas de Desesperación, la cual consiste en controlar mentalmente al enemigo para producirle una muerte lenta y dolorosa; Mayura parece haber caído bajo los efectos de este ataque, pero resulta que la santa lo evitó creando una defensa espiritual alrededor de su cuerpo por medio de las Ondas Infernales. Posteriormente, Mayura emplea su máximo recurso, la Ventisca de Pavo Real, atrapando a la Titánide, más sin embargo no consigue aniquilarla debido a que el soma protege su cuerpo. Mnemósine empieza a disipar la violenta corriente de aire con su cosmos y de esta manera se está liberando de la técnica, pero Mayura tiene un último truco y ahora intensifica su ventisca para efectúar una nueva variación de su ataque, el Huracán Sagrado, y finalmente asesina a la Titánide. Gracias a su victoria, DeathMask se libera del efecto de la Penitencia del Tártaro. Antes de retirarse de dicho lugar, el espíritu de Artemisa se manifiesta frente a los guerreros y les agradece por haber derrota a su verduga. Además, la fallecida Diosa de la Luna se acerca a Mayura y le advierte que deberá despertar el noveno sentido, la esencia divina que posee un Dios, si quiere derrotar a los demás Titanes, y también le dice que la protegerá como retribución por lo que hizo.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Mayura de Cáncer: 38.000
Mayura de Cáncer cloth divina: 380.000
DeathMask de Aquiles: 37.000
Satélites Guardia real: 7.000 a 10.000
Satélites Unidad de Comando: 14.000 a 17.000
Lascomoune: 26.000
Calisto: 39.000
Ícaro: 35.000
Odiseo: 36.000
Mnemósine en cuerpo de Artemisa: 355.000

Al mismo tiempo, Atenea y los 5 santos de oro se aproximan al Templo de Mercurio perteneciente a Hermes pero son detenidos por un escenario de ilusión instaurado para evitar el paso de cualquier persona ajena. Al entrar a la ilusión, la Diosa y los dorados quedan atrapados en un laberinto infinito, y tras recorrer sin rumbo alrededor de este encuentran una posible salida, pero al intentar cruzarla son violentamente atacados. Luego, los atenienses se encuentran supuestamente con Hermes, pero en realidad se trata de una silueta. Ikki y Shun se acercan a la figura de la deidad para atacarlo, pero antes son embestidos por un gran poder y tras esto los santos caen desmayados; posteriormente, Atenea se percata de que será inútil tratar de pasar, por lo cual idea un plan para romper con la Ilusión. Finalmente, Atenea se arriesga por cruzar sobre el cuerpo de Hermes con los ojos cerrados; al parecer, la ilusión es inefectiva cuando la persona despeja todas las dudas que reside en su corazón y se atreve a avanzar sin miedo a pesar de la advertencia de ser repelido. Atenea consigue entrar al Templo de Mercurio, y tras conocer esto, los santos de oro repiten esta acción e igualmente consiguen sobrepasar el efecto ilusorio.


Una vez se adentran al Templo de Mercurio, Ikki decide quedarse a confrontar al Titán que ahora custodia este lugar con el fin de que los demás santos y la Diosa continúen avanzando; sin embargo, Shun quiere quedarse también para luchar al lado de su hermano, lo cual aprueba Ikki sin mucha complicación. Ikki y Shun avanzan por el mencionado lugar y se encuentran con 2 ángeles del Olimpo: Menelao y Agamenon; para combatir, cada santo decide enfrentar a un enemigo.

Ikki direcciona su técnica Plasma Relámpago para atacar a Menelao, pero el ángel interrumpe esta acción lanzando ágilmente un puño que impacta en el pecho del santo. Ikki ha sido lastimado bastante en su pecho, por lo cual se resiente por un momento, y esto es aprovechado por Menelao para propinarle una tanda de potentes puñetazos que dejan totalmente aturdido y vencido al dorado. El santo de Leo se reincorpora con algo de dificultad y ahora emplea su Relámpago de Voltaje, pero el ángel lo detiene con una mano y posteriormente se dispone a realizar su técnica Golpe Secreto de la Destrucción, con la cual causa daños considerables en la armadura dorada de su rival y le produce un daño bastante crítico. Menelao se dirige hacia el cuerpo sin energía de Ikki y comienza a golpearlo para asesinarlo, pero antes de conseguirlo el santo logra encajarle un potente ken a su enemigo para apartarlo. El dorado se reincorpora ahora con su cosmos más elevado y se dispone a terminar con el combate. Menelao lanza nuevamene su Golpe Secreto de la Destrucción, pero para su sorpresa Ikki lo rechaza con el Relámpago de Voltaje y además consigue destruir el poderoso puño del ángel. Menelao aún no asimila como su inigualable puño ha sido destrozado y ahora furioso se dirige a Ikki para acabarlo, pero en ese momento es derrotado al recibir las Alas Ardientes de Fénix, siendo incinerado por dicha técnica.


Paralelamente, Shun se enfrenta al otro ángel Agamenon. El ángel pretende realizar una ofensiva contra el dorado, pero este último antes lo atrapa en la defensa del Tesoro del Cielo, lo cual le impide al guerrero del Olimpo atacar. En esta ocasión, Shun no pretende ser misericordioso por lo cual no duda en disponerse a atacar, pero antes es inmovilizado por un espiral de rayos cósmicos emitido por el ángel, quien posteriormente aplica una descarga eléctrica en el dorado para destruir el efecto de su técnica. El santo de Virgo se recupera y ahora intenta atacar pero antes es impactado por la Centella del Trueno de Agamenon, técnica que produce una explosión al impactar al dorado y deja a este fuera de combate. El ángel se dirige a asestarle el golpe final a su rival, pero es detenido por un plano ilusorio creado por el dorado, quien tras reincorparse ataca con la Invocación de Espiritus, pero a pesar de alcanzar a su enemigo no consigue más que herirlo un poco. Agamenon se burla del limitado poder de su enemigo y vuelve a atacar con su Centella de Trueno, pero Shun crea un campo de energía para defenderse y logra neutralizar el ataque. Posteriormente, Shun eleva su cosmos alcanzando un pre nivel de la cloth divina, por lo cual ahora su poder rebasa al del ángel, hecho que intimida bastante a este último. Agamenon lanza su ken eléctrico pero este es ineficaz y Shun contraataca con la Bendición de las Tinieblas, aniquilando de esta manera a su enemigo.


Tras derrotar a los poderosos ángeles, Shun e Ikki avanzan por el Templo de Mercurio y se encuentran con Hermes, pero en realidad se trata de Jápeto, quien ha robado el cuerpo del olímpico tras derrotarlo. Los santos de oro realizan un ataque combinado empleando el Plasma Relámpago y la Bendición de las Tinieblas, pero el Titán no se inmuta y responde con su técnica Ofensiva de Caos, con la cual emite una poderosa rafaga de energía a partir de su espada que golpea a sus contrincantes, destruyendo casí por completo sus armaduras doradas a la vez que quedan en un estado deplorable. El alma de Jápeto se desprende del cuerpo de Hermes y se materializa en su forma original, y sucesivamente se dispone a rematar a los dorados empleando su soma en forma de espada, pero el ataque es detenido por el campo defensivo de Shun, quien tras recuperarse logró despertar su cloth de oro divida. Ahora teniendo recursos para rivalizar con su oponente, Shun se manda al ataque con la Invocación de Espiritus, pero esta técnica es neutralizada por el Titán creando un portal dimensional con su Corte de Espacio, y luego emite a través de este una serie de meteoritos que están a punto de embestir al dorado, pero estos son destruidos por el Plasma Relámpago de Ikki, quien igualmente pudo despertar su cloth divina. Ikki utiliza el Relámpago de Voltaje y Jápeto intenta detenerlo por medio de su espada, pero su objetivo no puede ser concluido y aunque logra repeler la técnica de su contrincante no consigue detener completamente su poder, por lo cual el Titán resulta herido. Posteriormente, el santo de Leo aplica sobre su rival el Puño Fantasma de Fénix y provoca una ilusión en este donde el Titán, tras acabar con Hermes, es destruído en su totalidad por los ataques del Dios Olímpico; Jápeto recupera la consciencia y se dispone a acabar a los santos con la Ofensiva de Caos, pero estos esquivan el ataque en razón al conocimiento sobre este y luego contraatacan con sus respectivas técnicas, la Bendición de las Tinieblas y el Plasma Relámpago, mandando al volar al Titán. Jápeto se recupera rápidamente y desprestigia el alcance de poder de sus enemigos, pero en ese momento de su cuerpo surgen bastantes heridas y su soma estalla en diversos sitios sin mayor razón; al parecer, se trata del daño que infringió Hermes en él y que hasta ahora está manifestándose. Tras ver esto, Ikki le afirma a Jápeto que no está en condiciones para pelear equitativamente contra ellos, lo cual rechaza con determinación el Titán, quien afirma ser superior a los dorados pese a su limitación de poder. Posteriormente, Shun encierra a Jápeto en su Tesoro del Cielo, pero la deidad se libera creando una abertura dimensional para salir de esta técnica y luego emplea su soma en forma de arma para atacar al dorado de Virgo con las Espadas de Seis Astros, hiriéndolo de gravedad. Sucesivamente, Ikki se integra a la batalla y el Titán ahora dirige su atención hacia el santo para efectúar su Invocación del Hecatonquito, convocando a una de estas figuras mitológicas con el fin de acabar con el dorado. El Hecatonquito avanza hacia Ikki y consigue golpearlo con ataques físicos, lo cual obliga al santo a utilizar su Plasma Relámpago para apartar al enemigo; en vista de las habilidades de Leo, Jápeto convoca otro Hecatonquito  y ahora ambos atacan brutalmente al santo lastimándolo en medida desproporcionada, más sin embargo Ikki no se rinde y extermina a sus dos rivales con las Alas Ardientes de Fénix. Por último, Shun se recompone e inmoviliza al Titán con su vapor nebuloso, del cual no consigue liberarse aunque realice cortes con su espada, y eventualmente lo ataca con la Tormenta Nebular, e Ikki lo remata con las Alas Ardientes de Fénix a toda potencia, terminado así con la vida del enemigo tras ser impactado por el poder de ambas técnicas. El Titán se encuentra agonizando y antes de morir les advierte a Ikki y Shun que no saldrán con vida; tras esto, los santos sienten el agotamiento en su máximo nivel y el estado crónico de salud en que se encuentran, por lo que probablemente mueran en poco.


Ikki y Shun caen al suelo completamente desgastados, lo cual es una situación desfavorable para ellos ante la aparición de un nuevo rival, el Gigante Ladón; tal parece que los Gigantes, tras la desaparición del Tártaro, han quedado en libertad y ahora sirven a los Titanes, más sin embargo su resurrección no está finiquitada. Ladón posee un cosmos bastante restringido puesto que su alma no ha despertado por completo, igualmente sucede con los demás Gigantes, pero su actual poder es suficiente para aniquilar a los indefensos santos. Ladón comienza a torturar a los dorados, pero antes de lograr asesinarlos es atrapado por el vapor nebuloso que Shun generó con su efímero energía, más sin embargo este no es suficientemente poderoso como para detener los movimientos del Gigante; posteriormente, Ladón disipa el vapor y realiza su técnica Cerca de Dragón, envolviendo al santo de Virgo en materia cosmica destructiva que causa la desintegración de su cuerpo. Tras presenciar la muerte de Shun, Ikki con impotencia quiere vengar su muerte pero no le es posible debido a su actual estado, sin embargo no piensa dejar con vida al Gigante por lo que emplea sus últimas fuerzas para sujetar a su enemigo por atrás y luego incinerarse junto a él, consiguiendo derrotarlo. Inmediatamente, los demás santos y Atenea sienten la desaparición del cosmos de Ikki y Shun, y lamentan su muerte, más sin embargo aseguran que su sacrificio no será en vano puesto que los Titanes caerán cueste lo que sea.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Ikki de Leo: 31.000
Ikki de Leo cloth divina: 310.000
Shun de Virgo: 30.000
Shun de Virgo cloth divina: 300.000
Menelao: 35.000
Agamenon: 34.500
Jápeto en cuerpo de Hermes: 335.000
Ladón: 38.000

Mientras tanto, Mayura y DeathMask incursionan en el Templo de Mercurio, quedando atrapados en la ilusión instalada. La silueta del Titán Jápeto se presenta ante los guerreros, lo cual deja perplejos a los mismos puesto que significaba que el sacrificio de Ikki y Shun no sirvió de nada. Mayura intenta atacar a la ilusión, pero es brutalmente repelida. Posteriormente, DeathMask utiliza sus Ondas Infernales pero estas son inefectivas, y gracias a esto el ángel deduce que se trata de un efecto ilusorio, pues de lo contrario su técnica espiritual habría atrapado al enemigo, aun cuando se tratara de un ser divino. Por último, DeathMask toma de la mano a Mayura y ambos se impulsan hacia la ilusión, consiguiendo salir de esta. Ya en el Templo de Mercurio, el dúo ateniense percibe el último rastro de cosmos de los dorados fallecidos y aprovechan para despedirse de ellos.

Por otro lado, los súbditos de Atenea y su Diosa están por cruzar hacia el Templo de Venus, pero al intentarlo caen en un hueco dimensional donde empiezan a vivenciar los mejores momentos de su vida, y al concebirlos como realidad inmediata quedarían atrapados eternamente en esta realidad alternativa. En ese momento, Atenea recibe la ayuda del espíritu de la Diosa Afrodita para volver al Templo de Venus, y luego la deidad fallecida le encomienda a su homóloga la liberación del Olimpo. Posteriormente, Atenea emplea su cosmos para mandar un mensaje de motivación a sus santos de oro de seguir luchando hasta el final, y por tal razón logran rechazar sus recuerdos íntimos y volver al territorio divino. En esta oportunidad, Shiryu y Hyoga se quedan en el mencionado recinto para confrontar a todos los enemigos que residen allí, mientras que Seiya y Atenea avanzan al siguiente templo.


Poco después de recorrer por el Templo de Venus, los santos de oro son abordados por el Gigante León de Nemea, quien a pesar de tener un cosmos drásticamente reducido es superior a los intrusos. El Gigante posee una formidable fuerza y velocidad, características suficientes para doblegar a los dorados. Shiryu y Hyoga atacan respectivamente con el Dragón Naciente y el Polvo de Diamante, pero dichas técnicas son esquivadas por León de Nemea, quien luego contraataca con numerosas ráfagas de cosmos para desgastar progresivamente a sus rivales. Hyoga no se rinde y se dispone a continuar atacando sin cesar, pero Shiryu lo detiene y le avisa que será imposible derrotarlo a menos que descubran su punto débil, más sin embargo el santo de Acuario no cree que eso sea lo más conveniente y emplea su Ejecución Aurora, pero el Gigante la evade sin problemas, más sin embargo su pierna derecha alcanza a ser congelada, lo cual lo debilita un poco; debido a esta demostración, Shiryu deduce que el enemigo es vulnerable cuando se encuentra inmovilizado, por lo que le ordena a Hyoga que lo congele para que él lo pueda rematar. León de Nemea se acerca a los dorados para atacarlos y es atrapado por la trampa planeada por ellos; Hyoga emplea su Polvo de Diamante congelando la primera capa del cuerpo del Gigante, lo cual es suficiente para que Shiryu le propine el Dragón Naciente, causándole la muerte.


Más adelante, los santos son interceptados por dos ángeles del Olimpo, por lo cual cuadran enfrentamientos uno contra uno. El ángel Eneas confronta a Shiryu, atacándolo en primera medida con una tanda de rayos ken que embisten al santo y lo mandan a volar. Posteriormente, Shiryu se levanta y contraataca con su Dragón Naciente, pero dicha técnica es neutralizada por el ángel, quien responde con rayos ken que impactan al dorado aunque este intenta protegerse con su escudo de Libra. El santo de Libra ahora emplea sus chacos para lanzar un ataque, pero el ángel repele esta arma con una onda de cosmos veloz, logrando además propulsar lejos al dorado. Tras esto, Eneas realiza su técnica Prisión de Limbo Etéreo, desprendiendo el espíritu de Shiryu de su cuerpo dejándolo temporalmente sin signos vitales; sucesivamente, el ángel se dispone a eliminar el cuerpo inerte del dorado, pero antes es retrocedido por un cosmos gigante que se desprende del santo. Eneas no comprende lo que sucede, pues el cosmos de Shiryu está incrementando exponencialmente a pesar de haber sido alcanzado por su técnica, y posteriormente el espíritu de Shiryu vuelve a unirse a su cuerpo, con la diferencia de que ahora el santo ha despertado su cloth divina. El ángel no desiste y vuelve a atacar, pero rapidamente es aniquilado por el Dragón Naciente de Shiryu.


Paralelamente, Hyoga es abordado por el ángel Edipo. El santo de Acuario inaugura la batalla atacando con el Polvo de Diamante y el ángel detiene esta técnica creando una capa de cosmos ardiente en sus manos. Al saber que la habilidad de su rival es contraria a la suya, Hyoga inicia un ataque basado en golpes de aire congelante, mientras que Edipo hace lo propio con golpes de lava; en el intercambio de poderes, el ángel es levemente congelado y por su parte el dorado recibe bastantes daños en su armadura dorada, la cual se empieza a derretir en algunas partes. Hyoga continúa la batalla empleando el Rayo de Aurora, pero este es inefectivo ante el ángel, quien lo contrarresta simplemente emitiendo un ken de cosmos ardiente. Posteriormente, Edipo realiza su técnica Maremoto de Magma, la cual intenta ser detenida por Hyoga con la Ejecución Aurora, pero esta última no se compara con la potente materia ardiente del ángel, por lo cual el ataque de Hyoga es superado y posteriormente el santo es impactado y herido por el poder de su enemigo, recibiendo graves quemaduras en su cuerpo. Edipo se dirige a Hyoga para desintegrarlo con su cosmos, pero antes el santo alcanza su cloth de oro divida y ahora sujeta al ángel de un brazo para eventualmente congelarlo con un frío infinitamente por debajo del cero absoluto, causando así su derrota.


Por último, los dos santos dorados llegan con Tetis, quien se encuentra refugiada en el cuerpo de Afrodita. Los dorados intentan unir sus habilidades para atacar a la enemiga, pero no pueden hacerlo en un primer momento puesto que la inigualable belleza del cuerpo de la Diosa Afrodita no permite su concentración absoluta; para superar esta adversidad, Shiryu le recomienda a Hyoga que despeje su mente, pero esa labor es bastante difícil y al final ambos caen bajo el encantamiento que conlleva observar a la Diosa del amor cuando se es mortal. Los santos están completamente a la deriva de la Titánide, pero debido a una cuestión de orgullo esta no decide asesinarlos en dichas condiciones y en cambio pretende confrontarlos en su forma original. Una vez se recomponen, Hyoga emplea su Rayo de Aurora para distraer a la Titánide con el fin de que Shiryu la ataque desprevenida con Excalibur, pero ella no cae en la trampa y evade las técnicas de los santos haciendo uso de su velocidad; posteriormente, Tetis emite poderosos rayos ken que provocan daños considerables en las armaduras divinas de los dorados y los dejan fuera de combate. La Titánide se acerca a sus rivales para asestarles el golpe letal, pero su cuerpo no responde a sus pretensiones y queda temporalmente inmovilizada, situación la cual es aprovechado por los santos, quienes tras recuperarse atacan con el Dragón Naciente y el Polvo de Diamante respectivamente, lastimando así por primera vez a la deidad; como respuesta, Tetis inmediatamente se recupera y emite sus rayos ken para volver a herir a sus enemigos. Posteriormente, Tetis se prepara para acabar con los santos pero otra vez su cuerpo se descontrola, y en esta ocasión su brazo izquierdo empieza a estrangularla y eventualmente su otra mano atraviesa su abdomen, dejándola demasiado resentida; este suceso se debe al hechizo de encantamiento que efectuó Afrodita en el enfrentamiento contra la Titánide, el cual afectó su cosmos original, debilitándola en gran proporción . Al ver la debilidad de su enemiga, Shiryu se reincorpora y se dispone a atacar con su máxima técnica, pero antes es impactado por una explosión de cosmos emitida por la Titánide, la cual deja en estado crítico al santo al punto de estar al borde de la muerte. Sucesivamente, Hyoga emplea su Ejecución de Aurora, con la cual empieza a congelar a Tetis, pero habilmente ella libera su brazo y emite numerosos golpes de cosmos letales que atraviesan el cuerpo del santo de Acuario, pero antes de sucumbir el guerrero termina de congelar todo el cuerpo de la deidad a excepción de la cabeza; finalmente, Shiryu utiliza todo su cosmos para realizar los Cien Dragones Supremos de Rozan, terminando así con la vida de la Titánide.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Shiryu de Libra: 29.000
Shiryu de Libra cloth divina: 290.000
Hyoga de Acuario: 29.000
Hyoga de Acuario cloth divina: 290.000
León de Nemea: 37.000
Eneas: 34.000
Edipo: 34.000
Tetis en cuerpo de Afrodita: 325.000

Por otra parte, Mayura y DeathMask están por entrar en el Templo de Venus pero caen bajo la dimensión de los sentimientos, en donde los guerreros se remiten a los días en los cuales eran una pareja feliz y próspera antes de la guerra santa contra Hades; tal escenario provoca que los guerreros quieran mantenerse en esa realidad, más sin embargo por unanimidad ambos rechazan ese plano alternativo al apelar a su correspondido amor y espíritu de lucha, y de esta manera llegan hasta el mencionado templo. En el interior del Templo de Venus, el dúo se encuentra con los cuerpos sin vida de Shiryu y Hyoga, y DeathMask aplica sus Ondas Infernales para garantizar una vida óptima a sus almas en el otro mundo, esto como acto de respeto por su valioso sacrificio.

Mientras tanto, Seiya y Atenea están a punto de llegar al Templo del Sol, pero antes son detenidos por una enorme extensión de suelo cubierto de llamas tan ardientes como el mismo cuerpo celeste del sol, lo cual impide su paso por tierra; sin embargo, Atenea crea una esfera de energía para poder recorrer hasta los aposentos originalmente pertenecientes a Apolo. Poco después, Mayura y DeathMask se topan con este obstáculo y en esta ocasión DeathMask carga a Mayura para volar con las alas de su glory, logrando así llegar hasta el Templo del Sol. Momentos después, Mayura y DeathMask alcanzan a Seiya y Atenea, y el ángel le pide a sus colegas que avancen pues él se encargará del presente lugar. En ese momento, un grupo de soldados de la Corona abordan a los intrusos y se disponen a atacar pero rapidamente son eliminados por el ángel; posteriormente, Atenea y los santos de oro restantes continúan su recorrido cuando aparecen dos Guerreros de la Corona Solar de más alto rango, Atlas de Carina y Berenike de Coma Berenice.


DeathMask se aproxima a sus enemigos para propinarles golpes físicos, pero la barrera de cosmos que protege sus mantos sagrados impide que los guerreros de la Corona sean afectados; como respuesta, Berenike envuelve al ángel con sus cabellos y posteriormente produce una fuerte descarga de fuego, a la vez que Atlas emplea una bola de fuego para impactar a su rival, y con dichos ataques consiguen herir bastante a este, más sin embargo no fue suficiente para derrotarlo debido a la protección de su glory. Luego de un tiempo corto, Aquiles se recupera y ahora planea una ofensiva empleando cosmos espiritual para atrapar a los dos enemigos, y posteriormente utiliza su Castigo Infernal pero a penas consigue mandarlos a volar, puesto que no puede sobrepasar la defensa de sus mantos de la Corona. El dúo se recupera y Berenike se manda al ataque empleando sus cabellos, pero a pesar de que atrapa nuevamente a DeathMask este consigue liberarse rompiéndolos tras elevar su cosmos; sucesivamente, Atlas aprovecha una desconcentración del ángel y lo ataca con su técnica Corona de Fuego, dejándolo bastante aturdido por el increible impacto. Atlas se dirige al cuerpo insconciente de DeathMask y lo empieza a patear, pero inmediatamente es embestido por un ken del ángel, quien se levanta para efectúar una ofensiva final. Aquiles aprovecha su velocidad más allá de la luz para acercarse ágilmente hacia los guerreros de la Corona, y en el camino intenta ser atrapado por los cabellos de Berenike, pero estos ya son inútiles y luego el ángel emplea sus Llamas Demoniacas, consiguiendo romper la férrea protección de su manto a la vez que hace desaparecer su alma; posteriormente, Atlas intenta derribar a su rival con la Corona de Fuego, pero este se teletrasporta evadiendo la técnica y luego ataca con las Pinzas Doradas del Cangrejo, consiguiendo derrotar al guerrero con un poco de dificultad debido a la oposición de su armadura. Antes de fallecer, Atlas recupera la consciencia tras liberarse del control mental y deposita su confianza en DeathMask.


Atenea, Mayura y Seiya avanzan hacia el pasadiso de salida del Templo del Sol y en ese instante son abordados por el último guerrero élite de la Corona Solar, Jao de Lince; en favor de no perder tiempo, Mayura se ofrece para combatir con el fin de que sus aliados continúen normalmente con el trayecto. Con el fin de detener a los intrusos, Jao avanza hacia la santa de oro y es atacado con las Alas Destellantes de Plumas Reales que lo mandan a volar, pero el guerrero de reincorpora sin mucha dificultad debido a la sólida defensa de su manto sagrado, la cual le evitó daño importante. A sabiendas de la cualidad que goza su rival, Mayura se acerca a este y le encaja un potente golpe de cosmos, pero este ataque es inefectivo a pesar de concentrar gran cantidad de energía; posteriormente, Jao contraataca con una tanda de golpes de fuego y finaliza con su técnica Garra Brillante del Infierno, consiguiendo lastimar y desgastar bastante a la santa de oro. A pesar del impacto directo recibido, la determinación y persistencia de Mayura no son doblegadas, por lo cual se reincorpora e inmediatamente su enemigo vuelve a lanzar su técnica especial contra ella, pero en esta ocasión la santa consigue detenerla con facilidad y ahora sujeta fuertemente el brazo de Jao para posteriormente chocarlo con su Aletazo Supremo, consiguiendo de esta manera destruir el manto sagrado de la Corona y destrozar el cuerpo de su rival. Momentos después, DeathMask alcanza a Mayura y la regaña por no irse, pero finalmente prefiere disponer de su compañía.


Más adelante, los guerreros son abordados por otros dos ángeles del Olimpo, y en esta ocasión DeathMask decide pelear sólo a pesar de la insistencia de su colega, quien posteriormente se adelanta para confrontar a la Titánide Febe, actual custodia del Templo del Sol. Los recientes enemigos aparecidos son Herácles y Jasón, quienes conocían con anterioridad al ángel Aquiles y ahora no pretenden tener compasión con él, por lo que se preparan para atacar con todas sus fuerzas. DeathMask trata de persuadir a los ángeles para que recapaciten en su postura, pero es inútil todo intento debido a que estos se encuentran bajo el control de Cronos. Posteriormente, Herácles se lanza contra su rival para efectúar un plan de ataque físico, el cual intenta ser respondido por DeathMask pero al final su resistencia no es suficiente y cae vencido ante los formidables golpes del ángel; como consecuencia de los ataques recibidos, el cuerpo de DeathMask queda muy lastimado, e incluso su brazo derecho parece estar roto por un choque de puños entre ambos. DeathMask se recupera e intenta responder, pero antes es atrapado por una cúpula de cosmos creada por Jasón, quien a partir de esta realiza su técnica Furia Máxima azotando a Aquiles con innumerables rayos ken que lo dejan fuera de combate; posteriormente, el enemigo procede a matar a su oponente pero en ese momento es interrumpido por hilos de cosmos espiritual que lo envuelven e inmovilizan, y los cuales utilizaría eventualmente Aquiles para aplicar el Castigo Infernal, logrando herir al ángel. Poco después, Jasón se reincorpora e intenta vengarse por la acción de DeathMask, pero no alcanza a hacer nada y queda expuesto a la máxima técnica su rival, las Pinzas Doradas del Cangrejo, sin embargo es salvado por su compañero Herácles, quien utiliza el Golpe Supremo para contrarrestar el ataque y provoca un choque explosivo que destruye el campo de batalla y lastima a todos los presentes. Los 3 ángeles involucrados en la batalla se recuperan y alistan para prorrogar el combate, siendo este reanudado por DeathMask quien se acerca a sus enemigos para encontrar una chance de atacarlos, y al mismo tiempo es confrontado por Herácles con sus majestuosos puños, pero Aquiles consigue superar los golpes de su rival y luego responde con puñetazos de cosmos, aturdiendo así al enemigo; en respuesta, Herácles toma desapercibido a rival y le propina su técnica Destrucción Mitológica, con la cual crea una violenta rafaga de energía que emerge desde el suelo y embiste a Aquiles, empeorando su estado corporal. Los dos ángeles creen que ya han acabado con su contrincante, pero este persiste y se levanta sin mayor problema puesto que el antiguo santo, al estar protegido por la glory de Aquiles, ahora posee una resistencia envidiable que refiere a la inmortalidad de este personaje mitológico. Los ángeles preparan un ataque en conjunto para acabar con DeathMask, pero antes sufren una desestabilidad interna en razón de que sus mentes empiezan a oponerse por un momento al control del rey de los Titanes; debido a esto, los ángeles quedan indefensos por un momento, por lo que no pueden emplear sus habilidades y finalmente son derrotados por DeathMask con una técnica perfeccionada del Castigo Infernal, la Sepultura de Almas, la cual produce una explosión más letal que acaba con los poderosos enemigos. Antes de morir, Herácles y Jasón le encomiendan a su homólogo Aquiles que se encargue de liberar al Olimpo y dejar en lo más alto el poderío de los ángeles; además, agregan que portar una glory es una ventaja enorme puesto que dicha armadura desprende un cosmos divino que equipara a su portador con un Dios, y por tal motivo le recalcan a Aquiles que aproveche ese poder para superar toda adversidad.


Finalmente, Mayura llega al palacio del Sol, recinto de Febe refugiada en el cuerpo de Apolo. A penas la santa ingresa al mencionado sitio es atacada por una onda de cosmos que la obliga a emplear el Aletazo Supremo para anularla. Seguidamente, la Titánide se presenta ante la guerrera y la felicita por la astucia que ha manejado para llegar hasta donde ella, pero le asegura que sus posibilidades de vencer son nulas debido a que ella se caracteriza por ser la más precavida, por lo cual no caerá ante ninguna intención de ataque. Posteriormente, Mayura se abstiene de responder a las palabras de su rival y se emplea a fondo realizando su Ventisca de Pavo Real, pero Febe se mueve rapidamente evitando ser atrapada por la corriente de aire, sin embargo Mayura controla su técnica para perseguir a la deidad, lo  cual obliga a esta a disipar la violenta ventisca con un ataque de cosmos; como represalia, la Titánide lanza numerosos rayos ken a la santa derribandola con el impacto. La santa de oro se recupera e inmediatamente es atacada por ardienes llamas de fuego que empiezan a formar quemaduras en su cuerpo; aparentemente, Febe puede emplear las habilidades del Dios del Sol al permanecer en su cuerpo. Mayura está completamente desarmada y solo le espera la muerte a causa de las peligrosas llamas solares, pero es salvada a tiempo por la aparición de DeathMask, quien la libera al disolver dicho ataque.


DeathMask se dispone a pelear mientras su amada recompone el daño sufrido, y ataca en primera instancia con las Ondas Infernales, técnica con la cual no pretende infringir daño en la Titánide sino desprender su alma del cuerpo de Apolo para evitar que siga profanado este mismo; inicialmente, el ángel está consiguiendo su objetivo pero le es bastante difícil finalizarlo, por lo cual Febe vuelve a posesionar el cuerpo del fallecido Dios. Posteriormente, Febe ataca al ángel con rayos ken lastimandolo bastante, y cuando está por ser asesinado repentinamente el alma de la Titánide vuelve a desprenderse del cuerpo de Apolo a causa de las Ondas Infernales que está efectuando Mayura; sucesivamente, DeathMask se recupera y junto a la santa de Cáncer emplean su técnica espiritual para extraer completamente el alma de su enemiga, y de esta manera la obligan a que se presente en su forma natural. La Titánide se encuentra aún notablemente herida y debilitada por el combate acontecido contra Apolo, por lo cual los guerreros aseveran que no tendrá chance de derrotarlos; sin embargo, Febe parece bastante tranquila a sabiendas de que las condiciones de desfavorabilidad que presenta fueron las que produjeron anteriormente la derrota de 3 Titanes.


DeathMask y Mayura se disponen a elevar su cosmos al máximo punto con el fin de conseguir la armadura divina, sin embargo no pueden lograrlo porque son rápidamente atacados de forma brutal, en especial Mayura quien queda herida de gravedad; DeathMask logró salir casi ileso y tras incorporarse se enfurece como nunca antes por el hecho de que su amada haya sido lastimada en frente suyo, lo cual es motivo para que eleve su cosmos al máximo, sin embargo su armadura no cambia de estado; para explicar esta novedad, Febe afirma que la sangre de Atenea sólo tiene la capacidad de despertar una cloth divina, pero el guerrero es portador de una glory, por lo cual no le será posible conseguir ese estado en su armadura. Aparte, la Titánide explica que por esa razón se centró en neutralizar a Mayura y no al ángel, pues este no representa una amenaza potencial para ella; en vista de que su jugada está funcionado, la Titánide direcciona varios ataques de cosmos a DeathMask para derrotarlo, pero este persiste y continúa en su misión de ganar contra su rival. A pesar de los esfuerzos del ángel, el mismo está siendo doblegado por la Titánide, y en medio de la desesperación recuerda las palabras de Herácles y Jasón sobre las propiedades de la glory, pero no sabe como potenciar su poder oculto, sin embargo en ese instante el alma de Apolo se adhiere a su vestimenta y en consecuencia esta misma empieza a sufrir un cambio: se trata del despertar de la glory suprema. Con su nueva armadura, el poder de DeathMask es comparable al de un santo con cloth divina, por lo cual el ángel ahora tiene más probabilidad de pelear en igualdad de términos con su enemiga. Por otro lado, Febe tenía todo calculado para su victoria, por lo cual se sorprende al ver esta escena inesperada, a lo que DeathMask responde que él ha sido más astuta que ella, y estas palabras obviamente ofenden bastante a la deidad quien se propone a realizar una iniciativa de ataque para castigar a su rival por su osadía. La Titánide usa su técnica Resplandor Espacial creando un vortice de luz que comienza a destruir todo lo que toca, pero el ángel no es alcanzado por este ataque puesto que emplea su teletransportación para aparecer por detrás de la deidad, y eventualmente utiliza su Sepultura de Almas para exterminar a su rival con la enorme explosión provocada, pero ella resulta sólo levemente herida debido a que su soma la protegió de recibir mayor daño. Al analizar la resistencia de la armadura de la Titánide, DeathMask se inclina por efectuar un ataque con cosmos concentrado para atravesar esta defensa, por lo cual lanza las Pinzas Doradas del Cangrejo, pero la pederosa enemiga lo contrarresta formando un escudo con su soma, el cual evita que sufra daños; posteriormente, Febe emplea otra técnica, la Rafaga de Meteoritos Oscuros, produciendo una tanda de rayos ken con un poder destructivo similar al de un meteorito colisionando, y con este ataque consigue impactar al ángel fuertemente a tal punto de agrietar bastante su glory suprema. DeathMask se recupera y ahora planea, ante la inefectividad de ataques fisicos, emplear su máxima técnica espiritual, las Llamas Demoniacas; para poder lanzar su técnica, el ángel primero debe esquivar la Rafaga de Meteoritos Oscuros volando con las alas de su glory, y posteriormente aplica su poderoso fuego fatuo sobre Febe, pero en esta ocasión su potencia es igual a la del fuego solar, por lo cual la Titánide cae indudablemente derrotada ante este ataque luego de que su alma fuese consumida por completo. Posteriormente, DeathMask procede a curar a Mayura y en su compañía se dirige hacia el siguiente templo, no sin antes recibir agradecimientos y elogios por parte del ultimo rastro del Dios Apolo.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Mayura de Cáncer: 38.000
DeathMask de Aquiles: 37.000
DeathMask de Aquiles glory suprema: 370.000
Soldados de la corona: 10.000 a 15.000
Jao de Lince: 32.000
Berenike de Coma Berenice: 32.000
Atlas de Karina: 34.000
Herácles: 34.500
Jason: 34.500
Febe en cuerpo de Apolo: 360.000

En su recorrido, Atenea y Seiya están por llegar al Templo de Marte, pero se encuentran en el camino con otro obstáculo denominado la Ciudad de Guerra, un escenario ilusorio que denota profunda crueldad, desespero y tristeza; al entrar a este plano, los intrusos empiezan a experimentar los sentimientos mencionados hasta agonizar por cuenta de estos, pero afortunadamente Atenea es astuta y acoge con su cosmos al santo de oro para mantener su paz interna, y posteriormente salen de la trampa para poder llegan hasta el destino original. Sucesivamente, Seiya se queda para derrotar al Titán residente en el actual territorio divino para que Atenea pueda avanzar y concluir con la misión.


Más adelante, Seiya es abordado por el ángel Egeo, del ejército del Olimpo. En vista del objetivo contrarreloj que debe cumplir, el santo ataca sin duda alguna con su Meteoro de Pegaso, pero dicho ataque simplemente es repelido por una simple tanda de rayos ken, lo cual sorprende al dorado puesto que ha empleado todo su poder en su técnica, pero el ángel por el contrario se burla de su rival y afirma que no ha demostrado absolutamente nada de su verdadero poder. Posteriormente, Seiya vuelve a realizar un ataque con su Meteoro de Pegaso, y en esta ocasión Egeo emplea su Puño Destructor de Estrellas, sobrepasando fácilmente la técnica del santo de Sagitario y en seguida lo impacta con la misma, produciéndole heridas graves en su cuerpo y daños considerables en su cloth. El ángel espera a que su oponente se recupere, pues no quiere eliminarlo cuando se encuentra indefenso sino que pretende derrotarlo limpiamente; luego de reincorporarse, Seiya emplea su Cometa de Pegaso pero esta es detenida por Egeo con una mano, y posteriormente el ángel lanza su Puño Destructor de Estrellas, pero el santo lo esquiva con bastante habilidad haciendo uso de las alas doradas de su armadura. Egeo se sorprende por la enorme velocidad que utilizó su contrincante para esquivar su máxima técnica, e intenta emplear nuevamente su ataque con la esperanza de afectar a Seiya, pero antes el dorado le propina a su enemigo el Trueno Atómico y consigue golpearlo por primera vez, más sin embargo no le provoca un daño importante. Más adelante, cuando el ángel se reincorpora repentinamente es abatido por un potente ataque que causa su muerte; se trata del Titán Crío en su figura auténtica, quien ha decidido acabar con el ángel en vista de su aparente falla al eliminar al santo.


Inmediatamente a la aparición del Titán, Seiya maximiza su cosmos hasta el punto de conseguir la cloth divina de Sagitario. Crío se siente bastante impotente al ver que su enemigo ha adoptado el estado de la cloth con la cual los santos han derrotado hasta el momento a 4 Titanes, y jura cobrar venganza de la manera más cruel en honor a sus hermanos caídos. Seiya es quién produce la primera iniciativa de ataque empleando sus Meteoros de Pegaso, pero dicha técnica no rivaliza ante el Escudo Estelar que Crío utiliza con ayuda de su soma, y posteriormente el Titán realiza su ataque denominado Anillo de Luz de las Estrellas, impactando al santo con una potente onda de cosmos. Luego de un momento, el dorado se recupera del daño recibido y procede a desestabilizar a su enemigo empleando el Trueno Atómico como fuente de electricidad para paralizarlo, lo cual consigue por un momento y debido a esto tiene la oportunidad de dirigir una Cometa de Pegaso con todo su poder, la cual es completamente anulada por el Titán con el escudo formado a partir de su soma, pero pese a esto dicha arma recibe daños debido al fuerte impacto; como se preveía, la deidad también salió seriamente afectado por su enfrentamiento contra el Dios Ares, por lo cual su poder actual es comparable con el perteneciente a su rival. Crío se enoja bastante por el suceso y no se explica cómo su poderosa arma pudó ser desgastada en razón de los ataques de un simple humano, por lo cual en esta ocasión se emplea a fondo para efectúar el Corte Circular de Estrellas, más sin embargo, aparentemente Seiya lo esquiva volando con sus alas doradas; sucesivamente, el santo dorado cree haber salido librado de la habilidad de su enemigo, pero en realidad resultó herido en su torso, lo cual lo aturde por un instante. Aprovechando el breve lapso de reposo que toma Seiya para reincorporarse a la pelea, Crío decide formar con su soma una espada para posteriormente realizar el Filo de Oricalco, consiguiendo destruir completamente toda la cloth divina del santo a excepción del fragmento que cubre su pecho. Seiya queda completamente indefenso ante los peligrosos ataques del Titán, por lo que no decide atacarlo con sus ken sino que opta por acercarse a este para luego aplicarle el Destello Rodante de Pegaso, consiguiendo impactar al enemigo más no lastimarlo de forma significativa; posteriormente, Crío emplea un golpe de cosmos, dejando al cuerpo desprotegido del santo de Sagitario bastante herido. Seiya tiene claro que morirá en esta pelea, por lo cual se dispone a materializar un plan suicida: el santo lanza su último recurso, la Flecha de la Diosa, y luego sujetaría firmemente a su rival por la espalda para que este objeto atraviese sus cuerpos; Seiya realiza esta planeación y consigue su objetivo inicial de herir con esta sagrada arma el cuerpo de la deidad, y finalmente utiliza todo su cosmos para producir una peligrosa explosión que elimina al Titán a la vez que el santo sucumbe.


Más tarde, Mayura y DeathMask se encuentran por cruzar el pasillo de entrada hacia el Templo de Marte, pero su paso es restringido por la Ciudad de la Guerra, sin embargo este obstáculo no representa un problema potencial para los guerreros, pues estos no sienten miedo debido a que han experimentado mayores temores en sus innumerables batallas contra enemigos notablemente superiores a ellos, y por esta razón superan sin complicaciones la adversidad llegando así al interior del lugar. En el recorrido por el mencionado templo, el dúo ateniense se encuentra los pedazos de la armadura de Sagitario esparcidos por todas partes y a partir de esto deducen el deceso de Seiya, por lo cual aprovechan para agradecer por su esfuerzo; por otro lado, Mayura recuerda cuando culpó a Seiya por toda la tragedia sucedida en base al hecho de ser el causante del viaje al pasado años atrás, y ahora resuelve ese resentimiento al considerar que el santo ha enmendado su error. En contraparte, Atenea reanuda su recorrido luego de agradecer a Seiya por su sacrificio y se adentra al Templo de Jupiter, donde le esperan dos obstáculos difíciles: el Laberinto del Tiempo y la barrera de espacio-temporalidad, ambos instaurados por el Titán Supremo, sin embargo por decisión de este último dichos impedimentos son retirados; al parecer, Cronos pretende que Atenea se enfrente contra los Titanes restantes para que sea asesinada en el proceso.


Atenea llega sin impedimento al Recinto de los Pritaneos, donde es abordada por la Titánide Tea, quien por órdenes de su rey ha sido designada para eliminar a la última Diosa Olímpica que queda con vida. Tea recuerda la derrota que sufrió ante Hera anteriormente, por lo cual quiere redimirse para demostrar ante su amo que es servible, y por esta razón no piensa tener la más mínima compasión con su rival. Con determinación nunca antes vista, Atenea se dispone a combatir a su actual contrincante teniendo como motivación la esperanza de la raza humana, y se manda al ataque con un haz de luz emitido desde su báculo, pero Tea se mueve a gran velocidad esquivandolo fácilmente; posteriormente, Atenea realiza diversos ataques de cosmos pero la Titánide continúa evadiendolos y luego responde con una rafaga de energía que manda a volar a la Diosa. Atenea no se explica cómo Tea es tan poderosa a tal punto de que no puede rivalizar con ella, cuando los Titanes anteriormente vencidos se igualaban a un santo con cloth divina, a lo que la Titánide responde aclarando que ella tiene su energía completa; Atenea debe confrontar una difícil batalla, pero no se amedrenta y se dispone a continuar la pelea. La Diosa Olímpica pretende atacar con su báculo pero es detenida por una ofensiva de Tea, quien emplea su Elevación de la Noche para atemorizar el alma de su contrincante con el fin de destruirla a partir de desesperación, pero Atenea consigue disipar ese sentimiento degradante  apelando a su cosmos divino lleno de amor. Posteriormente, Atenea intenta usar su báculo pero Tea lo manda a volar de sus manos empleando un ken, y sucesivamente la Titánide crea un arco con su soma para lanzar una flecha a la Olímpica, la cual intenta ser detenida por esta con ayuda de su escudo de la justicia y al impactar contra este el objeto es destruído, dejando sin defensa a la deidad; seguidamente, Tea lanza numerosas flechas que destruyen casi por completo la cloth de la Diosa, sentenciando así prácticamente su derrota al quedar desprotegida.


La Diosa Olímpica no tiene posibilidad alguna contra la Titánide, quien se alista para asestarle el golpe definitivo, pero la escena es interrumpida por el acercamiento de la Kamei de Atenea que se encontraba oculta en la cima del Monte Olimpo, armadura que luego se ensambla en el cuerpo de la deidad potenciando sus habilidades. Atenea ahora posee un poder más sofisticado, por lo cual responde adecuadamente a los ataques basados en lanzamientos de flechas por parte de su enemiga, las cuales empieza a destruir empleando su lanza sagrada; posteriormente, Tea utiliza flechas especiales contra Atenea y estas son detenidas por el escudo sagrado de esta última, y sucesivamente la Olímpica destruye el arco del soma de la Titánide con su lanza. Al comprender el alcance de la Olímpica con las armas, la deidad enemiga se inclina por realizar su técnica Vórtice del Día, produciendo una enorme estrella de luz que se expande sin control y tiene la capacidad de desaparecer todo lo que toca, pero no consigue hacerle nada a su rival debido a que la Kamei resiste perfectamente el ataque, salvando a la vez su vida; luego, la Diosa de la Tierra lanza un potente rayo de cosmos desde su lanza e impacta a su enemiga, causándole graves daños. Tea se encuentra bastante lastimada pero aún le quedan energías para combatir, por lo cual se dirige hacia su contrincante con el fin de encontrar una probabilidad para atacar con éxito, mientras que Atenea hace lo mismo; en el intento de ataque, Atenea impacta con otro rayo de energía a la Titánide produciendo aparentemente su aniquilación, y al mismo tiempo la enemiga le aplica su poder psicoquinético oculto trasladando su cuerpo a un plano astral, lo cual deja a la Olímpica impedida para estar presente en el mundo material. Por la desaparición de Atenea junto a sus cosmos, DeathMask y Mayura creen que ha sido asesinada, y por tal motivo sienten que han incumplido con su deber de proteger a la Diosa.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Seiya de Sagitario: 29.500
Seiya de Sagitario cloth divina: 295.000
Egeo: 34.500
Crío en cuerpo de Ares: 320.000
Atenea con cloth divina: 1.000.000
Atenea con Kamei: 2.100.000
Tea: 2.000.000

Paralelamente a todo el enfrentamiento acontecido entre Titanes y santos en el Olimpo, la Tierra sufre una invasión por cuenta de un ejército enemigo, los Berserkers. Dichos enemigos son naturalmente súbditos de Ares, pero con su muerte pasaron a dominio de las deidades enemigas. Los Berserkers son audaces guerreros que se muestran infalibles en el campo de batalla a causa de su estado psicológico de furia que los hace imparables, por tal motivo Cronos considera oportuno encomendarle a estos la misión de conquistar el Santuario ahora que se encuentra temporalmente ausente de sus máximas figuras.


El fin primario de los Berserkers es encontrar a todos los santos restantes para darles muerte, por lo cual en primera instancia se dedican a percibir su tipo de cosmos; en el intento, los enemigos localizan en Alemania a la hija de Mayura, Augustine de Casiopea. Tras percibir el acercamiento de un cosmos desconocido, la santa de bronce intenta evacuar de su vivienda a Caroline, la amiga de su madre que está a su cuidado, pero antes de escapar la puerta de la casa es destruida y seguidamente aparece un soldado del Batallón del Fuego, lo cual obliga a Augustine a enfrentarlo. El Berserker se acerca rápidamente a su rival para atacarla con su espada pero ella se mueve ágilmente y luego propina una patada al enemigo, mandándolo a volar. El soldado se levanta con una furia incontrolable en sus ojos y esto produce que Augustine sienta un poco de miedo por tal expresión, y luego trasforma su arma en una espada de fuego con la cual impacta a la santa para destruir su armadura, pero ella reduce el daño que hubiese podido recibir creando una barrera de cosmos. Ahora, el Berserker dirige su atención a Caroline y la intenta matar, pero la santa lo detiene a tiempo y posteriormente contraataca con un potente puño de cosmos, atravesando el cuerpo de su enemigo produciéndole así la muerte.


Tras esto, Augustine no logra reconocer la identidad del villano pero presiente que no es el único que ha llegado al planeta, por lo cual se dispone a trasladar a algún lugar seguro a su amiga para luego ir al Santuario, sitio que seguramente será el epicentro de una guerra contra este nuevo ejército. Sin embargo, otros 2 soldados del Batallón del Fuego abordan a las mujeres y la santa se prepara para eliminarlos. Los Berserkers utilizan sus espadas de fuego para efectúar ráfagas ardientes de forma intercalada, de manera que Augustine queda atrapada sin opción de moverse, y por tal motivo es impactada fuertemente por el ataque quedando sumamente herida y con su armadura destrozada. Pese a encontrarse en notable desventaja, la santa de bronce se reincorpora e intenta responder pero rapidamente es atacada de la misma forma, sin embargo en esta ocasión logra teletrasportarse para evadir la ofensiva y luego ataca a uno de sus enemigos con una fulminante patada que determina su derrota. Tras esto, Augustine centra su atención en el último rival, pero ya no le queda energía suficiente por lo que no puede combatir adecuadamente. Posteriormente, el Berserker tiene inclinada la pelea a su favor y se dispone a aniquilar a su oponente, pero antes es asesinado por potentes ráfagas de cosmos provenientes de Admes de Centauro, caballero de plata y alumno de Mayura.


Al sentir la presencia de cosmos maligno cerca de Augustine, Admes corrió rápidamente al lugar para asegurar la integridad de la santa, pues no quiere que le pase nada o si no su madre perdería la cabeza. El plateado comunica a su colega que el bando enemigo ha incursionado al Santuario y en estos momentos está siendo repelido por las unidades de combate disponibles, por lo cual debe volver urgentemente no sin antes avisarle a la santa que se mantenga alejada de esta situación por el bien de la maestra Mayura; pese a la insistencia de Admes, Augustine se niega a quedarse de brazos cruzados y desea acompañar al santo, y al final este último accede pero le advierte que debe ser prudente y mantenerse aferrada a él para que no sufra ningún daño.


Momentos después de llegar al Santuario, Admes y Augustine son abordados por tres soldados del Batallón del Fuego; el santo de Centauro se ofrece para combatir mientras que la santa de Casiopea tiene la intención de adentrarse más hacia el territorio en busca de nuevos enemigos, pero su colega se lo prohíbe y le ordena que se quede a su lado, lo cual acata la guerrera aunque con disgusto. Los tres soldados se dirigen al santo para emplear cortes con su espada, pero este esquiva todos los ataques sin dificultad y contraataca propinando golpes a cada uno. Seguidamente, el trío de Berserkers generan espadas de fuego para juntarlas con el fin de lanzar llamas ardientes, pero Admes neutraliza este ataque creando con su cosmos fuego propio, el cual según palabras de él nunca podría ser igualado por soldados débiles refiriéndose a sus rivales; posteriormente, a partir de este elemento efectúa su técnica Remolino de Fuego e incinera a los 3 enemigos a la vez.


Mientras tanto, en otro sitio del Santuario el santo de plata Rigel de Orión es interceptado por los últimos 4 soldados del Batallón del Fuego. El santo no pretende prorrogar inútilmente la pelea, por lo cual ataca cuando sus enemigos se le acercan con peligrosas llamas azules que desaparecen todo lo que tocan, logrando atrapar a los soldados en su trampa. Los Berserkers empiezan a consumarse por el enorme alcance de las llamas producidas por su rival, lo cual les produce un odio inigualable que utilizan a su favor para potenciar su fuego a tal punto de contrarrestar el ataque del contrario, consiguiendo salir casi ilesos. Los enemigos ahora se aproximan con gran irá hacia Rigel para acabarlo, pero este no piensa darles más chances y emplea todo su poder en la creación de nuevas llamas azules, las cuales en esta ocasión desintegran al instante a sus contrincantes.


Por otro lado, Haru de Sagita se encuentra a una nueva clase de Berserker perteneciente al Batallón del Miedo, una élite mayor en comparación con los soldados aparecidos. El santo de plata emplea su técnica Flecha Fantasmal pero su enemigo no cae bajo la ilusión de lluvia de flechas y consigue detener la flecha verdadera. Posteriormente, el Berserker enciende su cosmos para oscurecer el entorno y lo proyecta hacia el santo para permear su alma con miedo irresistible; tras caer en el plan de su enemigo, Etho queda paralizado de la conmoción y ahora está a punto de ser asesinado, pero es salvado por la llegada de Admes y Augustine quienes golpean al enemigo para alejarlo. Luego de esto, Haru consigue recuperarse y se dispone a concluir la batalla atacando nuevamente con la Flecha Fantasmal y el Berserker, a sabiendas de como evitar dicha técnica, consigue repeler la supuesta flecha auténtica, pero esta resulta ser también falsa y sucesivamente aparecen decenas de flechas doradas que lo impactan causándole la muerte.


En otro lugar, Haru de Can Mayor intercepta a un soldado del Batallón del Miedo y se dispone a acabarlo. El santo es quien primero toma la iniciativa de combatir pero antes es envuelto por el cosmos opacante de su enemigo, el cual instaura en su alma el temible miedo y empieza a doblegarlo. El Berserker procede a asesinar a su oponente al observar la inmovilidad a la que está sometido el cuerpo de este, pero en definitiva el santo no sale afectado por la habilidad de su enemigo puesto que maneja una paz mental estable que le permitió superar el sentimiento negativo. Posteriormente, como segundo recurso el soldado intenta atacar a Haru con su espada, sin resultado alguno, y finalmente es derrotado tras ser arrollado por el Gran Destructor de Montañas del plateado.


Tres soldados más del Batallón del Miedo acechan al interior del Santuario, lo cual amerita la presencia de Rigel de Orión para detenerlos. El santo de plata está harto del caos generado por los invasores, por lo cual no pretende dejarlos con vida y procede a aniquilarlos con sus llamas azules, pero para su sorpresa estas son detenidas por los enemigos con sus espadas de acero indestructible. Posteriormente, los Berserkers emplean las mencionadas armas para lanzar una serie de ráfagas de cosmos y el santo las anula creando una muralla defensiva con su Danza de Fuego Fatuo, técnica con la cual seguidamente atrapa a sus rivales para desmaterializarlos. Los soldados están siendo incinerados por la alta temperatura de las llamas e indudablemente morirán por esto, pero para no sufrir una derrota absoluta deciden, con su último esfuerzo, crear una abertura en el fuego para que uno de ellos consiga sobrevivir y derrote al plateado; al efectúar este plan, un Berserker consigue salir ileso mientras que sus dos colegas sucumben, y ahora se dirige hacia su rival y consigue clavarle su espada en el abdomen, causándole así la muerte.

En ese preciso momento, Admes y Augustine llegan a acudir a Rigel pero desafortunadamente este ya ha sido asesinado, y lo único que les queda por hacer es acabar con su ejecutor; el santo de Centauro rápidamente ataca por la espalda al Berserker con su Remolino de Fuego provocandole así la muerte. Más tarde, los santos son abordados por otro enemigo de la misma clase, el cual hace su aparición atrapando inmediatamente el alma de los guerreros con su cosmos de miedo, sin embargo Augustine emplea las Ondas Infernales que aprendió de su madre y consigue apaciguar su espíritu y el de su colega para no caer bajo el efecto del sentimiento negativo. Posteriormente, Admes prepara su cosmos ardiente y emplea el Remolino de Fuego consiguiendo herir de gravedad a su enemigo; el santo de plata cree haber derrotado a su rival, por lo cual se descuida por un instante y esto es aprovechado por el Berserker para atacar de sorpresa, pero Augustine estaba atenta y logra aniquilar definitivamente al contrario con su técnica Gran Erupción.


Por otra parte, los últimos dos soldados del Batallón del Miedo son confrontados por el quinto santo de la orden de caballeros de plata, Daidalo de Cefeo. El plateado utiliza las cadenas de su cloth para atrapar a sus enemigos y luego procede a atacarlos, mientras que estos responden infundiendo su habilidad de miedo en el espíritu del santo, pero en esta ocasión con la intención de producirle daños físicos internos; Daidalo no puede hacer nada ante el ataque y está cayendo derrotado a causa de este, pero no pretende morir sólo, por lo cual utiliza su cosmos para devolver la ofensiva enemiga con el fin de dañar igualmente a los Berserkers, consiguiendo su objetivo hasta que estos son aniquilados por su propio poder. Poco después, de la misma forma el santo de Cefeo fallece ante el crítico daño recibido.


Por otro lado, en otra parte de la Tierra el cuerpo de Julián Solo es posesionado momentáneamente por el alma del emperador de los Mares, Poseidón. La deidad le comunica al antiguo general marino Sorrento de Sirene, ahora acompañante del señor Solo, que desea aportar en la protección del Santuario contra los súbditos de Ares, pero debido al sello que le colocó Atenea a su espíritu años atrás no puede colaborar más que con dar paso a la reaparición de su máximo ejército. El Dios Olímpico le ordena a Sorrento que reuna a los guerreros que están preseleccionados para portar las 7 escamas supremas y luego se prepare para luchar junto a ellos en el bando de los santos.


Volviendo al tensionante escenario vivido en el Santuario, Shaina de Aries toma posición cerca de las doce casas, lugar en donde es interceptada por un soldado del Batallón del Desastre, Aynu de Trangeot. El Berserker se presenta como uno de los más poderosos dentro de su ejército y asevera con total confianza que tiene la victoria más que asegurada ante una simple caballero femenino; estas palabras incomodan a la santa de oro, quien responde con bastante tranquilidad que su deber es acabar con toda amenaza latente para el mundo, y lo logrará por muy difícil que parezca. Seguidamente, Aynu utiliza su habilidad principal para invocar un grupo de guerreros de la muerte semejantes a los espectros, los cuales según sus palabras son las víctimas de sus macabras acciones cuyas almas han quedado condenadas a servirlo; luego, la acción del Berserker es ordenar a sus sirvientes atacar a su rival, y la santa realiza la Extinción de Luz Estelar para desaparecer la existencia de los guerreros sin vida y contrarrestar así un posible ataque por parte de estos. Aynu parece sorprendido y a la vez molesto ante el hecho de haber perdido a sus subordinados, mientras que Shaina visualiza su triunfo al acabar con el principal recurso de su enemigo, pero este último sigue confiado y ahora emplea su técnica Captura de Mefisto, lo que obliga a la santa a crear el Muro de Cristal para detener el ataque pero su intento es inútil debido a que la defensa no es capaz de contener poderes espirituales, por lo cual dicha técnica lo sobrepasa y luego impacta en la guerrera dejándola bastante resentida. Tiempo después, Shaina de reincorpora y esto es motivo de asombro para el Berserker, quien no se explica cómo su rival ha podido sobrevivir a su recurso secreto, a lo que la santa aclara que estará a salvo mientras su cloth de oro la proteja y para poder derrotarla debe destruir su ropaje como mínimo, lo cual no logrará con un poder tan limitado. Finalmente, el enemigo se dispone a atacar nuevamente pero en esta ocasión la santa de Aries se le adelanta utilizando la Revolución de Polvo Estelar y consigue derrotarlo.


Marin de Piscis es la siguiente en entrar en acción al confrontar a la pareja gemela, Neso y Proteo de Dialtina del Batallón del Desastre. Proteo emplea su cosmos congelante para crear un objeto de hielo que lanza hacia la santa, lo cual obliga a esta a usar sus Rosas Piraña para destruirlo y luego impactar al enemigo; el ataque del Berserker es fácilmente superado por las rosas pero estas también son destruidas por el fuego de Neso, salvando así a su hermano. Posteriormente, Marin proyecta sus Rosas Diabólicas Reales para debilitar los sentidos de sus rivales pero estos las esquivan sin mucha dificultad evadiendo así su veneno, y luego le propinan a la santa sus ataques de fuego y aire frío respectivamente consiguiendo así infringir diversidad de heridas en la guerrera. La santa de Piscis se encuentra bastante lastimada y parece no tener las aptitudes suficientes para enfrentar dos enemigos a la vez, y por esta razón esta a punto de ser asesinada pero es salvada a tiempo por la aparición de Sorrento de Sirene.


Sorrento le aclara a Marin que los generales marinos son ahora sus aliados según los deseos de Poseidón y ahora se dispone a combatir al dúo enemigo. Neso y Proteo efectúan sus correspondientes habilidades para atacar y el marino crea una ilusión para confundir a sus enemigos, evitando así los poderes ofensivos de estos. Luego, Sorrento empieza a tocar su melodía y emplea la Sinfonia Final, debilitando drásticamente a los Berserkers, pero pese a esto ellos encuentran un espacio para atacar, sin efectividad alguna puesto que el marino detiene la ofensiva creando una barrera defensiva con el movimiento circular de su flauta, y a la vez devuelve los poderes a sus dueños hiriéndolos. Finalmente, los gemelos no tienen nada que hacer ante la habilidad del marino y son derrotados tras recibir un daño físico importante producido por el efecto de la peligrosa sinfonía. Momentos más tarde, Shaina llega al sitio y se encuentra con sus colegas, y posteriormente los tres toman caminos distintos para eliminar la amenaza restante.


En su busqueda, Marin se encuentra con el primer guerrero femenino Grebna de Shelster. La Berserker se siente entusiasmada por medir fuerzas ante una mujer, pues considera que el resultado de la pelea determinará el poder y prestigio de cada bando, y por tal motivo dará todo de si. Grebna se acerca sigilosamente hacia Marin y le asesta una rafaga de cosmos directo en su cuerpo, lo cual produce que está salga propulsada hacia un pilar de cemento e impacte en este; eventualmente, la santa se recupera y responde con las Rosas Diabólicas Reales pero su enemiga las repele formando una gigantesca onda de cosmos que arrasa con todo y de paso manda a volar violentamente a su contraparte. A penas vuelve a reincorporarse, la santa de Piscis es embestida por el Ascenso Mágico, técnica basada en la generación de una potente rafaga de cosmos que destruye lo que alcanza, dejándola bastante herida, más sin embargo esto no es suficiente para vencer a la santa quien se levanta con más determinación que antes; ahora la Berserker se dispone a efectuar su técnica por segunda ocasión pero esta vez la guerrera de oro la contrarresta golpeando a su enemiga con el Destello del Águila. Seguidamente, antes de que intente otro ataque, Marin aprovecha el estado de recuperación de Grebna para clavarle su Rosa Sangrienta, causando así su muerte irremediable.


Mientras tanto, el nuevo general marino de Scylla se prepara para un combate contra la guerrera de la unidad del Desastre, Dreud de Jiarow. La Berserker no comprende los motivos por lo cuales Poseidón decidió inmiscuirse en los asuntos de la Tierra, y menos asimila por que está ayudando a Atenea, su enemiga desde tiempos mitológicos. De manera Insolente, Dreud tilda a Poseidón de lunático y ridículo por su accionar, hecho que enfurece bastante al marino quien piensa hacer retractar a su enemiga de la blasfemia dicha por medio de la fuerza. Scylla intenta realizar un ataque con sus bestias salvajes pero es repelido por un poderoso ken de la enemiga, quien luego sistemáticamente empieza a destruir las partes de las escamas del marino inutilizando así a sus criaturas. El panorama parece desfavorecedor para el aliado, pues Dreud lo está acorralado y doblegando, pero haciendo uso de su máximo recurso, el Gran Tornado, consigue aplastar a su rival con la presión ejercida por la corriente de aire, consiguiendo así la victoria.


El general de Hipocampo, por su parte, intercepta a uno de los últimos enemigos en pie, el soldado Sicorax de Inferleon. El marino se presenta empleando sin vacilar el Aliento Divino, creando una violenta corriente de aire que manda a volar al Berserker, sin recibir daño considerable; el enemigo se levanta, y contrario a estar furioso, empieza a burlarse de su oponente con una actitud pasiva por su impulsividad poco vistosa. Posteriormente, Sicorax manipula su energía cósmica para efectúar su técnica Peligro del Averno, creando una tanda de potentes golpes de cosmos que impactan y hieren de gravedad a su rival, sin embargo pese al daño el súbdito del Dios de los Mares logra reincorporarse y ahora anula el segundo ataque del Berserker creando ondas sonoras a su alrededor con el rápido movimiento de sus manos. Luego, el Berserker pretende usar una habilidad más peligrosa pero antes cae aniquilado ante el impacto de los Vientos Huracanados, los cuales lo impulsan hacia el cielo con una fuerza descomunal y finalmente sucumbe tras impactar ferozmente contra el suelo.


En su recorrido, Shaina se encuentra con el último integrante del Batallón del Desastre, la guerrera Anthe de Nocga. La santa se dispone a atacar mientras que la berserker sólo se limita a mirarla fijamente, inmovilizando así el cuerpo de la primera; Shaina queda indefensa ante la habilidad de manipulación de su enemiga, por lo que esta empieza a golpearla brutalmente para masacrarla, y luego de un momento la berserker decide parar para que la santa pueda combatir con total garantía, pues no quiere liquidarla estando incapacitada para defenderse. Shaina procede a usar la Garra del Trueno produciendo una descarga eléctrica sobrecargada que lastima en gran proporción a su enemiga, y luego intenta rematarla lanzando su Revolución de Polvo Estelar, pero la berserker crea una muralla defensiva con la parte trasera de su armadura, anulando así la técnica; seguidamente, Anthe lanza una especie de aguijones que perforan la armadura y el cuerpo de la santa de Aries, produciéndole gran daño.


La Berserker parece tener la ventaja en la pelea y está a punto de asesinar a su contraparte, pero es interrumpida por la inesperada aparición de otro soldado de Poseidón, Kanon de Dragón Marino. La llegada del guerrero muerto durante el sacrificio en el Muro de los Lamentos es un suceso completamente irreal e inconcebible, pues ni siquiera Sorrento, quien fue el encargado de buscar a los generales marinos destinados a portar las 7 escamas, tenía conocimiento sobre la presencia del antiguo santo de Géminis. Shaina se sorprende al ver a Kanon y le pregunta cómo es posible que éste con vida, pero este no responde algo congruente y solo se dispone a eliminar a la enemiga. La Berserker dirige su atención hacia el marino y lanza sus aguijones letales, lo cual obliga a este a generar una potente onda de cosmos que termina destruyendo gran parte de la armadura de su rival. La enemiga se sorprende por el exorbitante poder del guerrero y desesperada se acerca hacia él para propinarle ataques fisicos, mientras que Dragón Marino simplemente la sujeta del brazo para luego hacerla estallar implantando su cosmos de poder destructivo en ella. Posteriormente, Marin llega al presente escenario e igualmente se sorprende por la presencia de Kanon y le pide una explicación a este, recibiendo como respuesta por parte del marino que su llegada es cosa del destino y asevera que solo viene a cumplir con su deber. Luego de esto, Shaina y Marin siguen su recorrido juntas mientras que Kanon opta por andar en solitario.


Mientras tanto, los marinos de Kraken, Crysaor y Leunmades forman equipo para combatir y les sale un rival de la más alta élite, Ema de Jamadhar. La diferencia de poder entre ambas partes es inmensa a favor del berserker, pero los marinos van a luchar al máximo sin importar su desventaja. Kraken intenta congelar a Ema con la Aurora Boreal pero este detiene el ataque con una barrera creada con su cosmos, de inmediato Leunmades usa la Salamandra Satánica sorpresivamente para impactar al rival con una descarga eléctrica pero su técnica no funciona, y finalmente Crysaor culmina el ataque grupal lanzando una tanda de ataques con su lanza, pero el enemigo los esquiva y enseguida contraataca con una embestida de rayos ken que lastiman a los tres aliados. Posteriormente, Ema se alista para terminar la pelea acabando con sus contrincantes, pero antes empieza a sufrir un colapso mental a causa del intento de manipulación de emociones por parte de Leunmades; en razón del control mental de los Titanes sobre su raza, el berserker empieza a sufrir bastante, lo cual lo obliga a intentar suicidarse golpeando su cuerpo para liberarse de la tortura. Al asestarse varios golpes letales, el berserker queda lastimado considerablemente y esto es aprovechado por Crysaor para atravesarlo en varias ocasiones con su lanza dorada, y finalmente el enemigo es rematado por Kraken al congelar su cuerpo para eventualmente destruirlo.


En su busqueda personal, Kanon tiene un encuentro con el guerrero más poderoso que dispone el antiguo ejército de Ares, Kokalo de Buhj del Batallón de la Llama. El enemigo empieza a alardear de su enorme poder y prestigio, lo cual es motivo de burlas por parte del marino quien considera incorrecta la actitud de divinizarse de su contrario cuando la realidad dicta que el ejército rival esta a punto de ser completamente eliminado; a pesar de la contundente respuesta de Kanon, Kokalo sigue firme en su postura puesto que se considera invencible y capaz de derrocar a todo el Santuario por si mismo. Sin más que discutir, la pelea inicia con el berserker empleando de entrada su máxima tecnica, la Implosión Atómica, creando varios hilos de cosmos que se insertan en el cuerpo de su oponente y luego producen una explosión desde su interior; esta técnica, sin lugar a dudas, acabaría con Dragón Marino, pero afortunadamente este último consigue evitarla creando una dimensión paralela que la absorbe. Kokalo se encuentra bastante aterrado por la forma en que su rival ha evitado su mayor habilidad, y antes de intentar algo le es propinado por el marino un ken ilusorio que empieza a enloquecerlo; el berserker parece estar perdido y destinado a la derrota, por lo cual Kanon se dispone a acabarlo con el Triángulo Dorado para transportarlo a una dimensión lejana, esto con el objetivo de que sufra eternamente por su insolencia y soberbia demostrada.


Antiria de Hydrenite, es el último guerrero élite de los Berserkers que se encuentra con vida, y tiene la obligación de afrontar una batalla con Sorrento. El marino se siente orgulloso por el logro de acabar con los invasores y adopta una conducta bastante confiada, pero el berserker avisa que nada es seguro mientras él, uno de los guerreros élite, se encuentre  aún en pie de lucha. Sorrento empieza a tocar su flauta para emplear de una vez la Sinfonia Final, doblegando a sus a su enemigo en un primer momento, pero luego este se libera del efecto de esta técnica efectuando una protección cósmica que impide el paso de cualquier otra energía; luego de contrarrestar la habilidad musical de Sorrento, Antiria se prepara para contraatacar pero antes recibe el máximo poder del marino, el Clímax Final, causándole un daño físico a partir de su melodía mortal. Antiria queda bastante resentido por el ataque pero logra reincorporarse sin mayor problema, y ahora responde extrayendo  todo el cosmos de su oponente dejándolo prácticamente muerto.


Sin energía vital, Sorrento está destinado a fallecer pero es salvado por las acciones de Shaina y Marin. Las santas de oro abordan al Berserker y proceden a combatirlo. El enemigo se encuentra en desventaja ante sus nuevas rivales debido a que su energía ha sido exageradamente reducida por el ataque recibido del marino. Los intentos de ataque del enemigo son inútiles ante la velocidad manejada por el dúo de guerreras, quienes contraatacan hábilmente; Marin usa sus Rosas Piraña dejando al berserker en un estado crítico, y por último Shaina emplea la Extinción de Luz Estelar para desaparecerlo. Tras esto, Sorrento recupera su cosmos y vuelve a estar estable.


Con esta acción, la amenaza ha sido erradicada y el Santuario vuelve a tener orden. Todos los santos y generales marinos, a excepción de Kanon y Sorrento, salieron bastante heridos de sus respectivos enfrentamientos y ahora se dedican a recomponer sus daños.

Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Shaina de Aries: 19.000
Marin de Piscis: 18.000
Rigel de Orión: 13.500
Daidalo de Cefeo: 13.000
Admes de Centauro: 14.000
Haru de Can Mayor: 13.000
Etho de Sagita: 12.500
Augustine de Casiopea: 8.000
Hipocampo: 19.000
Scylla: 19.000
Kraken: 19.500
Crysaor: 21.000
Leunmades: 17.000
Sorrento de Sirene: 25.500
Kanon Dragón Marino: 36.000
Soldados Batallón del Fuego Rojo: 6.000 a 9.000
Soldados Batallón del Miedo: 12.000 a 14.000
Aynu de Trangeot: 18.000
Neso y Proteo de Dialtina: 20.000
Grebna de Shelster: 16.000
Dreud de Jiarow: 16.800
Sicorax de Inferleon: 17.500
Anthe de Nocga: 19.000
Ema de Jamadhar: 24.000
Kokalo de Buhj: 29.000
Antiria de Hydrenite: 26.600

Volviendo a los acontecimientos del Olimpo, un grupo de poderosos y justicieros cosmos aparecen en dicho sitio: se trata de los antiguos santos de oro. Tras morir en su acción de sacrificio para destruir el Muro de los Lamentos en la definitiva guerra santa contra Hades, los dorados despertaron el octavo sentido obteniendo con esto conciencia propia tras la muerte, y además la desaparición del Inframundo a causa de la muerte del Dios dejó en libertad las almas de estos guerreros. Durante 7 años, los legendarios santos se dedicaron a reunir cosmos desde su posición astral para tener la posibilidad de ayudar a sus colegas en una situación de importante trascendencia como lo es la guerra que se está llevando a cabo contra los Titanes; este suceso también explica la aparición inaudita de Kanon. Mu, Aldebarán, Saga, Aioria, Shaka, Dohko, Milo, Aioros, Shura, Camus y Afrodita han materializado su espíritu y ahora se dirigen al Olimpo para apoyar a Mayura y DeathMask en su difícil lucha. Además, en el Santuario las cloth de oro atienden el llamado de cosmos de sus portadores y se dirigen volando hacia el territorio divino; por tal motivo, Shaina y Marin deben abandonar sus vestimentas para cederlas a sus auténticos dueños.


Al mismo tiempo, el rey Cronos presiente la llegada de los once cosmos a sus nuevos dominios, y se impresiona bastante por el hecho de que quedan aún varios caballeros con vida cuando la mayoría de los Titanes han sido derrotados, lo cual le produce impotencia, desespero e incluso miedo. Para erradicar a los nuevos personajes, la mayor figura de los Titanes convoca a sus máximos aliados, los Gigantes, encabezados por el Dios Tifón. Los Gigantes son hijos de Urano y Gea, los cuales hacen referencia a criaturas de poder desproporcionado y de linaje divino, y al igual que los Titanes fueron encerrados en el Tártaro tras perder la Gigantomaquia, su famosa guerra contra Zeus en la era mitológica. Anteriormente, han aparecido dos guerreros de esta clase, y como se había conocido en dichas ocasiones, el poder de estos sujetos está limitado debido a que su resurrección no está completa; con el fin de disponer de los Gigantes como su unidad primordial de combate ante la ausencia de sus hermanos, Cronos pretende usar su cosmos para acelerar la resurrección de estos guerreros. Mientras tanto, el Titán ordena a los siete gigantes restantes, sin incluir a Tifón, derrotar a los recientes enemigos incursionistas.


Paralelamente, DeathMask y Mayura se adentran al Templo de Jupiter, pero su paso es restringido tras la activación de los obstáculos instaurados por Cronos en este sitio, quedando por tanto atrapados en el Laberinto del Tiempo. Los atenienses empiezan a dar vueltas sin rumbo alguno sobre el recinto sin darse cuenta de ello.

Los Gigantes cubren la totalidad de templos divinos del Olimpo para esperar la llegada de los rivales. Los santos de oro se adentran al Templo de la Luna portando sus cloths y allí son interceptados por Pallas de la Estupidez, quien de forma brutal se lanza al ataque empleando las garras afiladas de sus manos. Shura se ofrece voluntariamente para afrontar una pelea con el enemigo con el fin de facilitar el paso de sus compañeros, lo cual permite el Gigante pues desea medir su poder en una batalla igualitaria. El santo de oro procede de inmediato a usar su sagrada espada Excalibir, pero el Gigante la detiene con total facilidad empleando sus garras; seguidamente, Shura continua atacando pero Pallas detiene el filo de su espada de la misma manera, más sin embargo ahora una parte de su garra derecha resulta desquebrajada por el impacto. Tras la distracción del Gigante luego de que una parte de su garra fue destruida, el santo de Capricornio aprovecha esta desatención y le propina un ataque de Excalibur directamente en su cuerpo, pero no consigue hacerle el más mínimo daño a su enemigo a causa de la resistencia impenetrable de su armadura adamas compuesta de diamantino, la cual es indestructible para cualquier poder no divino; a pesar de la limitación de cosmos, la adamas de los Gigantes les proporciona la mayor protección, lo cual será una inigualable ventaja en las batallas que se irán desarrollando a continuación. Pallas se encuentra totalmente confiado, por lo cual no tiene problema en recibir de lleno los cortes de la espada de su rival, y consigue salir completamente ileso; luego de un rato, el Gigante se cansa de ser atacado inútilmente y responde desgarrando el brazo izquierdo del santo. Shura se resiente bastante por el enorme daño recibido pero no se rinde y alista la Excalibur que reside en su otro brazo para continuar la batalla, mientras que Pallas tiene la intención de finalizar de una vez con el combate propulsándose hacia su contrincante para destrozar su cuerpo con la técnica Garra del Títere, y de esta manera consigue derrotarlo de una forma sangrienta.


Los demás santos dorados se percatan de las dificultades que está padeciendo Shura en su batalla, por lo cual uno de ellos, Afrodita de Piscis, se regresa a apoyarlo. Al llegar al lugar de los hechos, Afrodita se da cuenta que ha llegado tarde pues Shura se encuentra sin vida, pero pretende vengar su muerte acabando con el enemigo. Afrodita siente repulsión por tener que enfrentarse a un ser tan despreciable como lo es Pallas, por lo cual lo desprestigia y esto provoca la furia del enemigo. El gigante se siente ofendido por la fuerte pronunciación del santo de oro y en respuesta se dirige furioso hacia él para atacarlo, pero antes cae bajo el efecto de las Rosas Demoniacas Reales y sus sentidos empiezan a debilitarse paulatinamente. Ahora, el santo de Piscis pretende atacar con las Rosas Piraña para rematar a su oponente, pero este último no sale afectado debido a la protección de su adamas, pese a recibir todo el impacto directo de esta efectiva técnica; Afrodita se encuentra perplejo por el potencial del Gigante mientras que este asevera que todos los santos caerán por su debilidad, e inmediatamente se acerca a su rival y le atraviesa el cuerpo al clavarle sus garras. El dorado cae al piso en estado de agonía y enseguida su contrario lo mata contándole la cabeza, consiguiendo así su segunda victoria, más sin embargo poco después el Gigante se da cuenta que ha sido herido por la Rosa Sangrienta; al ver la infalible protección del enemigo, Afrodita optó por atacarlo de sorpresa con una técnica letal para cualquier cuerpo. Pallas cae al suelo y tiempo más tarde sucumbe ante el efecto de la técnica recibida.


Además, al ser derrotados Shura y Afrodita se deduce que estos no mueren en realidad sino que sus espíritus, que son el ente material en que se han convertido para combatir, desaparece por completo, quedando la existencia de esa persona borrada para siempre. Esto significa que, en este caso, el sacrificio de los dorados cuesta su olvido absoluto.

En el Templo de Mercurio, los santos son detenidos por la presencia de Echidna de Madre de los Monstruos, la esposa del líder de los Gigantes, Tifón. En esta oportunidad, Aioria se queda a enfrentar el nuevo obstáculo mientras los demás intentan avanzar, pero no pueden debido a que son embestidos por el cosmos ofensivo de la enemiga. En un principio los santos son contenidos por el poder de Echidna pero luego Dohko emplea su escudo para anular los intentos de ataque, y se queda a apoyar al santo de Leo mientras sus colegas consiguen finalmente cruzar el recinto. Dohko y Aioria planean un ataque en conjunto pero primero Echidna los deja rápidamente fuera de combate con una onda de cosmos destructiva. El santo de Leo se encuentra inconsciente en el piso,  mientras que Dohko se recupera y de inmediato emplea los Cien Dragones Supremos de Rozan, consiguiendo infringir un relativo daño en su contrincante debido a que esta carece de la protección de un adamas; sin mucho esfuerzo, la Gigante se recupera y ahora contraataca con una explosión de cosmos que destruye por completo la armadura de Libra junto a sus armas, y en una segunda oportunidad de ataque la enemiga destruye el cuerpo del dorado causando así la desaparición de su alma.


En esos momentos, Aioria se recupera y de inmediato se entera del deceso de su colega, por lo cual tiene la misión de derrotar a su rival como sea en su honor. Echidna intenta efectuar una explosión arrasadora con su energía cósmica pero el dorado la anula con el Relámpago de Voltaje, y seguidamente realiza por segunda oportunidad esta técnica consiguiendo lastimar a la enemiga. La Gigante queda resentida por el impacto del poder de su contrario, pero el daño recibido no es grave y se reincorpora intentando atacar pero antes es golpeada por una tanda de rayos ken, lo cual empeora su estado. Echidna se encuentra desesperada por no poder eliminar a su rival, a lo que este responde que solo le ha sido posible mostrarse superior en la batalla debido al desgaste que le provocó Dohko con antelación. Finalmente, la contraria crea una poderosa rafaga de cosmos para lanzar al santo, pero este la esquiva fácilmente y luego responde empleando el Plasma Relámpago, logrando derrotar a su oponente.


Los santos de oro se adentran al Templo de Venus, actualmente custodiado por Quimera de Criatura Compuesta, uno de los hijos de Tifón. El Gigante genera una ancha pared de fuego que impide el paso de los intrusos, pero esta no obstaculiza por mucho tiempo su rumbo debido a que Camus la disuelve con su aire congelante; luego, el santo de Acuario inmoviliza al enemigo con un anillo de aire frío y se ofrece para combatir en esta ocasión, acción con la cual permite el paso a sus compañeros de armas, sin embargo Aioros decide permanecer camuflado por si se presenta algún problema. Momentos después del paso de los dorados, Quimera se libera de la trampa explorando su cosmos ardiente, y se dispone a mantener una batalla mortal con su rival, la cual sera emblemática debido a que las habilidades de combate de los dos guerreros son opuestas. La batalla inicia con Camus empleando el Polvo de Diamante, pero esta técnica consigue ser detenida con  el fuego emitido por el Gigante, quien luego responde lanzando llamas de fuego que destruyen algunas partes de la armadura dorada de su oponente; posteriormente, Camus se emplea a fondo utilizando la Ejecución Aurora, pero Quimera simplemente anula dicha técnica cubriendo su cuerpo con las alas de su adamas. El santo de oro ha perfeccionado su técnica hasta el punto de conseguir el cero absoluto, por lo cual no comprende como su enemigo ha evitado ser congelado, por más de que posea una armadura tan resistente, a lo que el Gigante responde que su adamas no es ordinaria y puede resistir un millón de grados celsius bajo cero; al escuchar las palabras de su enemigo, Camus comprende que no podrá vencer bajo ninguna circunstancia, por lo cual se desprende de su cloth para que esta no reciba daño y no opone resistencia alguna, y seguidamente su cuerpo es incinerado por el fuego ardiente de Quimera.


Aioros va a acudir en auxilio de su compañero pero antes de integrarse a la batalla ve como este se resigna a morir, y por consiguiente no puede hacer nada para salvarlo. Posteriormente, el santo de oro reta al Gigante a una batalla en la cual ofrecerá su vida si es necesario con tal de vencer. Quimera ataca con la habilidad de fuego pero no consigue alcanzar a Aioros debido a que este emplea sus alas doradas para esquivar la ofensiva, y luego el santo responde efectuando un lanzamiento de flechas doradas las cuales son desintegradas por las llamas ardientes de su rival; posteriormente, el Gigante realiza su técnica basada en fuego extremadamente elevado de temperatura llamada Quemaduras, con la cual logra herir bastante al santo pese a que este intenta esquivar el ataque empleando vuelo con sus alas. Momentos después de que Aioros estudia a su oponente para planear un ataque, finalmente decide efectúar el Trueno Atómico con el fin de mandar al volar el casco de la adamas de su rival, dejándolo descubierto en esa parte del cuerpo lo cual aprovecha para lanzar la Flecha de la Diosa a su enemigo, con lo cual consigue atravesar su cráneo sentenciando así su muerte. Un rato más adelante, Aioria aborda a su hermana en el Templo de Venus y en su compañía se dirige a alcanzar a sus colegas.


Mientras tanto en el Templo del Sol, los dorados son esperados por Enceladus de Voz Sellada, uno de los últimos Gigantes en encontrarse con vida. Con el fin de no perder tiempo ni tener más bajas, todos los santos restantes deciden atacar simultáneamente al enemigo pero primero son detenidos por el sonido inquietante que emite este último. El cuerpo y la mente de los santos están siendo controlados por el Gigante, por lo cual este se dispone a propinar el golpe letal a sus contrarios pero antes es interrumpido por la inmovilización de su cuerpo a causa de la Restricción de Milo, y gracias a esto los guerreros atenienses se liberan y seguidamente prorrogan su camino a excepción del santo de Escorpio, quien  decide pelear en esta ocasión. El dorado aprovecha la habilidad de paralización que aplicó en su contrincante para asestar en su cuerpo los 14 golpes de la Aguja Escarlata, pero estos no consiguen perforar la adamas del Gigante por lo cual sale ileso sin ningún inconveniente; posteriormente, mientras Milo se encuentra conmocionado por la inefectividad de su valiosa técnica, mientras que el Gigante procede a liberarse de la Restricción y ahora se dispone a contraatacar. Ahora como respuesta, Enceladus emplea su máximo poder, la Condena Clandestina, produciendo que Milo sea atormentado por cientos de voces demoníacas, lo cual produce su absoluta hacia el enemigo; haciendo uso de esta ventaja, el Gigante procede a matar a su oponente pero este se mueve rapidamente evitando el golpe, y luego se recupera del efecto de la técnica recibida. El santo de oro asevera que no será doblegado por cualquier truco y que piensa luchar hasta el final, y eventualmente eleva su cosmos al máximo y lo concentra en su aguijón carmesí para hacer uso de su recurso secreto, la Aguja Escarlata Ardiente; con esta técnica, el dorado pretende atacar a su enemigo con un golpe que contenga la energía semejante a la que posee el sol. Enceladus recibe la Antares de esta clase y como consecuencia su armadura consigue ser perforada pese a su incomparable protección, produciendo en su cuerpo una hemorragea interna que desencadena su muerte posteriormente; al mismo tiempo, Milo sucumbe tras realizar esta técnica por la acción desorbitante de acumulación de cosmos, lo cual agotó de forma total sus energías. Momentos después, Aioria y Aioros llegan al Templo del Sol encontrándose en el camino con el cuerpo sin vida de su colega recién sacrificado, y aprovechan para agradecer por su auténtica acción.


En el Templo de Marte, Aldebarán se dispone a enfrentar a Agrios de Fuerza Bruta, uno de los Titanes más poderosos y el más resaltaba en fuera física, mientras que los últimos santos de oro se dirigen al templo ubicado al final del Olimpo. Al ser manipuladores de habilidades basadas en fuerza fisica, tanto el santo como el gigante inauguran la batalla protagonizando una pelea de puños, en la cual ambos guerreros se muestran muy neutrales, pero al final la fuerza de Agrios resulta superior a la de su contrincante, y por ende le infringe daño con unos cuantos golpes; cuando la batalla se inclina a favor del gigante, el dúo de santos de Leo y Sagitario llegan al recinto para inscribirse en la batalla al lado de su camarada. Posteriormente, los 3 dorados efectúan un plan de ataque colectivo iniciado por Aioros empleando el Trueno Atómico para inmovilizar al oponente, pero este no se inmuta y rápidamente se dirige al santo para propinarle una patada que lo estampa contra una columna del templo, seguidamente se une Aioria usando su Plasma Relámpago pero este ken no consigue impactar en el cuerpo del gigante puesto que su adamas lo repele con total éxito, y mientras el enemigo se encuentra enfocado en responder al santo de Leo es embestido por el Gran Cuerno de Aldebarán y sale a volar por el enorme poder del ataque. Momentos después, Agrios se dispone a contraatacar realizando su técnica Aplastamiento Masivo, para lo cual golpea fuertemente el suelo para levantar una nube de polvo que distrae a los santos con el fin de tener la oportunidad de embestir sus cuerpos con un potente golpe físico directo, consiguiendo de esta manera herir de gravedad a sus rivales. El trío dorado logra reincorporarse con dificultar, y pese a su estado crítico todos poseen un semblante de confianza puesto que aún tienen un truco bajo la manga que probablemente los ayudará a vencer al enemigo; como último suceso de la batalla, los dorados combinan sus técnicas especiales para formar una  nuevo ataque destructivo centrado en alcanzar el cuerpo del gigante. Al recibir este ataque, el cuerpo del gigante está siendo destruido y dentro de poco desaparecerá, por lo cual acepta su derrota pero no va a permitir que sus rivales salgan con vida del encuentro, y por consiguiente estalla su cosmos produciendo una explosión que arrasa con todo el lugar; debido a la acción suicida de Agrios, todos los personajes presentes mueren y el templo queda prácticamente destruido.


Al incursionar en el Templo de Jupiter, Mu, Saga y Shaka quedan atrapados en el Laberinto del Tiempo, en donde se encuentran con DeathMask y Mayura tras realizar un recorrido sin rumbo. La escena es verdaderamente emotiva para todos, pues a pesar de que los mencionados guerreros nunca entablaron una relación de amistad profunda siempre mantuvieron respeto y admiración mutua. Los últimos tres santos de oro comunican que sus demás colegas han muerto en las batallas acontecidas contra los Gigantes y a causa de esto sus almas han desaparecido para siempre, lo cual genera bastante tristeza. Por otro lado, los presentes discuten acerca de como pueden salir del laberinto, y en el diálogo Saga presenta la idea de usar su técnica dimensional para trasportarse al territorio exento de la trampa; teniendo este plan, Saga procede a crear una puerta dimensional en la distorsión del tiempo evidenciada al interior del laberinto con ayuda de los poderes psicoquineticos de Mu y Shaka, y a travéz de esta escapan Mayura y DeathMask hacia el interior del Templo de Jupiter, mientras que el trío dorado se queda para abordar a los dos últimos Gigantes que están en camino.


Instantes después, llegan al encuentro de los dorados Thoas del Trueno Rápido y Orthros de Dos Cabezas. Sin mayor rodeos, Thoas lanza una tanda de rayos cósmicos afilados al emplear su técnica Estigma, pero esta es detenida por la efectiva defensa del Muro de Cristal, más sin embargo la misma no resiste el impacto de la segunda técnica del Gigante, el Disparo Vengador, con la cual reúne todo el poder de sus rayos para concentrarlo en un único ataque; posteriormente, aprovechando que sus rivales no tienen protección ahora Orthros hace uso de la Trampa de Sáfiro, generando una abertura en el piso donde se emite un potente haz de luz que se estrella con los santos y les infringe bastante daño. La oportunidad de ataque ahora reside en los dorados, quienes proceden a realizar una ofensiva en conjunto que empieza con Saga efectuando la Explosión de las Galaxias, técnica con la cual consigue golpear bastante a Orthros pero al mismo tiempo el santo sale a volar con  potencia en dirección al cielo al ser atacado por un peligroso haz de luz del Gigante; luego Mu se une a la pelea usando la Extinción de Luz Estelar para exterminar a sus enemigos pero estos evitan ser alcanzados por dicha técnica y seguidamente Thoas responde al santo atacándolo con un rayo de energía que lo lastima de manera considerable. Después de la escena, los Gigantes centran su atención en Shaka, quien sorpresivamente encierra a sus rivales en el Tesoro del Cielo y luego se dispone a quitarles todos sus sentidos de golpe, pero esta acción no les afecta en lo más mínimo y elevando sus agresivos cosmos consiguen disolver el efecto de la técnica del santo de virgo, y eventualmente Thoas lo embiste con el Disparo Vengador, ataque que lo alcanza a herir a pesar del campo de energía creado por el guerrero para defenderse. Casi inmediatamente, los dorados de Aries y Géminis se recomponen y emplean sus técnicas respectivas a toda potencia, la Revolución de Polvo Estelar y la Explosión de Galaxias, pero a pesar de que los Gigantes son atacados de lleno estos no reciben ni el más mínimo daño debido a que sus habilidades están creciendo sistemáticamente puesto que su resurrección absoluta esta a punto de culminar; sucesivamente, Thoas ataca a sus oponentes con el Estigma produciendo heridas en estos que provocarán una hemorragea mortal más adelante. Luego de un momento los tres santos se reincorporan casi agonizantes, y a sabiendas del grave riesgo que significaría que los últimos Gigantes obtengan su máximo poder, ahora están decididos a realizar una última acción: la Exclamación de Atenea; finalmente, el trío efectúa esta técnica prohibida y exterminan a sus enemigos a la vez que arrasan con todo el Laberinto del Tiempo, produciendo una implosión que desafortunadamente los mata.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Mu: 35.500
Aldebarán: 33.000
Saga: 35.000
Aioria: 34.500
Shaka: 36.000
Dohko: 34.000
Milo: 34.500
Aioros: 35.000
Shura: 33.500
Camus: 33.500
Afrodita: 33.000
Pallas: 38.000
Echidna: 37.000
Quimera: 37.000
Enceladus: 37.000
Agrios: 38.000
Thoas: 39.000
Orthros: 39.000

Mientras tanto, Mayura y DeathMask inician un recorrido por el interior del Templo de Jupiter cuando sienten la aproximación de un poderoso cosmos, lo cual deja a entrever que se trata de un ángel, razón por la que DeathMask decide esperar al nuevo enemigo con el objetivo de permitir el avance de su amada para el encuentro con los últimos Titanes. Más tarde, ante Aquiles aparece el ángel más poderoso del Olimpo, Perseo, quien por parte de sus nuevos amos tiene encomendada la misión de eliminar a los guerreros que logren infiltrarse hasta el actual territorio. Es asunto de primordial importancia para DeathMask alcanzar a su colega, por lo cual pretende terminar la batalla con su más reciente técnica, la Sepultura de Almas, pero los hilos de cosmos espiritual no atajan a Perseo debido a que este se mueve increíblemente rápido para evitar el ataque, y posteriormente el enemigo le propina una potente patada a su oponente mandándolo a volar con gran fuerza; seguidamente, Aquiles se levanta e intenta efectuar la misma técnica pero su contrario la continúa evadiendo con relativa facilidad y luego procede a atacarlo con golpes físicos, lo cual amerita la oportuna respuesta del guerrero ateniense. Luego de un momento de intercambio de golpes, DeathMask se idea una trampa para finalmente atrapar a Perseo con sus espíritus y ahora tiene la posibilidad de emplear su Sepultura de Almas, pero antes de que está técnica colisione contra el enemigo este mismo se teletrasporta evadiendo el ataque y seguidamente procede a herir a su contrincante con el Filo de Exterminio, produciendo cortadas en distintas partes de su cuerpo, sin embargo estas no fueron profundas debido a la resistencia de la glory que lo protege, la cual quedó notablemente dañada. Viendo que la situación se está tornando difícil, DeathMask hace uso de las Pinzas Doradas del Cangrejo a toda potencia, pero dicho ataque logra ser detenido por Perseo con sus manos, aunque con algo de esfuerzo, y luego este último contraataca lanzando un potente golpe de cosmos que lastima bastante a su contrario al ser impactado. DeathMask reconoce que es inferior, por lo cual intenta elevar su cosmos al máximo para despertar el estado supremo de su glory, pero al no conseguir nada recuerda que no tiene conocimiento sobre como hacer esto, lo cual es objeto de burlas por parte de su enemigo quien le afirma que es indigno de pertenecer al ejército de los ángeles y ahora mismo lo castigará por usurpar esa glory que no le pertenece; inmediatamente, el ángel enemigo se eleva con sus alas y empieza a acumular cosmos en sus manos para realizar su técnica Vuelo de Fulminación, emitiendo destructivos rayos ken que atacan incesantes todo lo que se encuentra en la superficie, incluyendo a DeathMask. Luego de que el suelo del campo de batalla fuese arrasado por los ataques de Perseo, este mismo se dirige a buscar el cuerpo de Aquiles, quien se encuentra bastante lastimado y con un desgaste extremo, y ahora se dispone a terminar con su vida pero antes es interrumpido por la llegada de Belerofonte, el último ángel del Olimpo.


Belerofonte le llama la atención a su homólogo por estar situado en el territorio que se encuentran bajo su custodia, y después le dice que no se preocupe por Aquiles pues él mismo lo va a rematar y también le recomienda que se diriga cuanto antes a detener el avance de la santa de oro que ya ha incursionado en los dominios de Perseo. Ahora, el ángel empieza a torturar lentamente al indefenso DeathMask y además lo intriga diciéndole que le haría un bien al matarlo pues así podrá reunirse en el otro mundo con su apreciada compañera, la cual indudablemente morirá al enfrentar a Perseo, el guerrero que supera ampliamente a cualquier otro ángel; estas palabras provocan que DeathMask obtenga fortaleza teniendo como base ir a proteger a Mayura, por lo cual eleva su cosmos y consigue recomponer sus energías. Una vez Aquiles encuentra motivación necesaria para continuar peleando sin cansancio ni fronteras, ahora procede a repeler a Belerofonte y eventualmente le aplica la Sepultura de Almas, hiriéndolo considerablemente pero no al punto de sentenciar su derrota, por lo que el enemigo se levanta con dificultad teniendo como intención prorrogar el combate. Belerofonte se prepara para usar su habilidad secreta, que consiste en generar descomposición de materia con el alcance de sus ataques, y al efectúar una tanda de rayos ken consigue hacer contacto con DeathMask provocando que algunas partes de su glory empiecen a consumirse, lo cual obliga a que las destruya y posteriormente decida quitarse la armadura para que esta no resulte afectada. Seguidamente, DeathMask intenta iniciar una conversación con su contricante para insistir que luche contra el control metal, pero su intento es desprestigiado por Belerofonte quien afirma que apesar de estar sometido a la voluntad de los Titanes en su interior los apoya, pues desde siempre ha odiado a los Olímpicos y ahora se siente identificado con el ideario promulgado por los súbditos de Cronos; este testimonio produce que Aquiles sienta repulsión hacia su rival y decida acabar con su vida sin compasión. La pelea final da inicio con Belerofonte que realiza su técnica Plasma de Quimera, lanzando una serie de ráfagas lumínicas que provocan la desintegración de cualquier cosa al hacer contacto, pero afortunadamente Aquiles al conocer la habilidad de su contrario logra esquivar el ataque y ahora va a ser muy cauteloso por estar ausente de su glory; posteriormente, DeathMask emplea las Pinzas Doradas del Cangrejo sin éxito alguno puesto que Belerofonte consigue neutralizar la técnica desintegrándola con su cosmos y luego contraataca incesante con su peligrosa habilidad, pero Aquiles esquiva los ataques más no los evade completamente debido a que el enemigo los controla para que sigan al oponente. DeathMask se ve acorralado por las ráfagas de cosmos desmaterializadoras de Belerofonte,  pero luego de un tiempo se le ocurre la idea de acercarse a su enemigo y luego lo inmoviliza con las Ondas Infernales para que el Plasma de Quimera impacte en cuerpo, produciéndole asi la muerte; antes de desaparecer, Aquiles le dice a su rival que la muerte que encontró es un castigo divino por su malvada mente.


Paralelamente, Mayura es interceptada en su camino por Perseo, quien la recibe con un poderoso golpe que la manda al suelo para detener su avance. En un primer momento, la santa se preocupa por su amado debido a que el ángel a quien iba a confrontar ahora se encuentra en frente suyo, pero este último le aclara que no lo mató pero seguramente si lo hizo otro de sus colegas, haciendo referencia a Belerofonte; debido a la angustia producida por las palabras del ángel, Mayura lo ataca con su Aletazo Supremo con el fin de distraerlo para que pueda regresar a ayudar a su compañero, pero su acción es poco exitosa debido a que su ataque es brevemente repelido, y eventualmente su paso es restringido por una tanda de rayos ken emitidos por Perseo, los cuales la mandan a volar y le generan sufrimiento corporal. La santa de Cáncer comprende que debe pelear para ganar su paso, pero en vista del limitado tiempo disponible que posee, entonces se dispone a efectuar su máxima técnica, la Ventisca de Pavo Real, con la cual aparentemente consigue atrapar a Perseo pero en realidad este se escapó de la corriente de viento con un movimiento astuto usando su increíble velocidad, sin que su rival se percatara, y posteriormente el ángel la ataca con el Filo de Exterminio provocándole una cortada a lo largo de su torso por donde se empieza a desangrar; a causa del sufrimiento que le proporciona las heridas recibidas, la santa se mantiene temporalmente fuera de combate, hecho que es aprovechado por el ángel para efectúar por segunda ocasión el Filo de Exterminio concentrado en un solo objetivo, pero la guerrera alcanza a esquivar el ataque con mucha agilidad, pues según ella misma testifica dicha técnica no será efectiva en un segundo intento. Mayura procede a contraatacar pero antes presencia como la hombrera derecha de su cloth dorada estalla repentinamente y en su brazo se forma una herida profunda que por poco le arranca el brazo, todo esto producido por la técnica de su enemigo, y ahí comprende que esa habilidad puede causar daño pese a no alcanzar al objetivo; seguidamente, desde los aires Perseo emite rayos ken altamente destructivos con el Vuelo de Fulminación, lo que amerita la intervención de la santa de oro con las Alas Destellantes de Plumas Reales, produciendo así un choque entre técnicas que al final termina superando el poder de la guerrera, por lo cual está misma es impactada por la ofensiva de su enemigo. Luego de que se recuperara momentos más tarde, Mayura intenta aproximarse hacia su contrincante de turno para aplicar su Paralización pero no lo consigue sencillamente en razón de la enorme velocidad del ángel, pero debido a su insistencia lo logra después de un tiempo y ahora tiene la posibilidad de usar las Pinzas Doradas del Cangrejo para atacar desprevenido a Perseo, pero esta técnica es contrarrestada por una rafaga de energía efectuada por el guerrero del Olimpo, quien al final no resultó afectado por el efecto paralizante de su oponente, y posteriormente a partir de este ataque basado en cosmos el enemigo realiza otra técnica, la Explosión de Nova, produciendo una bola de energía que supera la ofensiva rival y finalmente impacta en la santa creando una explosión que la deja totalmente debilitada y con toda su estructura corporal interna destrozada. Seguidamente, Perseo se dirige al cuerpo indefenso de su rival y la alza del cuello para rematarla, pero en ese preciso instante se percata de que ella lleva un peculiar collar: se trata del mismo que él posee desde su infancia cuando residía en la Tierra como un humano normal.


Perseo se queda pensativo por un momento y evoca recuerdos de su niñez, especificamente cuando vivía al lado de su hermana menor. Al ver el mencionado collar en la santa, el ángel recuerda que ese objeto es único y que la persona que lo tenía en su poder aparte de él era precisamente su hermana, por lo cual deduce que su actual rival posiblemente es dicha personaje. Debido a esta inesperada sorpresa, el guerrero angélical suelta a la santa y luego menciona el nombre de su hermana con la sorpresa de que coincide con el de su contrincante: no cabe duda, Mayura es la hermana de Perseo. La santa de oro se siente impactada por el hecho de que su enemigo sepa su nombre, cuando ella nunca lo ha revelado en el transcurso de la batalla, y luego igualmente identifica el collar que tiene él y pronostica que se trata de Adler, su hermano desaparecido hace bastantes años.


Los padres de Adler y Mayura murieron luego del ataque sucedido cerca a su residencia en Alemania, a manos de un ejército enemigo del Santuario, pero afortunadamente ellos sobrevivieron gracias a la protección brindada por los santos de plata, quienes además los llevaron hasta Grecia con la idea de que recibieran el entrenamiento para aspirar al puesto de soldado raso o caballero. El par de hermanos se dedicaron con vocación a superar su entrenamiento, y gracias a su enorme esfuerzo y potencial consiguieron en poco tiempo el rango de caballero: Mayura se convertiría al cabo de 3 años en santo de plata del Pavo Real, mientras que Adler haría lo propio en este lapso de tiempo obteniendo la cloth de bronce de Ave del Paraiso. Un año más tarde, misteriosamente Adler desaparece del Santuario sin dejar rastro alguno, y aunque su hermana lo buscó sin cansancio durante mucho tiempo nunca halló siquiera una pista de su paradero, y por tal motivo lo dio como muerto.


Mayura se siente muy feliz por haber encontrado al fin a su querido hermano, pero este no siente lo mismo ya que está decidido a asesinarla debido al control mental que lo somete a eliminar a todo enemigo de los Titanes. La santa se encuentra en un estado de agonía, razón por la cual no puede defenderse pero para su fortuna es salvada por DeathMask, quien lanza un golpe de cosmos a Adler para apartarlo lejos de su amada. El ángel Aquiles procede a curar los puntos vitales de su colega reponiendo así su energía vital, y luego se dispone a atacar a Perseo pero es frenado por la santa, quien le implora que no le haga daño puesto que el enemigo en realidad es su hermano, revelación que conmociona al guerrero ateniense. Mayura no quiere enfrentar inútilmente a su hermano ni pretende darle muerte sin razón concreta, por lo cual prefiere abstenerse de atacar y permitir que el ángel la asesine, sin embargo DeathMask la protege alejando al enemigo y luego la induce a continuar la misión que es precisa cumplir para la salvación de la Tierra; gracias a las palabras conmovedoras de su pareja, Mayura encuentra fortaleza moral para seguir peleando con el objetivo de liberar a su hermano y la humanidad. Perseo no soporta más la prolongación de la batalla y decide continuar esta misma dirigiendo su técnica Explosión de Nova hacia sus rivales, pero en esta ocasión no tiene efectividad ante Mayura, quien se sitúa al frente de DeathMask para protegerlo y concentra su cosmos en las manos para frenar el poderoso ataque, y seguidamente la santa emplea el Aletazo Supremo consiguiendo por primera vez herir considerablemente al ángel. Adler se levanta momentos después y se ríe del efímero poder de su hermana, mientras que está última aclara que no ha usado su máximo potencial debido a que no lo quiere lastimar, pero también afirma que no durará en apelar a la fuerza hasta persuadirlo; esta declaración sólo agudiza la ira de Perseo, quien ahora avanza descontrolado hacia sus contrincantes e intenta atacarlos con el Filo de Exterminio, pero al saber que esta técnica puede infringir daño sin alcanzar a su objetivo, la santa le advierte a DeathMask esto y ambos entran en un momento de concentración fino para poder disolver los cortes filosos de cosmos cuando estos se les acercan, logrando así superar la técnica del contrario. En esta ocasión, es el turno de los guerreros atenienses para responder y atacan en conjunto con las Pinzas Doradas del Cangrejo, lo cual potencia esta técnica y debido a este efecto producido el ángel es herido por segunda ocasión, pero el daño que recibe su cuerpo no es importante pero si el que sufrió su glory. Adler parece estar en clara desventaja pero no se le nota afanado debido a que aún dispone de la posibilidad de efectuar su máxima técnica, la Explosión de Super Nova, la cual perfecciona su ultima técnica revelada para producir daños tanto en el cuerpo como en el espíritu de quien la recibe; al utilizar este recurso, el ángel Perseo alcanza a sus enemigos y deja al borde de la muerte específicamente a DeathMask, quien se percata del ataque en el momento de su realización e intenta teletrasportarse junto a su colega pero no lo logra a tiempo y recibe casi todo el impacto de la técnica, mientras que Mayura ha quedado debilitada por el daño espiritual más no ha sido afectada de gravedad. Posteriormente, Mayura acude hacia su amado para curarlo pero no tiene éxito debido a que no puede recomponer la afectación espiritual presentada en su ser, y este desastroso suceso le produce gran impotencia y desesperación. Mayura se reincorpora a la pelea sin intención de ser flexible, pese a que el enemigo es su propio hermano, y empieza a incrementar su cosmos con el fin de realizar una ofensiva definitiva, pero el que toma la iniciativa de primeras es Adler para efectúar nuevamente la Explosión de Super Nova, y seguidamente la santa de Cáncer crea una abundante capa de fuego fatuo que empieza a erradicar la poderosa técnica enemiga, y luego de un rato la consigue superar completamente aunque su cloth dorada queda completamente destruida por la onda expansiva creada debido al impacto; posteriormente, Mayura genera su más poderoso viento arrasador para atacar con el Huracán Sagrado, y en esta ocasión la violenta corriente atrapa exitosamenre a Adler inmovilizando todo su cuerpo y eventualmente lo arrolla, provocando que su glory sea destruida en gran proporción y su mente entre en colapso. Luego de que Adler recuperara el conocimiento, enseguida su espíritu empieza a luchar contra el control mental de Cronos motivado por las apreciables acciones de su hermana en aras de su liberación, y luego de un  momento logra controlar a voluntad su cuerpo. Mientras tanto, Mayura corre hacia el cuerpo a bordo de sucumbir de su amado para abrazarlo, y en ese instante Adler, quien ya ha recuperado la cordura, se dirige hacia ellos para curar las heridas que infringió en DeathMask y luego entabla una conversación amena con su hermana.


Adler le cuenta a Mayura que él fue el humano predestinado a entrar a las filas del principal ejército al servicio del Olimpo, los ángeles, compuestos escencialmente por semidioses y héroes mitológicos, y por esta razón fundamental es que desapareció de un momento a otro hace aproximadamente 20 años. Los hermanos intercambian sus sentimientos y piden perdón mutuo por la pelea vana que afrontaron. Todo parece ser reconfortante pero desafortunadamente Adler empieza a sufrir nuevamente a causa del control mental de Cronos, pues a causa de su revelación contra este mismo ahora recibirá como castigo una dolorosa tortura psicológica que terminará produciendo su muerte. Mayura se angustia al ver a su hermano sufrir y no sabe como lo puede ayudar, y en ese momento DeathMask tiene la idea de usar las Ondas Infernales para desprender temporalmente su alma con el fin de evitar el sufrimiento por el que pasa, pero en cambio logra apaciguar la mente del ángel desapareciendo completamente el mencionado control.

Posteriormente, una vez Adler se recupera opta por unirse a la lucha de su hermana. La santa de oro y los dos ángeles se dirigen al encuentro con los Titanes pero antes son interceptados por una nueva clase de enemigo: Pegaso Alado, un Alado Celeste. Los Alados Celestes son los más sobresalientes ángeles que componen el ejército personal de Zeus, y debido a la derrota de su rey ahora sirven obligatoriamente a Cronos. Para no desperdiciar tiempo, Adler se responsabiliza de detener al nuevo enemigo y le ordena a sus recientes aliados que avancen sin él, no sin antes advertirles que nunca lograran derrotar al rey de los Titanes, ni siquiera convirtiéndose en dioses, y les aclara que la única persona que puede derrotar a este temible Dios es su hijo Zeus, sin embargo como su alma ha sido sellada en el Monte Olimpo entonces los guerreros tienen la obligación de liberarlo como sea; teniendo claro esto, Mayura y DeathMask priorizan llegar con Zeus en vez de enfrentar directamente a los dioses enemigos faltantes.

Los Alados Celestes son guerreros derivados de los ángeles, los cuales sobrepasaron el poder habitual de estos últimos, y por consiguiente obtuvieron un puesto privilegiado para ser los guardianes personales de Zeus. Adler tenía todas las aptitudes para convertirse en Alado pero no tuvo posibilidad de serlo por su linaje humano, y debido a esto siempre mantuvo una rivalidad con esta clase de guerreros. Perseo le confiesa a Pegaso Alado que nunca le agradaron los Alados pero siempre les tuvo respeto por ser los más cercanos a Zeus, y por tal motivo quiere apostar todo de si para liberar a su actual enemigo, aún cuando tenga que asesinarlo, pues sabe que eso seria una opción honorífica para no ser lacayo de los malvados dioses. Sin intención de prolongar más el diálogo ni escuchar, el alado se acerca agilmente al ángel para atacarlo pero este último parece evadir la tanda de golpes básicos, sin embargo alcanza a recibir daño en su cuerpo por el efecto posterior del impacto; Pegaso Alado se burla de su rival por su actual capacidad limitada y afirma que nunca lo derrotará estando en ese estado, y seguidamente continúa atacado en esta ocasión propulsándose con sus alas para chocar a su contrincante, consiguiendo de esta manera herirlo y debilitarlo en varias oportunidades. Adler parece ser derrotado por la sofisticada ofensiva de su enemigo, pero la promesa que le hizo a Mayura de recuperar los momentos perdidos luego de que termine la cruenta guerra lo hace extraer fuerza de la parte más interna de su ser, y gracias a esto logra reincorporarse a la batalla. Pegaso Alado pretende finalizar el desigual combate empleando la Propulsión de Poder Divino, pero al golpear con su poder el cuerpo de Adler no logra ni siquiera romper su postura, y luego el alado es atacado por un potente puño que lo manda a volar; el enemigo no comprende como su habilidad ahora no surte efecto contra su oponente, a lo que este aclara que su espíritu de combate está más ardiente que nunca por la fuerza moral que le otorga haberse reencontrado con su hermana, y esto incrementa su poder. El Alado no confía en las palabras de su rival y decide atacarlo nuevamente con su técnica, pero al dirigirse hacia este recibe la Explosión de Nova, sucumbiendo ante el poderosa ataque del ángel. Adler se siente reconfortado por saber que el alado, a pesar de estar ahora muerto, no será controlado nunca más por Cronos, y seguidamente se dispone a partir hacia las batallas definitivas contra los últimos Titanes pero no puede debido a que cae desplomado por el desgate, sintiéndose avergonzado por no poder ayudar a su hermana pero a la vez se encuentra confiado de que todo saldrá bien, pues considera que Mayura y DeathMask son guerreros formidables.


Mientras tanto en el Santuario, Kanon planea ir hacia el Olimpo para apoyar a Mayura y DeathMask en su lucha contra los Titanes y es apoyado por Sorrento pese a las diferencias que tuvieron en el pasado, especificamente en la guerra santa entre Poseidón y Atenea, pero Marin intenta detenerlos pues considera que la presencia de cualquiera de los guerreros presentes será un simple estorbo, sin embargo los generales marinos omiten el llamado de advertencia y proceden hacia el territorio divino. Al entrar al Templo de la Luna, los marinos son rápidamente abordados por uno de los 8 Alados Celestes, Teogénesis, quien al percibir el cosmos de los intrusos acudió de inmediato para eliminarlos. Los guerreros aliados se disponen de inmediato a efectúar sus poderes principales, comenzando por Sorrento tocando su mortal melodía para aturdir al enemigo, lo que le da tiempo a Kanon para emplear la Explosión de Galaxias, pero el alado consigue salir ileso de la ofensiva evadiendo el efecto de la habilidad de Sirene atacándolo con su espada, y luego con la misma arma neutraliza la poderosa técnica de Dragón Marino y posteriormente lo embiste con un golpe de cosmos; inmediatamente, Kanon se inclina por usar el Triángulo Dorado pero la dimensión creada es destruida por un corte de la espada de la creación de Teogénesis, y seguidamente Sorrento intenta aniquilar al enemigo con la Sinfonia Final pero los sonidos de su flauta no le alcanzan a llegar debido a que este los detiene con su espada. Ahora quien ataca es Teogénesis con su técnica especial, la Espada de los Dioses de la Creación, con la cual consigue destruir las escamas de los marinos en su totalidad y dejar sus cuerpos en un estado físico delicado, pero comete el error de no matarlos de una vez pues cuando se dispone a liquidarlos llegan a interrumpir la escena Shaina y Marin portando sus antiguas cloths de plata, y con bastante habilidad emplean la Garra del Trueno y las Rosas Diabólicas Reales respectivamente para inmovilizar al Alado, consiguiéndolo por un breve momento lo suficiente para que Kanon y Sorrento lo ataquen a la vez con la Explosión de Galaxias y el Clímax Final provocando así la derrota del guardián de Zeus. Luego de la difícil batalla, Kanon y Sorrento caen al suelo totalmente debilitados y de inmediato son curados por las santas, y posteriormente deciden regresar al Santuario para esperar como concluye esta guerra, pues finalmente los marinos asimilan que su presencia es insignificante ante los Titanes. Al regresar del Olimpo, Kanon decide volver a su forma astral pues considera que ya no tiene nada pendiente en el mundo material.


Volviendo a los acontecimientos personales de Mayura y DeathMask, en el recorrido de estos dos personajes se presenta ante ellos Amazona, un Alado femenino. La aparición de la reciente enemiga no es del agrado de los guerreros atenienses, pues estos últimos no quieren perder más tiempo ni lastimar a los soldados olimpicos que están siendo manipulados vilmente, pero no tienen más opción que terminar cuanto antes con la vida de la Alada para lograr finalmente llegar a las batallas trascendentales contra los Titanes. Pensando en que la enemiga posee un poder proporcional al de un ángel, Mayura y DeathMask se mandan al ataque un poco confiados y por tal imprudencia son encerrados en un plano ilusorio de sufrimiento denominado Secreto Hermético, y allí empiezan a ser atormentados mentalmente hasta caer doblegados; aprovechando el estado de debilidad de los oponentes, Amazona procede a direccionar poderosos ataques fisicos que les causan un terrible daño, en especial a Mayura quien se encuentra desprotegida puesto que su cloth de Cáncer ha sido completamente destruida en su enfrentamiento contra Adler. DeathMask no resulta lastimado de consideración mientras que Mayura tiene bastantes huesos de su cuerpo pulverizados, pero pese a esto logra reincorporarse pues no piensa morir antes de concluir esta guerra. Ahora el dúo intenta atacar pero no pueden hacer nada mientras se encuentren en el Secreto Hermético, sin embargo con sus desarrollados poderes psicoquineticos ambos guerreros consiguen salir de este hostil mundo pero sus mentes aún se encuentran impregnadas de la habilidad de Amazona, y por esta vía la Alada le infringe daño psicológico a sus rivales al hacerlos imaginar a cada uno la muerte de sus seres más preciados; en la ilusión, DeathMask ve como su amada es asesinada a manos de Cronos, lo mismo le pasa a Mayura adicionando la vivencia de la muerte de su hija. La santa y el ángel parecen enloquecer por el efecto ilusorio pero luego de luchar internamente recuperan su cordura, y ahora atacan violentamente a Amazona con las Pinzas Doradas del Cangrejo pero no le causan mayor daño puesto que la armadura que porta, la glory real, contrarresta el poder de la técnica ya que la protección que brinda es mayor a la de una glory ordinaria; seguidamente, la Alada responde efectuando sus ataques fisicos letales, lo cual obliga a DeathMask a situarse al frente de su compañera para evitar que esta sea lastimada, saliendo herido por esta acción. Posteriormente, Mayura se acerca a Amazona, y luego de evadir unos cuantos ataques la sujeta firmemente de los brazos para luego propinarle una potente patada que la manda a volar, y sucesivamente Aquiles emplea sus alas para ir a golpear a la enemiga desde los aires y a la vez envolver su cuerpo en fuego fatuo a travéz de las Llamas Demoniacas. Amazona se encuentra sufriendo en razón del fatal fuego, pero antes de que su alma sea consumida por las llamas de espíritu pretende matar a DeathMask, pero antes la santa de Cáncer la ataca también con sus Llamas Demoniacas, sentenciando así su muete. Antes de morir, la Alada se libera del control mental y agradece a sus oponentes por la valerosa acción de enfrentarse a los Titanes.


Sin más impedimento, Mayura y DeathMask siguen su camino y encuentran la entrada al Recinto de los Pritaneos, pero cuando están a punto de cruzar a este nuevo territorio, DeathMask se percata de que adelante reside una trampa que produciría sus muertes si entran allí: se trata de la barrera de espacio-temporalidad. Este obstáculo fue instaurado por Cronos para impedir el paso de los enemigos a su territorio en custodia, el Templo de Jupiter, y quien se atreva a cruzar a travéz de esta barrera será tragado por diferentes dimensiones temporales y espaciales presentes, produciéndole una muerte inmediata. El ángel le explica este peligro a su amada y le dice que no podrán cruzar bajo ninguna circunstancia, pero ella prefiere arriesgarse aún cuando el peligro es inminente, igual DeathMask luego de ser convencido. Los guerreros toman  la iniciativa de cruzar ya que no tienen otra alternativa, pero en ese momento son interrumpidos por la llegada de los 5 Alados Celestes restantes, León Real, Jabalí Mitológico, Caballo Celestial, Ave Legendaria y Gloria, lo cual complica la situación debido a que no tienen muchas posibilidades de hacerles frente a tantos enemigos. Los Alados se disponen a pelear, y en medio de la tensión DeathMask recuerda como liberó a Adler del control mental y le dice a Mayura que deben emplear las Ondas Infernales para apaciguar la mente de los enemigos, consiguiendo de esta manera anular la actitud malvada de sus espíritus. Los Alados vuelven en sí y en señal de agradecimiento por ayudarlos proceden a unir sus cosmos para efectúar una habilidad especial, el Llamado de los Tres Poderes del Rey, convocando las tres legendarias armas de Zeus (Trueno, Relámpago, Rayo) para erradicar la barrera de espacio-temporalidad creada a partir del cosmos maligno de Cronos, y finalmente el último obstaculo desaparece permitiendo el paso de Mayura y DeathMask. Los guerreros atenienses agradecen por el gesto de los Alados y seguidamente ascienden por el Recinto de los Pritaneos, mientras que los 5 soldados de Zeus caen agotados luego de usar toda su energía cósmica.


Aclaración: Los niveles de cosmos son los siguentes;

Shaina de Ofiuco: 19.000
Marin de Águila: 18.000
Sorrento de Sirene: 25.500
Kanon Dragón Marino: 36.000
DeathMask de Aquiles: 37.000
Mayura de Cáncer: 38.000
Belerofonte: 36.000
Adler de Perseo: 41.000
Pegaso Alado: 40.000
Teogénesis: 39.000
Amazona: 40.500
León Real: 41.500
Jabalí Mitológico: 41.000
Caballo Celestial: 42.000
Ave Legendaria: 41.000
Gloria: 39.500


Por otro lado, sentado en el gran trono del rey olímpico ubicado en la Cima del Monte Olimpo, Cronos recuerda la traición de su esposa Rea en la era mitológica cuando evitó que se comiera a Zeus, condenando su derrota en la Titanomaquia precisamente a manos de su hijo, y luego rememora una conversación que entabló con su mujer cuando acababan de resucitar, en la cual el Titán la acusa de indigna por su accionar en el pasado y está a punto de asesinarla como castigo. Rea se siente sinceramente mal por haber ido en contra de su esposo, pues siempre lo ha amado y ha pretendido velar por su bienestar, y ahora pide una segunda oportunidad para redimirse jurando absoluta lealtad ante el rey de los Titanes y afinidad a sus ideales; Cronos se compadece de corazón y perdona absolutamente los agravios de la Titánide en contra suya, además le otorga un lugar privilegiado reafirmado su nombramiento como reina de los Titanes. Cronos evoca estos recuerdos ya que actualmente lo único que lo motiva para dar consecusión a sus planes es el amor verdadero que siente por Rea y la esperanza de gobernar nuevamente todo a su lado, pues ella es la única persona realmente importante para él. Luego de divagar sobre este tema, el Titán supremo es notificado por Hiperión, su mano derecha, sobre la incursión de los últimos guerreros atenienses más allá de los límites del terreno originalmente perteneciente a la diosa Hestia, y luego agota su último recurso al enviar al mencionado Titán a ese lugar para aniquilar definitivamente a los intrusos. Al mismo tiempo, Rea aparece ante su esposo y le comunica el deseo que tiene de ir a enfrentarse con los enemigos, pero es detenida pues Cronos, a pesar de no considerar a Mayura y DeathMask como enemigos potenciales, no quiere que su amada se arriesgue; sin embargo, Rea convence al Titán de que no correrá ningún peligro ante unos simples humanos y obtiene así el permiso para custodiar el territorio de Demeter por si Hiperión tiene problemas en realizar su misión. La reina Titánide parte al campo de batalla, mientras que el rey Titán permanece en su nuevo trono a la expectativa del desenlace de esta guerra, además pendiente de su esposa.


Adentro del Recinto de los Pritaneos, DeathMask y Mayura sienten con fuerza la aproximación de un cosmos divino maligno, deduciendo que se trata de un Titán, por lo cual toman precauciones necesarias para iniciar la batalla. Poco después, Hiperión aparece ante los dos guerreros y en ese momento DeathMask toma la iniciativa de afrontar solo la pelea contra el nuevo enemigo, permitiendo el paso de la santa quien sale del lugar sin dificultad puesto que el Titán no opone resistencia ante su salida. El ángel se siente confundido por la peculiar actitud calmada del enemigo, pues en vez de intentar detener a Mayura simplemente la deja pasar, pero la deidad aclara que no era necesario atacar a la guerrera en ese instante, pues afirma que él la enfrentará luego de acabar con el actual rival. DeathMask responde al Titán que no permitirá que salga con vida de esta pelea, y seguidamente recibe la ayuda de la Diosa Hestia en forma de espiritu para desarrollar su glory suprema, potenciando el nivel cósmico a una proporción bastante alta. El ángel se siente imponente con su nuevo poder, mientras que el enemigo sigue confiado y demuestra su ímpetu deteniendo con una sola mano la técnica principal de su rival, las Pinzas Doradas del Cangrejo, y eventualmente crea un sol propio para contraatacar con el Vórtice del Sol, formando un viento solar que se dirige hacia Aquiles destruyendo algunas partes de su glory suprema; con la intención de evitar la mayor proporción del ataque, DeathMask emplea sus alas para volar pero su intento es inútil después de un tiempo ya que la velocidad a la que se mueve el viento es notablemente superior a la suya, por lo cual la técnica de Hiperión lo ataca y hiere considerablemente, infringiéndole quemaduras importantes que lo dejan no apto para continuar. Pese a su cuerpo lastimado, Aquiles se recupera y ahora comprende que los últimos Titanes serán prácticamente invencibles ya que disponen de todo su nivel, por lo cual ahora intenta idear un plan de ofensiva adecuado para esta desfavorable situación, y solo se le ocurre acercarse al Titán para atraparlo en la Sepultura de Almas, pero al intentar hacer el primer movimiento inmediatamente es recibido por la Prominencia Solar, técnica con la cual se genera una serie de serpientes solares que se abaten contra el ángel produciendo que su armadura se empiece a destruir, y pese a que logra acabar con algunos de estos animales luego los mismos emergen del suelo en forma de magma ardiente como el sol, el cual al adherirse a la glory real la desintegra por completo; sin embargo, DeathMask antes de ser impactado por la habilidad de Hiperión logra aplicar la Sepultura de Almas en su oponente, produciendo una poderosa explosión a partir de materia espíritual que aparentemente destruye al Titán, pero este sale totalmente ileso mientras que Aquiles se encuentra agonizando por las letales quemaduras. DeathMask se encuentra fuera de combate y Hiperión se le acerca para golpear su cabeza con el pie con el fin de torturalo mientras muere, y en ese momento el ángel comienza a delirar aceptando que no tiene nada que hacer ante los nuevos Dioses del Olimpo, pero antes de perder toda esperanza el espíritu de Apolo le habla sobre evitar la rendición sin llegar hasta el límite, y además le explica detalladamente como debe despertar el poder definitivo, el noveno sentido.


La gran voluntad o noveno sentido es el estado necesario para convertirse en un Dios. Se dice que los dioses griegos eran antiguamente humanos que despertaron este estado privilegiado, llegando a dominar poderes sobrenaturales que les proporcionaban un estatus de dominio ante los mortales. Para despertar el noveno sentido es necesario que el cosmos evolucione al punto de obtener la capacidad de generar existencia con su poder acogedor, y para alcanzar este clímax es necesario conectar de forma perfecta el cuerpo con el espíritu para conseguir una unión del universo interno. Apolo explica esto a DeathMask y en medio de la desesperación el ángel intenta despertar el noveno sentido, obteniendo indicios de lograrlo suficientes para que el Dios del Sol le otorgue su Kamei. Aquiles porta la sagrada Kamei del Dios Olímpico y su poder se incrementa exageradamente, a tal punto de infundir temor en el Titán, quien siente como su contrincante se equipara con su poder y de su cuerpo brota una aura divina característica en un Dios de alta categoría. Ahora parece que se avecina una legendaria batalla reñida.


Mientras tanto, Cronos siente como uno de sus enemigos ha obtenido un cosmos divino, por lo cual no confía en que Hiperión pueda controlar la situación solo, y por esta razón decide envíar al campo de batalla a un nuevo recurso valioso: el Dios Tifón. Anteriormente, el rey Titán intentó usar su cosmos para posibilitar la resurrección completa de los Gigantes, pero esto fue evitado gracias al sacrificio de los antiguos santos de oro; sin embargo, Tifón, el líder de los Gigantes, no fue a combatir para asegurar su despertar.

Volviendo al Recinto de los Pritaneos, pese al temor que sintió en primera instancia por el cambio inesperado de su rival, Hiperión continúa confiado por su posición de deidad y tiene la seguridad de que es invencible en cualquier situación; como señal de provocación, DeathMask responde al enemigo que ha despertado el noveno sentido y está portando la más valiosa armadura entre los dioses, la Kamei, y ahora con estas cualidades no tiene nada asegurado, pero el Titán sigue despreocupado respaldado por el hecho de que su raza ha exterminado nada más que a los Dioses Olimpicos. Luego del suceso, la batalla es continuada por iniciativa de Hiperión, quien efectúa el Vórtice del Sol contra DeathMask pero este se teletrasporta para evadir el alcance de la técnica, sin embargo el Titán manipula su técnica para dirigirla a placer hasta impactar a su rival pero el ángel continúa evitándola, y posteriormente contrarresta el viento solar yendo de manera directa hacia este para disolverlo con el poder de llamas solares que ahora manipula gracias a la retribución del Dios del Sol; seguidamente, Aquiles utiliza las mencionadas llamas para mandar un ataque infalible hacia su enemigo, consiguiendo debilitarlo de forma importante además de dañar su intacta armadura soma. El fuego ardiente producido por el ángel se adhiere al Titán y empieza a consumir su vestimenta, pero logra liberarse al convocar una espada con su soma, arma con la que realiza un ataque de cosmos que supera las letales llamas. Posteriormente, Hiperión extrae de su soma un par de alas y hace uso de su arma para efectúar una nueva técnica, la Espada de Prominencia, saliendo propulsado hacia su contrincante para atacarlo con su espada envuelta en fuego derivado del sol que creó; para responder adecuadamente a la ofensiva, DeathMask lanza una tanda numerosa de rayos ken para impedir el paso de la deidad, pero este esquiva todos los ataques empleando la velocidad aumentada que ha obtenido con sus alas, y luego emplea su espada para lanzar cortes que tienen la finalidad de acabar con la vida del ángel, pero afortunadamente este no es herido de gravedad más sin embargo es alcanzado por el fuego que se extrae del arma, pero su Kamei lo protege de manera efectiva. El guerrero Aquiles se resiente un poco por el ataque recibido por lo que descansa un poco, y esto es hábilmente aprovechado por el Titán para emplear su técnica definitiva, el Vórtice de Ébano, creando un gran tornado de viento oscuro que envuelve al ángel atrapándolo en su interior; DeathMask intenta liberarse pero su cuerpo es aprisionado por el violento viento negro, y eventualmente por voluntad del enemigo empieza a ser comprimido con una gran fuerza. El ángel empieza a ser destrozado por el movimiento del tornado, la Kamei de Apolo comienza a sufrir daños notables y el cuerpo del guerrero recibe daño considerable hasta que aparentemente se produce su muerte; DeathMask queda inconsciente por lo que el Titán decide disolver su tornado, y ahora se dirige al ángel para hacerlo sufrir antes de asestarle el golpe final. Hiperión pisotea la cabeza de su oponente mientras reafirma sus palabras anteriormente dichas sobre las remotas posibilidades de vencer a un Titán, y luego se dispone a herir el cuerpo indefenso del ángel con su espada a la vez que le produce quemaduras con el fuego del arma; después de un tiempo de torturar a DeathMask utilizando este método, el Dios procede a matarlo pero su rival se recompone pensando en Mayura, y consigue evadir el ataque para luego reintegrarse a la batalla. Con tono burlesco, Hiperión despotrica de la vana persistencia de su contrario y le asegura que no conseguirá nada pese a sus incontables intentos, y ahora prepara la Espada de Prominencia para un segundo uso pero el ángel evita la consecusión de la técnica inutilizando su poderosa arma al agrietarla con las Pinzas Doradas del Cangrejo, ataque con el que además impacta y manda a volar al Titán. La deidad se enfurece cambiando notablemente su actitud de golpe, y ahora con toda esa ira no duda en atacar a su rival con el Vórtice de Ébano, atrapándolo nuevamente en el difícil tornado de viento negro, pero a causa del saber sobre el desarrollo de esta técnica, Aquiles consigue liberarse al formar una gran aura cósmica turbulenta que choca contra el feroz viento del Titán y termina superándolo, aunque com bastante dificultad; al ver esta acción, Hiperión queda preocupado por la apreciable proyección y superación destilada por DeathMask y ahora se siente desarmado ante la habilidad de este. Ante la conmoción del Titán, el ángel toma la iniciativa total de atacar con la meta de finalizar el combate, para lo cual emplea las Llamas Demoníacas con el fn de erradicar el alma de su enemigo, pero por ser este último un Dios no tiene que esforzarce tanto para evitar el efecto de esta técnica; luego de superar las llamas de fuego fatuo, Hiperión arremete violentamente contra el guerrero angélical por medio de ataques físicos. En medio de la presion ejercida por el Titán a travéz de golpes de cosmos, DeathMask desarrolla una nueva faceta de su técnica especial apoyado por la habilidad de fuego solar heredada por Apolo, creando una nueva técnica con mejor elaboración, las Llamas Incandescentes de Espíritu, con la cual genera fuego fatuo pero en esta ocasión tan ardiente como el sol; haciendo uso de esta nueva variación de su máximo recurso espíritual, el ángel logra consumir completamente el alma resistente del Titán causándole la muerte. Paralelamente en el Monte Olimpo, Cronos se entera del fallecimiento de su mejor Titán subordinado, y más que lamentar su perdida se preocupa por el bienestar de Rea, ya que ella está expuesta a los guerreros atenienses, por lo cual se pone en alerta para acudir en ayuda de su esposa por si es necesario.


Al momento, ante DeathMask aparece el Gigante Tifón. Esta criatura divina fue engendrada por Gaia en la era mitológica para vengar la derrota de los Titanes ante Zeus, pero en la guerra denominada Gigantomaquia perdió ante el rey del Olimpo y fue sellado en el Tártaro, aunque logró la hazaña de comandar el ataque que desencadenó la única derrota del máximo Dios; por motivos de revancha, tras la desaparición del Tártaro el Gigante decide unirse a la lucha de Cronos para derrocar a los Dioses Olímpicos. Tifón se muestra arrogante ante Aquiles, y sin pensarlo se manda al ataque personificando con su cosmos maligno una poderosa ola de magma y un tornado de viento agresivo, pero con las sofisticadas habilidades que le otorga el noveno sentido, el ángel sale ileso ante la ofensiva, y seguidamente contraataca con las Pinzas Doradas del Cangrejo pero para su sorpresa el Gigante detiene la técnica con suma facilidad; DeathMask no entiende como su técnica habitual pudo ser anulada de manera tan simple, a lo que Tifón responde que estuvo presente en su batalla contra Hiperión y pudo observar detalladamente todas las habilidades del ángel, por lo que será sencillo derrotarlo pese a estar en inferioridad en cuanto a poder cósmico. DeathMask tilda de cobarde a su enemigo por estar escondido y no unirse a favor del Titán, y ahora intenta efectuar un ataque con la Sepultura de Almas, pero la potente explosión generada a partir de materia espíritual no surte efecto alguno en el Gigante, quien ahora está convencido como nunca de su poderío. Ahora Tifón comanda el turno para atacar empleando una técnica basada en fuego, pero al tener experiencia suficiente sobre la manipulación de este elemento, Aquiles detiene fácilmente el intento de ataque del Gigante con las Llamas Demoníacas, y eventualmente dirige estas mismas hacia su rival pero no le hace nada puesto que crea una aura cosmica alrededor de su adamas que lo protege del daño espiritual. Tras demostrar la capacidad para detener la mejor técnica del ángel, Tifón se siente prácticamente victorioso y procede a efectuar su herramienta secreta, el Viento de Maldición, y manda a volar a DeathMask con el fuerte ventarrón, pero no le causa mayor daño. Posteriormente, Aquiles se recupera y planea crear una estrategia en vista del poco éxito de sus ataques habituales, ideando aplicar las Ondas Infernales contra el Gigante con el fin de desprender su alma, para luego lanzar una poderosa onda de cosmos destructiva que desaparezca el cuerpo del enemigo; al efectúar esta acción, el cuerpo de Tifón junto a su adamas explotan. La derrota del rey de los Gigantes se sentencia al ser borrado su cuerpo, por lo cual DeathMask puede continuar hacia el siguiente territorio para alcanzar a su amada.


Al entrar a la Región de Lerna, Mayura tiene un pequeño encuentro con el espíritu de la Diosa dueña de este territorio, Demeter. La deidad agradece primeramente a la santa por su inigualable coraje al enfrentar a los Titanes y decide brindarle una ayuda al adherirse a los últimos rastros de su cloth de Cáncer, permitiendo que este traje de combate sea restaurado en su totalidad y se convierta a estado divino; portar la cloth divina de Cáncer hace que Mayura recupere todo su poder, y ahora sigue su rumbo después de jurar a Demeter que traerá orden al Olimpo.


La santa de Cáncer se dirige al interior de la Región de Lerna, donde le está esperando Rea, la reina de los Titanes. Rea tiene un semblante totalmente serio y se abstiene de visualizar a la guerrera, mientras que esta última trata sorpresivamente de evitar una batalla con la Titánide, pues como bien explica presiente una acogedora bondad en su corazón, algo por completo inusual en los Titanes hasta ahora conocidos; al parecer, el rol de la deidad como madre de la vida no permite que su alma se permee de maldad pura. Mayura intenta persuadir a Rea de abandonar los errados objetivos de Cronos al mostrar las arbitrariedades que han cometido los de su especie, pero su acción lo que hace es estallar a la deidad en una furia profunda, pues ella no está dispuesta a tolerar que critiquen a su amado esposo en frente suyo, y por esta osadía piensa castigar duramente a la santa de oro. La guerrera de Cáncer comprende que su intento por arreglar pacíficamente el altercado es inútil y procede a abordar el inminente enfrentamiento con la esperanza de que la reina Titánide recapacite por medio de la fuerza, para lo cual utiliza las Pinzas Doradas del Cangrejo al máximo nivel, pero Rea no recibe ningún daño pese a que permite que dicha técnica la impacte directamente; Mayura se sorprende por la inefectividad de su ataque, a lo que Rea aclara que dispone de todo su poder, a comparación de los Titanes anteriormente vencidos, por lo cual le será imposible siquiera lastimarla. Rea se abstiene de responder y le cede la oportunidad a Mayura para atacar, por lo que la santa dirige su Aletazo Supremo con el fin de distraer a la enemiga para luego efectuar un plan eficaz, el cual consiste en que mientras la Titánide detiene la técnica de su oponente, esta va a realizar un enorme salto para emplear desde los aires las Alas Destellantes de Plumas Reales; pese a que Rea cae ante la trampa y recibe completamente el ataque básico de la santa, al final logra escapar bien librada, con la excepción de que resulta con una pequeña herida en la cara por el roce con los golpes de cosmos. La Titánide no parece alterarse por el suceso y sigue con su actitud frívola pero a la vez prudente, y ahora ella se acerca lentamente hacia su rival produciendo una escena de suspenso, mientras que la santa se siente bastante angustiada por la marcada superioridad de su contraria pero sus ganas de éxito permanecen intactas, y posteriormente opta por usar la Ventisca de Pavo Real, pero Rea crea una barrera de cosmos a su alrededor que parte el viento en dos y lo manda hacia sus lados, evitando así ser alcanzado por esta técnica. Viendo que la santa es sencillamente vulnerable, Rea decide por fin entrar en acción invocando a una de sus criaturas, la Serpiente de Tierra, y luego le ordena enrollar el cuerpo de Mayura para seguidamente apretarla con una brutal fuerza, tal que no puede liberarse ni moverse un poco aún cuando usa todo su cosmos ofensivo; el enorme animal al servicio de la Reina Titánide comprime a la santa hasta llegar a agrietar su cloth divina produciéndole a la vez un dolor insoportable en el daño en su cuerpo que la hace sufrir como nunca antes, y luego de un momento la imponente serpiente rodea por completo a la guerrera de Cáncer y eventualmente se estalla agresivamente. Por la acción de la criatura, Mayura resulta con su cloth divina completamente destrozada y con su cuerpo herido de mortalidad, por lo que cae al suelo fuera de combate y a la espera de un deceso seguro.


Estando en una especie de trance por la agonía, Mayura tiene una conversación con Artemisa y Demeter en la cual la motivan a no rendirse ante los pronósticos negativos, pero la santa se siente incapaz de derrotar a la poderosa reina de los Titanes, más sin embargo el par de Diosas Olímpicas la instruyen en la obtención del noveno sentido, la esencia divina; luego de seguir al pie de la letra las pautas de las deidades, Mayura consigue romper la barrera de limitación de su cosmos logrando así despertar el sentido definitivo, y posteriormente la Diosa de la Luna le otorga su Kamei como señal de cumplimiento de la promesa que le hizo en la batalla contra Mnemósine sobre protegerla para siempre. La santa de oro incrementa exponencialmente su energía cósmica y a la vez consigue una inmediata recuperación de sus letales heridas, por lo que ahora está en óptimas condiciones para reanudar la batalla. Rea se asombra un poco por la repentina trasformación de su rival y luego de asimilar el alza exagerada de su poder comprende porque Hiperión fue derrotado, pese a ser el Titán más habilidoso después de Cronos; ahora la Titánide va a ser muy precavida para la batalla definitiva que está por acontecer. La pelea se va a prorrogar, Mayura focaliza su mente para concentrar todo su cosmos, mientras que Rea se dispone a convocar otra Serpiente de Tierra que envía hacia la santa para atacarla, pero esta última la pulveriza con un potente puñetazo; seguidamente, la Titánide hace surgir con los restos de la serpiete a una temible Hidra, la cual se empieza a lanzar hacia la guerrera y la persigue hasta embestirla, pese a que ella se mueve ágilmente para evitar a la criatura, y después de un tiempo la santa neutraliza al imponente animal haciéndolo trizas con el Aletazo Sagrado. Posteriormente, Mayura responde acercándose a Rea para golpearla, pero la deidad evita los ataques moviéndose a gran velocidad; luego de persistir, la santa logra posicionarse al alcance de la Titánide, lo que le permite propinarle las Pinzas Doradas del Cangrejo, técnica que intenta ser detenida por la enemiga cubriéndose con los antebrazos pero su soma en estas partes del cuerpo no resiste el poderoso impacto y es destruido, además de que sale volando con gran impulso e impacta contra uno de los cimientos ubicados en la Región de Lerna. Luego de regresar a la pelea, Rea felicita a su contrincante por complicarla un poco pero le asegura que solo ha sido suerte ya que no le ha demostrado el infierno que merece vivir por haberla desafiado, y ahora la Titánide prepara la aparición de su criatura mitológica más emblemática, el Lagarto de Fuego, al cual le ordena devorar a la santa; el lagarto gigante se transforma en una criatura de fuego y luego atraviesa a la santa de oro, dejándola herida considerablemente. Seguidamente, el animal se traga el cuerpo de la guerrera de Cáncer, causando así su muerte aparentemente, pero ella consigue salir explotando desde su interior al sirviente de la deidad, y luego ella cae agotada por las heridas infringidas y el desgaste, situación que aprovecha la Titánide para torturala con diversos ataques de cosmos. Mayura tiene problemas para reincorporarse a la batalla, pero saca impulso pensando en la responsabilidad que le acarrea ser la última santa que está asumiendo las decisivas batalla en el Olimpo para impedir la consolidación del reinado de Cronos, y gracias a esta motivación se defiende de la Titánide oportunamente. Ahora la santa de Cáncer crea su violento viento para efectúar el Huracán Sagrado, pero la Titánide evita el ataque con dificultad al convocar un cosmos ofensivo semejante al poder de la técnica, y además consigue superarla dejando así a su rival sin mas herramientas que emplear; sin embargo, Mayura tiene un nuevo plan, el desarrollo de una técnica sin precedentes. Mayura extiende sus brazos y detrás suyo surgen las plumas de pavo real, las cuales dirige hacia Rea para envolver todo su cuerpo impidiendo así su escape, pues a pesar de que la deidad empieza a destruirlas estas son infinitas; posteriormente, la santa realiza la nueva técnica, el Plumaje Mítico del Pavo Real, provocando que dichas plumas hechas de energía ataquen a la Titánide en todas las direcciones produciéndole así un daño incomparable a su cuerpo y la destrucción de su soma. Rea queda fuera de combate por las graves heridas y Mayura procede a retirarse de la pelea al creer haberla ganado, diciéndole antes a su enemiga que le perdona la vida pues no tiene intención de asesinar a una Diosa que posee en su interior buenas intenciones, y espera que recapacite de su errada visión malvada. La santa tiene el camino libre para ir con Cronos por lo cual procede hacia el siguiente territorio, pero en ese instante es detenida por Rea, quien pretende continuar la batalla siguiendo su instinto de amor y lealtad absoluta hacia su esposo. Mayura no comprende como la Titánide quiere prorrogar una pelea desfavorable para ella, pero la deidad aclara que por ningún motivo será derrotada por una simple humana, por más que domine el noveno sentido, y sucesivamente ataca a la santa con el Lagarto de Fuego lastimándola de manera relativa. La guerrera de Cáncer ahora se encuentra en una encrucijada por la inefectividad de todas sus técnicas y no sabe como va a concluir la pelea a su favor, pera para su fortuna Artemisa le cede el sagrado arco de su Kamei, arma con la cual es posible borrar todo tipo de existencia incluyendo la divina. La Titánide sigue sin afanarse por el nuevo recurso de su rival y procede a usar su Lagarto de Fuego con propósito de ataque, pero en esta ocasión la santa destruye a la criatura fácilmente con una rafaga de cosmos y eventualmente realiza un lanzamiento de flechas doradas con el arco de la kamei de la Diosa Olimpica, consiguiendo atravesar varias veces el cuerpo de la enemiga, produciendo así su muerte; antes de fallecer, Rea lamenta haber decepcionado a Cronos y solo espera que este último cumpla la promesa que le hizo. Mayura queda intrigada por las palabras de Rea y desea saber cual es el verdadero deseo de ella, aunque presiente que es algo de buena intención pues reconoce a la Titánide como una diosa benevolente a pesar de todo.


Paralelamente, cuando Mayura despierta el noveno sentido y porta la Kamei de Artemisa, Cronos presiente que Rea necesita respaldo urgente por lo que pretende interceder en su ayuda. El rey Titán sale urgentemente hacia el lugar de batalla, y al entrar al Jardín de las Hespérides es detenido por la presencia de la Diosa Hera, gobernante de dicho territorio, en forma de espiritu. La deidad del Olimpo no va a permitir que el enemigo cruce por sus dominios  y evitará a toda costa que interrumpa el combate desarrollado entre Mayura y Rea, por lo que repele al Titán expandiendo su cosmos divino. Hera fue asesinada por Cronos en la invasión al Olimpo, por lo que el Titán asevera que el esfuerzo de la Diosa es totalmente irrelevante ya que no posee el poder suficiente ni su cuerpo para poder rivalizar con él, y además no piensa perder tiempo prestando atención a su insignificante presencia; posteriormente, el Titán rompe la barrera de cosmos creada por su contraria y continúa su camino, pero inmediatamente la Olímpica deja inconsciente al Dios enemigo al atacarlo con la Reafirmación del Dominio Divino. Cuando se recompone, Cronos recuerda que debía acudir ante su esposa, pero al no sentir su cosmos deduce que ha sido asesinada, lo cual desencadena su máxima furia. Rea era la única persona representativa en la vida del rey Titán, por lo que está pérdida sacará a relucir la parte más oscura de su ser.


Momentos después de la derrota de Rea, DeathMask intercepta a Mayura en la Región de Lerna y siente alivio al ver que su amada se encuentra a salvo, además hay un escenario de sorpresa mutua por el hecho de que ambos guerreros están portando las Kamei de los Olímpicos; luego, ellos se disponen a seguir su recorrido por el Olimpo en compañía, pero antes son interrumpidos por el espíritu de Tifón quien los retiene; la santa quiere solventar el actual obstáculo mientras el ángel avanza para el encuentro con el enemigo definitivo. El líder de los Gigantes no permitirá que Aquiles escape por lo cual se dirige rápidamente a detenerlo, pero Mayura lo repele con su actual cosmos divino. Posteriormente, Tifón tiene como objetivo primordial tomar la vida de DeathMask como revancha por haber sido derrotado, motivo por el cual no pretende mantener una pelea prolongada con la santa; bajo esta lógica y con el fin de aniquilar a su rival de una vez, el Gigante emplea su máxima técnica, el Viento de Maldición, pero esta no representa ningún inconveniente ante el fuerte viento del Huracán Sagrado efectuado por la guerrera de Cáncer, logrando así superar la ofensiva contraria. Finalmente, a sabiendas de que su enemigo se encuentra presente en forma de espíritu, Mayura hace uso de las facultades divinas otorgadas por la obtención del noveno sentido y consigue erradicar definitivamente la existencia del Gigante. Ahora la santa de oro corre al encuentro con el Titán supremo.


En el Jardín de las Hespérides, DeathMask se encuentra con un enfurecido y descontrolado Cronos, quien lo recibe con una serie de ráfagas cósmicas que lo atacan de sorpresa. El ángel se levanta y luego empieza a sentir miedo como nunca antes al observar el profundo odio que destila el Titán por sus ojos, por lo cual se siente insignificante ante la presencia de la deidad. Posteriormente, Cronos aprovecha la perturbación de su adversario para atacarlo brutalmente con una tanda de rayos ken, no con la intención de asesinarlo sino de producirle un sufrimiento inconcebible en venganza por haber acabado con lo más apreciado para él, haciendo referencia a su esposa Rea, más sin embargo no lo específica; DeathMask no comprende cuales son las pretensiones de su enemigo, pero deduce que es la razón por la que mantiene esa furia demoníaca que cubre su ser. Momentos después, Aquiles recupera la conciencia y consigue responder adecuadamente a la ofensiva contraria, evitando así ser lastimado de gravedad, y ahora procede a efectúar un contraataque con su técnica más elaborada, las Llamas Incandescentes de Espíritu, con el fin primordial de acabar esta sangrienta guerra; como desenlace, el peligroso fuego fatuo ardiente como el sol hace contacto con el cuerpo del rey Titán, causándole un inmeso sufrimiento a su espíritu, pero el daño no alcanza a ser letal gracias a que el soma del Dios enemigo, que representa el legendario Megas Depranon otorgada por Gaia para enfrentar a Urano, bloquea el mayor efecto del ataque del ángel. Sucesivamente, Cronos desaparece las llamas espirituales con su cosmos y luego procede a usar su poderosa guadaña, logrando dejar en un estado deplorable a la Kamei de Apolo que porta su oponente, pese a que esta armadura es una de las 12 más poderosas que existen entre el linaje divino. DeathMask queda bastante resentido por el daño recibido, y en esos momentos interioriza una inevitable derrota frente al enemigo, pero no a manera de cobardía sino en razón de que comprende la marcada diferencia que existe entre ambos en cuanto a poder. Cronos continúa usando el Megas Depranon con el propósito de rebanar el cuerpo de DeathMask, pero este último repele el arma a tiempo realizando las Pinzas Doradas del Cangrejo, evitando así una muerte segura. En esos momentos, Aquiles sigue pensando en la remota posibilidad que se tiene de vencer al indiscutible rey y más poderoso Titán, lo cual le hace disminuir su entusiasmo por pelear. Posteriormente, Cronos decide apaciguar por primera vez su estado descontrolado de furia y entabla un pequeño diálogo con su rival, donde lo cataloga de insensato por pensar en siquiera poder lograr algo al enfrentarse contra él y le asegura que recibirá un castigo divino inimaginable; eventualmente, el enemigo utiliza los brazos de su soma para emplea su técnica Filo Verdadero, consiguiendo propinar una tanda de puñetazos que afectan considerablemente al ángel, dejándolo debilitado al punto de quedar indefenso.


DeathMask queda temporalmente fuera de combate y ahora Cronos se dispone a darle muerte con su arma, pero el suceso es interferido por Mayura, quien llega a respaldar a su colega en la última y más importante batalla de esta guerra santa. La santa de oro ayuda a su amado a reincorporarse y le pide respaldo para abordar este difícil encuentro, pero sorprendentemente él se niega a seguir peleando pues considera inútil todo intento de lucha frente al Titan, e intenta convencer a ella de ese pensamiento; debido a esta decisión, Mayura se decepciona por la visión carente de valor de DeathMask, y procede a disputar sola la batalla definitiva ignorando antes a su colega. Mientras tanto, Cronos recuerda que Mayura fue quien primero incursionó a la Región de Lerna, territorio donde falleció su esposa, por lo cual se entera de que ella es la responsable directa de la muerte de su ser más querido; Cronos queda perplejo por un momento mientras digiere esta revelación y ahora su sangre hierve de ira incontrolable. La santa de Cáncer intenta acercarse pero rápidamente el Titán la ataca con todo su poder empleando el Dunamis Megas Depranon, técnica basada en la utilización de guadañas que sujeta con los brazos de su soma, lo cual obliga a la guerrera a emplear sus habilidades defensivas para esquivar ágilmente los ataques, consiguiendo salir ilesa en un primer momento pero debido a la insistencia de la deidad, ella es herida y queda demasiada lastimada al recibir algunas cortadas profundas en diversas partes de su cuerpo; posteriormente, Cronos tiene la oportunidad de despedazar el cuerpo de su rival con su armamento pero no lo consigue por la intervención de DeathMask, quien a pesar de sus dudas no permitirá que nada malo le pase al amor de su vida. El ángel rápidamente repele al enemigo aplicando sobre este la Sepultura de Almas, pero este último sale bien librado a penas con una pequeña grieta en su soma; mientas tanto, la santa de Cáncer se recompone y agradece a su colega por haberla ayudado, pero aún le repugna su decisión de no combatir, y sucesivamente respalda el ataque del guerrero angélical efectuando las Alas Destellantes de Plumas Reales, pero cuando menos lo espera el Titán ya se encuentra detrás suyo y la ataca por la espalda, mandándola a volar con una fuerte potencia. Aquiles se dirige rápidamente hacia su amada para asegurarse de que no ha salido lastimada de gravedad, y al estar cerca de ella le pide perdón por no haber acatado la pelea desde el principio a su lado y eventualmente la invita a unir fuerzas, pues no tienen más opción que acabar con la amenaza aún con el coste de sus vidas; este benéfico cambio llena de alegría a Mayura, quien se reincorpora motivada, pues su deseo es morir junto a su pareja si es necesario. Mayura y DeathMask unen fuerza para realizar las Ondas Infernales con el fin de atar con hilos de cosmos espiritual a Cronos, consiguiendo someterlo por un corto período mientras el dúo aprovecha para atacar al Titán con la técnica combinada de las Pinzas Doradas del Cangrejo, pero este último sale ileso sin dificultad y eventualmente responde con varias ráfagas de cosmos que mandan a volar a sus rivales. Posteriormente, mientras los guerreros atenienses se encuentran rendidos en el suelo, el Titán comunica su intención latente de masacrar a ambos por lo que le han hecho, pero dirige especial atención hacia la santa, a quien le piensa hacer vivir una auténtica pesadilla en vida por la muete que le causó a Rea; Cronos se dirige hacia Mayura y luego alza su cuerpo sujetándola de la cabeza, pero antes de que pudiese hacerle algún daño es detenido por las llamas de fuego efectuadas por DeathMask, con las cuales obliga al Dios enemigo a apartar sus manos de la guerrera. Seguidamente, DeathMask imita la técnica de Llamas Solares de Apolo, y paralelamente Mayura hace lo propio con la Hecatombe de Sagita manejada por Artemisa, pero Cronos es bastante hábil y desvía dichos ataques con el efecto de su técnica Control de los Fenómenos, logrando de esta manera desviar la ofensiva contraria para evitar ser alcanzado. Ahora el rey Titán piensa desquitar todo su odio atacando sin compasión con su nueva técnica, el Rugido de las Tinieblas, para impactar a sus oponentes con ondas de resonancia que emiten cosmos en forma afilada; para repeler esta modalidad del enemigo, la santa de Cáncer tiene la idea de realizar un lanzamiento de flechas divinas como muralla defensiva, pero las ondas ofensivas de cosmos destruyen completamente las armas y luego infringen un daño mortal a los rivales. Tanto Mayura como DeathMask se encuentran gravemente heridos y no tienen las condiciones ideales para pelear, pero afortunadamente reciben auxilio por parte de los espíritus Hestia y Demeter, y debido a esto la energía vital de cada uno se recupera. En esta oportunidad, la santa y el ángel están dispuestos a ofrecer sus mejores habilidades en la batalla, para lo cual emplean respectivamente el Plumaje Mítico del Pavo Real y las Llamas Incandescentes de Espíritu, pero el Control de los Fenómenos de Cronos desaparece estas poderosas técnicas exitosamenrte, dejando a los dos guerreros desanimados. Pese al desprecio que tiene hacia sus actuales rivales, el Titán los admira por resistir hasta ahora a su dominio, y por esto piensa eliminarlos con su técnica definitiva, aunque no pretende revocar su promesa de hacerlos sufrir; en cumplimiento de lo dicho, el enemigo efectúa la Lluvia de Caos impactando a la pareja guerrera, pero no les causa mayor daño debido a que la capa de cosmos creada por las Diosas Olímpicas anteriormente mencionadas contrarrestan el ataque. Cronos ataca directamente los espíritus de las deidades por haber interferido en su venganza personal, consiguiendo ahuyentar sus presencias. Luego de un momento, DeathMask y Mayura se reincorporan pero este primero vuelve a insistir con su idea de no pelear inútilmente contra el rey de los Titanes, mientras que ella sigue firme en su intención de lucha incesante; en este momento de incertidumbre, el ángel le recuerda a su amada las palabras de Adler sobre la necesidad de liberar a Zeus de su prisión para lograr la derrota del enemigo, por lo cual él le pide a la santa que avance hacia la Cima del Monte Olimpo mientras se queda a distraer al Titán, pero ella rechaza contundentemente el ofrecimiento de su ser querido, pues no tienen más opción que terminar la batalla. Aquiles trata de convencer a la santa de oro de cumplir con su misión principal, la cual consiste en traer de vuelta al rey del Olimpo, pero la guerrera insiste en que es imposible concluir esa meta y su único deber es derrotar ellos mismos al máximo enemigo empleando todos sus poderes; con este pensamiento, Mayura aparentemente logra convencer a DeathMask de seguir la batalla contra Cronos pese a la desventaja que existe en contra de ellos, pero en esos instantes el ángel se le acerca para darle un último beso y eventualmente aplica sobre ella sus poderes psicoquinéticos, teletrasportándola a un sitio seguro fuera del campo de batalla. El ángel Aquiles cae de rodillas al suelo totalmente vulnerable, mientras que Cronos le comunica que matará a la santa luego de terminar primero con su   vida, a lo que su rival le contesta que no permitirá que eso pase pues ahora mismo acabará con su existencia; finalmente, el ángel emplea su último aliento para efectúar un ataque con las Llamas Incandescentes de Espíritu, y a la vez el Titán supera de forma fácil esta tecnica y después responde con la Lluvia de Caos, causando la muerte de DeathMask.


Mayura cae afuera del Jardín de las Herpérides luego de ser teletrasportada, y cuando recupera la conciencia siente como se produce una poderosa onda expansiva de cosmos, por lo cual deduce que su amado ha muerto y ella llora su pérdida. Este desastroso evento produce que la santa se sienta destruída, pero a la vez ella comprende la intención que tiene el valioso sacrificio de DeathMask, por lo cual se dispone a ir hacia el Monte Olimpo para liberar a Zeus en su honor. Más adelante, la guerrera de Cáncer siente el acercamiento de una presencia, por lo cual cree que se trata de Cronos y no tiene más opción que esperar su llegada para enfrentarlo, pero para su sorpresa se trata de DeathMask. Mayura se llena de alegría al saber que su amado ha sobrevivido y corre inmediatamente para abrazarlo, cometiendo así un error ya que él la ataca por la espalda produciéndole una herida letal; después, la santa se entera de que en realidad el Titán ha posesionado el cuerpo sin vida del ángel. Cronos se desprende del cuerpo de DeathMask y luego lo atraviesa con un potente rayo ken en frente de Mayura, lo cual produce que ella ataque al enemigo con impotencia utilizando un golpe cargado con todo su cosmos, consiguiendo a penas agrietar el soma del rey Titán; la deidad se burla de la santa de Cáncer por el limitado alcance de su frustración y le avisa que hasta ahora ha iniciado el gran castigo que merece. Mayura empieza a desangrarse por la herida hecha en su torso y empieza a perder su energía paulatinamente, por lo cual no tiene como rivalizar con el poderoso enemigo, quien empieza a torturarla lentamente. La santa empieza a recibir tantos ataques potentes hasta que la Kamei que porta queda completamente destruída, y con esto su derrota está más que sentenciada. Posteriormente, Cronos sujeta a su contrincante del cuello y antes de aniquilarla le comunica un secreto: sucede que Cronos amaba tanto a Rea que estaba dispuesto a cambiar sus ideales con tal de complacer sus deseos, y por este motivo desistió en su intención de aniquilar a la humanidad como pensaba en un primer momento, pero ahora que su querida esposa ha sido asesinada piensa infundir la mayor penitencia para toda la raza humana; Mayura piensa al respecto y recuerda cuando Rea, antes de sucumbir, solo esperaba que su esposo cumpliera su deseo, y comprende que ella hacía referencia a no lastimar a los humanos. La santa de Cáncer le revela al enemigo que siempre creyó que Rea tenía una gran bondad guardada en su corazón, y luego se atreve a tildarlo de estúpido por querer revocar las buenas acciones de la fallecida reina Titánide, pero estas palabras lo que hacen es agudizar la furia de Cronos, quién ahora procede a asesinar a su rival.


Mientras tanto, los espíritus de Hermes, Afrodita y Ares ayudan a Atenea a salir del plano astral en el cual fue encerrada por Tea. Una vez la Diosa llega al mundo material, especificamente al Recinto de los Pritaneos, sale en dirección hacia el lugar de batalla contra Cronos, pero en ese instante es interrumpida por la reaparición de Tea, quien sobrevivió a los ataques proporcionados por la Olímpica anteriormente, pero se encuentra bastante herida. La Titánide no permitirá que la Diosa de la Tierra interfiera en la acción de Cronos de eliminar a los últimos intrusos, por lo que la detendrá con sus últimas energías; Atenea no quiere pelear inútilmente contra su enemiga sino que desea ir inmediatamente con el rey Titán, pero no tiene más opción que ocuparse del actual enfrentamiento.

En ese instante la escena es interrumpida por la llegada de Adler de Perseo, quien se presenta como un ángel ahora al servicio de Atenea y le pide a su Diosa líder que se diriga cuanto antes a respaldar a su hermana mientras él se encarga de la Titánide. Tea no piensa dejar escapar a la deidad, pero el ángel se interpone para permitir su paso y seguidamente prepara la glory suprema de Perseo al adherir una joya especial otorgada por el mismo Zeus a dicha armadura, y de esta manera potencia su poder cósmico. La deidad enemiga no se sorprende para nada por el cambio del guerrero olímpico, pero este último asevera que es superior con sus nuevas habilidades ya que nota el desgaste de ella. Tea no va a dar cabida a la pérdida de tiempo, por lo cual emplea de entrada en la batalla la Elevación de la Noche, pero Adler rechaza el miedo producido por dicha técnica protegiéndose con su aura cósmica, y seguidamente se lanza al ataque contra la Titánide propinando una tanda de golpes físicos que la afectan considerablemente; Perseo continúa golpeando incesante a su enemiga con el objetivo de cobrar el sufrimiento causado a sus colegas, los Ángeles y los Alados, hasta que la deja fuera de combate terriblemente lastimada. Adler detiene su ofensiva y ahora piensa en retirarse al ver que de cualquier forma a la Titánide le espera la muerte por la gravedad del daño recibido, pero no puede debido a la reincorporación de la Diosa enemiga, quien piensa luchar hasta el final por el honor que significa pertenecer al grupo de los 12 Titanes. Tea efectúa el Vórtice del Día para desaparecer al ángel, pero este anula la ráfaga de luz proyectando su cosmos, y finalmente asesina a la Titánide cortando su cuerpo a la mitad con el Filo de Exterminio tras acercarse hábilmente hacia ella. Adler considera que su presencia no aportaría en nada para combatir a Cronos, por lo que simplemente se queda a la expectativa del desenlace de esta guerra.


Volviendo a la escena protagonizada por Cronos y Mayura, el Titán está a punto de decidir la suerte de la santa pero es interrumpido por la aparición repentina de Atenea, hecho que causa gran sorpresa en la guerrera de Cáncer pues ella creía que su Diosa había muerto. Atenea pretende detener a Cronos para permitir que Mayura llegue con Zeus, pero esta última no considera conveniente dicha acción puesto que su deber es proteger a la deidad olímpica por sobre todas las cosas, pero al final es convencida y continúa su recorrido con gran pena, pues prevé que el Titán le dará muerte a su líder. Cronos despotrica de Atenea por pretender detenerlo, cuando sabe muy bien que nunca estará a su alcance, y además le recuerda que ella es la causante de su resurgir para hacerla sentir mal; por su parte, precisamente la Diosa admite su culpabilidad en este desastre y quiere redimirse ayudando a frenar las ambiciones malignas del enemigo, por lo cual lo ataca con ráfagas de cosmos emitidas desde su lanza, pero su esfuerzo es inválido al no afectar de ninguna manera a su contrario. El rey Titán considera inútil mantener un enfrentamiento con la Diosa Olímpica y solo desea detener a la santa de oro que está en camino hacia la cima del Monte Olimpo, por lo cual aparta inmediatamente a su adversaria con un ataque de cosmos y luego procede a abandonar el sitio de batalla; sin embargo no puede debido a que es interrumpido por Atenea, quien lanza el arma de su Kamei obligando al Titán a repelerla. Cronos entiende que la Diosa lo que quiere es morir, por lo cual la complace empleando la Lluvia de Caos, produciendo así la destrucción de su cuerpo. El último deseo de Atenea es que Mayura tenga éxito en el cumplimiento de su objetivo.


Mientras tanto, Mayura sigue avanzando por el Monte Olimpo pero lo hace lentamente debido al estado delicado de su cuerpo, por lo cual no le rinde mucho. En esos momentos, la santa recibe ayuda del espíritu de Hera, quien la trasporta hasta el lugar exacto donde se encuentra sellada el alma del rey Olímpico. Mayura procede a destruir el muro que contiene a Zeus por obra del enemigo principal, pero su poder no es suficiente para hacerle daño al resistente cimiento, pese a sus diversos intentos. Ahora Hera, quien al ser la esposa legítima de Zeus y reina del Olimpo tenía el deber de despertar el alma parcialmente desconectada de su esposo cuando la situación lo ameritaba, le permite a Mayura usar por un momento su Kamei; al portar dicha armadura, la santa de Cáncer tendrá la facultad de atraer el espíritu del Dios, lo cual facilitará que pueda liberarlo. Mayura concentra todo su cosmos en su puño derecho, y motivada por todos los guerreros aliados muertos en esta guerra, incluyendo a su amado DeathMask, lanza un potente puño contra el muro y lo despedaza, consiguiendo por fin traer de vuelta al rey del Olimpo.


Paralelamente, Cronos siente como la presencia de la santa de oro llega de un momento a otro hasta la Cima del Monte Olimpo, por lo cual se dirige cuanto antes a detenerla para que no despierte a Zeus, sin embargo llega tarde y sus intenciones son frustradas. Como desquite, el Titán le asesta un golpe fatal a Mayura por la espalda, luego de que su cuerpo nuevamente quedase desprotegido debido a que la Kamei de Hera la abandona, y el impacto le produce la muerte inmediata. El rey del Olimpo vuelve al mundo material tras el valeroso esfuerzo de la guerrera ateniense, pero solo su espíritu queda en libertad puesto que su cuerpo aún se encuentra encerrado en el interior del soma de Cronos, y debido a esto su presencia queda inutilizada; por suerte, el cuerpo sin vida de Mayura le sirve como recipiente temporal para afrontar la última y decisiva batalla contra su mas terrible enemigo. Zeus posesiona a Mayura y reta a Cronos, pero este último se burla de su hijo pues siente la limitación de poder que implica no manejar su auténtico cuerpo, y además lo insulta por integrarse a una humana muerta, refiriéndose así a Mayura, pero el Dios Olímpico no se deja intimidar y no piensa permitir que sea despectivo contra la santa, y posteriormente se dispone para afrontar la batalla, para lo cual convoca su Kamei. La máxima deidad del Olimpo no puede manejar sus armas legendarias con las que rige el cielo sino es desde su cuerpo, pero puede aprovechar de las habilidades de la fallecida santa de Cáncer, por lo cual prepara un plan de ataque en base a las aptitudes de su cuerpo temporal. Zeus empieza a efectuar una tanda constante de rayos ken que se dirigen sin freno hacia Cronos, pero este evade con tanta facilidad los ataques a tal punto de asegurar aburrimiento, y finalmente responde con el Rugido de las Tinieblas, provocando que las ondas de resonancia creadas empiecen a perforar paulatinamente la Kamei de su oponente, a la vez que generan heridas graves en el cuerpo-recipiente; Zeus se encuentra acorralado por cuenta de la técnica de su enemigo pero se libera con todo su esfuerzo para que el cuerpo perteneciente a la difunta santa no sea destruído, pues ese sería el fin de toda esperanza. El Dios del Cielo sabe que su cuerpo se encuentra adentro de la armadura del Titán, por lo cual lanza un potente golpe de cosmos directamente hacia esta para destruirla pero no consigue hacerle el más mínimo daño, pese a que el enemigo permite el impacto directo. Seguidamente, el rey Titán se acerca hacia Zeus para propinarle golpes físicos contundentes que lo dejan fuera de combate. Mientras tanto, los espíritus de los Dioses Olímpicos fallecidos en esta guerra (Atenea, Artemisa, Hermes, Afrodita, Apolo, Ares, Hestia, Demeter y Hera) se reúnen en una última ocasión para dotar de energía cósmica a Zeus, y con esta realiza un poderoso ataque que sorprendentemente destruye por completo el soma de Cronos, liberando por consiguiente el cuerpo de su adversario. La batalla entre padre e hijo con el máximo potencial de ambos se avecina.






¡Fin del post! Muchas gracias por leer la historia, espero que os haya gustado, si es así compartelo o divulgalo. ¡Hasta la próxima!

NOTA: FINALIZARÉ ESTA HISTORIA ALTERNATIVA CON UNA SAGA DE LOS DIOSES PRIMORDIALES.

Saga del Santuario. Historia alternativa Saint Seiya.

SAINT SEIYA- HISTORIA ALTERNATIVA. PRIMERA PARTE. EL SANTUARIO. NOTA: Esta historia está inspirada en la trama original de la obra de M...